Hoy es el 4 de Julio, el Día de la Independencia. Nosotros celebramos el comienzo de nuestra nación. Pero ahora nuestro país está borrando su pasado, volviendo una raza contra otra, rindiéndose al Comunismo, aplastando la libertad de expresión, “cancelando” a las personas que dijeron la verdad y rechazando a Dios que nos hizo. Hoy eso es Los Estados Unidos. Yo quiero dar tres puntos sobre nuestro país – una maravilla, una advertencia y un remedio.

I. Primero, una maravilla – qué era Los Estados Unidos.

“La justicia engrandece a la nación” (Proverbios 14:34a).

En este día, hace 245 años, nuestros Padres Fundadores declararon que éramos libres e independientes. Ellos dijeron en la Declaración de Independencia,

Nosotros sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas, que todos los hombres son creados iguales, que su Creador les dio ciertos Derechos inalienables, que entre ellos se encuentran la Vida, la Libertad y el perseguiré la Felicidad.

Gente de todo el mundo viene aquí porque nuestra nación se construyó sobre los derechos dados por Dios, el derecho a la vida, la libertad y perseguiré la felicidad. Esos derechos no fueron dados por los políticos. ¡Ellos son dados por Dios! Esa es la base de nuestro país.

Nadie está intentando entrar en Corea del Norte o Irán. Nadie navega en balsa hacia la China Comunista. ¿Por qué vienen aquí? Los Demócratas dicen que nuestra sociedad es malvada y “sistemáticamente racista.” Entonces, ¿por qué personas de todas las razas, de África, América Central y de todas otras partes arriesgan sus vidas para venir aquí? Es porque no somos racistas. ¡Ellos vienen porque todavía tenemos algunas de las bendiciones que Dios nos dio!

No todos los hombres que empezaron esta nación eran Cristianos verdaderos. Pero muchos de ellos si lo eran. Y todos creyeron en Dios, que gobernaba a los hombres y les dio leyes justas. Ellos todos creían en el trabajo duro, la familia, la buena ciudadanía, los derechos humanos y en Dios que está arriba. Ese es nuestro país, que luchó una guerra para acabar la esclavitud. Ese es nuestro país, que salvó al mundo tres veces – en la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Cuando yo era niño, yo vi al Presidente John F. Kennedy decir, “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregunta qué tú puedes hacer por tú país.” Ese espíritu de sacrificio nos punto a Jesús, quien murió por nosotros. Esa es la nación más grande de la historia del mundo. ¡Esa es la vieja América!

II. Segundo, una advertencia – que es Los Estados Unidos ahora.

“Mas el pecado es afrenta de las naciones” (Proverbios 14:34b).

Hoy somos muy diferentes. A partir de 1948, la Corte Suprema quito la oración y la Biblia de nuestras escuelas. En 1973, la Corte Suprema convirtió el aborto por demanda en la ley del país. Desde entonces, hemos abortado a 62 millones de bebés, matando a muchos más que Hitler jamás hizo. Dios juzgó a Hitler y El juzgará a Los Estados Unidos.

Sí, hubo racismo en nuestro país hace mucho tiempo. Pero la Biblia enseña que todos son iguales ante Dios. Basado en la Biblia, peleamos una guerra para terminar la esclavitud. Yo recuerdo cuando Martin Luther King dijo, “Yo tengo un sueño de que mis cuatro niños pequeños algún día vivirán en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter.” Terminamos con el racismo. Ninguna persona Negra se queda fuera de la universidad o de un trabajo por motivos de raza. Elegimos a Barack Obama, un presidente Negro – dos veces. ¿Cómo pudiera un país racista haber hecho eso? ¡Nosotros somos el país menos racista del mundo! Pero ahora está al revés. Las escuelas nos dicen que juzguemos a las personas no por el contenido de su carácter, sino por el color de su piel. Se llama “teoría crítica de la raza.” Ellos pusieron de nuevo el racismo y lo llaman justicia.

Hoy todo está al revés. Se desprecia el matrimonio y la familia. Se glorifica cada giro extraño de la sexualidad. Se respeta el Islam, pero se odia el Cristianismo Bíblico. Los disturbios, saqueos e incendios son pacíficos, pero las iglesias son peligrosas. Los criminales son víctimas, pero los conservadores son terroristas. En la pandemia del coronavirus, las clínicas de aborto, las licorerías y las tiendas de marihuana permanecieron abiertas, pero las iglesias fueron cerradas. Como dice la Biblia, nuestros líderes “los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que [ellos] hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz” (Isaías 5:20; p. 692).

El Presidente Kennedy dijo, “Pregunta lo qué puedes hacer por su país.” Hoy la gente pregunta, “¿Qué puede hacer mi país por mí?” Ese tipo de país no puede durar para siempre. Cuando nuestra Constitución fue escrita, alguien le preguntó a Benjamín Franklin, “¿Qué tipo de gobierno tenemos?” Él dijo, “Una república, si es que tú puedes quedarte con ella.” Hace doscientos años, Alexander Fraser Tytler dijo,

Una democracia...sólo puede existir hasta que los votantes descubran que ellos mismos pueden votarse a ellos mismos lárguese [cosas gratis] del tesoro público. A partir de ese momento, la mayoría siempre votara por los candidatos que más beneficios prometen… una democracia siempre se derrumba…seguida por una dictadura.

