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¡ORACIÓN EFICAZ!Un sermón escrito por Dr. R. L. Hymers, Jr. “La oración eficaz del justo puede mucho” |
El Dr. Henry M. Morris dijo que “eficaz” es una palabra en Griego (energeo) que significa “energía” (Traducción de Henry M. Morris, Ph.D., The Defender’s Study Bible, Word Publishing Company, 1995, p. 1391; nota sobre Santiago 5:16). Podemos parafrasear la palabra “energeo” como, “La enérgica, desesperada, eficaz oración del justo puede mucho”. “Puede” significa “poder hacer” (Strong). Así que podemos dar el texto como “La enérgica, desesperada, eficaz oración del hombre justo puede hacer mucho”. El Dr. John MacArthur, aunque equivocado con él respecto a la Sangre de Jesús, estaba correcto cuando dijo de este verso: “Las enérgicas, apasionadas oraciones de hombres justos tienen el poder para hacer mucho” (Traducción de John MacArthur, D.D., The MacArthur Study Bible, Word Bibles, 1997, p. 1935; nota sobre Santiago 5:16).
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¿De dónde viene esta oración enérgica, desesperada y ferviente? ¿Cómo puedes orar así? La respuesta es simple. ¡Orarás de esta manera cuando en desees y necesites con seriedad y fervor por lo que estás orando! Si no lo quieres mal, no oraras fervorosamente por él. Claro, te gustaría tenerlo, pero no lo anhelas en tu corazón. Tú puedes decir unas pocas palabras de oración en casa, o en una reunión. Pero no lo quieres en serio y no oraras una oración enérgica ferviente.
Cuando la gente realmente necesita algo, a menudo dicen, “Debo tenerlo. No puedo soportar estar sin eso. Eso es lo que la gente dice cuando está enamorado. “No puedo hacerlo sin ella. Tengo que estar con ella. Debo tenerla”. Un hombre enamorado hará cualquier cosa por la mujer que ama. Piensa en ella todo el tiempo. Hará lo que sea para complacerla. Saldrá con ella. Le comprará cosas. Hará lo que sea por tenerla. Eso es amor. Realmente ama, quiere y necesita a esa mujer. Piensa mucho en ella y con sentimiento. Incluso durante el día en que no está con ella, piensa en ella. La quiere y la necesita a ella.
Así es en la oración. Si tú ves y sientes tu necesidad, orarás con energía. Orarás oraciones serias, sinceras y desesperadas. “Oh Dios, debo tenerlo. Estoy en un estado terrible sin él. Te necesito. Sólo Tú, Dios, puedes dármelo. Por favor, Dios, ayúdame. Dame lo que necesito. ¡Te lo ruego, Dios, ¡dámelo! “Puedes orar con gran sentimiento y lágrimas. Orarás una y otra vez. Orarás por ti mismo y orarás con otros cristianos. Es casi como si no dejaras de orar. A veces casi no se te ocurre nada más. “Oh, Dios, debo tenerlo.” Eso es una verdadera oración. ¿Alguna vez oras así?
¡Oración eficaz “puede mucho”, porque Dios puede hacer cualquier cosa! La Biblia dice: “para Dios todo es posible” (Mateo 19:26). ¿Crees en Dios o no? Si oras, Dios puede hacer cualquier cosa.
Dios puede mover mundos en respuesta a la oración. En medio de una batalla Josué oró, “Sol, detente” (Josué 10:12). ¡Y Dios hizo que el sol se detuvo! Josué no tenía el poder de hacer eso. La oración de Josué no hizo que sucediera. No había ningún poder gigantesco en Josué ni en su oración. El poder estaba en Dios. Dios lo hizo en respuesta a la oración de Josué.
Dios puede cambiar el clima en respuesta a la oración. Puede detener la lluvia y traer la lluvia, en respuesta a la oración. Nuestro texto dice:
“La oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16).
En el siguiente verso, dice la Biblia:
“Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.” (Santiago 5:17, 18).
