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¡MIRA AL HIJO DE DIOS!

Un sermón escrito por Dr. R. L. Hymers, Jr., Pastor Emérito
y dado por Jack Ngann, Pastor
en el Tabernáculo Bautista Chino
La Tarde del Día del Señor, 23 de Febrero, 2025

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna”
(Juan 3:36; p. 1075 Scofield).


Jesucristo es el único objeto apropiado de la fe salvadora. Jesús es la Segunda Persona de la Trinidad. Él es Dios el Hijo. Él no es la misma persona que el Padre,

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (I Timoteo 2:5; p. 1232).

Jesús es Dios el Hijo. Dios el Padre envió a Su Hijo a morir en la Cruz, para pagar el castigo por tu pecado y derramar Su Sangre incorruptible para que tu pecado pudiera ser lavado.

Jesucristo, el Hijo de Dios, resucitó físicamente de entre los muertos y ascendió de nuevo al Tercer Cielo. Ahora Él está sentado allí, a la diestra de Dios. Cristo puede satisfacer la justicia de Dios pagando la pena total por tu pecado en la Cruz. Cristo puede limpiar tu pecado con Su Sangre. ¡Cristo puede darte vida eterna, porque ha resucitado de entre los muertos! ¡Todo lo que debes hacer es creer en Él!

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

Yo quiero que tú pienses en tres puntos importantes extraídos de este versículo.

I. Primero, lo que no es creer en Cristo.

La raza humana ha caído y está arruinada por el pecado. La humanidad ha sido destruida por el pecado. Las mentes de los seres humanos están en rebelión contra Dios. Por eso rechazaron a Cristo cuando vino a la tierra. Por eso clamaron para que fuera crucificado. No se dieron cuenta de que Dios planeó que Él muriera para que ellos pudieran ser salvos.

Ellos odiaron y rechazaron a Cristo. Y la humanidad todavía rechaza a Él.

“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”
     (Juan 1:11; p. 1071).

“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”
     (Isaías 53:3; p. 732).

Los seres humanos rechazan tan fuertemente a Jesús que hacen otra cosa – casi cualquier otra cosa – en lugar de creer en Él. Jesús dijo,

“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida”
     (Juan 5:40; p. 1078).

Es tan sencillo ser salvo.

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

Y, sin embargo, los pecadores arruinados no creerán en Jesús a menos que la gracia de Dios los atraiga a hacerlo. Harán algo diferente cada vez, en lugar de creer en Él. Los Católicos tratarán de salvarse a sí mismos confesando sus pecados uno por uno. Los Bautistas y los Evangélicos tratarán de salvarse a sí mismos “avanzando” o diciendo las palabras de una “oración del pecador.” Los Pentecostales tratarán de salvarse a sí mismos ejercitando sus emociones. Las personas se dedicarán y volverán a dedicarse. Aprenderán las palabras del “plan de salvación.” Se bautizarán y se volverán a bautizar. Confesarán sus pecados a un sacerdote o tratarán de experimentar cierto sentimiento emocional. Harán casi cualquier cosa, pero a menos que Dios los atraiga, no obedecerán nuestro texto.

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

¿Cómo tú espera llegar al Cielo? Tú no puedes llegar allí tal como estás. Tus pecados deben ser pagados – y tú no puedes pagar por ellos. Ningún acto de contrición puede salvarte. Ninguna buena obra puede satisfacer tus pecados. Ninguna doctrina correcta puede ayudarte. Ninguna “oración del pecador” puede hacerte el más mínimo bien. Tú puedes hacer que los demonios sean “expulsados” y que el “Espíritu Santo” sea arrojado dentro – ¡y aun así irás al Infierno cuando mueras! Tú puedes “sentirte salvado” o puedes “sentirte perdido” – ¡y aun así serás arrojado al fuego que nunca se apagará!

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

¡y nadie más!

