El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.
Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.
Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.
RESPUESTA DE DR. CAGAN A DR. CHAN –
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Estimados Miembros y Amigos del Tabernáculo Bautista:
Como pastor de esta iglesia, he escrito la siguiente declaración para responder al ataque del Dr. Kreighton L. Chan contra el Dr. Hymers, el Pastor Emérito de nuestra iglesia. No haría público esto si no hubiera atacado abiertamente al Dr. Hymers en el Internet. Ya he enviado esto por correo electrónico a aquellos de ustedes que tienen correos electrónicos, y a muchos otros fuera de nuestra iglesia. Se entregarán copias de este mensaje a todos los que asistan esta noche. Esto es lo que escribí:
Estimado Dr. Chan:
He trabajado estrechamente con el Dr. Hymers por más de 42 años. Nunca le he oído decir que todos los que salieron de la iglesia están perdidos. Nunca le he oído decir eso en el púlpito ni en la conversación privada.
Dices que nuestra iglesia es casi secta falsa. ¿Por qué nunca mencionaste eso, ni siquiera una vez, en las muchas reuniones a las que asististe como diácono mayor de nuestra iglesia? No lo mencionaste ni una sola vez en mi audiencia en 42 años. Y ni siquiera es verdad, para nada. Me gradué del Seminario Teológico Talbot. También tengo un segundo doctorado de la Claremont Graduate School, donde estudié profundamente en estos asuntos, de los cuales sólo tienes un conocimiento superficial. Nada de una secta falta existe, ni nunca existió en nuestra iglesia. ¡Nunca!
En 2017 hiciste una confesión voluntaria en nuestra iglesia que fue escuchada por mí y por muchas otras personas. Tu dijiste con lágrimas que comiste rebelión contra Dr. Hymers y que no volverías a hacer eso. ¿Fue una confesión falsa, o estabas mintiendo entonces?
Dr. Hymers nunca ha abusado ni ha reinado sobre la gente de nuestra iglesia. Lo conozco mejor que tú.
Tú dices que Dr. Hymers es sólo un evangelista, pero si eso es cierto, ¿cómo es que ha escrito libros sobre muchos temas y hablado sobre muchos temas en nuestra iglesia aparte del evangelismo? Dr. Chan, ¿quién le enseñó todas las cosas que sabe y hace? ¿Dónde aprendiste a preparar un sermón? ¿Dónde aprendiste lo poco que sabes acerca de una iglesia bautista? Me parece a mí que todas las cosas que tú sabes acerca del protestantismo vinieron de Dr. Hymers, y ninguna de ellas vino de la Iglesia Católica, donde tú eras miembro antes de venir aquí.
Dijiste que tu padre te golpeó cuando eras un niño. ¿Cuánto de su rebelión contra el Dr. Hymers se refleja en -tu origen psicológico? Dr. Hymers es duro, pero tuvo que ser duro para pastorear la única iglesia bautista fundamental independiente en el centro de Los Ángeles durante 44 años. Veamos si puedes durar 44 años y seguir aquí predicando. Veamos si puedes durar cinco años. Estoy seguro de que no durarás diez. Recuerda, te conozco muy bien y lo he hecho por más de 40 años. No te tengo respeto. Tu tiraste todas estas cosas hacia Dr. Hymers sin hablar con él en privado como se manda en las Escrituras.
A mi juicio, tú no eres un verdadero predicador y no estás llamado al ministerio. Es por eso por lo que tenías que robar gente de la iglesia de Dr. Hymers, porque no podías convertirlos del mundo.
A mí me parece que tu tuviste que esperar hasta que Dr. Hymers estuviera enfermo de cáncer y lisiado con artritis en las rodillas antes de que te atreviste a atacarlo, e incluso entonces tenías que hacer que John Waldrip te respaldara, aunque es un hipercalvinista extremo. La Biblia dice: “todos nosotros parezcamos ante el tribunal de Cristo”. Te compadezco, y te compadeceré aún más en ese día. Estoy orando por tu arrepentimiento.
Christopher L. Cagan,
Ph.D., M.Div., Ph.D.
Pastor del Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
¡UNA PROMESA DE AÑO NUEVO – Y UNA ADVERTENCIA!
por Dr. R. L. Hymers, Jr.
Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
Víspera de Año Nuevo, 31 de diciembre de 2019
“Si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12; pág. 1237 Scofield).
