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LA MALDICION UNIVERSAL(SERMÓN #31 DEL LIBRO DE GENESIS) Un sermón escrito por Dr. R. L. Hymers, Jr., Pastor Emerito
y dado por Jack Ngann, Pastor
en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles “Maldita será la tierra por tu causa” (Genesis 3:17; p. 8 Scofield). |
Hoy día se habla mucho de la ecología fuera de balance y el calentamiento global. Cuando el ex Vice Presidente Al Gore habla del calentamiento global parece que como si hablese de algo conectado al quemar gasolina y otros fuels fósiles desde la decada de 1940-1950. Pero el problema se traza hasta la antigüedad, cuando el hombre pecó en el Huerto de Edén, y Dios dijo,
“Maldita será la tierra por tu causa” (Genesis 3:17).
La nota de Genesis 3:17 de la Biblia Geneva [en Inglés] dice, “La Transgresión del mandamiento de Dios fue la causa de que ambas, la humanidad y las otras criaturas fuesen sujetas a la maldición” (traducción literal de The Geneva Bible, edición de 1599, Tolle Lege Press, reimpreso en 2006, nota de Genesis 3:17).
“Maldita será la tierra por tu causa” (Genesis 3:17).
Aquella maldición es la verdadera causa del calentamiento global, del imbalance de la ecología, la sobrepoblación, hambres, pestes, aluviones, terremotos, enfermedades, muerte y todos los demás problemas que encara la humanidad esta hora de la historia.
“Maldita será la tierra por tu causa” (Genesis 3:17).
Lutero dijo, “Por causa del pecado de Adán Dios maldijo la tierra de tal modo que, como escribe Pablo en Romanos 8:20, 21, la creación fue sujetada a vanidad...bajo la maldición de Dios” (traducción literal de Martin Luther, Th.D., Luther’s Commentary on Genesis, Zondervan Publishing House, reimpreso en 1958, tomo I, p. 83). Esta tarde nos enfocaremos en los aspectos negativos de esa maldición, y luego en su reversa por el Señor Jesucristo.
I. Primero, la maldición en sí.
“Maldita será la tierra por tu causa” (Genesis 3:17).
Otro nombre para esa maldición es “La Segunda Ley de Termodinámica” – la ley de la entropía. El poeta Robert Frost, cuatro veces ganador del premio Pulitzer, ilustró perfectamente esa ley en su poema, “Nothing Gold Can Stay.”
El verde de la naturaleza primera es oro,
Su tonalidad más dura a sostener.
Su hoja temprana es una flor;
Pero solamente solo una hora.
Entonces la hoja se desploma para hojear,
Y Eden se hundió a la pena,
Así el amanecer va vuelve en día,
Nada de oro puede permanecer.
(traducción libre de Robert Frost, “Nothing Gold Can Stay,”
Robert Frost’s Poems, Washington Square Press, 1971, p. 227).
Esa es una descripción poética de la Segunda Ley de la Termodinámica – la incansable e interminable pérdida de energía usable, y de la vida misma.
“Maldita será la tierra por tu causa” (Genesis 3:17).
El Dr. Henry M. Morris dijo,
Así, la entera “creación fue sujetada a vanidad” [Romanos 8:20]. La tierra comenzó a “envejecer como vestidura” [Salmo 102:26] y finalmente “perecerán” [Hebreos 1:11]. Como toda carne es hecha de elementos físicos terrenales también está sujeta a la ley de deteriorar y de muerte...Es una experiencia universal que todas las cosas, vivas o sin vida, eventualmente se gastan, acaban, envejecen, deterioran, y pasan a polvo.
Esta condición es tan universal que se formalizó hace como cien años...como una ley científica fundamental, que ahora se llama La Segunda Ley de Termodinámica. Esta ley dice que todo [las cosas]...tienden a degradar y desordenarse... [Esto quiere decir todas las cosas materiales] sean relojes o soles, eventualmente se gastan. Los organismos se envejecen y mueren...en muchos casos [especies] han resultado deterioradas o extintas de la especie misma...el deterioro del ambiente ha llevado a menudo a la extinción de especies.
Entonces esto es el verdadero origen de la ley extraña de desorden y deterioro, la universalmente aplicable, importantisima Segunda Ley de Termodinámica. He aquí el secreto de todo lo que hay de malo en el mundo. El hombre [pecó, y su pecado] ha traído la maldición de Dios sobre la tierra (traducción libre de Henry M. Morris, Ph.D., The Genesis Flood, Baker Book House, 1986 edition, pp. 126-127).
“Maldita será la tierra por tu causa” (Genesis 3:17).
Si Adán no hubiera caído en el pecado, dice el Dr. Morris, “la vida animal hubiera permanecido constante...Ahora, sin embargo, la presencia personal de Dios [fue] extraída...añadiendo al testimonio de que el mundo [ahora padecería] en dolor, esperando a su Redentor que viene” (Morris, ibid., p. 126).
Pero el universo no permaneció “constante.” En la Caída del hombre, en el Huerto de Edén, la Segunda Ley de Termodinámica comenzó a operar, y el universo creado entero, incluyendo el mundo, comenzó a “gastarse,” y no hay modo de darle reversa a esta tendencia. El Dr. C. L. Cagan señaló que el físico Aleman Ludwig Boltzmann (1844-1906) concluyó, por la Segunda Ley de Termodinámica, “que un día ya no quedará energía disponible en el [universo]. Todas las estrellas se quemarán y serán cenizas nucleares y la vida será imposible. El universo entero será un espacio vacío, que solamente tendrá poca materia muerta y partículas apartadas. Este estado sin vida continuará para siempre, porque nada podrá sobrevivir en su vapor vacío” (traducción libre de C. L. Cagan, Ph.D., From Darwin to Design, Whitaker House, 2006, p. 95).
