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¡¡¡COMO MANTENERTE FUERA DEL INFIERNO
EN DOS VERSOS!!!

por el Dr. Christopher L. Cagan

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 26 de enero de 2020

“Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (I Corintios 15:3, 4; p. 1183 Scofield).


Pablo dijo a la iglesia de Corinto: “os declaro…el evangelio” (v. 1). La palabra “evangelio” significa “buenas noticias”. Son las buenas noticias sobre Jesús. Entonces Pablo les dio el Evangelio. Está aquí en nuestro texto.

“Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (I Corintios 15:3, 4).

Ser salvo no es complicado. Puede que pienses que lo es. Tú puedes decir, “Quiero aprender acerca de la religión”. Tú puedes pensar: “Si estudio más, un día me salvaré”. Pero aprender nunca te salvará. Puedes estudiar toda tu vida y nunca convertirte en un Cristiano. Confiar en Jesús no viene por aprender. Sólo necesitas saber un poco. Todo lo que necesitas saber está aquí en nuestro texto:

“Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (I Corintios 15:3, 4).

Esta mañana les voy a decir cómo pueden ser salvos para siempre, que se muestran con las sencillas palabras de estos dos versículos Bíblicos.

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I. Primero, la palabra “Cristo”.

Nuestro texto comienza con: “Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras”. La primera palabra es “Cristo”. Significa “el ungido”, “el elegido”. La palabra hebrea es “Mesías”. El Evangelio de Marcos comienza con las palabras “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios” (Marcos 1:1). Su nombre es Jesús. Su título es Cristo. Jesús es el Cristo, el Mesías, el Único Dios ha elegido. Es por eso por lo que la Biblia lo llama “Jesucristo”. Lo llamamos así hoy.

¿Qué significa que Jesús es el Cristo? Primero, significa que Jesús no es un hombre ordinario como tú y yo. Sólo hay un Cristo. Jesús era un hombre, pero era diferente de cualquier otro hombre que haya vivido, porque era Dios El Hijo. El Apóstol Pedro le dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16). Cuando Jesús fue bautizado, Dios Padre habló desde el Cielo: “Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17). Jesús no es sólo un hombre. Es Dios el Hijo. Hizo cosas que sólo Dios puede hacer. Creó el mundo. La Biblia dice: “Todas las cosas por él fueron hechas” (Juan 1:3). El primer capítulo de Juan lo llama “el Verbo”. Dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1). Jesús estaba con Dios y Jesús es Dios. Por lo general, cuando la gente dice “Dios” están hablando de Dios el Padre. Pero Jesús es Dios tanto como el Padre.

Algunos de ustedes no han pensado mucho en Jesús. Para ti, sólo era una persona en la historia. Pero Él es el Cristo, el Hijo de Dios. ¡Eso lo cambia todo! Si confías en Jesús, confías en Dios el Hijo. Si no confías en Él, has rechazado a Dios.

Les pregunto: “¿Qué harás con Jesús?” Jesús es Dios el Hijo. ¿Qué vas a hacer con Él? Puedes caer a sus pies y confiar en Él. Perdonará tu pecado y te dará la vida eterna. O puedes despedirlo lejos con palabras como: “En otro momento”. ¡Pero entonces has despedido a Dios lejos! Para ti aquí no queda nada más que juicio. ¿Qué dirás al juicio cuando hayas echado al Hijo de Dios? No tendrás esperanza. Sólo tendrás un juicio temeroso por tu pecado.

¿Qué harás con Jesús? Un antiguo himno dice:

¿Qué harás con Jesús? No puedes ser neutral;
Algún día tu corazón preguntará: “¿Qué hará conmigo?”
   (Traducción literal de “What Will You Do with Jesus?”
      por A. B. Simpson, 1843-1919).

¿Qué harás con Jesús?

II. Segundo, las palabras “murió por nuestros pecados”.

Nuestro texto dice: “Cristo murió por nuestros pecados”. Nadie tiene problema en creer que Jesús murió. Todos mueren. Yo moriré. Tú morirás. Eso debería hacerte pensar muy en serio. La Biblia dice: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27). Sin duda morirás. Y enfrentarás el juicio de Dios. ¿Estás listo para enfrentar el juicio? ¿Qué te pasará cuando mueras? La Biblia dice: “prepárate para venir al encuentro de tu Dios” (Amós 4:12). ¿Estás preparado para conocer a Dios?