Dios puede mandar avivamiento por respuesta de oración eficaz. Él ha hecho eso muchas veces. En Alemania (Saxony) Nicholas von Zinzendorf, un conde de 27 años se desanimó por la falta de vida espiritual entre las nueve chicas en su clase bíblica. Él empezó a orar fervorosamente por ellas. Brian Edwards dijo que las oraciones fervientes de Zinzendorf:
…le guiaron directamente al avivamiento que empezó el 13 de Agosto de 1727: verdaderamente el gran avivamiento de Moravia de 1727, el cual llegó a su clímax en Agosto 13, fue precedido y seguido por oración extraordinaria…muchos otros hermanos empezaron a orar como nunca…A la media noche se hizo…una gran reunión con el propósito de orar en el cual mucha emoción prevaleció (Revival! A People Saturated With God, Evangelical Press, 1997 edition, p. 78).
El Gran avivamiento de Moravia de 1727 en Alemania se extendió hacia el Primer Gran Despertamiento, el cual, a través de Jonathan Edwards, Whitefield, Wesley y otros, trajo a muchos miles a una verdadera conversión, ¡y cambió el curso de la civilización del Occidente por los próximos cien años! ¡Llegó en respuesta a las oraciones serias!
“La oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16).
La oración ferviente, con tu energía, porque quieres lo que estás orando, es parte de la vida cristiana. Para enseñar a sus discípulos acerca de la oración, Jesús dijo:
“Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, ¿préstame tres panes?” (Lucas 11:5).
El hombre no fue con su amigo durante el día en que la gente hacía negocios. Fue a su amigo a medianoche. Hablaba en serio. Él era ferviente. Realmente quería esos tres panes. Una vez más, Jesús dijo:
“Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que, viniendo de continuo, me agote la paciencia” (Lucas 18:2-5).
La mujer fue al juez una y otra vez. El juez no era un buen hombre. Pero siguió viniendo a él hasta que se cansó de ella. Entonces le concedió su petición. Esa mujer hablaba en serio de lo que quería. Ella era ferviente. Ella era enérgica. ¡Y recibió lo que quería!
“La oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16).
Este es un ejemplo de mi propia vida. Hace años necesitaba refinanciar mi casa. Es decir, necesitaba un nuevo préstamo para la casa. Fui a un banco y todo se veía bien por un tiempo. Entonces surgió un problema tras otro. No importa lo que hice, siempre hubo otro problema y otro retraso. Estaba simplemente atascado.
Le oré fervorosamente a Dios. En mi oración, en voz alta, parafraseé Lucas 11:11-12. Le dije a Dios: “Dijiste que, si un hijo le pedía pan a su padre, no le daría una piedra. Yo no haría eso. No lo harás. Dijiste que si pedía un pez no le daría una serpiente. Si pide un huevo no le dará un escorpión. Yo no haría eso. Y tú tampoco harás eso. No eres así. No eres malo. Dijiste que no harías eso. Dame lo que necesito. Jesús nos dijo que oremos: ‘el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy’. Y eso es lo que estoy haciendo. Estoy rezando por lo que necesito. Estoy orando de la manera que Jesús me dijo. No me darás una piedra. Dios, dame lo que necesito. Dame ese préstamo”. ¡Y Dios lo hizo! El préstamo se realizó rápidamente, como si nunca hubiera un problema. ¡Dios contestó mi oración!
Aplicación
Tenemos algo importante para orar en nuestra iglesia. Vamos a empezar una nueva iglesia en el Valle de San Gabriel. Pero debemos vender este edificio para conseguir el dinero para comprar el nuevo. Tenemos que orar para que este edificio se venda rápidamente, y a un buen precio.
¡Dios puede hacerlo ciertamente! Si Dios puede mover mundos, cambiar el clima y enviar avivamientos que cambian la historia, ciertamente puede hacer que este edificio sea vendido. ¡Amén!
Tú puedes pensar, “Eso sucederá por sí mismo. Es sólo un trato de negocios. No hay necesidad de orar por eso”. No, esto no sucede por sí mismos. El Diablo no quiere que empecemos una nueva iglesia. Y humanamente, el mercado de finca raíz aquí no es tan fuerte como hace un año. No, no sucederá por sí mismo.
