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LA IGLESIA MODELOUn sermón escrito por Dr. R. L. Hymers, Jr., Pastor Emerito “Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (I Tesalonicenses 1:1; p. 1224 Scofield). |
El Apóstol Pablo escribió esta carta a la iglesia local de Tesalónica. Muchos la han llamado “la iglesia modelo”. El Apóstol Pablo dijo: “a la iglesia de los Tesalonicenses” (I Tesalonicenses 1:1). La palabra Griega traducida “iglesia” es “ekklesia”. Se refiere a “un grupo definido de gente en un lugar geográfico especifico”, que ha sido llamado fuera del mundo y formado en una congregación local (traducción de Jim Gent, The Local Church, Smyrna Publications, 1994, p. 129).
Jim Gent da la cita siguiente en su libro sobre la iglesia local.
Los apóstoles fundaron iglesias, y nada más...En cada lugar que trabajaban formaban a los convertidos en asamblea local... en el Nuevo Testamento no aparece ninguna otra organización aparte de la iglesia local... (ibid., p. 84).
La iglesia no es idea secundaria con Dios...a los primeros Cristianos, ¡la iglesia local era la unidad ordenada divinamente por la que Dios quería operar y era la única unidad! (ibid., pp. 83-84).
La palabra “iglesia” se usa 100 veces en el Nuevo Testamento. Casi siempre se refiere a la asamblea local de Cristianos. Muchas de las epístolas, como Primera Tesalonicenses, fueron escritas a esas iglesias locales.
Los Apóstoles guiaban gente a Cristo y de esos conversos formaban iglesias locales. “Los apóstoles fundaron iglesias, y nada mas” (ibid., p. 84). I Tesalonicenses 2:1-20 dice cómo el Apóstol Pablo fundó la iglesia local en la ciudad de Tesalónica. Esta iglesia local “seguía” o “imitaba” (Nota central m de Scofield) el ejemplo de la Iglesia local en Judea, según I Tesalonicenses 2:14.
Pablo amaba esta iglesia local. Nota lo que dijo de dicha congregación en el capitulo dos, versos 19-20.
“Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? Vosotros sois nuestra gloria y gozo”
(I Tesalonicenses 2:19-20; p. 1225).
El Apóstol Pablo amaba esta iglesia local, y se gozaba en ella.
Había cuatro razones por las que el Apóstol Pablo amaba tanto esta iglesia local.
1. Era una iglesia con membrecía definida.
2. Era una iglesia que trabajaba.
3. Era una iglesia convertida.
4. Era una iglesia evangelistica.
I. Primero, era una iglesia con membrecía definida.
El Apóstol Pablo conocía a estas personas. Si lees el primer capitulo de I Tesalonicenses verás que Pablo sabía todo de ellos. Ellos no iban solo a algunos servicios y luego a otras partes. Era un grupo definido de gente juntadas en una iglesia. Hoy mucha gente en el Sur de California ha sido influenciada por las iglesias más liberales, que le dan menos importancia a la membrecía de iglesia. Pero eso no se oía en los días de los Apóstoles. En tiempos del Nuevo Testamento los Cristianos sabían que eran miembros de una iglesia local. Nota I Tesalonicenses 1:1:
“Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses… Gracia…[sea] a vosotros” (I Tesalonicenses 1:1).
Este verso muestra claramente que una iglesia no es un edificio. Las primeras iglesias no tenían edificios. Se juntaban en casas de personas. El Apóstol habla de “la iglesia” y luego dice: “Gracia a vosotros”. Eso aclara que la Iglesia en Tesalónica era de gente que se juntaba y eran miembros de dicha congregación, porque como dice el Apóstol en Efesios: “porque somos miembros los unos de los otros” (Efesios 4:25). De nuevo el Apóstol hablaba de la membresía de la iglesia local en el libro de Romanos. En estos versos él llama a la iglesia local “el cuerpo”. Él dice:
“Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros”
(Romanos 12:4-5; p. 1163).
Luego, al fin de Romanos, el Apóstol da los nombres de muchos de los miembros de la iglesia:
“Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo. Saludad a María, la cual ha trabajado mucho entre vosotros. Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones, los cuales son muy estimados entre los apóstoles, y que también fueron antes de mí en Cristo. Saludad a Amplias, amado mío en el Señor. Saludad a Urbano, nuestro colaborador en Cristo Jesús, y a Estaquis, amado mío. Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. Saludad a los de la casa de Aristóbulo. Saludad a Herodión, mi pariente. Saludad a los de la casa de Narciso, los cuales están en el Señor. Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor. Saludad a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre y mía. Saludad a Asíncrito, a Flegonte, a Hermas, a Patrobas, a Hermes y a los hermanos que están con ellos. Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los santos que están con ellos” (Romanos 16:5-15; p. 1166).
Esto aclara que la gente se juntaba a la iglesia. Eran miembros de la iglesia. Sus nombres estaban en la lista de miembros de la iglesia.
II. Segundo, era una iglesia trabajadora.
Voltea a I Tesalonicenses, capitulo uno, verso tres. Leamos este verso en voz alta.
“Acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo”
(I Tesalonicenses 1:3; p. 1224).