Nuestro texto dice: “Cristo murió por nuestros pecados”. Esto no fue una muerte ordinaria. Jesús murió con un propósito definido. Murió para pagar por tu pecado. Jesús tomó tu pecado en su propio cuerpo en la Cruz. La Biblia dice: “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero [la Cruz]” (I Pedro 2:24). Una vez más, la Biblia dice: “Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios” (I Pedro 3:18). Y la Biblia dice: “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:5, 6).

No te equivoques, eres un pecador. Tú puedes decir, “Soy tan bueno como los demás”. Pero eso no ayuda. Sólo significa que tú y ellos son pecadores. Tú y ellos están en líos. Piensa en todas las cosas que has hecho. Recuerda lo que hiciste en la computadora. Entonces piensa en lo que dijiste. Piensa en cuando mentiste. Piensa en cuando hablaste mal de otras personas. Entonces piensa de lo que sentiste. Piensa en tu ira. Piensa en tu lujuria. Recuerda lo que pensaste hacer. No querrás decírmelo. No querrías que la gente lo supiera, pero Dios lo sabe. Entonces piensa de tu corazón egoísta. Dios conoce tu corazón. Dios lo sabe todo sobre ti.

Es por eso por lo que no puede dejarte entrar al Cielo. La Biblia dice: “pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías 59:2). Tu pecado no está pagado. Tu pecado no está cubierto. Tu pecado te separa de Dios. Dios no puede dejarte entrar al Cielo.

Sólo hay una respuesta. Sólo hay una salida. Jesús murió en la Cruz para pagar por tu pecado. Jesús no tuvo pecado. La Biblia dice que estaba “sin pecado” (Hebreos 4:15). ¿Por qué murió? Murió por ti. Tu pecado fue puesto sobre Jesús. Derramó su Sangre sobre la Cruz para limpiar tu pecado. La Biblia dice: “la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (I Juan 1:7). No había otra manera de pagar por tu pecado. No puedo pagar por tu pecado. Yo también soy un pecador. No puedes pagar por tu pecado. Tú también eres un pecador. Sólo Jesús puede pagar por tu pecado, y lo hizo. Jesús es la única manera de que se pague tu pecado, así que Dios no te juzgará por ello. La Biblia dice: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).

¿Qué harás con Jesús? Tienes que hacer algo. ¿Confiarás en Él esta mañana? ¿O lo despedirás lejos? Si lo despides lejos, te perderás para siempre. “No hay otro nombre bajo el cielo, dado entre los hombres, en que podamos ser salvos”.

III. Tercero, las palabras “conforme a las Escrituras”.

Nuestro texto dice: “Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras”. La muerte de Jesús en la Cruz no fue un accidente. Fue predicho en la Biblia cientos de años antes. ¡Fue planeado por Dios!

Setecientos años antes de que Jesús naciera, Dios habló por medio del profeta Isaías: “Mas él [el Mesías] herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5). Entonces el profeta dijo: “Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado” (Isaías 53:10). ¿Quién puso a Jesús en la Cruz? Las manos humanas eran las de los soldados romanos. Pero fue el Señor Dios quien lo hizo realidad. “Jehová quiso quebrantarlo” Jesús fue castigado en la Cruz “por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios” (Hechos 2:23). Dios lo hizo deliberadamente. La Biblia dice que Jesús es “Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” (Apocalipsis 13:8). Antes de que el universo fuera creado, Dios planeó que Jesús moriría por tu pecado.

¿Es la muerte de Cristo tan “grande evento”? ¡Sí, porque tu pecado es tan grande! Tu pecado es ofensivo para Dios. Sin Jesús en la Cruz, nunca serías salvo. Nadie seria salvo. Dios sabía que el hombre iba pecar. Así que planeó la única salida, la única respuesta. Jesús, Dios el Hijo, moriría en tu lugar para pagar por tu pecado. La muerte de Jesús fue un plan cósmico, más grande que el universo. Era la única manera de salvarte.

¿Qué vas a hacer? ¿Vas a dejar ir al Hijo de Dios? ¿Vas a ignorar su muerte en la Cruz como si no significara nada? Entonces tendrás que enfrentar el juicio, y pagarás por tu propio pecado en el Infierno. ¿O confiarás en Jesús? ¿Vendrás al Salvador y le dejarás lavar tu pecado con su Sangre? ¿Te volverás a Jesús y confiarás en Él?

IV. Cuarto, las palabras “fue sepultado”.

Nuestro texto dice, “fue sepultado”. El cadáver de Jesús fue sepultado en una tumba prestada. ¿Por qué lo sepultaron? Algunas personas dijeron que Jesús realmente no murió. Dicen que sólo se desmayó en la Cruz y fue rescatado por sus discípulos. Pero el sepulcro muestra que estaba realmente muerto, tan muerto como cualquiera está muerto. El Catequismo de Heidelberg pregunta: “¿Por qué fue sepultado? Entonces da la respuesta, “Su sepultura testificó que realmente había muerto”.

