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LA INFALIBILIDAD DE LA ESCRITURA

Un sermón escrito por Dr. R. L. Hymers, Jr., Pastor Emérito
y predicado por Jack Ngann, Pastor
en el Tabernáculo Bautista Chino
La Tarde del Día del Señor, 2 de Febrero, 2024

“La boca de Jehová lo ha dicho”
(Isaías 1:20; p. 689 Scofield).


El siguiente mensaje es editado y adaptado de un sermón dado por C. H. Spurgeon el 11 de Marzo de 1888.

Lo que dijo Isaías, “La boca de Jehová lo ha dicho,” por lo tanto, fue hablada por Jehová, por Dios. Fueron las palabras escritas del hombre Isaías, pero en realidad las palabras fueron dadas por Dios mismo. Toda la Biblia es inspirada por Dios y, por lo tanto, hablada por boca del Señor.

Hoy en día, muchas personas no respetan la Biblia, pero el Señor Jesucristo, nuestro Maestro y Señor, la trató con gran respeto. Es importante saber que Jesucristo tenía un gran respeto por la Biblia. Cristo era el mismísimo Hijo de Dios y Él sabía si la Biblia era confiable o no. Sin embargo, continuamente citaba las Escrituras del Antiguo Testamento. Cristo siempre trató la Biblia con intensa reverencia. Cristo nunca trató la Biblia como si tuviera errores, como a menudo lo hacen los escépticos modernos. Yo estoy seguro de que no podemos equivocarnos al imitar el ejemplo de Jesucristo, quien dijo, “La Escritura no puede ser quebrantada” (Juan 10:35).

Yo digo que si Cristo, el divino Hijo de Dios, citó la Biblia y la utilizó en su enseñanza, ¡cuánto más debemos seguir su ejemplo! Cristo valoró cada palabra que

“La boca de Jehová lo ha dicho” (Isaías 1:20).

Los Apóstoles también tenían gran respeto por la Biblia. Ellos consideraban las antiguas Escrituras del Antiguo Testamento como su autoridad suprema. Ellos respaldaban sus afirmaciones con pasajes de las Escrituras. Ningún discípulo de Jesús cuestionó jamás la autoridad de las palabras de Moisés, ni de los profetas, ni de los Salmos. Si tú quiere decir que tú cree que hay errores en la Biblia, tú no encontrará a ninguno de los Apóstoles de acuerdo contigo. Los escritores del Nuevo Testamento creyeron en el Antiguo Testamento y confiaron en él como las palabras de Dios sin ningún cuestionamiento. Tú y yo pertenecemos a una iglesia que continuará haciéndolo, digan lo que digan los demás. Otros pueden seguir a las autoridades que ellos quieran, pero, en cuanto a nosotros, Dios es nuestro Maestro y Señor, y creemos que cada palabra de la Biblia Hebrea y Griega fue dada por Dios, porque

“La boca de Jehová lo ha dicho” (Isaías 1:20).

I. Primero, ésta es la autoridad de lo que creemos y predicamos.

Nosotros predicamos porque

“La boca de Jehová lo ha dicho” (Isaías 1:20).

No sería importante hablar de lo que dijo Isaías, si Isaías sólo nos diera lo que pensaba. Tampoco deberíamos pasar horas estudiando los escritos del Nuevo Testamento del apóstol Pablo si los escritos de Pablo fueran sólo sus pensamientos e ideas. Pero como “La boca de Jehová lo ha dicho,” ¡ay de nosotros si no predicamos el evangelio que está en la Biblia! Venimos a vosotros diciendo “Así dice el Señor,” y no tendríamos ninguna base para predicar si no tuviéramos este mensaje de la Biblia, “La boca de Jehová lo ha dicho.”

Martín Lutero, que nunca temió el rostro del hombre, dijo que cuando se ponía de pie para predicar, a menudo sentía que sus rodillas se entrechocaban debido al sentido de su gran responsabilidad. ¡Ay de nosotros si nos atrevemos a hablar la palabra del Señor con menos que todo nuestro corazón, alma y fuerza! Si la Biblia fuera nuestra propia palabra, podríamos sentirnos tentados a usar mera oratoria humana en nuestra predicación. Pero si es la Palabra de Dios lo que predicamos, no podemos permitirnos el lujo de pensar en hacer alarde de nuestra capacidad de oratoria y erudición. Debemos hablar, “no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo” (I Corintios 1:17).

