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EL MÉTODO DE JESÚS DE HACER DISCÍPULOSpor Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles |
Por favor, voltea a Mateo 10:1. Está en la página 968 en la Biblia Anotada de Scofield. Mira la primera mitad del versículo 1.
“Entonces llamando a sus doce discípulos...”
La palabra “discípulo” se traduce de la palabra Griega “mathétés”. Esa palabra en el Nuevo Testamento se refiere a una persona que aprende de un maestro y sigue a ese maestro. Se aplica a los doce hombres que siguieron a Jesús.
Es mi propósito esta noche mostrarles cómo Jesucristo llamó a estos doce hombres, y cómo los entrenó antes de que fueran nacidos de nuevo. Esa no es la forma en que se hace hoy en la mayoría de nuestras iglesias. Desde los Pentecostales que hablan lenguas hasta los maestros Bíblicos Fundamentalistas – todos los que conozco hacen variaciones de lo mismo. Usualmente arrinconan a una persona nueva y dicen algo como, “¿Quieres ir al Cielo?” Tienden a presionar a la persona nueva hasta que la mayoría de ellas finalmente dicen: “Sí, quiero”. Entonces el tal llamado ganador de almas dice: “Ora estas palabras conmigo”. La persona nueva desconcertada pronuncia las mismas palabras que el “ganador de almas – que luego dice algo como Joel Osteen dice al final de sus sermones: “Creemos que si dijiste esa oración, acabas de nacer de nuevo”. En las mejores iglesias, anotan el nombre y el número de teléfono de la persona con la que oraron – y luego, unos días después, envían a alguien a “dar seguimiento” a los tales llamados convertidos. ¡En mi experiencia casi nunca produce un verdadero Cristiano! La persona con la que oraron usualmente no es convertida. ¡A menudo ella se esconde del “ganador de almas”, o le grita, “váyase”!
¿Qué está mal con este método? ¡Usualmente no funciona! Casi nunca funciona. He sido un predicador Bautista por sesenta años y esa ha sido mi experiencia. ¿Por qué no “funciona”? ¿Por qué no produce muchos discípulos? ¡Es porque la mayoría de nosotros no hemos pensado en la forma en que Jesús produjo discípulos! ¡Por eso! Puedes pensar que estoy enseñando “Salvación por Señorío”, pero no es así. No estoy enseñando lo que enseñan John MacArthur y Paul Washer. Para leer por qué rechazo la “Salvación por Señorío”, ve y lee lo que dije al respecto en nuestro libro Predicando A Una Nación Moribunda, [Preaching to a Dying Nation] páginas 117-119. El libro completo se puede leer gratis en nuestro sitio de Internet www.sermonsfortheworld.com. La salvación ocurre al confiar en Jesús y ser limpio por Su Sangre.
Pero muéstrenme un lugar en los Cuatro Evangelios donde Jesús guio gente a decir la “oración del pecador”, y luego les dio seguimiento. ¡No puedes mostrarme ni un solo lugar donde Jesucristo hizo eso! Él siempre hizo el “seguimiento” primero. ¡Les dejó saber en lo que se estaban metiendo primero!
¡Esa no es la forma en que Jesucristo hizo que sus hombres se convirtieran! Él sabía que ellos necesitaban escuchar las duras verdades del discipulado primero – ¡antes de que ellos realmente confiaran en Él y fueran salvos!
“Pero”, alguien dirá, “las duras verdades los asustarán”. ¡De seguro! ¡Las duras verdades sí asustarán a la mayoría de ellos! ¡Pero no todos! ¡Los que se quedan y aprenden de Jesús se convertirán en fuertes discípulos de Jesús y soldados de la cruz!
El Dr. Isaac Watts habló a evangélicos más antiguos en el siglo XVIII cuando dijo:
Soy un soldado de la cruz, le sigo a Jesús,
Y temeré servirle fiel, ¿o me avergüenzo de Él?
Debo luchar si he de reinar; dadme valor Jesús.
