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¡LOS HOMBRES EN EL EJÉRCITO DE GEDEÓN!
por el Dr. R. L. Hymers, Jr., Una lección enseñada en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles Himno Cantado Antes de la Lección: “Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado” (Jueces 7:2; p. 273 Scofield). |
Había demasiados hombres con Gedeón. La mayoría de ellos tenían que ser quitado, o pensarían, “Mi mano me ha salvado” (Jueces 7:2b).
Primero, los que tenían miedo y temeroso tenían que ir marcharse. El versículo 3 dice, “Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase” (Jueces 7:3; p. 273).
Se fueron veintidós mil hombres – como nos dejó la gente temerosa.
Dr. A. W. Tozer dijo,
Sócrates, el estoico pagano, podría morir diciendo, “Ningún mal puede sucederle a un buen hombre, en este mundo o en el próximo.” Si él pudiera decir eso como pagano, ¿por qué yo debería temblar?... Alguien podría preguntar, “¿Tú tienes miedo de que tu morirás de cáncer?” Tal vez sea así, pero tendrá que darse prisa, o yo moriré de ser viejo primero... Un hombre que muere de cáncer en la voluntad de Dios no está herido; el simplemente está muerto... Nada te puede hacerte daño si estás en la voluntad de Dios... Así que un buen hombre está libre de temor (Success and the Christian, [El Éxito y El Cristiano], pp. 82, 83).
Aquí esta una lista de hombres y mujeres que hicieron grandes cosas por Dios porque no se cedieron a sus temores.
1. Jim Elliot
2. William Tyndale
3. John Bunyan
4. Gladys Aylward
5. Richard Wurmbrand
6. John Wesley
7. San Patrick
8. Corrie ten Boom
9. Perpetua
10. Martin Lutero
11. Adoniram Judson
12. Mary Slessor
13. William Booth
14. Harriet Tubman
15. John Newton
16. Fanny Crosby
17. Spurgeon
18. Augustine
19. Hudson Taylor
20. Cipriano
21. “Louie” Zamperini
22. Bonhoeffer
23. Wycliffe
24. John Knox
25. John Huss
26. Simón Pedro
27. Pablo el Apóstol
28. Lincoln
29. Moses
30. Sabina Wurmbrand
31. Juan Pablo II
32. Samuel
33. Juan el Bautista
34. Andrew Murray
35. Santiago el Apóstol
Aquí están 35 hombres y mujeres que estaban dispuestos a dar su vida por Dios. Ninguno de estos santos pudo estar motivado por la tal-llamada “predicación” de los nuevos evangélicos.
¿Qué de los hombres que regresaron del Ejército de Gedeón? Los hombres que regresaron porque tenían miedo tenían una creencia en Dios como la de Judas.
Pero los 35 hombres y mujeres cuyos nombres yo leí eran diferentes. La fe que tenían no se puede aprender en ninguna clase de Biblia o seminario. El Dr. A. W. Tozer dijo,
La mayoría de nosotros conocemos iglesias que enseñan la Biblia a sus hijos…y nunca producen en ellos un Cristianismo vivo ni una verdadera piedad. Sus miembros no muestran evidencia de haber pasado de muerte a vida (The Root of the Righteous, [La Raíz De Los Justos], p. 35).
¡Estas iglesias nunca pudieron producir mártires como Perpetua o Felicitas!
¡Los estudiantes de la Escuela Dominical de hoy (y los padres) tendrían demasiado miedo y temor de ser parte del Ejército de Gedeón!
El Ejército de Gedeón tenía enemigos. Sus enemigos eran inconversos y demonizados, Gálatas 5:19-21 (p. 1204). La Biblia dice,
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:19-21).
Pero eso no es todo. Aquellos que estaban preocupados por las cosas de esta vida no podían ser utilizados por Gedeón. Voltea a Jueces 7:4-6 (p. 273). La Biblia dice,
“Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; más de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas” (Jueces 7:4-6).
Ninguno de estos hombres tenía miedo de obedecer a Dios. Eran un buen ejército. Pero la mayoría de ellos no estaban todo allí. Metieron la cabeza en el agua.
Solo unos pocos de ellos estaban dispuestos a “velar y orar.” El resto no estaba dispuesto a ser fanáticos del Señor. La Biblia dice,
“Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré…y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar” (Jueces 7:7; p. 273).
El Dr. Cagan creía que estábamos unidos para ser como el pastor Wurmbrand. Entonces el Dr. Cagan vino a nosotros para ayudarme y ser un discípulo del Señor. El Dr. Cagan perdió a su primera esposa debido a su compromiso. Ella pensó que él era un tonto y un fanático – así que ella lo dejó y se divorció de él, y “no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso” (I Corintios 7:15; p. 1175). Pero el Dr. Cagan siguió caminando solo.
Su segunda esposa no fue mejor. Ella tampoco quería un fanático por marido. Así que ella voltio a sus dos hijos contra él – y uno se convirtió en ateo y el otro se rebeló. Pero el Dr. Cagan siguió caminando solo.
Estas son las características de Waldrip y Kreighton. Los da el Dr. Roy Branson en su gran libro, Church Split, [Quebrantamiento de Iglesia]:
1. Ellos son egoístas.
2. Ellos piensan solo en sí mismos.
3. Ellos no admiten cuando están equivoquen.
4. Tienen hambre de reconocimiento personal y gloria.
5. Son insubordinados.
Ellos no admiten que el pastor es el líder de la iglesia (Hebreos 13:7, 17).
