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EL JESÚS DESCONOCIDOUn sermón escrito por Dr. R. L. Hymers, Jr., Pastor Emérito “Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis” |
Dr. Gill señala que Juan estaba bautizando gente en el río Jordán, a unas 26 millas de Jerusalén. Mucha gente pensaba que Juan el Bautista era un profeta. Ellos venían en grandes multitudes para escucharle predicar. Los llamó a arrepentirse y bautizarse. El gran Sanedrín envió sacerdotes y Levitas desde Jerusalén para interrogar a Juan. Ellos querían saber quién era y con qué autoridad predicaba y bautizaba. Se puede percibir la hostilidad que tenían hacia él por la forma en que lo interrogaron. Juan les dijo claramente que él no era el Mesías, ni el Cristo (Juan 1:20).
“Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías” (Juan 1:21-23; p. 1072).
Algunos de los que interrogaban a Juan eran fariseos, de la secta más estricta del Judaísmo.
Querían saber de dónde había sacado Juan el Bautista su autoridad para bautizar. Era una práctica común para los Judíos bautizar a los Gentiles que querían convertirse en seguidores de la religión Judía, pero nadie bautizaba a los Judíos. “No necesitamos ser bautizados,” pensaron. “No somos pecadores como los gentiles.” Por eso querían saber quién era este Juan que bautizaba a los Judíos (The Applied New Testament Commentary, [El Comentario Aplicado del Nuevo Testamento] Kingsway Publications, 1997, pág. 361).
¡Juan sabía que estos fariseos estaban en contra de él! Por eso no les dio una respuesta directa. Él simplemente dijo
“Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis” (Juan 1:26).
Juan les mostro a Jesús, quien los bautizaría con el Espíritu Santo (cf. Juan 1,33). Juan dijo que él sólo bautizaba con agua, pero Jesús los bautizaría con el Espíritu Santo.
Pero yo llamo vuestra atención a la segunda mitad del versículo veintiséis,
“…mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis” (Juan 1:26).
Albert Barnes dice,
Hay uno entre vosotros. En medio de ti. Él no se distingue entre la multitud. El Mesías ya había venido y estaba a punto de manifestarse al pueblo. No fue hasta el día siguiente (versículo 29) que Jesús fue manifestado o proclamado como el Mesías…aunque es probable que estuviera entre la multitud, sin embargo no era conocido como el Mesías…Jesús estaba cerca de todas esas personas, pero no estaban conscientes de su presencia…Jesús puede estar cerca de los hombres del mundo, y sin embargo no lo conocen (Albert Barnes, Notes on the New Testament, [Notas sobre el Nuevo Testamento], Baker Book House, reimpresión de 1983, nota sobre Juan 1:26).
Juan el Bautista dijo,
“Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis” (Juan 1:26).
Esto sigue siendo cierto hoy en día, y podemos sacar tres lecciones de este texto,
“Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis” (Juan 1:26).
I. Primero, este texto habla de la condición sin Cristo de la mayoría de las personas.
La persona promedio no conoce a Jesucristo. Hace unos años, el Centro de Investigación Religiosa de Princeton de George Gallup publicó una encuesta que indicaba que el 76% de los Estadounidenses estaba de acuerdo con esta afirmación: “La única garantía de vida eterna es la fe personal en Jesucristo.” Pero esa misma encuesta indicó que sólo el 10% estaba de acuerdo con afirmaciones como, “Yo creo que Jesucristo fue completamente humano y completamente divino.”
La encuesta de Gallup mostró cuán pocas personas en los Estados Unidos conocen realmente a Jesucristo.
“Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis” (Juan 1:26).
¿Conoces tú a Jesús? Yo no te pregunto si sabes acerca de Él. Te pregunto si tú conoces a Él personalmente. ¿Has tú experimentado a Cristo? ¿Es Él una persona real y viva en tu vida?
Tú puedes estar familiarizado con Jesús y, sin embargo, no conocerlo. Felipe había estado con Jesús. Felipe había escuchado sus enseñanzas. Pero un día Jesús le dijo,
“¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe?” (Juan 14:9; p. 1091).
Felipe conocía a Jesús desde hacía mucho tiempo, ¡pero todavía no lo conocía! ¿Y tú?
Tú puedes venir a la iglesia durante años sin conocer realmente a Cristo. Philip Yancey ha escrito un libro con un título interesante, “The Jesus I Never Knew,” [“El Jesús que nunca conocí.”] Yo no voy a profundizar en lo que escribió Philip Yancey. Simplemente estoy citando ese título provocativo – “The Jesus I Never Knew,” [“El Jesús que nunca conocí.”] ¿Tú lo conoces? El apóstol Pablo dijo,
“Porque yo sé a quién he creído” (II Timoteo 1:12; p. 1236).
Jesús dijo,
“Yo…y conozco mis ovejas, y las mías me conocen”
(Juan 10:14; p. 1085).
Jesús dijo otra vez,
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”
(Juan 17:3; p. 1095).
Para tener vida eterna, debes conocer a Jesucristo. ¿Lo conoces?
“Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis” (Juan 1:26).
II. Segundo, este texto habla de conocer al verdadero Cristo
de los falsos Cristos.
Observe que Juan el Bautista dijo, “Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.” Sólo hay un Cristo verdadero. El Apóstol Pablo habló de la posibilidad de creer en “otro Jesús” en II Corintios 11:4.
“Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado…” (II Corintios 11:4; p. 1195).
Un libro llamado The Counterfeit Christ, [El Cristo Falso] muestra que “Ahora nos enfrentamos al Cristo Cósmico de la nueva era.” Puedo pensar en varios falsos “Cristos” que la gente experimenta hoy en día.