Carga y dolor podré aguantar; al ser guiado en Tu luz.
(Traducción libre de “Am I a Soldier of the Cross?”
por Dr. Isaac Watts, 1674-1748).
No podemos esperar que personas nuevas salten de cabeza a la sangrienta guerra de Jesús. Sería más simple si lo hicieran. Pero no me convertí en Cristiano de esa manera. Primero tuve que aprender que el Cristiano de la cruz era el único Cristiano verdadero. Tuve que pasar por un discipulado difícil antes de confiar en Jesús, antes de convertirme en soldado de la cruz. ¡Y así deben hacer la mayoría de ustedes!
¡Seguramente sabes que lo que acabo de decir no es practicado por la mayoría de nuestras iglesias hoy! Sin embargo, es verdad. “Debo luchar, si he de reinar, dadme valor, Jesús”. Eso es lo que escribió el mejor escritor de himnos evangélicos del siglo XVIII. ¡Y eso es lo que decenas de miles se pararon en lo profundo de la nieve para cantar antes de que George Whitefield o John Wesley predicara! ¡Pero no escucharás ese himno ser cantado en muchos servicios modernos hoy! Creo que puede ser por eso que generalmente hay tan pocos himnos sobre “guerra Cristiana” en los libros de canciones que usamos hoy en día. Los himnos que ensalzan la guerra Cristiana y el discipulado serio son hoy mucho menos populares que en el siglo XVIII cuando Isaac Watts escribió “¿Soy un Soldado de la Cruz?”
Eso nos lleva al mensaje del Evangelio mismo. ¿Cuándo comenzó Jesús a predicar el Evangelio a Sus Discípulos? I Corintios 15:3, 4 da los hechos básicos del Evangelio:
“Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (I Corintios 15:3, 4).
Jesús comenzó a dar el Evangelio a Sus Discípulos un año después de que comenzaron a seguirlo. Está registrado en Mateo 16:21, 22,
“Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca” (Mateo 16:21, 22).
Ahora vemos que Pedro había estado siguiendo a Jesús cerca de un año. Sin embargo, Pedro reprendió a Jesús por decir que debía ser “muerto, y resucitar al tercer día” (Mateo 16:21). Es obvio que Pedro todavía no entendía el Evangelio al menos un año después de haber comenzado a ser un discípulo de Jesús.
Después ese mismo año, Jesús dio nuevamente a los Discípulos el Evangelio:
“Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera” (Mateo 17:22, 23).
Nota que Pedro, Jacobo y Juan ya habían visto a Jesús transfigurado. Después de que vieron a Jesús transfigurado, los Discípulos no pudieron expulsar a un demonio de un joven. Cuando le preguntaron a Jesús por qué no podían expulsar al demonio, Jesús dijo: “Por vuestra poca fe” (Mateo 17:20). Entonces Jesús les dio nuevamente el Evangelio, “Le matarán [a Jesús], más al tercer día [Jesús] resucitará”. Y ellos [los Discípulos] se entristecieron en gran manera” (Mateo 17:23 RV). ¡Los Discípulos todavía no entendían el Evangelio!
La tercera vez que Jesús dio a los Discípulos el Evangelio es dado en Mateo 20: 17-19. El pasaje paralelo es Lucas 18:31-34.
“Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará. Pero ellos nada comprendieron de estas cosas, y esta palabra les era encubierta, y no entendían lo que se les decía” (Lucas 18:31-34).
Nota que los Discípulos aún no entendieron el Evangelio después de que Jesús se los enseñó durante aproximadamente dos años,
“Pero ellos nada comprendieron de estas cosas, y esta palabra les era encubierta, y no entendían lo que se les decía” (Lucas 18:34).
Incluso después de escuchar el Evangelio más de tres veces, ¡los Discípulos aún no entendían de lo que Jesús estaba hablando!
Pero Jesús les dijo una vez más: “Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre [Jesús] será entregado para ser crucificado” (Mateo 26:2).