Durante su ministerio temprano en Londres Spurgeon al final de cada año recibía un sobre con un papel adentro. En dicho papel había un verso de la Escritura que usaría como el texto de su sermón de Año Nuevo. Estos textos eran escogidos para el joven Spurgeon, exitoso predicador Bautista, por un ministro anciano en la Iglesia de Inglaterra. Este anciano ministro anglicano pastoreaba una pequeña iglesia de villa, pero Spurgeon lo admiraba mucho, y por varios años seguidos el gran predicador Bautista dio su sermón de Año Nuevo del verso que el venerable ministro de otra denominación había escogido en oración para él, en el Año Nuevo. Él no decía el nombre del ministro, pero Spurgeon siempre mencionaba que este anciano sacerdote anglicano había seleccionado el texto del cual predicaría ese Año Nuevo.
El 3 de enero de 1864, Spurgeon predicó una vez más sobre un verso que le fue dado por aquel anciano ministro. El texto dado para el Año Nuevo en 1864 fue:
“Si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12).
Te estoy dando una versión simplificada del sermón de Spurgeon. He expandido un poco el punto uno para mostrar varios casos de cristianos que han sufrido por su fe en tiempos modernos. En el segundo punto incluiré dos terribles ejemplos de negar a Jesús, dados por Spurgeon mismo, de su sermón, “Sufriendo y Reinando Con Jesús” (traducción literal de C. H. Spurgeon, “Suffering and Reigning with Jesús,” The Metropolitan Tabernacle Pulpit, Pilgrim Publications, impresión de 1991, tomo X, paginas 1-12). ¡Si piensas que este sermón es demasiado duro, cúlpale a Spurgeon, no a mí!
“Si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12).
El texto naturalmente se divide en dos partes: sufriendo con Jesús, y su recompensa – negando a Jesús, y su penalidad.
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I. Primero, sufriendo con Jesús, y su recompensa.
El sufrimiento es el estado común de toda la gente. No es posible escaparse de ello. Llegamos al mundo sufriendo al nacer, y nos vamos del mundo sufriendo al morir. Como lo puso Job:
“El hombre nacido de mujer, corto de días, y hastiado de sin sabores” (Job 14:1).
Nadie se puede escapar de los dolores y pruebas de la vida. De nuevo, leemos en el libro de Job:
“Como las chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la aflicción” (Job 5:7).
Ya que el sufrimiento es el destino común de toda la gente en un mundo arruinado por el pecado, no significa necesariamente que serás recompensado por ello. Tal vez pases por gran dolor en esta vida, pero eso no te salvará de la ira venidera. Tal vez pases gran sufrimiento y aun estés perdido, porque:
“El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).
Así que ninguna cantidad de sufrimiento en la tierra podrá ayudar a la persona inconversa a entrar al Cielo.
El sufrimiento no es algo que solamente los cristianos experimentan. Tampoco quiere decir que el sufrimiento traiga recompensa. El texto muestra claramente que debemos sufrir con Él para reinar con Él. El sufrimiento que resulta en reinar con Cristo tiene que ser sufrimiento con el Señor Jesucristo.
No debes pensar que estás sufriendo con Jesús si no estás “en” Jesús. Si no has venido a Jesús, tus sufrimientos en la tierra son solamente una muestra del sufrimiento eterno que experimentarás en el Infierno. Solamente cuando un hombre está “en” el Salvador por la conversión puede decir que su sufrimiento es en compañerismo con Jesús. ¿Estás en Jesús por una fe viviente en Él? ¿Estás confiando en Jesús solamente? Si no, cualquier problema o miseria que pases en la tierra, no tienes esperanza de reinar con Jesús en Su reino.
De nuevo, no debemos pensar que estamos sufriendo con Jesús si nos vienen problemas como resultado del pecado. Cuando Miriam habló mal de Moisés, y la lepra cubrió su cuerpo, ella no estaba sufriendo por Dios. Cuando Usías entró ilegalmente al templo, y se hizo leproso por el resto de su vida, no pudo decir que estaba sufriendo por causa de la justicia. Si deliberadamente pones tu mano en el fuego, y se quema, es la naturaleza del fuego quemarte. ¡Pero no seas necio jactándote de ser mártir! Si haces lo malo y sufres por ello, ¿qué recompensa tendrás? La veracidad y la honestidad deben detenernos de decir que estamos sufriendo por ser cristianos, cuando en realidad sufrimos como resultado del pecado.