“El pastor aún será culpado si las cosas salen mal” (citas del Dr. Roy Branson en su libro, Church Split, [Quebrantamiento de Iglesia] pp. 28, 29).
¡Está claro por los 5 puntos anteriores que los líderes en los quebrantamientos de iglesias son hombres inconversos, hombres no salvos! (Mira a Gálatas 5:19-21: Ponte de pie y voltea a ese pasaje, p. 1204).
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (Gálatas 5:19-21).
“Celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias – que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Puede estar sentado.
Para cuando yo supe que Waldrip y Chan estaban tratando de quebrantar y destruir nuestra iglesia, yo estaba demasiado débil y enfermo para detenerlos. Entonces estos hombres inconversos sacaron a 50 de nuestra gente.
¿Fue una tragedia? Realmente no. Dios Mismo sacó a 50 de nuestra gente para limpiar nuestra iglesia de aquellos que eran demasiado carnales para ayudarnos de todos modos. Dr. Timothy Lin dijo, “¿Cómo podemos entonces consagrarnos para ser santos? Primero debemos separarnos de los incrédulos (2 Corintios 6:14-17). Entonces debemos perfeccionar la santidad en el temor de Dios (2 Corintios 7:1).”
Este principio se da una y otra vez en la Biblia. Dios da una buena ilustración de esto en las Escrituras inspiradas, en el capítulo 7 del Libro de Jueces (p. 273). Voltea a él. Mira a Jueces 7:2. Párate mientras yo lo leo.
“Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado” (Jueces 7:2).
En los versículos 3-6 leemos que Dios probó al pueblo. Miles de ellos tuvieron miedo y se fueron. Por fin, Gedeón se quedó con un puñado de hombres para luchar contra Satanás y los enemigos de Dios.
Por eso nosotros confiamos en el Dr. Cagan. El no dejó que nada de esto le impidiera ser un discípulo. ¡Por lo tanto, yo confiaría mi vida al Dr. Cagan! ¡Y tú también deberías! Su hijo menor lo llamó tonto, fanático. ¡Pero Dios dice que el Dr. Cagan es un verdadero discípulo del Señor! ¡Él nunca nos abandonaría como lo hizo Chan! ¡Él nunca nos abandonaría como lo hizo Abel Prudhomme! ¡Aparte del pastor Wurmbrand y mi esposa, el Dr. Cagan es el Cristiano más grande que yo he conocido! ¡Dios también piensa eso!
Yo recuerdo el día en que dejé de ser un predicador Bautista Del Sur. El Dr. Green me dijo, “Si tu continúas defendiendo la Biblia, tú nunca conseguirás una iglesia Bautista Del Sur para pastoree.” Y le dije, “Si eso es lo que cuesta, no quiero uno.”
El Dr. A. W. Tozer contó esta historia, “Pregúntele a un joven graduado, ‘Bob, ¿por qué estás aquí?’ Bob dijo, ‘Quiero casarme, me gusta ganar dinero y me gusta viajar.’ ‘Pero Bob, estas son cosas superficiales. Los harás y luego envejecerás y morirás. ¿Cuál es el mayor propósito de tu vida?’ Bob dijo, ‘No sé si tengo algún propósito en la vida.’
Esta es la condición de los jóvenes en el mundo de hoy. ¡Desde universidades hasta las minas de carbón, los jóvenes no saben por qué están aquí!” (A. W. Tozer, The Purpose of Man, [El Propósito Del Hombre], p. 27).
Los únicos hombres que aprendieron el propósito de Dios para sus vidas fueron el tercer grupo de soldados. Ellos no tenían miedo. Pero ellos tenían una cualidad más – ellos estaban completamente todo allí en la voluntad de Dios. Ese es el mensaje del Ejército de Gedeón. Y es por eso por lo que esta historia está en la Biblia.
El Dr. John R. Rice dijo que el apóstol Juan “miró a los ojos de Jesús y lo amó… Le prometí seguirlo hasta que muriera. No puedo renunciar a Él. Iré con Él a cualquier lugar que Él diga” (What It Costs to Be a Good Christian, [Lo Que Cuesta Ser Un Buen Cristiano], p. 99).
Pongámonos de pie y cantemos nuestro himno. Era el himno favorito del Dr. Rice.
O Jesús, mi cruz hoy llevo, Dejo todo y sigo a Ti;
Despreciado, abandonado, Eres todo para mí.
Toda la ambición perezca, Lo que quise y conocí;
¡Más cuan rica es mi vida, Dios y el cielo mío son!
Que el mundo me desprecie, Ya a Jesús también dejó;
Como el hombre que me miente, No es así mi Salvador;
Mientras tenga tu sonrisa, Tierno, poderoso Dios,
Aunque todos me eviten, Tu faz muestras y luz salió.
Al atormentarme el hombre, A tu seno me mandó;
Grandes pruebas dan la vida, Más descanso me es Dios.
La tristeza no me daña, Si tu amor conmigo está;
Y el gozo no me encanta, Si Jesús allí no está.
Apresúrate a la gloria, Armado en fe y oración;
Hacia el cielo, a vida eterna, Tierno guía es mi Señor.
Tu peregrinar se acaba, Y el fin a tu misión.
Fruto se hará la esperanza, A alabanza la oración.
(“Jesus, I My Cross Have Taken,” [“Oh Jesús, Mi Cruz Hoy Llevo”]
por Henry F. Lyte, 1793-1847).