Tú puedes pensar, “Eso no es espiritual. ¿Tenemos que orar por acuerdo de negocio?” Mis amigos, eso es espiritual. Si no vendemos este edificio, no podremos comprar un nuevo edificio de iglesia y comenzar una iglesia en el Valle de San Gabriel. No podremos evangelizar allí y traer a la gente a Jesús como deberíamos. ¡Absolutamente, tenemos que orar por esto! Es correcto y espiritual orar por nuestras necesidades empresariales. Son partes de lo que necesitamos, ¿no? Yo acabe de decirte que tenía un trato de negocios que no ocurrió hasta que Dios respondió a mi oración. Sin Dios, eso no habría pasado. Así que tenemos que orar para que este edificio sea vendido. Eso es parte de nuestro “pan diario”. Es lo que necesitamos. Esto no sucederá por sí mismo. Tenemos que orar a Dios para que suceda.
¿Orarás fervorosamente por esta necesidad de nuestra iglesia? Algunos de ustedes sí, pero otros no. ¿Por qué no? Algunos de ustedes no ayunan para la venta de este edificio. Y no ayunarán para la nueva iglesia. Podrías ayunar, pero no lo haces. ¿Por qué no? Podrías orar fervorosamente, pero no lo haces. ¿Por qué no?
Alguien tal vez no quiera empezar una nueva iglesia. Piensas, “Puedo quedarme aquí. ¿Y cómo me pondría ir allí? ¿Por qué ir a todos esos problemas? No oras en serio, con energía, para que este edificio sea vendido. No pienses sólo sobre ti, sino sobre todos los demás. ¿Qué es lo mejor para la congregación? Con la ayuda de Dios, la nueva iglesia será mucho mejor que esta iglesia. Y sí, habrá una manera de que llegues allí.
Alguien puede ser indiferente. Irás a dar el viaje, pero eso es todo. Tú puedes pensar, “Sí, voy a ir cuando nos mudemos al otro edificio. Pero no es gran cosa para mí”. La nueva iglesia no te importa. No oras seriamente por este edificio para ser vendido.
Alguien puede querer ir al Valle de San Gabriel, pero no tanto. Estás deseando estar en un lugar diferente. Te gustaría ver el nuevo edificio. Te gustaría conocer a la gente que vive ahí en ese lado. Te gustaría ver lo que es diferente en la nueva iglesia. Tienes curiosidad. Sí, te gustaría ir. Incluso podrías decir una oración.
Pero ¿realmente quieres empezar la nueva iglesia? ¿Es importante para ti? ¿Ayunas? ¿Ayunas para que este edificio sea vendido? Si no lo haces, no hablas en serio. Por eso tus oraciones no son fervientes. No tienen energía. Ruego que vean nuestra necesidad, y que oren y ayunen fervorosamente.
Muchos de ustedes si oran y ayunan. He oído a algunos de ustedes orar oraciones fervientes y sinceras en nuestras reuniones de oración. Gracias y que Dios los bendiga. Espero que vuestras oraciones se vuelvan aún más profundas y sinceras, más fervientes, y más enérgicas. Oren en nuestras reuniones de oración. Oren todos los días en su tiempo privado de oración. Oren a menudo durante el día para que este edificio sea vendido, cuando piensas en eso. Y asegúrate de ayunar. Cuando ayunas, cada vez que sientas hambre, ora para que este edificio sea vendido.
No pares hasta que Dios responda. Tal vez tengas que seguir orando, pero Dios responderá. Nosotros tenemos un Dios que responde a la oración y que nos ama. Piensa en las promesas de Dios en la Biblia acerca de responder a la oración. Piensa como Él respondió a las oraciones en la Biblia. Piensa en cómo ha respondido a las oraciones por ti. Y cuando ores, dile a Dios estas cosas. Sí, Él los conoce. Pero aumentará tu fe cuando ores.
Piensa como importante es que vendamos este edificio. Pídale a Dios que le ayude a orar fervorosamente, con energía. Creo que lo harás. Que Dios te ayude a hacerlo.
“La oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16).
Algunos de ustedes no han confiado en Jesús. Aunque murió en la Cruz para pagar por tu pecado, aunque derramó su Sangre para lavar tu pecado, aun así, lo ignoras. Tal vez te guste confiar en Jesús y ser perdonado, pero no lo deseas mucho. No ves tu pecado por la maldad que es. No te esfuerzas por tu salvación. Jesús dijo:
“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas 13:24).
Si sólo “procuras” entrar con un ligero interés, Jesús dijo que “no podrán”. Ruego que veas y sientas tu pecado y “esforzaos a entrar” en Jesús. Si deseas hablar con nosotros acerca de confiar en Jesús, por favor venga y se siente en las dos primeras filas. Amén.