Nosotros vivimos bajo una intensa presión para predicar el evangelio. Debemos decir, “La boca de Jehová lo ha dicho.” No es tarea del predicador corregir la Biblia. Un verdadero predicador repite las palabras de la Biblia como un niño repite sus lecciones en la escuela. No es tarea nuestra como predicadores corregir las Escrituras, sino simplemente explicarlas y predicarlas.

Creyendo que es la Palabra de Dios, yo no debo predicar pensamientos nuevos y originales propios, sino más bien decir, con Jesús, “La palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió” (Juan 14:24). Creyendo que “La boca de Jehová lo ha dicho” es mi deber repetirles las palabras de la Biblia tan correctamente como yo pueda, después de haberlas oído y sentido en mi propia alma. No es correcto que yo cambie o adapte el evangelio. ¡Qué! ¿Trataremos de mejorar lo que Dios ha revelado en las Escrituras? ¡La revelación infalible del Dios infalible no debe moderarse ni atenuarse para adaptarse a las modas y caprichos de este tiempo!

Dios nos dice, “Aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera” (Jeremías 23:28). ¿Qué es la paja en comparación con el trigo? ¿Qué son los descubrimientos del hombre en comparación con las enseñanzas de la Palabra de Dios, la Biblia? Por lo tanto, no debemos añadir nada a Sus palabras, para que Él no nos añada las plagas que están escritas en este Libro. Y no debemos quitar nada de las palabras de la Biblia, para que Dios no borre nuestros nombres del Libro de la Vida.

Nuevamente, nosotros hablamos la verdad de Dios con valor y plena seguridad. Nosotros predicamos a Cristo crucificado y hablamos con valentía, y es correcto que lo hagamos, porque estamos predicando la Palabra de Dios y no la nuestra. Se nos ha acusado de dogmatismo; pero debemos hablar dogmáticamente cuando repetimos lo que la boca del Señor ha dicho. No podemos decir “si” o “pero,” porque estamos tratando con cosas seguras y ciertas de la Biblia. Si Dios dice que es así, es así; y ahí termina el argumento. El argumento se detiene cuando Dios habla en la Biblia.

Aquellas personas que rechazan la autoridad de la Biblia pueden muy bien rechazar lo que predicamos. No nos molesta cuando rechazan nuestra predicación. Pero, cuando decimos las palabras que la Biblia predica, la boca de Jehová lo ha dicho, aquellos que se niegan a escuchar la Palabra de Dios, lo hacen con gran peligro para sí mismos.

De nuevo, si creemos que “La boca de Jehová lo ha dicho” – nos moverá a un gran amor y celo. Vale la pena vivir y morir por las verdades de la Biblia. Me alegra mucho que me encuentren defectos por causa de la antigua fe. “Dadme esa religión-antigua; es suficiente para mí.” Como dice una vieja canción,

El amor de Cristo me constriñe
A buscar las almas errantes de los hombres;
Con gritos, súplicas, lágrimas, para salvarlas,
Para arrebatarlas de la ola de fuego.

Yo debo repetir constantemente las palabras del mensaje del evangelio, palabras como ésta, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16). Debemos decirlo con valentía, cada vez que predicamos, en todo lugar, debemos contar el evangelio a toda criatura, “La boca de Jehová lo ha dicho.” ¿Cómo podemos dejar de proclamar la buena noticia? “La boca de Jehová lo ha dicho.” ¿Y no lo proclamará también vuestra boca? Susúrralo al oído de los enfermos. Grítalo en las esquinas de las calles, pero en todas partes que éste sea vuestro motivo – predicad el evangelio porque “La boca de Jehová lo ha dicho.” ¡Que ninguno de vosotros calle, el que tiene voz, para difundir, para que todos puedan oír, las palabras que el Señor ha dado por medio de su Hijo, el Señor Jesucristo! “La boca de Jehová lo ha dicho.”

II. Segundo, esto exige nuestra atención.

Cada palabra que Dios nos ha dado en la Biblia demanda nuestra atención porque es realmente importante. Porque “La boca de Jehová lo ha dicho,” las palabras de la Biblia son muy importantes. Dios no juega contigo. Dios habla muy en serio. Dios te habla en la Biblia sobre cosas eternas. Lo que Dios dice es importante porque tu vida depende de ello. Yo ruego que seas lo suficientemente inteligente para escuchar. “La boca de Jehová lo ha dicho.”

Dios no dice cosas que bien podrían haberse quedado sin decir. Cuando Dios habla, es necesario que tú escuchar. Yo sé que Satanás dice que tú puedes hacerlo muy bien sin escuchar la Palabra de Dios. Yo sé que tu propio corazón carnal te dice que escuches la voz de los negocios y el placer, pero no la Palabra de Dios. Pero si tú deseas aprender del Espíritu Santo, tú debes escuchar lo que Dios dice en la Biblia. Hoy, si quieres escuchar Su voz, escúchala; porque Él exige atención inmediata. Sin esperar, di en tu corazón, “Habla, Jehová, porque tu siervo oye” (I Samuel 3:9).