Debemos tener el espíritu de Jesús en nosotros o nuestro sufrimiento no es aceptable. Debemos seguir el ejemplo de Jesús y sufrir el reproche por la causa de Jesús. Solamente entonces hemos verdaderamente sufrido con Jesús.
Ahora pensemos en algunas de las maneras en que los buenos cristianos sufren con Jesús hoy. Están aquellos que sufren financieramente, por amor y obediencia a Jesús. Hace unos días señalé a uno de nuestros diáconos y le dije con toda sinceridad que el hombre podría ganar tres o cuatro veces su salario actual si aceptaba trabajar el domingo. Sufre la pérdida de miles de dólares cada año porque ama demasiado a Jesús para trabajar en su oficio en el Día del Señor. Hemos conocidos cristianos que han perdido sus empleos simplemente porque sus patrones tuvieron prejuicios contra ellos ¡por ser buenos cristianos! ¡Hemos conocido estudiantes en la escuela secundaria y en la universidad cuyas calificaciones fueron reducidas por maestros que los despreciaban por su fe en Jesús! ¡Ese es el sufrimiento mencionado en nuestro texto!
“Si sufrimos, también reinaremos con él” (II Timoteo 2:12).
A menudo, este sufrimiento toma la forma de desdén, desprecio y burla. Algunos ven que otras personas en sus empleos los desprecian, murmuran diciendo que son idiotas, necios engañados, porque creen en el Hijo de Dios. Hay un aguijón doloroso en particular, que causa sufrimiento a buenos cristianos jóvenes, cuando amigos en la escuela los evitan, y murmuran, diciendo que son “raros” porque se paran por Jesucristo. Aun en la casa, los verdaderos cristianos no pueden escaparse de las palabras de padres que son budistas, o miembros de otras religiones no cristianas. Sus propios hermanos y hermanas los pueden llamar necios porque aman al Salvador. Esto también es el sufrimiento mencionado en nuestro texto:
“Si sufrimos, también reinaremos con él” (II Timoteo 2:12).
En tiempos como estos, tan llenos de prejuicio y odio hacia Jesús y sus verdaderos seguidores, es cosa sabia recordar las palabras del Salvador:
“Los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí” (Mateo 10:36-38).
¿Por qué los incrédulos odian tanto a los cristianos? Jesús dio la respuesta cuando dijo:
“Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece” (Juan 15:19).
En estos días falsos y malvados de “decisionismo,” en muchas maneras parecido a las “Edades Negras” del cristianismo, muchos pastores fieles deben padecer amargos ataques por ser fieles a la Biblia, y nuestra herencia Bautista, ¡por rehusar bautizar a aquellos que no tienen un claro testimonio de los que Jesús ha hecho para salvarlos! Este también es el sufrimiento mencionado en nuestro texto:
“Si sufrimos, también reinaremos con él” (II Timoteo 2:12).
Uno no puede dejar de pensar en nuestro texto al leer esa revista, The Voice of the Martyrs, la cual leo cada vez que la recibo en el correo. En la edición de diciembre de 2006, habla de un predicador iraní sentenciado a prisión en Teherán por predicar el evangelio (ibid., p. 3).
También hablo de una mujer en Pakistán que se casó con un hombre que era cristiano nominal. Él después se convirtió a islam porque los musulmanes pueden tomar dos esposas. Cuando su primera esposa, una mujer cristiana, rehusó convertirse a islam, este musulmán la apaleó con garrotes, “aplastando sus manos bajo postes de cama”. Luego cuando ella quiso asistir a la iglesia, la apaleó y la encerró en un cuarto. En ese cuarto ella oraba, “Jesús, tú padeciste gran dolor por nosotros. Mi dolor no es nada. Dame valor. Jamás te dejaré” (ibid., página 4).
La misma revista hablo de una chica cristiana de 15 años en Indonesia que fue macheteada en la cara y en la nuca. Ella quedó desfigurada para el resto de su vida porque creía en Jesús (ibid., p. 6). The Voice of the Martyrs dijo:
Los niños [en Indonesia] saben que los estudiantes cristianos son presas de extremistas Islámicos, pero ellos no se esconden en temor. [Ellos] testifican por Jesús dentro y fuera de la prisión (ibid., p. 7).
En India, un pastor fue casi matado cuando militantes hindúes lo atacaron cuando predicaba sobre la resurrección de Jesús el domingo de Pascua. Una fotografía en la revista muestra su cuerpo destazado vendado (ibid., p. 8).
