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LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR

Un sermón por Dr. R. L. Hymers, Jr., Pastor Emerito
y dado por Jack Ngann, Pastor
en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 20 de Octubre, 2024


Ahora voy a predicar este sermón de una manera diferente a lo que usualmente hago. Quiero que abras tu Biblia en Marcos capítulo 4. Te voy a explicar la Parábola del Sembrador. Se encuentra en Mateo, Marcos y Lucas. Pero la vamos a estudiar en Marcos hoy. Una parábola es una historia que Jesús contó para ilustrar y hacer clara una verdad espiritual.

¿Cuál es la verdad principal de esta parábola? Es esto – ¡la gran mayoría de las personas que oyen el Evangelio no serán salvas! El mayor número de personas que oyen cómo ser salvos no será salvo. ¡Van a ir al Infierno! Las multitudes irán al Infierno. Sólo un número pequeño será salvo. Eso sorprende a muchas personas hoy en día. Ellos dicen: “Yo no creo que Dios enviaría a nadie al “Infierno”. Luego dices: “Pero el Dios de la Biblia envía a la gente al Infierno”. Ellos dicen: “Yo no creo en ese Dios. Mi Dios nunca haría eso”. Lo que quieren decir es el dios que ellos han fabricado en sus propias mentes no haría eso. Pero no estamos hablando del dios que tú has fabricado en tu propia mente. La gente de los “Doce Pasos” hablan del “Dios como tú lo entiendes”. Pero no estoy hablando de ese dios falso tampoco. El dios que tú “fabricas” en tu propia mente es un dios falso. El “Dios como tú lo entiendes” es un dios falso. ¡Estoy hablando del Dios como tú no lo entiendes! Él es el Dios que se reveló a Sí Mismo exclusivamente en la Biblia. ¡Él es el Dios de la Biblia! ¡Y no hay otro! No estoy hablando del dios falso en el que tú crees. Estoy hablando del verdadero Dios – revelado a nosotros en la Biblia. Tu dios falso no envía gente al Infierno. Pero el Dios verdadero sí lo hace. En Mateo 7:13 el Señor Jesús dijo que la mayoría de la gente va “a la perdición” en el Infierno. En el siguiente versículo el Señor Jesucristo dijo que aquellos que son salvos son “pocos” en número – muy pocos en verdad. Y ese es el punto principal de esta parábola.

Es una historia sencilla que Jesucristo dijo. Dijo que un sembrador salió a sembrar. Mientras iba esparciendo la semilla, una parte cayó junto al camino. Las aves descendieron y rápidamente se la comieron. Otra semilla cayó en pedregales donde no había mucha tierra. La semilla creció rápidamente, pero cuando salió el sol se quemó y murió, porque no tenían raíces fuertes. Otra parte cayó entre espinos y malezas. Las malezas crecieron y las ahogaron, de modo que no tienen ningún fruto. Por último, una parte cayó en buena tierra, creció y produjo una buena cosecha. Esa es la parábola. Es una pequeña historia sencilla – pero nos muestra una verdad muy importante – ¡muy pocas personas que escuchan el Evangelio son salvas!

Los cuatro tipos de tierra en la parábola representan los cuatro tipos de personas que escuchan el Evangelio. La semilla es la Palabra de Dios, la Biblia, el mensaje de la salvación a través de Cristo Jesús. Cada persona que viene a esta iglesia escucha el Evangelio. Lo que hacen al respecto está representado por los cuatro tipos de tierra en la parábola.

I. Primero, los que oyen el Evangelio y lo olvidan en seguida, están perdidos.

Mira a Marcos 4:15,

“Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones”
     (Marcos 4:15; p. 1009 Scofield).

Estas son personas que vienen y visitan nuestra iglesia una o dos veces. Oyen la Palabra de Dios, el mensaje de la salvación. Pero, “Vinieron las aves del cielo y la comieron” (Marcos 4:4). Las aves que se comieron las semillas representan a Satanás y sus demonios. “En seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones” (Marcos 4:15).

