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¡JESÚS LLAMA A SUS DISCÍPULOS!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Sábado, 21 de Julio del 2018

“Andando [Jesús] junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores” (Marcos 1:16).


Mira hacia acá. Estos fueron los primeros dos Discípulos que Jesús llamó. Nota que eran hombres de negocios, pescadores profesionales. Algunas personas que no conocen muy bien la Biblia piensan que los Discípulos de Jesús eran mendigos o ciegos, o leprosos enfermos. Jesús era amable con gente así, pero no llamó a esas personas para ser sus doce Discípulos. No eran drogadictos. Ellos no vivían del gobierno. Los hombres a los que Jesús llamó eran pescadores profesionales y trabajadores. Mira el versículo 17.

“Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres” (Marcos 1:17).

El trabajo principal de los Discípulos de Jesús era evangelizar a otros y llevarlos a Jesús. Este es el trabajo principal que Jesús te enseña a hacer. En Mateo 28:19, 20 Jesús nos dice a todos que debemos ganar a otras personas, y también enseñarles a ser “pescadores de hombres”. Lo principal que hacemos como discípulos es ir “por los caminos y por los vallados, y fuérzalos [gente] a entrar, para que se llene [Su] casa” (Lucas 14:23). Cada persona que Jesús llama para ser Su discípulo recibe instrucciones de salir y traer a otros para escuchar el Evangelio. Todos somos llamados a ser “pescadores de hombres”.

Mira el versículo 18.

“Y dejando luego sus redes, le siguieron” (Marcos 1:18).

Ahora mira a Marcos 2:14,

“Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo [también llamado Mateo], sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió” (Marcos 2:14).

Todos los doce Discípulos siguieron a Jesús de inmediato. Él no les rogó que lo siguieran. Él solo dijo: “síganme”, y ellos le obedecieron. Se levantaron sin una palabra de discusión y siguieron a Jesús. Los teólogos llaman a esto “llamado eficaz”. Es el trabajo de nuestro Dios todopoderoso. Los que Dios ha elegido, Él llama. Y aquellos que están entre los elegidos lo siguen sin discutir sobre eso. Jesús dijo: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros” (Juan 15:16).

Esa es la forma en que me convertí en discípulo de Jesús. No fui criado en un hogar Cristiano. No sabía mucho sobre el Cristianismo. Me llevaron a una iglesia donde los jóvenes eran bastante malos. Por la gracia de Dios, no quería ser como ellos. Jesús habló a mi corazón. Él dijo: “sígueme”. Lo seguí. Fui “llamado eficazmente” por Jesús. Eso fue hace más de sesenta años. Por Su gracia, he seguido a Jesús por más de sesenta años. Es por eso que hoy soy un pastor Bautista. Muchas veces tuve ganas de huir de Jesús, pero nunca lo hice. Jesús me dijo: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros”. Es así de simple. En esta vida solo hay dos alternativas – o sigues a Jesús, o sigues al Diablo y vas al Infierno. Esas son las únicas dos posibilidades. Jesús dijo:

“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:13, 14).

Si Jesús te llama, y lo sigues como Su discípulo, serás recompensado por Él en Su Reino. Si te niegas a ser Su seguidor, irás al Infierno cuando mueras. Esas son palabras “duras”, pero son palabras verdaderas.

“Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:15).

Ponte de pie y canta el himno número 2, “Vino El Maestro”. Ese es mi himno favorito. ¡Cántalo!

Nos llama el Maestro; la senda es triste,
   Peligro y dolor regados allí;
Más el Santo Espíritu nos da consuelo;
   A Jesús seguimos sin voltear atrás;
Nos llama el Maestro; aún con tentaciones
   Y dudas rodeados, feliz cantamos:
“Id hacia adelante,” con tribulaciones;
   Deben seguir al Rey los hijos de Sion.