1. Cristo como fuerza cósmica. Éste es el “Cristo” de la nueva era, en quien muchos creen.
2. Cristo, que es la misma persona de Dios Padre. Este “Cristo” no es la Segunda Persona de la Trinidad.
3. Cristo, que es la misma persona del Espíritu Santo. Este “Cristo” no es la Segunda Persona de la Trinidad.
4. Cristo como gran profeta o maestro. Éste no es el Cristo del Nuevo Testamento.
5. Cristo como juez enojado. Éste no es el Salvador del Nuevo Testamento.
Jesús dijo,
“Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas…de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.”
(Mateo 24:24; p. 993).
¿Cómo podemos saber en qué Cristo creer? Jesús mismo nos dio la respuesta.
Él dijo,
“El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.”
(Juan 7:17; p. 1081).
Charles John Ellicott da este comentario sobre Juan 7:17,
La voluntad humana de hacer la voluntad divina es la condición de conocerla. Las palabras son ilimitadas y de largo alcance en su significado…El “cualquier hombre” de las propias palabras de Cristo no excluye a nadie de su alcance…el que…[está dispuesto] a hacer la voluntad de Dios, no dejará de conocer…si la enseñanza es de Dios (Charles John Ellicott, Ellicott’s Commentary on the Whole Bible, [Comentario de Ellicott sobre toda la Biblia] Zondervan, reimpresión de 1954, volumen VI, pág. 437).
Si tú estás dispuesto a hacer lo que Dios quiere que hagas, tú conocerás la verdad acerca de Cristo, sea verdad o no lo que Cristo dijo en la Biblia. Tú conocerás al verdadero Cristo del que se habla en la Biblia, si tú estás dispuesto a conocerlo. La razón por la que la gente cree en falsos Cristos es porque no están dispuestos a conocer al verdadero Cristo, del que se habla tan claramente en la Biblia. Juan Wesley dijo,
Esta es una regla universal con respecto a todas las personas y doctrinas. El que esté completamente dispuesto a hacerlo, ciertamente sabrá cuál es la voluntad de Dios (John Wesley, Explanatory Notes Upon the New Testament, [Notas Explicativas Sobre el Nuevo Testamento], Baker Book House, reimpresión de 1983, volumen I, nota sobre Juan 7:17).
Si tú realmente quieres conocer al verdadero Cristo, Dios mismo te hará saber la verdad acerca de Él.
“Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis” (Juan 1:26).
La razón por la que tú aún no conoces a Cristo es porque tú aún no has estado dispuesto a conocerlo. Es tan simple como eso. Cuando tú estés dispuesto a conocerlo, tú podrás venir a Él directamente y ser salvo. Jesús dijo,
“Y al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37; p. 1079).
Jesús nunca echará fuera a nadie que venga a Él por fe.
III. Tercer, este texto habla de la necesidad de conocer a Cristo.
El Apóstol Pablo habló de esta necesidad cuando dijo,
“y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento” (Efesios 3:19).
El conocimiento de Cristo va más allá de la razón humana. El conocimiento de Cristo viene por la fe en Él.
Mucha gente está contenta con conocer la historia de la vida de Cristo. Saben mucho sobre la vida de Cristo, desde su nacimiento en Belén hasta su muerte en la cruz. Se conforman con leer acerca de Cristo. A ellos no les importa en absoluto no haberlo conocido personalmente.
Mis dos Presidentes favoritos fueron Nixon y Reagan. Leí sobre ellos, pero eso no me satisfizo. Quería conocerlos. Tuve la oportunidad de conocer al Presidente Reagan dos veces – y al presidente Nixon una vez. No me satisfizo leer cosas sobre ellos. Quería conocerlos en persona. ¿Estás satisfecho con leer acerca de Cristo y escuchar acerca de Cristo en sermones – o saldrá y lo conocerá por sí mismo?
¿En un sermón titulado, “Do You Know Him?” [“¿Lo Conoces?”] Spurgeon dijo,
¡Hay muchos que han oído hablar de Cristo y han leído acerca de Cristo, y eso les basta! Pero a mí no me basta, y no debería bastarte a ti…Escuchar acerca de Cristo puede condenarte, puede ser para ti un sabor de muerte para muerte. Habéis oído hablar de él con el oído; pero es esencial que lo conozcan para que puedan ser partícipes de la vida eterna (C. H. Spurgeon, “Do You Know Him?” [“¿Lo conocen ustedes?”] The Metropolitan Tabernacle Pulpit, [El Púlpito del Tabernáculo Metropolitano] reimpresión de 1991, tomo X, pág. 65).
Sólo puedes conocer a Cristo mirándolo. Debéis mirar a Cristo y confiar en Él. Juan el Bautista dijo,
“He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
Ésa es la manera de ser salvo del pecado y del juicio.
“He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
Cuando miras a Jesús con fe, Él te salvará y lavará tus pecados con Su preciosa Sangre.
Cristo murió en la cruz para pagar la pena por tu pecado. Cristo puede limpiar tu pecado con Su Sangre. Cristo resucitó de entre los muertos y ascendió de nuevo al cielo. Él está allí – sentado a la diestra de Dios – esperando que confíes en él y seas salvo.
“Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis” (Juan 1:26).
Pero no tiene por qué seguir así. Tú puedes venir a Cristo. Él está esperando perdonarte y darte vida eterna. ¿Vendrás tú a Él? ¿Lo harás ahora, esta misma mañana?
Venid, almas oprimidas por el pecado, hay misericordia en el Señor,
Y Él seguramente te dará descanso si confías en Su Palabra.
Sólo confía en Él, sólo confía en Él, sólo confía en Él ahora.
Él te salvará, Él te salvará, Él te salvará ahora.
(“Only Trust Him” [Sólo Confía En Él] por John S. Stockton, 1813-1877).