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¡DIOS MUESTRA SU AMOR PARA
CON EL HOMBRE PECAMINOSO!

Un sermón escrito por Dr. R. L. Hymers, Jr., Pastor Emerito
y dado por Jack Ngann, Pastor
en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles
La mañana del Día del Señor, 28 de Julio de 2024

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8; p. 1153 Scofield).


La palabra “muestra” es traducida de la palabra Griega que significa “presentar” o “exhibir” (Strong #4921). Esas palabras quizá sean difíciles de entender para la mayoría de jóvenes hoy en día. La Biblia en Español dice que Dios “muestra” su amor para con nosotros

“en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”
     (Romanos 5:8).

Este verso nos dice que Dios mostró Su amor para con nosotros en dos maneras.

I. Primero, Dios mostró Su amor para con nosotros en la muerte de Cristo.

El Dr. J. Vernon McGee contó sobre un joven en la época de los jipis, que tenía la palabra “amor” escrita en su gorra, en su abrigo, en sus pantalones y hasta en sus zapatos. El Dr. McGee le preguntó: “¿Por qué?” El joven le dijo: “Bueno, porque Dios es amor.” El Dr. McGee estuvo de acuerdo en eso. Pero el joven le dijo: “Dios me salvó por su amor.” El Dr. McGee le contestó: “Yo no estoy de acuerdo con eso. Dios no salva por Su amor.” Luego el Dr. McGee dijo:

Hablando con aquel joven que tenía ‘amor’ escrito en sus ropas, le pedí que me mostrase un verso en la Biblia donde dice que Dios te salva por Su amor. Y por supuesto, no sabía ninguno...Dios te salva por Su gracia, no por Su amor...Dios ha demostrado Su amor por ti, amigo mío, en que Él ha dado a Su Hijo para morir por ti. Él pagó la pena por tu pecado (traducción libre de J. Vernon McGee, Th.D., Thru the Bible, Thomas Nelson Publishers, 1983, tomo IV, p. 676).

La Biblia dice:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16; p. 1074).

Dios ha dado a Su Hijo unigénito a morir en la Cruz, para pagar la pena de tu pecado y reconciliarte para consigo mismo. Tú no eres salvo por el amor de Dios por así decirlo. Tú eres salvo por el Hijo de Dios – ¡por medio de Su muerte en la Cruz y resurrección de la tumba!

La Biblia enseña que la raza humana entera se apartó de Dios, y ahora yace en un estado arruinado.

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12; p. 1153).

Y fue en este estado impío, arruinado que Dios mostró Su amor por nosotros al enviar a Cristo a morir en la Cruz.

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que...Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

La Biblia enseña la muerte vicaria de Cristo. La palabra “vicaria” significa “sustituto – tomar el lugar de otra persona – el sufrir de una persona en lugar de otra.” Y eso es exactamente lo que Cristo hizo por ti. El Hijo unigénito de Dios bajó del Cielo, nació en un pesebre, y fue a la Cruz a pagar vicariamente por tu pecado. Él murió por tus pecados, en tu lugar, como tu sustituto, para que tú no seas castigado por el pecado si vienes a Cristo y crees en Él. Spurgeon dijo:

‘Cristo murió por nosotros.’ Cristo padeció todo lo que significa morir, entregó [Su espíritu], dejó de respirar, se hizo un cuerpo sin vida, y su cuerpo fue enterrado. ‘Cristo murió por nosotros.’ Considera las circunstancias de su muerte. No fue una muerte común la que Él padeció, fue una muerte de afrenta pública, porque fue ejecutado por muerte legal, fue una muerte de dolor indescriptible, porque fue crucificado, y ¿qué dolor hay más fuerte que ser clavado a una cruz? Fue una muerte lenta y larga, porque colgó [en la cruz] horas...con sus manos y pies perforados...Él padeció una muerte, que según las circunstancias aún sigue sin igual. No fue un golpe rápido que sacaba la vida de su cuerpo, y acababa, sino que fue una muerte lenta, larga y [dolorosa], sin ninguna clase de consuelo ni condolencia, sino que rodeada de burla y contención. ¡Imagínatelo! Lo tirado en su espalda, con clavos en sus manos y pies, alzado hacia arriba. ¡Mira! Han puesto la cruz en su lugar. Está fija. Y ahora, ¡Míralo! [Ve] sus ojos, llenos de lagrimas, mira su cabeza, colgando [en su pecho]...Míralo, mientras parece...decir, ‘soy derramado como el agua, todos mis huesos estás descoyuntados, llevado soy al polvo.’ Óyelo, cuando gime, ‘tengo sed.’ Sobre todo óyelo, clamar [‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?’]. Mis palabras no lo pueden retratar, mis pensamientos fracasan al quererlo expresar. Ningún pinto jamás lo logró, ningún orador podrá decirlo jamás...Míralo, con el ojo de tu fe, colgando en el madero sangriento. Óyelo clamar antes de morir, ‘¡Consumado es!’ (traduccion libre de C. H. Spurgeon, The New Park Street Pulpit, Pilgrim Publications, re-impresión de 1981, tomo II, pp. 404-405).