La sepultura de Jesús era parte del plan de Dios. Jesús dijo: “tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:40). Su sepultura muestra que su muerte fue real. Y su sepultura muestra que su resurrección, su resurrección de los muertos, era real. Esto me lleva a nuestro quinto punto.

V. Quinto, las palabras “resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”.

Nuestro texto dice: “y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” Jesús no se quedó muerto. Al tercer día, domingo de pascua por la mañana, se resucitó de entre los muertos, para no volver a morir. Jesús no se resucitó como una idea esperanzadora de que sus enseñanzas vivirían en el corazón de los hombres. No, Jesús resucitó a la vida, literal y físicamente, en un verdadero cuerpo de carne y hueso.

La Biblia dice que después de que Jesús se resucitó, “que apareció a [Pedro], y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez” (I Corintios 15:5, 6). Jesús no se resucitó como un fantasma. Esto no fue una alucinación. Jesús le dijo a Tomás: “Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente” (Juan 20:27). Jesús se resucitó físicamente de entre los muertos. Cuarenta días después “fue alzado” (Hechos 1:9). Un día regresará para establecer su reino en la tierra.

Todo esto se hizo “conforme a las Escrituras”. Mil años antes de Cristo el salmista escribió: “porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción” (Salmos 16:10). Jesús dijo lo mismo mucho antes de morir: “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día” (Mateo 16:21). La resurrección de Jesús era parte del plan de Dios para salvarte, tanto como su muerte. Si Jesús no hubiera resucitado de entre los muertos, nadie sería salvo. La Biblia dice: “y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados” (I Corintios 15:17).

¿Qué significa la resurrección de Jesús? Demuestra que Jesús era realmente el Hijo de Dios. “Fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:4). Su resurrección demuestra que su Evangelio es verdadero.

La resurrección muestra que Jesús venció a la muerte. Jesús dijo: “Yo soy el que vive, y estaba muerto; y he aquí, estoy vivo para siempre” (Apocalipsis 1:18). Cuando Jesús se resucitó, conquistó la muerte para siempre. Porque Jesús se resucitó, todos los que confían en Él tienen vida eterna. La Biblia dice: “Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad” (I Corintios 15:53). Entonces todos los Cristianos dirán: “Sorbida es la muerte en victoria” (I Corintios 15:54).

Era todo para ti. ¿Qué vas a hacer al respecto? El Hijo de Dios murió para que pudieras ser perdonado de tu pecado. Se resucitó de nuevo para darte la vida eterna. Lo hizo porque te ama. No hay amor más grande que el amor de Jesús. ¿Qué vas a hacer? ¿Te irás? ¿Pasarás por aquí? ¿Te aferrarás a tu pecado y a tu vida egoísta? ¿Lo dejarás ir con unas palabras? ¿O confiarás en Él? La Biblia dice: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31). Sólo hay dos cosas que puedes hacer. Puedes apartarte, o puedes confiar en Él. ¿Qué vas a hacer? Ruego que confíes en Él. Si desea hablar con nosotros acerca de confiar en Jesús, por favor, ven al frente de la sala ahora. Amén.


EL BOSQUEJO DE

¡¡¡COMO MANTENERTE FUERA DEL INFIERNO
EN DOS VERSOS!!!

Por Dr. Christopher L. Cagan

“Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (I Corintios 15:3, 4).

(I Corintios 15:1)

I.    Primero, la palabra “Cristo”, Marcos 1:1; Mateo 16:16; 3:17;
Juan 1:3, 1.

II.   Segundo, las palabras “murió por nuestros pecados”, Hebreos 9:27; Amós 4:12;
I Pedro 2:24; 3:18; Isaías 53:5, 6; Isaías 59:2; Hebreos 4:15;
Yo Juan 1:7; Hechos 4:12.

III.  Tercero, las palabras “conforme a las Escrituras”, Isaías 53:5, 10;
Hechos 2:23; Apocalipsis 13:8.

IV.  Cuarto, las palabras “fue sepultado”, Mateo 12:40.

V.   Quinto, las palabras “resucitó al tercer día, conforme a las
Escrituras”, I Corintios 15:5, 6; Juan 20:27; Hechos 1:9;
Salmo 16:10; Mateo 16:21; I Corintios 15:17;
Romanos 1:4; Apocalipsis 1:18; I Corintios 15:53, 54;
Hechos 16:31.