En China, la revista The Voice of the Martyrs hablo del hermano Liu, que ha sido arrestado por predicar el evangelio tantas veces que ya perdió la cuenta. Él dijo: “El Señor nos dijo que es un camino difícil seguir Su camino. Es un camino donde uno tiene que tomar su cruz para seguirlo”. Durante una paliza, sus orejas fueron golpeadas con un palo eléctrico. Sus lesiones le causaron dolor y sufrimiento por seis meses. Él dijo: “Yo experimenté muchas de estas cosas también, pero...la más preciosa cosa que he aprendido es que el Señor sufrió más que nosotros. Mi familia no se apostatado en medio de nuestro sufrimiento. En vez, estamos más valientes en seguir al Señor. Ahora mis hijos están en el ministerio...siguiéndole a Jesús hasta el fin” (ibid., p. 11).
De Vietnam, la revista mostro fotografías de tres cristianos, dos hombres y una mujer, sus rostros literalmente hechos trizas por evangelizar en la provincia Than Hoa. Fueron golpeados en la cara por testificar por Jesús. Una campaña brutal en contra de los cristianos comenzó a aumentar en abril. Esta fue la segunda vez que estos tres cristianos fueron golpeados por los Comunistas en 2006. ¡Pero nada los detiene! ¡Al fortalecerse regresan a los perdidos, haciendo evangelismo! (ibid., p. 13). Tristemente, aun en los Estados Unidos, aquellos que testifican por Jesús hoy a veces son perseguidos.
En Colombia, la revista The Voice of the Martyrs hablo de una chica de quince años. Su padre le dijo que fuese como la mujer de Proverbios 31. Luego se fue al trabajo. Él era pastor de una iglesia, así que los guerrilleros Comunistas lo llevaron a un puente y lo mataron por su fe en Jesús. Pronto después, los Comunistas regresaron a la villa de esa chica. Para el 14 de septiembre de 2005 todas las iglesias ya estaban cerradas. Quince cristianos se escondían en una casa para leer la Biblia y orar juntos, entre ellos estaba la chica de 15 años, Jacquelynne. Ella dijo, “Si ves situaciones difíciles, debes seguir adelante y no dejar a Dios por ningún motivo” (ibid., p. 14). Para leer más historias de cristianos que sufren alrededor del mundo, ve en tu computadora a www.persecution.com. Espero que todo el que lea este sermón revise el material en ese sitio de vez en cuando.
Gente como esta es de la que nuestro texto habla:
“Si sufrimos, también reinaremos con él…” (II Timoteo 2:12).
II. Segundo, negar a Jesús, y su pena.
Leamos de pie el texto entero en voz alta, II Timoteo 2:12.
“Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12).
Se pueden sentar.
Un terrible “si” sin embargo un “si” que se puede aplicar a algunos de ustedes. Señor, “¿Seré yo?” tu podrías decir, sentado aquí esta noche, tal como Judas en la Ultima Cena, cuando el que traicionaría a Jesús hizo esa pregunta. Y si como Pedro dices: “Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré” – tú quizá puede ser el más propenso a hacerlo.
Algunos niegan a Jesús amargamente. Como incrédulos lo pueden mofar abiertamente. Otros lo niegan al unirse a iglesias falsas, a religiones que niegan su deidad completa de Dios-hombre, y otras que lo niegan al decir que Él es un espíritu, no un hombre resucitado de carne y hueso, ascendido a la diestra de Dios; otros huyen a iglesias antinomias que son “nuevas-evangélicas”.
Otros lo niegan por quedarse callados. Cuando están con los incrédulos tienen temor de dar gracias a Dios por la comida antes de comer, por temor de que no les agrade a sus familiares y amistades incrédulas.
¿Describe esto a algunos de ustedes? Si es así, no te enojes conmigo, sino que escucha la palabra del Señor. Sabe esto – que no perecerás, aun si has negado a Jesús, si ahora vienes al Salvador y eres verdaderamente penitente en corazón y alma. Pero si sigues negando a Jesús, ese verso terrible vendrá a atormentarte:
“Él también nos negará” (II Timoteo 2:12).
Spurgeon contó de la muerte de Francis Spira. Respetado como reformador, Spira sabía la verdad. Pero cuando la Iglesia Católica lo amenazó con la muerte él se echó atrás. Por temor él abandonó sus creencias protestantes. Poco tiempo después se llenó de desesperación, y padeció un Infierno mental y espiritual en la tierra. ¡Sus chillidos eran tan horribles que su descripción no debe ser escrita! Su condenación fue una advertencia a la era en que él vivió.