¡Ve como de Su cabeza, Sus manos, Sus pies,
Fluyen mezclados el dolor y el amor!
¿Se habrá juntado antes tal amor y tal dolor,
O las espinas compuesto tal rica corona?
     (Traducción literal de “When I Survey the Wondrous Cross”
     por Dr. Isaac Watts, 1674-1748).

Yo quisiera que tu corazón fuese conmovido al pensar en Cristo crucificado. Si yo te dijera una historia de ficción sobre alguien sufriendo en dolor, te conmovería. Pero cuando te digo la historia real de la crucifixión del Hijo de Dios, no sientes nada. La has oído muchas veces, así que tu corazón está duro y frío. Pero en la China, Asia Sudeste, partes de la India y de Latino América, los corazones están abiertos, la gente llora por sus pecados y por el amor de Dios en Cristo crucificado. ¡Oh, como quisiera que los corazones Americanos se abrieran a Cristo, quien murió una muerte vicaria por el hombre pecaminoso! La Sangre que fluyó de aquellas manos y pies heridos, ¡fluyó por ti! El cuerpo que se retorcía adolorido en la Cruz, ¡se retorcía adolorido por ti! ¡Mira por fe a Él quien cargó el peso y culpa de tu pecado! ¡Mira por fe a Él quien tiene las llaves del Cielo y de la vida eterna! El instante que confíes en Él, toda la culpa se va, todos los expedientes de tus pecados son borrados, y se restaura la paz con Dios.

Herido fue Jesús por mi,
     Ahí en la cruz, Él fue herido por mi,
Gratis redención, mis culpas quitó,
     Todo porque Jesús fue herido por mi.
(Traducción literal de “Wounded for Me” por W. G. Ovens, 1870-1945
     y Gladys W. Roberts, nacida en 1888).

Dios mostró Su gran amor por nosotros enviando a Cristo Jesús a morir en nuestro lugar y a tomar nuestro castigo.

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que...Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

Pero dejé una frase fuera de nuestro texto, y esa frase será el tema del próximo punto.

II. Segundo, Dios muestra Su amor para con nosotros en la muerte de Cristo

“siendo aún pecadores.”

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

No debes pensar que Dios te aceptará si tratas de ser bueno.

Ningún método externo te puede limpiar,
La lepra muy adentro está.

Los tentáculos de tu naturaleza pecadora son heredados del primer hombre que murió, Adán, la cabeza de nuestra raza.

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres” (Romanos 5:12).

Así nace cada ser humano, nace “muertos en...delitos y pecados” (Efesios 2:1). El pecado ha matado tu entendimiento de Dios. El pecado ha plantado dentro ti un corazón rebelde contra Dios. El pecado te ha cortado de Dios y lo ha hecho parecer irreal para ti. Pero, gracias a Dios, ¡Él Mismo ha provisto una manera para que puedas escapar de la sentencia del juicio por el pecado, que cuelga sobre ti!

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

En otro verso de la Escritura, el Apóstol Pablo dijo:

“Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”
     (I Timoteo 1:15; p. 1231).

Cristo murió por nosotros cuando éramos todavía pecadores continuos. No hemos pecado una sola vez o dos, sino que miles de veces. Pese a cuan limpio y bueno parezcas ser por fuera, has sido manchado por pecados innumerables.

Fíjate que Él murió por ti pese a que con el tiempo te has empeorado más y más. Yo sé hay varios aquí está mañana que rápidamente se están convirtiendo en grandes pecadores. ¿No muestra esto el amor de Cristo por ti, en que Él muriera para salvar a pecadores tan grandes y continuamente pecaminosos?

