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EL CRISTO QUE NO CAMBIA – UN SERMÓN DE NAVIDADUn sermón escrito por Dr. R. L. Hymers, Jr., Pastor Emerito “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” |
Fue en la noche oscura que el angel del Señor le apareció a los pastores y anunció el nacimiento de Cristo. El mundo está oscuro otra vez hoy. Y es ante el telón de este mundo a oscuras que el mensaje de Navidad obtiene significado.
El Dr. Carl F. H. Henry fue un teólogo evangélico famoso del siglo veinte. A casi fines de su vida el Dr. Henry escribió un libro llamado Twilight of a Great Civilization [El Anochecer de una Gran Civilización]. He aquí varias citas de él. El Dr. Henry dijo,
Nuestra generación está perdida a la verdad de Dios…Está pagando muy caro por esta pérdida con una rápida recaída al paganismo...Los bárbaros vienen. Una generación entera está creciendo sin saber de la regeneración [el nuevo nacimiento]... Los salvajes levantan el polvo de una civilización decadente y se mueven ya en las sombras de una iglesia incapacitada (traducción de Carl F. H. Henry, Ph.D., Twilight of a Great Civilization, Crossway Books, 1988, paginas 15-17).
Una década después de su amargamente batallada nominación a la Corte Suprema, el Juez Robert Bork dijo,
Nuestra cultura está decayendo en casi todas las áreas, desde la música popular hasta la religión (Christianity Today, May 19, 1997, p. 30).
El dijo que nos estamos volviendo
…una cultura brutalizada y caótica...zambuyéndose a una bajeza aun más profunda (traducción de Robert H. Bork, Slouching Toward Gomorrah: Modern Liberalism and American Decline, HarperCollins, 1996, p. 140).
Billy Graham dijo, “Somos una sociedad que se halla a punto de la destrucción propia” (Los Angeles Times, May 3, 1996, p. A-10). Jesús dijo,
“Y oiréis de guerras y rumores de guerras...Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores... Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:6-12; p. 993).
Esa profecía de Cristo parece volverse realidad en nuestro día. Todos los días oímos tristes predicciones del calentamiento global, del terrorismo, de guerra, del holocausto del aborto, de hambres y de nuevas enfermedades rapáces. Vemos cambios y decaer a todo nuestro alrededor. Y podemos preguntar: “¿Hay algo permanente? ¿Hay algo que no deteriore y no se arruine?” La Biblia dice que sí hay algo que no cambia jamás.
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”
(Hebreos 13:8).
I. Primero, Cristo era el mismo ayer.
La Biblia nos dice que El es el
“Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”
(Apocalipsis 13:8; p. 1298).
El Dr. Gill dijo sobre ese verso,
[Cristo] fue ordenado anticipadamente, antes de la fundación del mundo, para redimir a su pueblo por su sangre (John Gill, D.D., An Exposition of the New Testament, The Baptist Standard Bearer, reimpreso en 1989, tomo III, p. 793).
La Biblia enseña que Cristo es el Hijo eterno, unigénito no creado, la Segunda Persona de la Santa Trinidad. Podemos decir, con el Apóstol Pablo, que Dios
“en Cristo...creó todas las cosas” (Efesios 3:9; p. 1209).
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Colosenses 1:16-17; p. 1220).
Y con el Apóstol Juan podemos decir,
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:1-3; p. 1071).
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”
(Hebreos 13:8).
Y fue “ayer,” en el tiempo pasado, que Cristo bajó del Cielo a vivir en esta tierra.
“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley” (Gálatas 4:4; p. 1203).
¡De eso es que se trata la Navidad – la encarnación de Dios el Hijo! ¡El bajó del Cielo, fue vestido en carne humana, y moró entre nosotros! Los pecados de la humanidad fueron puestos sobre El en el Huerto de Getsemaní:
“Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”
(Lucas 22:44; p. 1066).
Lo arrestaron y lo golpearon con un látigo. Lo clavaron a una cruz, donde El murió “por nuestros pecados, conforme a las Escrituras” (I Corintios 15:3). Pero El “resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (I Corintios 15:4). Cuando hubo resucitado de los muertos, El dijo,
“Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo” (Lucas 24:39; p. 1070).
“Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo” (Lucas 24:51; p. 1070).
Todo eso sucedió en el pasado. Pero nuestro texto prosigue a decir más, lo cual nos lleva al próximo punto.
II. Segundo, Cristo es el mismo hoy.
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy...” (Hebreos 13:8).
El profeta Isaías dijo que Dios
“vivirá por largos días” (Isaías 53:10; p. 733).
Hablando de ese verso, el gran Spurgeon dijo:
“Vivirá por largos días.” Sí, bendito sea su nombre, cuando murió él no terminó su vida. El no podía ser retenido preso en la tumba. La tercera mañana llegó, y el Conquistador, alzandose... rompió las barras de hierro de la muerte, y salió de la prisió, para no morir más. El esperó sus cuarenta días, y entonces con gritos de canto sagrado, él “cautivo el cautiverio y ascendió a lo alto.” “En que murió, hacia el pecado murió una vez; pero en que él vive él vive para Dios” para no morir más.
