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EL EVANGELISMO CENTRADO EN LA IGLESIA

Un sermón escrito por Dr. R. L. Hymers, Jr., Pastor Emerito
y dado por Jack Ngann, Pastor
en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles
La Mañana del Día del Señor, 15 de Septiembre de 2024

“Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mateo 28:19-20; p. 1004 Scofield).


Mucha gente cree que el evangelismo se debe llevar a cabo por solo pocas personas en la iglesia, tal vez el pastor y los diaconos, u otros especiales. Pero eso no es lo que el Nuevo Testamento enseña. La Gran Comisión de Mateo 28:19-20 se ha dado a cada miembro de la iglesia local. El Dr. W. A. Criswell correctamente dijo:

La comisión de Jesús fue para la iglesia entera en cada era. La palabra imperativa en la comisión es “hacer discípulos,” (traducción de la nota sobre Mateo 28:19-20 en The Criswell Study Bible, por W. A. Criswell, Ph.D., Thomas Nelson, 1979).

“La comisión de Jesús fue para la iglesia entera”. Cristo mandó que toda persona en la iglesia hiciese la obra de evangelismo. Cada Cristiano es llamado y mandado a hacer discípulos de todas las naciones. Es esa la razón por la cual creemos en el evangelismo de cada miembro. El evangelismo tiene que estar en el mero corazón del programa de nuestra iglesia. Como lo dijo el Dr. Criswell: “La comisión de Jesús fue para la iglesia entera”.

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19).

Muchas otras personas piensan que el evangelismo es salir a repartir “tratados” o lograr que la gente diga una “oración de pecador” superficial. Pero debemos recordar que el propósito no es lograr decisiones, sino que hacer discípulos. Como el Dr. Criswell dijo correctamente: “‘enseñar a todas las naciones’ [ha sido] mejor traducido en Español ‘hacer discípulos’”. Esto muestra que la Gran Comisión está centrada en la iglesia local.

El decisionismo ha, en las últimas generaciones, llevado a la idea de “conseguir decisiones” en lugar de traer la gente a la iglesia local. Pero ¿de qué sirve “conseguir decisiones” si no conseguimos a la gente? Para que las congregaciones crezcan tienen que obedecer la Gran Comisión literalmente trayendo la gente a la iglesia local. Es allí donde será convertida y discipulada. En vez de “perseguir” a la gente que en verdad no ha sido convertida, nosotros necesitamos salir y traerla a la iglesia local. Por favor voltea a Lucas 14:23, donde esto está clarísimo. Leámos este verso en voz alta.

“Dijo el Señor al siervo: Vé por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa” (Lucas 14:23; p. 1054).

Esa es la aplicación práctica de la Gran Comisión de Mateo 28:19-20. ¿A dónde debo ir para “hacer discípulos”? La respuesta – “a los caminos y vallados” – a las calles y sendas – al “mundo” (Marcos 16:15). ¿Qué debo hacer cuando encuentre a esta gente perdida? Respuesta – “fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa”. ¡Simple! ¡Evangelismo centrado en la iglesia local!

Ahora, fíjate en las dos palabras cerca del principio del verso 23 y cerca de su fin:

“Vé.”
“Entrar.”

¡Simple! “Vé” y fuérzalos a “entrar”. Así es como “haces discípulos”. Así es como se convierten y se hacen discípulos – en y por medio de la iglesia local.

“Vé”.
“Fuérzalos a entrar”.

I. Primero, el evangelismo centrado en la iglesia local comienza con “ir”.

No podemos sentarnos a esperar que el mundo entre por sí solo. Sí, yo sí creo que Dios es soberano. Pero un Dios soberano usa medios para cumplir Sus propósitos. Si como iglesia no obedecemos el mandato de Cristo en Mateo 28:19-20 y Lucas 14:23, no debemos esperar que Dios nos bendiga. La obediencia a la Gran Comisión es la llave para el exito en cualquier iglesia. Podemos orar – y está bien. Podemos estudiar y enseñar la Biblia – y está bien. Podemos cantar hasta que se nos salga el corazón en los servicios – y está bien. Pero si dejamos de obedecer el mandato de Cristo de la Gran Comisión, si dejamos de “Id y haced discípulos”, si dejamos de “[Ir] y forzarlos a entrar”, hemos dejado de obedecer el ultimo mandamiento que Cristo nos dio. Tenemos que ir y traer a los perdidos o le habremos fallado a nuestro Señor, no habremos tomado Su mandamiento en serio, y no habremos obedecido Su voz, no habremos llegado a la altura del cargo que Él nos dió. Así que con la fuerza que hay en mi digo:

“Vé…y fuérzalos a entar, para que se llene mi casa”
     (Lucas 14:23).