¡Qué advertencia para hoy!

Hoy nuestro presidente es Joseph Biden, que apenas sabe dónde está. La Biblia dice, “¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es muchacho!” (Eclesiastés 10:16; p. 677). Yo podría parafrasear eso, “Ay de ti, oh tierra, cuando tu presidente tiene la mente de un niño.” ¡Eso es lo que tenemos hoy!

Oh, alguien está dirigiendo este país. ¿Es Kamala Harris? ¿Es Barack Obama? Son ellos y más que ellos. Es un ejército de “despiertos” contra los Cristianos. El despertar moderno no es solo un movimiento político. Siendo “Despertado” es realmente una “conversión.” Despertar es una religión de personas que quieren derribar a Dios. La Biblia dice, “Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido, diciendo, Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas” (Salmos 2:2, 3; p. 562). Eso es lo que es nuestro país hoy.

III. Tercero, una salida – lo que tú puedes hacer.

Yo no dije, “lo que América puede hacer.” Yo no estoy hablando de un avivamiento nacional que barrerá el mal de nuestra tierra. Eso no sucederá. Nuestro país se enfrenta con un juicio – y ese juicio será severo. Puede que ni siquiera nosotros existiremos como una nación.

Yo dije, “lo que tú puedes hacer.” Yo no hablo a la nación, sino a ti. ¿Qué puedes tú hacer? Voltea a la Biblia a I Corintios 15:58 (p. 1186). Escucha ministras y lo leo.

“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”

“Estad firmes y constantes.” ¿Si, pero cómo?

Primero, no sigas el mundo que te rodea. Jesús dijo, “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (Juan 17:16; p. 1095). El Apóstol Juan dijo, “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo” (I Juan 2:15; p. 1278).

Eso es difícil. El camino equivocado se te presenta una y otra vez en la televisión, en el Internet, en las redes sociales y en las escuelas. Es fácil rendirse a la multitud. Pero no es necesario.

Todos tienen resistencia a las ventas. Tú ves anuncios en la televisión. Tu recibe llamadas telefónicas y correos electrónicos pidiéndote que compres algo o que des información personal. No te rindes. Eso se llama “resistencia a las ventas.”

¿Por qué no hacer eso en tu vida? Cuando estés inundado por un océano de mentiras, diciéndote con palabras suaves y lemas engañosas que lo bueno es malo y lo malo es bueno – desconéctate. Trátelo como basura. Porque es. Cuando la cultura se mueve como una ola y te dice, “Ponte junto con todos. Todos los demás lo están,” quédate con la verdad. Como dijo Jesús a Sus Discípulos, “Mirad que nadie os engañe” (Mateo 24:4; p. 993).

Pero eso no es todo. Mantente fiel a Cristo y a la iglesia local. Mantente fiel a Cristo cuando el mundo se burle de ti. Manténgase fiel a la iglesia cuando otros se van y huyan en busca de una vida más fácil. Recuerde de Dr. Hymers, que nunca se rinde y nunca se fue o huyo de su trabajo. Mantente fiel cuando empeore, porque así se pondrá. Es posible que tú no tengas la promoción en el trabajo. Tú puedes perder dinero. Tú puedes ser traten como alguien malo. Algún día tu podrás ir a la cárcel. Recuerde a Richard Wurmbrand, fiel a Cristo bajo prisión y tortura. Voltea a Juan 16:2 (p. 1093). Escuche mientras yo lo leo. Jesús dijo a Sus Discípulos,

“Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí. Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho” (Juan 16:2-4).

Jesús dijo que vendrá la persecución. Pero tú puedes superarlo. La Biblia dice, “pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (I Corintios 10:13; p. 1178). La palabra traducida como “salida” también significa “superarlo o pasar a través.” En el habla moderna, “Dios es fiel, que no permitirá que tu seas probado más de lo que tu puedas, sino que con la prueba abrirá un camino para superarlo, para que puedas sobrellevarlo.” Con Dios tú puedes hacerlo. Ese es el camino de la cruz. Sí, la cruz está por delante – ¡pero también el Cielo y el Reino de Cristo!

¿Soy un soldado de la cruz, Le sigo a Jesús,
¿Y temeré servirle fiel, O me avergüenzo de Él?

¿Al cielo buscare entrar Con gran comodidad,
¿Cuándo otros premios ganaran Su sangre al derramar?

¡Debo luchar, si he de reinar; Dadme valor, Jesús!
Carga y dolor podre aguantar, Al ser guiado en tu luz.
     (“Am I a Soldier of the Cross,” [¿Soy un Soldado de la Cruz?]
     por Dr. Isaac Watts, 1674-1748; estrofas 1, 2 and 4).