Ahora, después de escuchar el Evangelio una y otra vez, uno de los Discípulos, Judas, ¡decidió traicionar a Jesús con los sumos sacerdotes! (Mateo 26:14, 15).
Una vez más, Jesús les dio el Evangelio (Mateo 26:31, 32). Pedro y los otros Discípulos fueron a dormir en el Huerto de Getsemaní. Cuando los guardias vinieron a arrestar a Jesús, Pedro sacó su espada e intentó matar a los guardias. “Entonces todos los discípulos, dejándole [a Jesús], huyeron” (Mateo 26:56).
Ahora llegamos, finalmente, al nuevo nacimiento de los once Discípulos. Judas ya se había ahorcado y nunca experimentó el nuevo nacimiento. El Jesús resucitado se encontró con los Discípulos. Él les mostró Sus heridas,
“Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras” (Lucas 24:45).
El comienzo de su nuevo nacimiento ocurrió aquí, cuando Jesús les “abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras” concerniente al Evangelio (Lucas 24:46).
Ahora voltea a Juan 20:21-22. Aquí está el nuevo nacimiento de los Discípulos. Jesús resucitado vino a los discípulos:
“Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo” (Juan 20:21, 22).
Por lo tanto, recibieron el Espíritu Santo, ¡y finalmente nacieron de nuevo!
Los antiguos comentaristas están de acuerdo con eso. Uno debe leer a Matthew Henry, y particularmente a John Charles Ellicott en Lucas 24:45. El Dr. J. Vernon McGee dijo: “Personalmente creo que en el momento en que nuestro Señor sopló sobre ellos y dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo’, estos hombres fueron regenerados [nacidos de nuevo]. Antes de esto no habían sido habitados por el Espíritu de Dios...Jesucristo sopló en estos hombres la vida eterna” (J. Vernon McGee, Thru the Bible, nota sobre Juan 20:22).
El Dr. Thomas Hale también hizo esto muy claro: “La entrega del Espíritu Santo fue el evento más importante en la vida de los discípulos. Porque fue entonces cuando nacieron de nuevo...Fue entonces cuando recibieron la fe verdadera y plena. Esto es cuando recibieron la vida espiritual” (Thomas Hale, M.D., The Applied New Testament Commentary, nota sobre Juan 20:22, p.48).
Les he dado este estudio sobre el nuevo nacimiento de los Discípulos de Jesús por un par de razones.
1. Primero, corrige la idea moderna de que el nuevo nacimiento es primero, seguido por el discipulado. Esa es la teoría sostenida por prácticamente todos los evangélicos de hoy.
2. Segundo nos da el método de Jesús para hacer discípulos: primero les enseñas, y luego trabajas para su conversión. Esto es lo opuesto a lo que se da el libro de los Navegantes, El Arte Perdido de Hacer Discípulos. Creo que esto deja en claro que Jesús les enseñó a ser discípulos antes de que nacieran de nuevo.
Jesús nos ordenó “hacer discípulos” en la Gran Comisión (Mateo 28:19, 20).
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:19, 20).
El Dr. Timothy Lin dijo:
“Solo el verbo ‘haced discípulos’ está en el modo imperativo... En otras palabras, ‘id’ no es una orden [aquí], sino que ‘haced discípulos’ lo es. Es el tema principal de la Gran Comisión” (The Secret of Church Growth, p. 57).
Jesús nos ordena “enseñar a todas las naciones” – más literalmente traducido como “haced discípulos” – W. A. Criswell.
Esto se hizo durante los primeros trescientos años en las clases de catecismo, donde el discipulado se enseñaba a las personas antes de ser bautizadas. El Dr. Philip Schaff, el historiador Cristiano dijo: “El [tiempo] de esta instrucción se fijó a veces a los dos años, a veces a los tres”. Hipólito fue el Obispo de Roma desde el año 217 A.D. hasta el 235 A.D. Hipólito dijo: “Dejen que los catecúmenos pasen tres años como oidores de la Palabra” (The Apostolic Tradition of Hippolytus, parte II).