Piensa otra vez. ¡Estás pecando contra la mera persona que murió por ti! ¡Es cosa extraña pecas en contra del mismo Cristo que murió por ti! ¿Has mofado a Cristo alguna vez? ¿Has alguna vez rehusado venir a Cristo? ¿Lo has considerado una persona sin importancia en tu vida? Si has hecho alguna de esas cosas, ¡has pecado en contra de la misma persona que murió para salvarte!

Otra vez, recuerda que algunos de ustedes han pecado contra Cristo al despreciarlo. ¿No has pensado que podrías ser salvo de otra manera, y que no necesitabas a Cristo para salvarte? ¿Qué es esto, si no despreciar al Hijo de Dios que murió para que tú pudieras vivir y ser perdonado, y entrar al paraíso por medio de Él? Yo sé que no quisieras admitir que lo desprecias, ¿pero no es un hecho, al rechazarlo a Él, en verdad lo desprecias, lo miras de menos, y piensas que Su muerte en la Cruz no es importante?

Yo he conocido gente que hizo lo más que pudo para detener a un Cristiano de testificarle a un pariente que moría. Yo he conocido gente que le gritó al Cristiano para detenerlo de testificar. Esto es lo que queremos decir con despreciar a Cristo.

“Oh,” dices tú, “¡Yo jamás haría eso!” Pero, de una manera más callada y civilizada, ¿no haces lo mismo cuando se te pide que vengas a Cristo? ¿No rehúsas a Cristo de igual manera que las personas que detienen al Cristiano de testificarle al pariente que se muere? Oh, yo sé que tienes buenos modales y eres demasiado civilizado para ponerte a gritar, o para decir abiertamente que rechazas a Cristo. ¿Pero no es eso igual de agresivo que los que tratan de detener al Cristiano de testificarle a parientes que mueren? Cuando vez tras vez rehúsas venir a Cristo en fe simple, ¿no te estás rebelando en contra del amor de Dios en Cristo? Sin embargo Jesús murió por los pecadores rebeldes que lo desprecian – ¡pecadores tal como tú! Él murió por ti aunque lo has despreciado y rechazado.

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

“Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”
     (I Timoteo 1:15).

¿Qué te he predicado esta mañana? Te he predicado el mensaje puro de la Cristiandad, dado página tras página en la Biblia, predicado por ministros fieles a través de todos los tiempos. He predicado el evangelio eterno:

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

¿Abandonarás tus prejuicios y opiniones religiosas esta mañana – y vendrás a Cristo Jesús, quien te amó tanto que dio Su vida en la Cruz para salvarte del juicio por tus pecados? El último sermón que Cristo dio en el Evangelio de Marcos tiene estas palabras:

“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:16; p. 1028).

Si rechazas y desprecias a Jesús, ¿qué esperanza tienes tú de ser reconciliado con Dios? ¿Qué esperanza tienes de escapar las llamas eternas?

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

¿Vendrás a Jesús? ¿Confiarás en Él con todo tu corazón? ¿Aceptarás el amor que Dios ha mostrado por ti al enviarlo a Él a la Cruz para expiar tus pecados? ¿Recibirás el amor el amor de Dios al enviarlo a Él a salvarte “siendo aún pecador”? ¿Confiarás en Cristo Jesús, y lo tendrás como tu Salvador y Señor? ¡Que Dios te ayude a recibirlo a Él y ser salvo este mismo día!

De pie cantemos nuestro himno. Alza el himnario y canta pensativamente y fuertemente.

Toda alma oprimida por el pecado, Ven,
     Hay misericordia con el Señor,
Y por seguro, Él te dará descanso
     Al confiar en Su Palabra.
Solamente confía en Él, solo confía en Él,
     Solamente confía en Él ahora,
Él te salvará, Él te salvará,
     Él te salvará ahora.

Jesús derramó Su preciosa sangre
     Para dar ricas bendiciones,
Sumérgete ahora en el rojo manantial,
     Que limpia tan blanco como la nieve.
Solamente confía en Él, solo confía en Él,
     Solamente confía en Él ahora,
Él te salvará, Él te salvará,
     Él te salvará ahora.
(Traducción literal de “Only Trust Him” por John H. Stockton, 1813-1877).