Algunos tal vez ya están viejos y débiles. Otros aun muy chicos y muy jóvenes. Pero los miembros mayores pueden venir a cuidar a los chiquillos – y trabajar juntos para que los padres de familia puedan salir. Aquellos mayores que ya no pueden salir en cada oportunidad evangelistica, pueden sostener las manos de los padres de familia, como Aaron y Hur sostuvieron las manos de Moisés. Tú puedes jugar un papel muy importante al dejar que los padres de niños salgan en tu lugar a “forzarlos a entrar, para que se llene la casa de [Dios]”. ¡Hazlo! Cual sea el costo, cual sea el sacrificio necesario, porque el evangelismo es el ministerio de la iglesia de Cristo, y todos los miembros deben hacer lo que puedan, en su propia capacidad, para ayudar a esta iglesia local a obedecer el mandamiento de Cristo Jesús, y “Vé…y fuérzalos a entrar”. ¡Hazlo! Laborad juntos como iglesia para que cada hombre y mujer con capacidad física, chicos y chicas, obedezcan a Cristo Jesús y “fuerzalos a entrar, para que se llene mi [Su] casa”.

Pero tú vé en la fuerza y el vigor de tu juventud, toma las riendas por Cristo. Gasta tu fuerza y tu juventud y salud, y tu vida desagobiada para empujar hacia adelante en un arroyo de fervor evangelistico, en un cometido inmovible que a cualquier costo cumplirá la Gran Comisión y “Vé – y fuérzalos a entrar”. Ese es el primer punto que debemos enfatizar en una iglesia que hace el evangelismo de cada miembro su santo y sagrado llamado. Comienza con ir. Si tú no vas, ellos no entrarán – y la casa de Dios no se llenará. “¡Vé…y fuérzalos a entrar”! Comienza con que digas en tu corazón: “Yo iré. No importa lo que cueste y no importa la dificultad que tenga que padecer. A pesar de todo – Yo iré. Cristo me mandó hacerlo, y lo obedeceré. Yo “¡Iré!”

Las próximas doce semanas contarán el cuento. Dentro de tres cortos meses la siega de almas se apagará. Siempre es así. Las “fiestas” Americanas apartarán sus corazones aun más lejos de Dios, hacia la busqueda del placer mundano de las fiestas de locura. Tú sabes bien que tengo razón. Siempre pasa.

Así que solo tenemos doce cortas semanas para traer la cosecha de almas del otoño. Si fallamos, nos encontraremos con el tiempo de “las fiestas” decepcionados y vencidos. Pero – si triunfamos – veremos muchos nuevos rostros contentos, de estudiantes de las siete universidades que evangelizamos, y de los centros comerciales y calles donde llevamos el mensaje, entrando contentos a nuestra iglesia. ¡Que Dios te conceda ayudarnos a que esta escena de gozo se haga una dinámica realidad! Dí en tu corazón: “Obedeceré el mandato de Cristo e iré con los pies llenos de gozo y un corazón lleno del Espíritu cada vez que tenga la oportunidad – Lo haré por Cristo Jesús, quien murió por mí, ¡para redimir mi alma del pecado y del Infierno! Yo ‘Iré’!”

Empieza con ir. Esa es la manera en que cumplimos el mandamiento de Cristo.

II. Segundo, el evangelismo centrado en la iglesia continua

“trayendolos a entrar.”

No es suficiente darles literatura. Por mucha experiencia sabemos que pocos o nadie vendrá de ese modo. Sabemos que decir la oración del pecador con ellos en la puerta de su casa o en la calle – no es el modo efectivo de traerlos. Dichos métodos le dan consuelo a los “decisionistas”, pero nosotros nos hemos dado cuenta por experiencia que este método si acaso trae a alguien son muy pocos a la iglesia local. ¡Debemos hacer más, mucho más que eso! Jesús dijo:

“Vé…y fuérzalos a entar, para que se llene mi casa”.

Ellos tienen que ser “forzados” a entrar a la casa de Dios. ¡Ellos deben ser forzados a entrar! ¡Presiónalos, persuádelos, constriñelos a entrar! ¡Eso es lo que la palabra Griega “fuérzalos” significa!

Traiganlas, Traiganlas,
     Traiganlas del campo del pecar;
Traiganlas, traiganlas,
     A Jesús trae las ovejas.
(traducción de “Bring Them In” por Alexcenah Thomas, siglo 19).