Yo te insto a que escuches lo que dice la Biblia porque te dice cómo ser salvo. No hay otro libro que pueda ayudarte a encontrar la salvación. Debes escuchar la Biblia. “La boca de Jehová lo ha dicho.”

Yo les he mostrado con este versículo que la Biblia es la autoridad de lo que predicamos, y la Biblia exige su atención.

III. Tercero, esto hace que la Biblia sea muy alarmante para muchos.

¿Te leo el versículo completo otra vez? “Si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.”

Dios nunca ha pronunciado una amenaza que no se haya cumplido. Cuando Dios le dijo a Faraón lo que haría, lo hizo, y las plagas cayeron sobre él en grandes cantidades. Y puedes estar seguro de ello cuando Jesús dice, “E irán éstos al castigo eterno,” sucederá exactamente como Él dijo (Mateo 25:46). La Palabra de Dios no se nos da para asustarnos con cosas que no son reales. Dios siempre ha cumplido sus amenazas – y podemos estar seguros de que seguirá haciéndolo, “La boca de Jehová lo ha dicho.”

¿Cómo tú puedes creer en la Biblia, si te condena? Si tú la crees y haces lo que dice, encontrarás la manera de escapar del infierno. La boca del Señor te dice que escapes del juicio uniéndote a Jesús. La Biblia fluye con la leche de la misericordia y la miel de la gracia. Pero si tú rechazas la Biblia, si tú pisoteas sus promesas e incluso si tú la quemas en tu ira, la Biblia seguirá siendo inmutable e inmutable, “La boca de Jehová lo ha dicho.” Por eso debes tratar la Biblia con mucho respeto. Recuerda que “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:31), “La boca de Jehová lo ha dicho.”

IV. Cuarto, esto hace que la Biblia es el fundamento de nuestra fe.

“La boca de Jehová lo ha dicho,” es el fundamento de nuestra confianza. Tus pecados pueden ser perdonados, porque Dios así lo dijo. “Ah,” dices, “me siento tan débil que no puedo orar ni hacer nada bien.” ¿No está escrito “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos” (Romanos 5:6)? Por eso, a pesar de tu incapacidad, cree lo que Dios dijo, “La boca de Jehová lo ha dicho.”

Me parece oír a algún Cristiano decir, “Dios ha dicho, ‘Nunca te dejaré ni te abandonaré,’ pero estoy en un gran problema; todas las cosas que suceden en mi vida parecen contradecir esa promesa.” Todavía, “La boca de Jehová lo ha dicho,” así que la promesa es verdadera. Cree en Dios ante las malas circunstancias. Si no ves una vía de escape o un medio de ayuda, aun así cree en el Dios invisible y en la verdad de Su presencia, “La boca de Jehová lo ha dicho.” Cuando yo estoy deprimido hasta casi desesperarme, yo estoy decidido a aferrarme a la Palabra del Señor y demostrar que es en sí misma un apoyo totalmente suficiente. Los propósitos de Dios permanecerán. “La boca de Jehová lo ha dicho.” ¡Fuera todos los que la contradigan! Nuestra confianza está bien fundada, “La boca de Jehová lo ha dicho.”

Algún día moriremos. El sudor de la muerte brillará en nuestras frentes y no podremos hablar. ¡Oh, que entonces, como el gran emperador alemán, podamos decir, “Mis ojos han visto tu salvación” y “Él me ha ayudado con su nombre!”

Hermanos, no hemos seguido fábulas ingeniosamente inventadas. No somos “niños libertinos que nadan sobre vejigas” que pronto estallarán bajo nuestro peso. Descansamos sobre terreno firme. Descansamos en Dios mismo. Su promesa debe permanecer, porque “La boca de Jehová lo ha dicho.”

No importa lo que diga la gente, tú ve a la Biblia y haz lo que ella dice. Aférrate a la Palabra de Dios, vuélvete a Jesucristo, sé limpio de pecado por Su Sangre. Que el evangelio de los mártires, que el evangelio de los Reformadores, que el evangelio de la multitud lavada con sangre ante el trono de Dios, el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, sea tu evangelio, y nada más que eso, y Cristo te salvará. “La boca de Jehová lo ha dicho.” Gloria a su nombre, por Cristo Jesús. Amén.