Nos llama el Maestro, en edad temprana,
   Con espíritus frescos cual amanecer:
Dejamos al mundo, con sus burladores;
   Echando nuestra suerte con el pueblo de Dios:
Nos llama el Maestro, Sus hijos e hijas,
   Pedimos Su bendición y Su amor;
Por los verdes pastos, por las quietas aguas;
   Al fin nos guiará a Su reino allá.
(Traducción libre de “The Master Hath Come”
   por Sarah Doudney, 1841-1926)

Ahora voltea al himno número 3 en tu cancionero, “El Hijo de Dios Va a la Guerra”. Los Sureños Bautistas omitieron: “Al sangriento león; sus cuellos dieron a morir: ¿quién a ellos seguirá?” ¡Esa es probablemente una de las razones por la que pierden 200,000 jóvenes cada año! Deben leer el gran libro de David Murrow, “Por Qué Los Hombres Odian Ir a la Iglesia”. Si leen ese libro, pondrían de nuevo, “al sangriento león” ¡y mantendrían a miles de jóvenes que quieren ser verdaderos discípulos y soldados de Jesucristo! Es el número 3. ¡Cántalo a la melodía del “Himno de los Marinos”!

El mártir con gloriosa fe la muerte despreció,
   Por su Maestro salvo fue su nombre él invocó;
Perdona él como Jesús por el que le hizo mal,
   Por su enemigo él oró ¿quién, pues, le seguirá?

Gloriosa banda, a los pocos vino el Espíritu,
   Doce valientes Su esperanza sabían sin temer fuego o cruz;
La vil espada encontraron, al sangriento león;
   Sus cuellos dieron a morir, ¿quién a ellos seguirá?

Mujeres, niños y hombre hoy, del trono en derredor,
   Levantan al Señor Jesús sus voces en loor.
Peligros, luchas y dolor, pudieron dominar;
   ¡O, danos gracia, Eterno Dios, su ejemplo a seguir!
(Traducción libre de “The Son of God Goes Forth to War”
   por Reginald Heber, 1783-1826; a la melodía de “The Marine’s Hymn.”)

Se pueden sentar.

Jóvenes, eso es lo que los discípulos de Jesús son entrenados a soportar – “al sangriento león” en el Coliseo con los santos mártires y los discípulos de la iglesia temprana. ¡Jesús no llama a Sus discípulos a ser cobardes y temer a la batalla de Dios! ¡No! Él te llama a ser soldados de la cruz – ¡como los primeros discípulos que dejaron caer sus redes y siguieron a Jesús sin importar el precio! ¡Los discípulos se convierten en los Boinas Verdes de Jesús! ¡Los discípulos se convierten en las Focas Marinas de Jesús!

¡Cuenta el costo! ¡Cuenta el costo del verdadero discipulado! El Dr. John R. Rice es uno de mis héroes en la fe. Dr. Rice dijo, “Existen grandes incentivos para ser un verdadero discípulo de Jesús. Cuando Juan posó su cabeza sobre el pecho del Salvador, nunca se arrepintió de haber dejado a su padre, las barcas, las redes y la pesca. [Estaba contento] de haberlos dejado por el amor de Jesús, y [que él había] ayudado a propagar el evangelio por casi todo el mundo en el primer siglo...¿Dejarás todo y seguirás a Jesús? ¿Predicarás si Jesús dice “predica”? ¿Dirás adiós al amigo más querido y amado en el mundo?...¿Quién dirá hoy: ‘Señor Jesús, dejo todo y te sigo a Ti’? Entonces tú, como Juan el Discípulo, puedes ser un discípulo también” (John R. Rice, D.D., Litt.D., Lo Que Cuesta Ser Un Buen Cristiano, pp. 106, 107). ¡Cuenta el costo! Creo que por la gracia de Dios podría hacerlo ahora. ¡Pero toma entrenamiento! ¡Cuenta el costo del verdadero discipulado!

“Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron” (Marcos 1:17, 18).

“Pescador de hombres te haré si me sigues a mí” (¡cántala!).

Pescador de hombres te haré, de hombres te haré, de hombres te haré,
Pescador de hombres te haré si me sigues a mí;
Si me sigues a mí, si me sigues a mí;
Pescador de hombres te haré si me sigues a mí.
   (Traducción libre de “I Will Make You Fishers of Men”
      por Harry D. Clarke, 1888-1957).


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(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Bring Them In” (por Alexcenah Thomas, siglo 19)/
“I Will Make You Fishers of Men” (por Harry D. Clarke, 1888-1957).