II. Segundo, ¿qué es creer en Cristo?

¡Creer en Cristo es creer en Cristo! No es creer que Él puede salvarte. Eso es solo creer en una doctrina. “Yo creo que Él puede salvarme.” Tú tienes fe en una doctrina. ¡Aun así estás perdido! Creer que Él puede salvarte no te mantendrá fuera del infierno. ¡Debes creer en Cristo mismo!

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

¡Creer en Cristo es creer en Cristo! ¡Nada más te salvará!

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

Ahora, note la palabra “en.” Los traductores de la Biblia King James resaltan aquí una sutileza que se pierde en todas las traducciones modernas. La New American Standard Bible [Nueva Biblia Estándar Americana] dice, “El que cree en el Hijo.” Incluso la New King James lo tiene, “El que cree en el Hijo.” ¡Qué vergüenza! ¡La verdad sutil está oculta en estas traducciones modernas! ¡Sólo nuestras buenas y antiguas Biblias King James la resaltan!

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

Los traductores Ingleses sabían cómo utilizar la palabra “en.” Pero cuando se tradujo la versión RV, sabían que la palabra “en” no resaltaba el significado de la palabra Griega “eis.” Dr. Zodhiates nos dice que esta palabra Griega transmite “la esencia del movimiento hacia un lugar o cosa.” Por lo tanto, los traductores de la KJV podrían habernos dado

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

Pero esa redacción habría sido incómoda. Así que tradujeron “eis” como “en.” Esto es mucho mejor que “en.” Nos muestra que Jesús es el objeto de la fe salvadora. Debemos creer “en” Él. Ninguna de las traducciones modernas resalta esta gran verdad. Pero ahí está – en el Nuevo Testamento Griego.

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

Yo creí en Jesús antes de creer sobre él. ¡Pero yo no fui salvo hasta que creí en Él!

Aventúrate en Él, aventúrate por completo,
     no dejes que ninguna otra confianza se interponga.
Nadie sino Jesús, nadie sino Jesús,
     puede hacer el bien a los pecadores indefensos.
(“Come, Ye Sinners,” [“Venid, Pecadores,”] de Joseph Hart, 1712-1768).

Mira el versículo 18,

“El que en él cree, no es condenado…” (Juan 3:18; p. 1075).

La condenación por el pecado se elimina cuando crees en Jesús.

Mire el capítulo cuatro, versículo 39,

“Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él…” (Juan 4:39; p. 1076).

Estos Samaritanos creyeron en Jesús. La condenación por el pecado fue eliminada y ellos tuvieron vida eterna – cuando creyeron en Cristo. Y eso te pasará a ti también.

“El que en él cree, no es condenado…” (Juan 3:18).

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

III. Tercero, lo que Cristo te da cuando crees en Él.

El texto nos dice que Él te da vida eterna. Tenga en cuenta que dice,

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

“Hath” es el presente de indicativo activo de la palabra Griega “echō.” Bengel dice, “Así, la vida dada por Cristo es una posesión presente de los creyentes” (John Albert Bengel, Bengel’s New Testament Commentary, [Comentario del Nuevo Testamento de Bengel] Kregel, reimpresión de 1971, volumen 1, pág. 579). Luego Bengel cita a Jeremías, el patriarca de Constantinopla, quien dijo: “¿Ves? Él tiene esto inmediatamente, no lo tendrá.”

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

¡Tú no obtienes vida eterna cuando mueres! Los pecados no son perdonados después de la muerte. ¡Tú recibes el perdón y la vida eterna en el momento que crees en el Hijo de Dios!

En el momento en que un pecador cree, y confía en su Dios crucificado,
Recibe inmediatamente su perdón, redención completa por su sangre.
(“The Moment a Sinner Believes,” [“El Momento en Que un Pecador Cree,”] de Joseph Hart, 1712-1768).

Si tú quieres salvación, cree “en” Jesús, allá arriba en el cielo. Lánzate a los brazos de Cristo, como un hombre se arroja desde un edificio en llamas a la red de bomberos que está debajo. ¡Lánzate a los brazos de Cristo y Él te salvará!

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

Mi fe ha encontrado un lugar de descanso, no en el artificio ni en el credo;
Confío en el Eterno, Sus heridas intercederán por mí.