Pero no han “entrado” cuando vienen a uno o dos servicios. No han “entrado” por completo hasta que están “en Cristo Jesús” (I Corintios 1:30). Así que, no debemos pensar que nuestro deber de evangelizar se ha terminado cuando la persona viene a unos cuantos servicios en la iglesia. No han “entrado” hasta que están unidos con Cristo en la conversión verdadera. Debemos continuar “forzándolos a entrar” hasta que hayan oído suficiente predicación para saber que están perdidos, hasta que lleguen a la convicción de epecado, y sean unidos a Cristo en un momento instantáneo de confiar. Aun después de ser convertidos tenemos que laborar con ellos y ayudarlos a que sean fuertes discípulos de Cristo Jesús.

“Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mateo 28:20).

Esta no es solamente la obra del pastor. La Biblia dice:

“Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos…”
     (Hebreos 10:24-25; p. 1256).

No debemos olvidar a la gente más nueva cuando ya han venido a la iglesia por un tiempo. Debemos continuar “estimulando[les] al amor y a las buenas obras”.

Yo creo que a veces leemos la Gran Comisión demasiado rápido, sin en verdad pensar en las palabras. Leámosla de nuevo, en voz alta, de Mateo 28:19-20.

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20).

Seguramente una lectura cuidadosa del mandamiento de Cristo en la Gran Comisión incluirá lo que he dicho. El evangelismo verdadero no se limita a solamente ir. Es seguro que también incluye forzarlos a “entrar” (Lucas 14:23). ¡No podemos decir que el evangelismo que no le añade gente a la iglesia local sigue el patrón del Nuevo Testamento! El evangelismo Bíblico le añade gente a la iglesia local. Vemos esto tocante a la iglesia en Jerusalén.

“Se añadieron aquel día como tres mil personas”
     (Hechos 2:41; p. 1108).

“Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos 2:47; p. 1108).

El “ganar almas” que no añade gente a la iglesia, como en la iglesia de Jerusalén, ¡no es evangelismo del Nuevo Testamento!

III. Tercero, el evangelismo centrado en la iglesia llena la casa de Dios.

Jesús dijo:

“Vé por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa” (Lucas 14:23).

Esto quiere decir la iglesia local:

“La casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente”
     (I Timoteo 3:15; p. 1232).

“Para que se llene mi casa”. Para mí, si esto no se refiere a la iglesia local, no tiene significado, “la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente” (I Timoteo 3:15).

Sí, yo sé, si le obedecemos al mandamiento de Cristo habrá mucha gente nueva, no entrenada en los servicios. Yo sé que eso causará varios problemas y dificultades. Pero, ¿no es eso de lo que se trata el evangelismo? Jesús dijo:

“Como me envió el Padre, así también yo os envío”
     (Juan 20:21; p. 1099).

Mucha gente egoista en América no quiere tener hijos porque causan muchas dificultades. Así que se contentan sentándose enfrente de la TV hasta que mueren – a solas. Tener y criar hijos disturbaría su vida egoista y callada. Y ¿no es exáctamente eso lo que mucha gente de iglesia piensa de traer a jóvenes del mundo? “Solamente entrenemos a nuestros propios chicos de la iglesia, y no traigamos a nadie de afuera para molestarnos”, parecen decir. ¡Pero esta actitud viene de no obedecer la Gran Comisión del Señor! Él nos dice:

“Id, y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19).

¿Cómo podemos decir que somos obedientes a Cristo si no hacemos lo que Él nos dijo que hicieramos?

Nuestro “campo de misiones” está a nuestro alrededor – en las calles, en las universidades, en los centros comerciales, y en las tiendas. “Todas las naciones” están aquí mismo – en los campos de las siete universidades alrededor del centro cívico de Los Angeles, donde se encuentra nuestra iglesia. Nuestro Jefe y Comandante es Jesucristo. Su comisión es clara:

“Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”
     (Mateo 28:19).

“Vé por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa” (Lucas 14:23).

¡Vé al evangelismo! ¡Que nada te detenga! ¡Aviéntate a la obra de Cristo! ¡ “Fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa”!

Algunos de ustedes hoy aun no están convertidos. No puede terminar este sermón sin apelar que vengas a Jesús. Él murió en la Cruz para pagar por tus pecados. Él resucitó físicamente de entre los muertos para darte vida eterna. Él está vivo en el Cielo orando por la salvación de tu alma. Ven a Él. Aviéntate sobre Él por fe. Su Sangre lavará cada pecado, y tú comenzarás una vida nueva en Él y en esta iglesia local.