Al lado de su Padre se sienta,
y allí triunfante reina,
conquistador de la muerte y del infierno (traducción de C. H. Spurgeon, “The Death of Christ,” The New Park Street Pulpit, Pilgrim Publications, reimpreso 1981, tomo III, p. 72).
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy...” (Hebreos 13:8).
Dios ha prolongado Sus días, y Cristo está vivo y es verdadero hoy tal como lo era en el pasado – cuando El murió en la Cruz y resucitó físicamente de los muertos. Los Apóstoles en su ministerio temprano casi no podían predicar algún sermón sin decirle a la gente “¡El está vivo! “¡El está vivo! “¡El está vivo!” Por ejemplo, en el Día de Pentecostés, Pedró “alsó la voz” (Hechos 2:14) y dijo,
“A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios...ha derramado esto que vosotros veis y oís” (Hechos 2:32-33).
Y allí a la diestra de Dios, arriba en el Cielo, está el Cristo resucitado,
“Viviendo siempre para interceder por [nosotros]”
(Hebreos 7:25; p. 1252).
Alguien está orando para que seas convertido. Muchos tienen madres y padres Cristianos que están orando diariamente para tu salvación. Mas hay algunos jovenes aquí esta tarde que agachan la cabeza y preguntan: “¿Hay alguien que ora para que yo sea salvo?” ¡Pues claro que sí! ¡El más grande varón de oración está orando por ti! Y Su nombre es Jesús de Nazarét. El vive siempre en el Cielo para orar por tu salvación! ¡Jesús está orando por ti! Y pronto Sus oraciones serán contestadas. Pronto entrarás bajo convicción, verás tu necesidad de El, y correrás a Sus brazos que esperan, porque El está
“Viviendo siempre para interceder por [nosotros]”
(Hebreos 7:25).
Es el mismo Jesús que ora por la salvación de tu alma, el mismísimo Jesús, que andubo las calles de Jerusalén, y murió en la Cruz por tus pecados. Ese mismo Jesús continuará orando por ti hasta que seas convertido. Y yo creo que Su oración por ti recibirá una respuesta felíz, como nuestras oraciones la recibieron por una chica en nuestra iglesia que estuvo a la orilla de la muerte hace unas semanas. El la alzó de la muerte física, y El te alzará de la muerte de“delitos y pecados” (Efesios 2:1), porque El está
“Viviendo siempre para interceder por [nosotros]”
(Hebreos 7:25).
El es,
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy...” (Hebreos 13:8).
El es el mismo hoy como siempre lo fue. Y yo creo que sus oraciones por ti serán contestadas pronto. ¡Qué felices estaremos todos entonces, cuando tú te vuelvas a El que te ama, y seas salvo – en respuesta a Sus oraciones! Pero hay un pensamiento más en nuestro texto, que nos lleva al último punto de este sermón.
III. Tercero, Cristo será el mismo para siempre.
Por favor lee nuestro texto, Hebreos 13:8, en voz alta, haciéndo énfasis en las tres últimas palabras.
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”
(Hebreos 13:8).
Aunque creo que Billy Graham estába equivocado sobre la salvación del “decisionismo,” estoy de acuerdo de todo el corazón con él cuando dijo,
La Biblia enseña que mañana Cristo será el Rey de Reyes y Señor de Señores. Hay una hora en el tiempo de Dios cuando Cristo volverá a este mundo. La Biblia está clara al declarar que Cristo...volverá. Dios [no ha] olvidado al mundo, y desde los tizones de una civilización ardiente, Dios le dará forma y hará un [Reino] en el que Cristo será Rey...Así Cristo al fin habrá tomado su lugar merecido para regir esta tierra (traducción de Billy Graham, D.D., “The King is Born,” Revista Decision, Diciembre 2007, p. 5).
Cuando venga ese día Jesús regresará del Cielo, y El tendrá un nombre escrito en Sus ropas que dice, “REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” (Apocalipsis 19:16). Qué glorioso día será aquel cuando,
“Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”
(Apocalipsis 11:15; p. 1296).
Entonces el significado completo de nuestro texto estará claro para que la humanidad vea,
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”
(Hebreos 13:8).
El viene otra vez, El viene otra vez,
El mismo Jesús rechazado por el hombre;
El viene otra vez, El viene otra vez,
¡Con poder y gran gloria, El vendrá otra vez!
(traducción de “He Is Coming Again” por Mabel Johnston Camp, 1871-1937).
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”
(Hebreos 13:8).
Y una palabra más. El Cristo que no cambia está disponible para ti esta tarde. Ven a El. Confía en El, ¡y El borrará del archivo de Dios todo pecado que hayas cometido o que cometerás! Y El salvará tu alma por los siglos de los siglos, por toda la eternidad. ¡Ojalá que vengas a Jesús pronto! En Su nombre. Amen.