Me basta con que Jesús me salve, Esto acaba con mi miedo y mi duda;
Con alma pecadora vengo a Él, Él nunca me echará fuera.
     (“No Other Plea” [No hay Otra Petición] de Eliza E. Hewitt, 1851-1920).

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

“El que en él cree, no es condenado” (Juan 3:18).

“Y muchos de los samaritanos…creyeron en él” (Juan 4:39).

Jesús dijo,

“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24; p. 1077).

Jeremías, Patriarca de Constantinopla, dijo, “¿Ves? [Tú tienes] Esto lo tienes inmediatamente, no [Tú] lo tendrás.”

En el momento en que un pecador cree, y confía en su Dios crucificado,
Recibe inmediatamente su perdón, redención completa por su sangre.

¡Tú recibes la salvación completa en el mismo “momento” en que tú crees en Jesús!

Yo luché durante trece largas horas sobre este sencillo sermón. Yo quería hablar especialmente con un joven que viene a nuestra iglesia desde hace algún tiempo, pero que aún no ha comprendido esto. Él cree que tiene que aferrarse a Cristo. ¡Él piensa que si su fe flaquea, estará perdido! ¡Oh, no! ¡No lo has entendido del todo bien! ¡Un momento de confianza en el Salvador es todo lo que Dios requiere! Como dice la vieja canción, “¡Hay vida en mirar al Salvador!” ¡Tienes salvación completa en el momento que crees en Jesús!

Hay muchas ilustraciones y ejemplos de esto en la Biblia. Por ejemplo, lea Juan 3:14-15. Vamos a leerlo en voz alta:

“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:14-15; p. 1074).

Después de que el pueblo Hebreo salió de Egipto, vagó por el desierto. Luego hablaron

“contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto?” (Números 21:5; p. 184).

Dios envió entre ellos serpientes que mordieron al pueblo, y muchos murieron. Entonces el pueblo le pidió a Moisés que orara para que se salvaran de estas serpientes.

“Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía” (Números 21:8-9).

La nota de Scofield dice, “La serpiente de bronce es un tipo de Cristo…al llevar nuestro juicio” en la cruz (nota sobre Números 21:9). Dr. Ryrie dice, “Sólo aquellos que creyeron en Dios y miraron la serpiente de bronce sobrevivieron” (Ryrie Study Bible, [Biblia de Estudio Ryrie] nota sobre Números 21:8-9). Miraron la serpiente de bronce y se salvaron. Esta es una imagen de Cristo, levantado en la cruz, y ahora elevado al cielo. Jesús dijo:

“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:14-15).

¿Cuántas veces tuvo que mirar un Hebreo la serpiente de bronce para ser salvo? ¡Sólo una vez! “miraba a la serpiente de bronce, y vivía” (Números 21:9). ¿Cuántas veces debes tu creer en Cristo para ser salvo? ¡Sólo una vez! Él dice,

“Mirad a mí, y sed salvos” (Isaías 45:22).

¿Es eso demasiado fácil? La humanidad perdida cree que lo es. ¡Pero la Biblia nos dice que ésta es la única manera de ser salvo!

El carcelero preguntó al apóstol Pablo, “¿qué debo hacer para ser salvo?” Y Pablo dijo, Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo. (Los Hechos 16:30-31). ¡Es así de simple!

Si anhelas liberarte de la culpa, mira al Hijo de Dios;
Para justificarte, Él murió en el Calvario, mira al Hijo de Dios.
Mira al Hijo de Dios, mira al Hijo de Dios,
Porque sólo Él puede salvarte, mira al Hijo de Dios.
(“Mira al Cordero de Dios” por H. G. Jackson, siglo XIX,
modificado por R. L. Hymers, Jr.)

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

Abra su Biblia una última vez en Juan 6:47. Leamos en voz alta lo que dijo Jesús,

“De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna” (Juan 6:47; p. 1080).

Escuche lo que dijo Martín Lutero, el gran reformador, sobre ese versículo,