Les decimos que Jesús murió en la Cruz para pagar por sus pecados. El Diablo les dice, “No tienes ningún pecado. Eres una buena persona”. Así que la Palabra es quitada rápidamente por el Diablo que trabaja en sus mentes. Decimos: “Jesús resucitó de entre los muertos para darte vida eterna”. El Diablo dice: “¡No creas eso! Es un mito, un cuento de hadas”. Así que la Palabra es quitada rápidamente por el Diablo que trabaja en sus mentes. Jesús dijo que el Diablo “es mentiroso” (Juan 8:44). Él te dice una mentira para evitar que creas el Evangelio y seas salvo. ¡El quiere mantenerte como su esclavo!

Traemos a muchas personas perdidas a escuchar el Evangelio todos los Domingos. La mayoría de ellos nunca regresan. Les damos el mensaje de salvación. Les damos almuerzo (o cena) y una fiesta de cumpleaños. Hacemos fácil el venir a la iglesia. Pero la mayoría de ellos no recuerdan una cosa de lo que yo predico. ¿Por qué? Porque “en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones”, ¡por eso! Algunas personas vienen varias veces sin que la predicación tenga ningún efecto en ellos. ¿Por qué? Porque cada vez escuchan al Diablo, y él arranca la Palabra de sus corazones. Incluso les damos un manuscrito del sermón palabra por palabra para que lo lleven a casa y lo lean. ¿Realmente lo leen y piensan seriamente en ello? No, no lo hacen. Sé que la mayoría de ellos tira el manuscrito en el cesto de basura al llegar a casa. Yo sé eso. Pero seguimos haciéndolo de todos modos. ¿Por qué seguimos haciéndolo? Porque Jesús dijo: “Vé por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar” (Lucas 14:23). Porque Dios nos dijo,

“Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes” (Ezequiel 2:7; p. 808).

A medida que nos acercamos más a los “últimos días” la gente se vuelve cada vez más rebelde contra Dios. Así, el Diablo y sus demonios son cada vez más capaces de arrebatar la Palabra de Dios de los corazones y mentes de las personas. Hace cincuenta años podías poner un letrero que dijera: “Estudio de la Biblia aquí a las 7:00 PM”. Los jóvenes vendrían, muchos de ellos, sólo al leer un letrero así. Lo sé. Yo empecé una iglesia cerca de San Francisco con los Hippies. Ellos eran pecadores. Claro que eran. ¡Pero tan malos como eran, eran mucho, mucho mejor que los jóvenes de hoy! ¡Hoy en día la mayoría de los jóvenes tienen sus corazones tan duros que no podría penetrar en ellos ni con un martillo! Sin embargo, continuamos, “escuchen o dejen de escuchar” – ¡porque Dios nos dijo que lo hicieramos! Y de vez en cuando nos encontramos con alguien que está entre los elegidos, que escucha el Evangelio y es salvo. Pero cada vez es más y más raro mientras esta edad llega a su fin, y este mundo presente llega a su fin. Estoy convencido, al menos aquí en Estados Unidos, de que Dios está juzgando a nuestra gente enviando “un poder engañoso, para que crean la mentira” (II Tesalonicenses 2:11). ¡Sin embargo, también sabemos que Dios, por la gracia irresistible, traerá a los elegidos, incluso en estos días demoníacos y malvados! No estamos buscando grandes multitudes. Estamos buscando, aquí y allá, a aquellos pocos que Dios ha escogido para que sean salvos. Porque Jesús dijo: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros” (Juan 15:16). ¡Dios traerá a los que Él ha escogido por gracia soberana! ¡Aleluya! Pero los que Dios no ha elegido “En seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones” (Marcos 4:15). ¿Qué de ti? ¿Eres uno de los elegidos de Dios – o vas a dejar que Satanás quite la Palabra de tu corazón – y te irás a vivir y morir en tu pecado? Porque Jesús dijo: “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mateo 22:14).