Este período de enseñanza era antes del bautismo. Hay al menos dos ejemplos del Apóstol Pablo enseñando a catecúmenos en el Libro de los Hechos. Bernabé trajo a Pablo a Antioquía.
“Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente” (Hechos 11:26).
Pablo hizo lo mismo en las ciudades de Listra, Iconio y, nuevamente, en Antioquía,
“Exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22).
El Dr. Schaff dijo: “Como la iglesia en medio de un mundo pagano...se dirigió a ...la generación adulta, vio la necesidad de preparar a las [personas] para el bautismo por maestros especiales...Ellos [las clases] eran...un puente del mundo a la iglesia...para llevar a los principiantes a la madurez. Los [aprendices] no fueron considerados como incrédulos, sino como medio Cristianos” (History of the Christian Church, volumen 2, p. 256). El Dr. Schaff dijo que este método “sigue siendo el caso” en lugares misioneros (ibid., p. 255).
Esa es la razón principal por la que vamos a convertir nuestro servicio de la mañana en una clase de catecismo. Creo que el fracaso de nuestras iglesias de no conservar a nuestros propios hijos y nuestra incapacidad para reclutar jóvenes del mundo se debe al hecho de que las iglesias no se dan cuenta de que los jóvenes de hoy son paganos, paganos que deben ser discipulados antes de que experimenten el nuevo nacimiento, y vivan la vida Cristiana. Jonathan S. Dickerson dijo que la población evangélica de los jóvenes Cristianos bajará “de alrededor del 7 por ciento de los Estadounidenses a aproximadamente el 4 por ciento o menos – a menos que se generen nuevos discípulos” (The Great Evangelical Recession, p. 314).
¡Ese es nuestro objetivo! Nuestro objetivo es ayudar a los jóvenes a alcanzar su mayor potencial en Jesús. Estamos aquí para ayudar a los jóvenes a venir a nuestra iglesia, hacerse discípulos de Jesús, ser nacidos de nuevo y trabajar para traer a otros a nuestra iglesia ¡para aprender sobre Jesús, confiar en Él y nacer de nuevo!
Los jóvenes, que son elegidos, estarán listos para algo nuevo y desafiante. Aquellos que no están interesados en el desafío del Cristianismo real se irán. ¡Ojalá no lo hicieran, pero sabemos por experiencia que lo harán! No dejes que tu corazón se turbe cuando se vayan. Recuerda que Jesús dijo: “muchos son llamados, y pocos escogidos”.
Avancemos juntos y demostremos al mundo que nuestro Dios todavía está vivo y poderoso. Cometimos errores en el pasado. Pero nos beneficiamos de nuestros errores y experiencias. Convertimos nuestros fracasos en éxitos. Veremos más y más éxito a medida que damos el siguiente paso hacia la creación de una gran iglesia en medio de la apostasía de hoy. Recuerda, nunca nos detendremos, nunca nos retiraremos, y nunca nos rendiremos. ¡Nunca nos detendremos hasta que nuestra buena iglesia se convierta en una gran iglesia – ¡que da esperanza a los jóvenes y crea en ellos un poderoso ejército de discípulos! Pónganse de pie y canten el número seis en su cancionero. “Soy un Soldado de la Cruz” por Dr. Isaac Watts (1674-1748).
Soy un soldado de la cruz, le sigo a Jesús,
Y temeré servirle fiel, ¿o me avergüenzo de Él?
Al Cielo buscaré entrar con gran comodidad,
Cuando otros premios ganarán ¿Su sangre al derramar?
¿No hay enemigos para mí? ¿el ataque parar?
El mundo es amigo de Dios ¿para llevarme a Él?
Debo luchar, si he de reinar; ¡dadme valor, Jesús!
Carga y dolor podré aguantar; al ser guiado en Tu luz.
(Traducción libre de “Am I a Soldier of the Cross?”
por Isaac Watts 1674-1748).
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(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Stand Up, Stand Up for Jesus” (por George Duffield, Jr., 1818-1888).