El predecesor de Spurgeon, un antiguo pastor de su iglesia, llamado Benjamin Keach, contó de un predicador que hablaba claramente sobre sus creencias puritanas, pero después, durante una persecución católica, él negó su fe. Las escenas de su lecho de muerte fueron horribles. Él dijo que, aunque buscaba a Dios, el Señor estaba contra él. Él fue entregado a una terrible desesperación. A veces maldecía. Otras veces oraba. Pero murió sin esperanza. Si negamos a Jesús, nosotros mismos podremos ser entregados a tal terrible destino.
“¿Qué bien ha hecho Jesús por ti, viejo?” – algún ateo desconsiderado puede decirme. Te diré lo que bueno Jesús ha hecho por mí contándoles sobre otro anciano, un pastor presbiteriano llamado A. B. Simpson. A medida que se acercaba a la vejez, su salud se quebró. Estaba profundamente desanimado. Estaba listo para dejar el ministerio. Luego oyó las palabras de un simple canto espiritual, cantado en una iglesia negra:
“Nada es demasiado difícil para Jesús,
Ningún hombre puede trabajar como Él.”
Las palabras llegaron a Simpson con poder, llevando fe y esperanza, y vida para el cuerpo y el alma. Fue a un lugar solitario para estar a solas con Jesús. Se puso de pie completamente curado. El Dr. A. B. Simpson fundó una de las sociedades misioneras más grandes del mundo. Durante los siguientes treinta y cinco años A. B. Simpson trabajó con gran poder al servicio de Jesús. El Dr. A. W. Tozer dijo de él: “¡Su fe en el poder ilimitado de Dios le dio la fuerza que necesitaba para continuar!” (“The Knowledge of the Holy”).
Tuvimos un quebrantamiento de iglesia a principios de este año. Estaba débil con cáncer y artritis reumatoide en mis rodillas y espalda. Simpson y el dolor retrocedieron. Un hombre se sorprendió de que me emocionara tanto como un joven por comenzar una nueva iglesia. Dijo, “¿Cómo lo haces?” Dije en mi corazón:
“Nada es demasiado difícil para Jesús,
Ningún hombre puede trabajar como El.”
Perdamos toda cosa en vez de perder a Jesús. Es mejor perdamos cualquier otra cosa que perder nuestras almas. Deje que los cristianos pierdan todo excepto sus recompensas cuando Jesús venga. Seamos como aquellos jóvenes de Irán, Pakistán, Indonesia, India, China, Vietnam y Colombia que he mencionado, que por su sufrimiento fueron capacitados a decir con el Apóstol Pablo,
“Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3:7-8).
¡Que ese sea nuestro lema! ¡Que esa sea nuestra meta! ¡Que sea eso sea lo que busquemos el año que viene! Porque:
“Si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12).
Un día, algunos de ustedes, que aún no han nacido de nuevo, puede estar ante el Gran Trono Blanco. Cristo os dirá: “No os conozco.” Fuiste tentado por tus amigos a abandonar tu iglesia. ¡Y lo dejaste! Negaste a Jesús por temor de lo que te costaría, o lo que sufrirías. Implorarás al Señor que te deje entrar al Cielo en ese día. Pero el Señor te dirá quien se negó a nacer de nuevo:
“Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:23).
“E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna” (Mateo 25:46).
Si esperas evitar el terrible calabozo del Infierno que quema con fuego y azufre, te ruego que clames a Jesús, “Señor, sálvame. ¡Señor, acógeme, guárdame, guárdame, guárdame! Ayúdame a sufrir contigo, pero no dejes que te niegue a Ti, para que no me niegues en aquel terrible día del juicio.” Que ese sea el clamor de tu corazón a Jesús esta noche. Ven a Él y se lavado, limpiado por la preciosa Sangre, El derramo en la Cruz para limpiarte de pecado. ¡Que vengas a Jesús esta noche, las últimas horas de este año ¡Que comience el nuevo año comprometido con Él, eternamente seguro en Su gracia salvadora y amor! ¡Amén!
EL BOSQUEJO DE ¡UNA PROMESA DE AÑO NUEVO – Y UNA ADVERTENCIA! por Dr. R. L. Hymers, Jr. “Si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará” (II Timoteo 2:12). I. Primero, sufriendo con Jesús, y su recompensa, II Timoteo 2:12a; II. Segundo, negando a Jesús, y su pena, II Timoteo 2:12b; |