II. Segundo, los que oyen el Evangelio y lo reciben con gozo, pero tropiezan cuando son tentados, están perdidos.

Mira a Marcos 4:16-17.

“Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan” (Marcos 4:16-17; p. 1009).

Estas personas en pedregales son lo contrario del primer grupo. Ellos reciben el Evangelio con gozo y alegría. Vienen a la iglesia y les encanta. Cantan los himnos con gozo en seguida. Ellos vienen a la reunión de oración. Van al evangelismo. ¡Es genial! ¡A ellos les encanta! Toman los manuscritos de sermones a casa y los leen con cuidado.

Pero falta algo. Ellos “no tienen raíces”. Ellos no están arraigados en Jesús, no están “arraigados y sobreedificados en él” (Colosenses 2:7). Y “son de corta duración”. El Dr. J. Vernon McGee dijo: “Ellos realmente se entusiasman, pero no tienen ninguna relación real con Jesús. Es sólo una gran emoción” (A través de la Biblia, nota sobre Mateo 13:20, 21).

Después de un tiempo se encuentran con que les causa problemas estar en la iglesia. Algo sucede y no quieren volver. Cuando viene la tribulación o la persecución por estar en la iglesia, “luego tropiezan”. Esto significa, literalmente, “en seguida se apartan de ella” (ver NVI). Eso sucede a menudo durante las “fiestas” de Navidad y el Año Nuevo. Ellos saben que queremos que vengan al banquete de Navidad, al servicio de la Víspera de Navidad, y al servicio de vigilia en la Víspera de Año Nuevo. Ellos planean venir. Pero entonces algo sucede, son invitados a otra fiesta con los incrédulos, o algo más sucede. Ellos se rinden al mundo – y se van, la primera vez que hay un poco de “aflicción” o problemas. ¿“Tropezarás” cuando seas probados por las “fiestas”? ¿Te irás con amigos perdidos a una fiesta mundana, o un baile? ¿Te irás a Las Vegas, o algún otro lugar, con amigos perdidos? Cada año vemos un par de personas que no tienen raíz verdadera en Jesús, quienes rápidamente tropiezan durante las fiestas.

El Dr. David F. Wells es un famoso teólogo Reformado. Él dijo: “Esta [gente] no tiene ninguna intención de pagar el costo del auto-compromiso que se requiere si el mensaje es de hecho creído...Estos [tales llamados] ‘conversos’ se niegan a voltear sus vidas de cabeza en esta manera. Hay, al parecer, muchos de este tipo en Estados Unidos hoy” (traducción de David F. Wells, Ph.D., The Courage to be Protestant, Eerdmans Publishing Company, 2008, p. 89).

El Dr. J. Vernon McGee llamó a estas personas, “Cristianos Alka-Seltzer. Hay una gran cantidad de efervescencia en ellos...No tienen ninguna relación real con Jesús. Es sólo una gran emoción. Son la gente “en pedregal” (ibid.).

III. Tercero, los que oyen el Evangelio, pero se ahogan por los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, están perdidos.

Mira a Marcos 4:18, 19,

“Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (Marcos 4:18, 19; p. 1009).

El Dr. McGee dijo: “El Diablo agarró a los de junto al camino, y la carne se hizo cargo de la gente en pedregal, pero el mundo ahoga la Palabra a esta clase de oyentes. Los afanes de este siglo llegan...he encontrado que muchas personas han dejado que los afanes de este siglo saquen la Palabra de Dios” (ibíd.).

Hemos visto que esto ocurre una y otra vez. Algún joven viene a la iglesia y parece ser convertido. Luego, después de un tiempo, se gradúan y empiezan a ganar dinero. Tienen un hijo. Comienzan a codiciar otras cosas. Voy a citar la NVI para hacer esto claro. Dice que ellos, “oyen la palabra, pero las preocupaciones de esta vida, el engaño de las riquezas y muchos otros malos deseos entran hasta ahogar la palabra”.