El Dr. Boltzmann pasó décadas estudiando la mecánica de la Segunda Ley de Termodinámica. Él llegó a la conclusión de que el universo está condenado a un destino que él llamaba “muerte de calor.” Su punto de vista es aceptado hoy por la mayoría de científicos. El Dr. Cagan dijo,
Como Boltzmann no era Cristiano, no vio modo de escapar de [los efectos de la Segunda Ley de Termodinámica]. Él no veía esperanza...para las edades venideras. Él se deprimió tanto por esto que finalmente se suicidó (ibid.).
Cuando consideramos el resultado final de la Segunda Ley de la Termodinámica, no solamente pensamos en el hielo derritiendose y en la extinción de los osos polares y los pinguinos. Cuando vemos los efectos de la Segunda Ley de la Termodinámica operando con inflexibilidad en la tierra y en el sistema solar, pensamos en el fin de todo el universo. La Biblia enseña que todo este deterioro tiene sus raíces en la Caída del hombres, grabada en el tercer capitulo de Genesis.
“Maldita será la tierra por tu causa” (Genesis 3:17).
En en fin, la Biblia enseña que esta maldición resultará en condena universal,
“En el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (II Pedro 3:10; p. 1276).
El Dr. Morris dijo,
Esto posiblemente será una reacción atomica global (fíjate en la palabra “deshecho” en II Pedro 3:11), o si no simplemente una desintegración explosiva que involucra la transformación de la energía química de los elementos en calor, luz y energía (traducción libre de Henry M. Morris, Ph.D., The Defender’s Study Bible, World Publishing, 1995, nota de II Peter 3:10).
¿Acabará el universo en un vacío frío, o en llamas de fuego? El poeta Robert Frost contestó esa pregunta así,
Unos dicen que el mundo acabará con fuego,
Algunos dicen que con hielo.
Según lo que he sabido del deseo,
Apoyo a los que dicen fuego...
(traducción libre de Robert Frost, “Fire and Ice,” ibid., p. 242).
La Biblia apoya a Robert Frost. El universo acabará. Toda la vida como la vemos acabará. Y todo esto será el resultado directo o indirecto del pecado de Adán, la Caída del hombre, de lo cual Dios dijo,
“Maldita será la tierra por tu causa” (Genesis 3:17).
Pero la Biblia no termina ahí, y eso nos lleva al segundo punto de este sermón.
II. Segundo, la reversa de la maldición, mediante Cristo.
La Biblia Geneva [en Inglés] dijo, “La Transgresión del mandamiento de Dios fue la causa de que ambas, la humanidad y las otras criaturas fuesen sujetas a la maldición” (ibid.). Pero es Allí donde Jesuscristo entra en el mapa.. La historia Bíblica de Cristo se llama “El Evangelio” – ¡que literalmente significa “buenas nuevas”! ¡Es “buenas nuevas” saber que Jesucristo vino a salvar a un mundo arruinado, lleno de gente arruinada!
La Biblia enseña que Cristo puede redimir al hombre de la maldición, llevando su pecado en la Cruz. La Escritura dice,
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)” (Gálatas 3:13; p. 1201).
Cristo cargó con la maldición Él Mismo cuando murió en la Cruz en agonía y Sangre. El Dr. Morris dijo,
Cristo…ha sido hecho maldición por nosotros (Gálatas 3:13). Él era el “varón de dolores” (Isaías 53:3), experimentado en más quebranto que cualquier otro hombre, Él fue herido, molido y castigado por nosotros (Isaías 53:5), y de verdad usó las espinas mismas de la maldición por nosotros como corona (Marcos 15:17); en la agonía de su labor, Él sudó como grandes gotas de sangre (Lucas 22:44), y “ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas” (Hebreos 5:7). Y finalmente, Dios lo llevó al “polvo de la muerte” (Salmo 22:15). Entonces, porque llevó Él la maldición por nosotros [cuando somos convertidos tenemos la esperanza del Cielo]... “Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán” Apocalipsis 22:3 (traducción de Morris, ibid., p. 127).
Cristo no solamente pagó la pena al cargar con la maldición del pecado del hombre – Él resucitó de entre los muertos – ¡triunfante sobre la maldición!
“Al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella”
(Hechos 2:24; p. 1108).
¡Y la Biblia enseña que Cristo viene otra vez! En la Segunda Venida, Cristo dará reversa a la maldición del pecado de Adán, ¡y el mundo será renovado por Él!
Durante la Navidad poca gente piensa en el significado de la tercera estrofa del famoso himno del Dr. Watts, “Joy to the World.”
No crecerán más el pecar ni el dolor,
Ni las espinas la tierra infectarán;
Él viene a esparcir Sus bendiciones
Hasta donde se halle la maldición,
Hasta donde llegue la maldición,
Hasta allá, hasta donde se halle la maldición.
(traducción literal de “Joy to the World!”
por Isaac Watts, D.D., 1674-1748).
Mas espero que tú sí le pongas atención a esas palabras. ¡Espero que tú sí vengas a Cristo para que la maldición se pueda remover de ti, para que la ira de Dios sea propiciada, para que tu alma sea salva del juicio y del Infierno por Jesús!
¡Ojalá que vengas a Él por fe! ¡Que la maldición del pecado sea quitada de ti por Jesucristo! ¡Que tengas vida por medio de Su santo nombre! Amén.