Nota las tres palabras: “obra de vuestra fe”, “el trabajo de vuestro amor” y “constancia en la esperanza”. La gente en esta iglesia local era trabajadora. Estaban en la iglesia local haciendo la obra de Dios, varias veces por semana. Eran Cristianos serios, y hacían su trabajo en y por medio de esta iglesia local.
El Dr. Frank E. Gaebelein dijo de este verso:
La sustancia de lo que Pablo y sus colegas recordaban de los Tesalonicenses se resume en tres palabras: “trabajo”, “obra” y “constancia”... En verdad, cuando la fe verdadera está presente, trabaja (traducción de Frank E. Gaebelein, The Expositor’s Bible Commentary, Zondervan, 1978, tomo 11, p. 241).
¿Es correcto trabajar, y obrar constantemente en la iglesia local hoy? ¡Claro que sí! Casi toda la obra de Dios en China se ha hecho por medio del trabajo constante de las iglesias locales. Se llaman “iglesias de casas, iglesias hogareñas”. No tienen programas de radio ni televisión Cristiana en China. No hay organizaciones para-iglesias ni organizaciones de misiones. Casi todo el trabajo en China se hace por aquellas “iglesias de casas”. Y ¡qué maravillosa obra hacen en esas iglesias locales! Cuando oyes lo que hacen, ¡es como leer el libro de Los Hechos! ¿Por qué? Porque, igual que los primeros Cristianos en el libro de Los Hechos, la obra Cristiana en China se hace casi por completo por medio de las iglesias locales, por medio de “las iglesias de casas”. Puedes leer [en Ingles] sobre lo que dios hace por medio de las iglesias locales en China en el libro de David Aikman [Jesús en Beijin], Jesus in Beijing (Regnery Publishing, Inc., 2003. Lo puedes ordenar de The Voice of the Martyrs’ website a www.persecution.com).
Se estima que hay ahora 1,000 conversiones a la Cristiandad cada hora en China, 24,000 al día, 9 millones al año. Hay 130 millones o más Cristianos en China. En los próximos veinte años, se calcula que 30 por ciento de la población en China será Cristiana. Y la obra se ha hecho por medio de las iglesias locales casi por completo.
Sigamos el ejemplo de la iglesia local de Tesalónica, que seguía el ejemplo de “las iglesias de Dios…en Judea” (I Tesalonicenses 2:14). ¡Sigamos el ejemplo de las iglesias locales en la China! ¡Trabajemos en y por medio de la iglesia local!
III. Tercero, era una iglesia convertida.
Mira a I Tesalonicenses 1:4-6. Leamos esos versos en voz alta.
“Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección; pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros. Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo”
(I Tesalonicenses 1:4-6; p. 1224).
El Apóstol Pablo los llamaba “hermanos” porque ellos lo oyeron predicar el evangelio y fueron convertido. Ellos confiaron en Cristo y siguiendo el ejemplo de Pablo y de sus compañeros. Del momento en que fueron convertidos, fueron perseguidos por los paganos incrédulos de la cuidad de ellos. Y aun así tuvieron gran gozo, dado por Espíritu Santo.
Ahora lee el verso nueve.
“Porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero” (I Tesalonicenses 1:9).
Los Cristianos en esa iglesia local se convirtieron de los ídolos a Dios. Fueron realmente convertidos. El verdadero trabajo de Dios por medio de la iglesia local se puede hacer solo por gente que se ha vuelto del pecado a Cristo. La “paciencia” [constancia] (v.3) y soportar la tribulación (v.6) que mostraban solo puede ser el resultado de la conversión verdadera.
Asegúrate de ser convertido. Asegúrate de que te has vuelto completamente a Jesucristo. Nota el verso uno otra vez. La gente que era miembro de esta iglesia local era “en Dios el padre y en el Señor Jesucristo”. Tú tienes que venir a Cristo. Tú tienes que estar “en Cristo”. Esa es la única manera de ser salvo. Jesús dijo:
“Nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6; p. 1091).
Ven a Cristo. Él murió por tus pecados en la Cruz. Él derramó Su Sangre para lavar tus pecados. Él resucitó físicamente de los muertos. Él está en el Cielo a la diestra de Dios el Padre. “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31).
IV. Cuarto, era una iglesia evangelistica.
Mira I Tesalonicenses 1:8. Leámoslo en voz alta.
“Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada”
(I Tesalonicenses 1:8; p. 1224).
¡La fe de ellos era divulgada! Por doquier ellos “divulgaban la palabra del Señor”. Tenían entusiasmo sobre la salvación. ¡Le decían a todos con quienes hablaban sobre Cristo! “Recuerda, esta iglesia tenia menos de un año cuando Pablo le escribió esta carta. Era una iglesia pequeña, perseguida. Pero, su fe se conocía por todas partes!” (traducción de The Applied New Testament Commentary, Kingsway Publications, 1997, p. 828).
¡Si ellos pudieron divulgar el evangelio con celo, también nosotros! ¡Si los Cristianos de las iglesias de casas en China pueden divulgar el evangelio, también nosotros! ¡Que se diga también de nosotros: “partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor”. ¡Divulga el evangelio! ¡Trae a tu familia y amigos perdidos a la iglesia! ¡Trae a tus compañeros de clase y colegas a la iglesia!
“Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa” (Lucas 14:23; p. 1054).
¡Ese es el modo de obedecer a Cristo y cumplir la Gran Comisión!