Un gran número de personas dejaron nuestra iglesia hace como treinta años. Un hombre nombrado Olivas nos dejó y comenzó una iglesia alternativa. Le dijo a nuestra gente que yo era demasiado estricto. Ellos no tenían que ir a un servicio de Domingo por la noche. Todo lo que necesitaban era un servicio de la mañana, seguido de un almuerzo. Ellos no tenían que traer a los perdidos a la iglesia. Lo único que tenían que hacer era venir – y sólo cuando era conveniente. ¡Fue grandioso! ¡Ellos estaban libres de este estricto viejo predicador! Pero muy pronto la mayoría de ellos dejaron esa iglesia alternativa. Uno de sus hombres dijo, “Esta iglesia es sólo una estación de paso, en el camino de vuelta al mundo”. Eso es lo que sucedió en el “quebrantamiento de iglesia Olivas”. ¿Va a volver a ocurrir? Sí – ¡si los afanes de este siglo, el engaño de las riquezas, y codicias de otras cosas ahogan la Palabra en tu vida! ¡Sí, va a pasar con la gente de iglesia en pedregal! ¡Sí, pasará! [Y paso otra vez con el Dr. Chan.]

Ahora, escucha al Dr. J. Vernon McGee de nuevo:

Estos tres tipos de tierra no representan tres tipos de creyentes – ¡no son creyentes para nada! Han oído la Palabra y sólo han profesado recibirla...En otras palabras, no eran salvos... Sólo una cuarta parte fueron verdaderamente salvos. Francamente, en mi propio ministerio he encontrado el porcentaje aún menor que eso (traducción de McGee, ibid., pp. 73, 75).

Se van a ir y te dirán que son salvos. ¡Pero ellos no son salvos para nada! Estoy totalmente de acuerdo con el Dr. McGee. Él dijo de estas personas perdidas, “Yo los clasifico como el tipo del Sur de California” de evangélicos perdidos (ibid., P. 73). El Dr. David F. Wells dijo: “Son ejemplares [ejemplos] del ‘Cristianismo débil’ que tantas iglesias evangélicas están propagando...menos de una de cada diez tiene la menor idea de lo que significa ser un discípulo de Jesús en términos bíblicos” (traducción de Wells, ibid., p. 91). ¡Amén a eso, hermano!

IV. Cuarto, los que oyen el Evangelio, lo reciben, y dan fruto, son los que son salvos.

Mira al versículo 20,

“Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno” (Marcos 4:20; p. 1009).

¿Quiénes son esas personas? Probablemente es más sencillo dar algunos nombres. Estas son las personas que debes seguir. Estas son las personas con las que debes modelar tu vida. Son personas como el Dr. Cagan, el Sr. y la Sra. Mencia, el Sr. y la Sra. Sanders, el Sr. Lee, y especialmente la Sra. Hymers – ¡gente como ellos! ¡Amén! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el nombre de Jesús!

Empieza por confiar en Jesús. Crece por confiar en Jesús. Fluye al discipulado por confiar en Jesús. Como la vieja canción dice, “¡Confiar en Él pase lo que pase, Confiar en Jesús, eso es todo!” ¡Ninguno de los primeros tres grupos confió en Jesús! Ellos confiaron en sí mismos. Es por eso que “se soltaron” y dejaron nuestra iglesia. No confiaron en Jesús. Confiaron en su propio pensamiento y sus propios sentimientos. Deja de confiar en ti mismo – y empieza a confiar en Jesús. ¡Confía en Él ahora, y él te limpiará de todo pecado con Su Sangre preciosa! ¡Confía en Él ahora, y tú recibirás inmediatamente vida eterna! ¡Amén! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el nombre de Jesús!