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ORANDO A DIOSUn sermón escrito por Dr. R. L. Hymers, Jr., Pastor Emerito “Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él” (Hechos 12:5; p. 1122 Scofield). |
El Apóstol Pedro había sido encarcelado por Herodes Agripa I, nieto de Herodes el Grande. Él “echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles” (v. 1). Él mató a Santiago, el hermano de Juan, con una espada. Cuando vio que esto agradaba a los Judíos incrédulos, arrestó a Pedro, y lo puso en prisión. Pedro fue puesto en prisión, sin duda, para ser ejecutado también. Herodes puso a cuatro grupos de cuatro soldados en la prisión para vigilar a Pedro. Cada cuaterno era un escuadrón de cuatro soldados. Había cuatro de los escuadrones, lo que equivale a 16 soldados. Los cuatro escuadrones, de cuatro hombres cada uno, se rotaban para mantener vigilancia constante sobre Pedro en su celda de la prisión. En todo momento, dos guardias estaban encadenados a él en la celda, mientras que los otros dos hacían guardia en la puerta de su celda. Pedro debía ser mantenido en esta prisión hasta después de la celebración de la Pascua, y luego ejecutado. No había ninguna posibilidad humana que se pudiera escapar.
“Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él” (Hechos 12:5).
Debemos notar cuatro cosas en este texto que nos ayudarán a aprender a orar como estos primeros Cristianos lo hicieron.
I. Primero, ellos estaban orando para que algo imposible sucediera.
No parecía haber modo de que sus oraciones fueran contestadas. Eran solo un grupo pequeño de Judíos que creían en Jesús. El número de soldados de Herodes era tan superior a ellos que no había modo humano de poder soltarlo [a Pedro].
Creo que es bueno cuando los Cristianos se meten en una situación así. Mientras que pensamos que podemos hacer algo, es nuestra tendencia a depender de nosotros mismos. Así que muchas veces Dios nos pone en un lugar donde no tenemos ninguna posibilidad de éxito. Es en momentos así que nos vemos obligados por las circunstancias a volvernos a Dios, que vemos a Dios moverse milagrosamente. ¡A pesar de que la situación de Pedro era desesperante, sabían que Dios puede hacer cosas imposibles! Por lo tanto, se lanzaron a Dios en oración,
“Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él” (Hechos 12:5).
A veces el trabajo evangelístico parece sin esperanza. Los no convertidos son todos “muertos en delitos y pecados” (Efesios 2:1). Nada de lo que decimos o hacemos parece ayudarlos a escapar de la prisión del pecado. El Diablo los ha atado con cadenas espirituales, y no son capaces de escapar, tal como Pedro tampoco era. ¿Qué podemos hacer? ¡Podemos hacer exactamente lo que hicieron estos primeros cristianos!
“Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él” (Hechos 12:5).
Lo que ellos hicieron fue orar por algo que parecía imposible, pero oraron de todas maneras.
II. Segundo, ellos oraron a Dios.
La oración que es contestada en poder es oración “a Dios”. La oración que tiene poder es la oración que se ora “a Dios”.
Mucha de nuestra tal llamada oración no es “a Dios”. Para que la oración realmente sea derramada a Dios, debe haber un enfoque definido y consciente a Dios cuando oramos. Debemos en verdad darnos cuenta de que Dios realmente nos escucha cuando oramos. A menudo nuestra mente está tan llena de lo que necesitamos que no estamos enfocados en Dios Mismo. En cambio nuestra mente vaga aquí y allá, y no se centra en Dios Mismo. No hay poder en ese tipo de oración porque,
“Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay [que existe], y que es galardonador de los que le buscan”
(Hebreos 11:6; p. 1257).
Tal como el viejo canto del evangelio de Paul Rader
Solo creed, solo creed,
Todo es posible,
Solo creed.
Ese corito lo dice todo. Debemos realmente creer en Dios. Debemos forzar nuestras mentes a enfocarnos en Dios. Dios es la fuente de todo poder. Tenemos que agarrar a Dios en la oración si esperamos una respuesta.
Solo creed, solo creed,
Todo es posible,
Solo creed.
Estos primeros Cristianos en Hechos doce creían en Dios, y se volvieron a Dios, y enfocaron en Dios, en sus oraciones por Pedro. Y cuando queremos ver salvos de la prisión de Satanás a nuestros amigos y familiares perdidos, nosotros también nos volvemos a Dios y enfocamos nuestras mentes en Él – porque solo Él puede contestar nuestras oraciones y soltar Su poder, y sacar a nuestros amigos de prisión espiritual.
III. Tercero, se hizo oración sin cesar por Pedro.
“Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él” (Hechos 12:5).
El secreto de su oración se encuentra en esas palabras “sin cesar”. Una de las traducciones modernas lo tiene “serio”, “la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él”. Pero ni “sin cesar” o “seriedad” dan toda la fuerza del Griego original. La palabra significa literalmente “estirada-mente”. Representa a la persona que ora extendiéndose fuertemente, con un intenso deseo. “Intensidad” es probablemente la mejor palabra del Español para usar en la traducción de la misma. Eso es lo que dijo el Dr. Torrey (R. A. Torrey, D. D., How to Pray, Cómo Orar, Whitaker House, 1983 reimpresión, p. 25).
“Pero la iglesia hacía oración intensa a Dios por él”
(Hechos 12:5).
La misma palabra Griega se usa para hablar de la oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní, donde se dice:
“Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”
(Lucas 22:44; p. 1066).
Jesús es nuestro ejemplo en la oración, como en todas las cosas. En otras palabras, la oración que consigue cosas de Dios es la oración en la que ponemos toda nuestra alma, extendiendo nuestras oraciones a Dios con intenso y angustioso deseo. Gran parte de nuestra oración moderna carece de esas cualidades. Ponemos tan poco celo y esfuerzo y seriedad en nuestras oraciones, no podemos esperar que Dios ponga mucho ardor y celo en responderlas. Me gusta escuchar a un hombre o una mujer derramar sus corazones con celo a Dios. A menudo, solo esas son las oraciones que son contestadas.
IV. Cuarto, la iglesia hacía oración.
“Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar [intensa] oración a Dios por él” (Hechos 12:5).
Hay gran poder en oración cuando la iglesia entera se junta intensamente a orar por sus necesidades. Jesús dijo:
“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20; p. 984 Scofield).
Tenemos mucha oración en nuestra iglesia, y eso es bueno. Pero cuando la mayoría de hombres y mujeres celosos se juntan a orar, es allí donde el poder mayor viene de Dios.
Dios va a escuchar y responder a estas oraciones, como lo hizo con Pedro en Hechos 12. Los grilletes serán quebrantados. Los ojos ciegos verán, personas perdidas serán convertidas. Nada es demasiado difícil para Dios. ¡Él envió un ángel, abrió las puertas de la prisión, y Pedro fue libre! Si oramos como lo hicieron ellos, muchas personas perdidas pronto serán liberados por Dios de las garras de Satanás, y pronto serán convertidos. Orar a solas. Oren juntos siempre que sea posible. ¡Oren con celo! Dios responderá y pronto veremos muchas conversiones. Que Dios te ayude en este esfuerzo. Muchos se apartarán del pecado a Jesús, y nacerám de nuevo. ¡Dios responde a la oración! Ahora cantemos el coro, y este servicio termine:
Solo creed, solo creed,
Todo es posible,
Solo creed.
(“Only Believe” por Paul Rader, 1878-1938).