Print Sermon

El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.

Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.

Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.




EL OFICIO DEL PASTOR

por el Dr. C. L. Cagan.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
Sábado por la Noche, 26 de Mayo del 2018

“Si alguno anhela obispado [pastorear], buena obra desea”
(I Timoteo3:1).


La palabra Griega traducida como “obispado” en nuestro texto es episkopos. Significa “pastor, supervisor” (Concordancia Strong #1985). Significa “un hombre llamado por Dios para vigilar al rebaño” (Ayuda a los Estudios de las Palabras). El obispo más elevado es el Señor Jesucristo. La Biblia dice: “Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo (episkopos) de vuestras almas” (I Pedro 2:25). Las personas son llamadas “ovejas” y el “Pastor y Obispo” es Jesús.

En una iglesia local, el pastor, el obispo, el supervisor, es el pastor. El pastor tiene la oficina del obispo, el supervisor. Nuestro texto dice que la oficina del pastor (supervisor) es “una buena obra” (I Timoteo 3:1).

La palabra Griega traducida como “pastor” en la Biblia es poimen. La palabra significa “pastor”. Jesús dijo: “Yo soy el buen pastor (pastor, poimen)” (Juan 10:14). Las ovejas – los Cristianos – escuchan la voz de Jesús y lo siguen. Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” (Juan 10:27).

En una iglesia local, el pastor, el poimen, es el pastor. La Biblia dice que Jesús “constituyó a unos...pastores (poimen)” (Efesios 4:11). Algunos hombres reciben el don de pastor, de ver por las ovejas y cuidar de ellas. El ministerio del pastor es “supervisar” la iglesia y ser el “pastor” de la gente.

El don y el trabajo del pastor es diferente de cualquier otro puesto en la iglesia. Muchas personas agarran nombres en el evangelismo. Algunas personas los llaman por teléfono y arreglan el transporte para que vengan a la iglesia. Yo escribo los sermones y hago la mayor parte del papeleo en la iglesia. Todas esas cosas deben hacerse, pero eso no construirá una iglesia. No cuidará de las personas.

Incluso una buena predicación no construirá ni salvará una iglesia sin el trabajo de un pastor. Un hombre puede ser un buen orador. Él puede predicar el Evangelio. Eso es bueno, y debe hacerse. Pero sin un pastor, la iglesia fracasará.

¿Por qué? Porque vivimos en un mundo caído. Desde la Caída de Adán, toda la raza humana – todos nosotros, incluso los Cristianos – somos maldecidos con una naturaleza pecaminosa. La creación misma está maldita por el pecado. ¡Las cosas no mejoran por sí mismas! Pueden empeorar – ¡y lo hacen! Es fácil que una iglesia se agote. Es fácil reincidirse. Es fácil cometer errores. Esa parte es fácil. ¡No se requiere orientación! Pero las personas y las iglesias por sí mismas no se vuelven mejores y más fuertes. La naturaleza del pecado no quiere eso. El mundo no quiere eso. El Diablo no quiere eso. Es por eso que necesitamos a Dios, no solo para ser salvos, sino para vivir la vida Cristiana. Es por eso que necesitamos un pastor dotado, no solo para ayudarnos a encontrar a Jesús sino para ayudarnos a vivir nuestras vidas.

El pastor mira – observa – la iglesia. Él piensa y ora por la iglesia. ¿Cómo está la iglesia? ¿En qué estado, en qué forma está? ¿Qué necesita escuchar la gente? Enseñar solo la Biblia no ayudará a la gente. Enseñar solo la Biblia no construirá una iglesia, ni la salvará. ¿Qué necesita escuchar la gente? ¿Debería dirigir reuniones evangelísticas? ¿Debería el pastor dirigir un énfasis especial en avivamiento? ¿Debería hablar sobre la oración? ¿Acerca del evangelismo? ¿Sobre el cometido? ¿Qué le falta a la iglesia? ¿Qué problemas y peligros enfrenta? Un buen pastor conoce el estado del rebaño (ver Proverbios 27:23).

Un pastor conoce a las ovejas – las personas en la iglesia. Él conoce los problemas en sus vidas. Él sabe lo que están pensando. Él sabe lo que necesitan. Y un pastor se involucra con las ovejas. Él no les enseña y lo deja así. Él está cerca de las ovejas. Él las guía. Él evita que se extravíen.

¿No es eso lo que hacen las ovejas sin un pastor? Vagan de aquí para allá. Se pierden. ¡Pronto son comidas! La Biblia dice que el Diablo “como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (I Pedro 5:8). El Apóstol Pablo advirtió que “entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño” (Hechos 20:29). Los leones y los lobos se comerán las ovejas si pueden. Es por eso que las ovejas necesitan un pastor para cuidarlas, protegerlas, y evitar que se vayan.

Enseñar a las ovejas no les ayudará. Son ovejas. Irán por mal camino. No es suficiente enseñar algo una o dos veces y pensar: “Ya está hecho. Ahora harán lo correcto”. ¡No, no lo harán! Son ovejas. El pastor supervisa – mira – el rebaño y se ocupa de él. Él no solo enseña al aire. Mira a cada oveja. Él cuida de cada una. Él las cuida cuando están enfermas o lesionadas. Evitan que vaguen. Mantiene a los leones y lobos lejos.

Sin un obispo – un supervisor, un pastor – la iglesia fracasará. Una iglesia no se puede construir sin un pastor. Una iglesia no puede crecer sin un pastor. Una iglesia no puede mantenerse y estar a salvo sin un pasto

r.

Sin el trabajo del pastor, las personas no entrarán en la iglesia. Ellas no se quedarán. Vendrán por un tiempo y luego se irán. Se les puede enseñar la Biblia. Se les puede enseñar teología. Pero se irán. ¿Por qué? Porque no se trató con sus problemas y pecados verdaderos. Las cosas que realmente estaban sucediendo en sus vidas no fueron atendidas. Entonces se van porque nunca entraron realmente.

Sin el trabajo del pastor, la iglesia declinará y se derrumbará. El Diablo es un león rugiente, buscando a quién devorar. Los lobos feroces entrarán, sin perdonar al rebaño. Y las ovejas, las personas en la iglesia, se extraviarán. Ellas pueden cometer errores. Pueden tomar sus vidas en una dirección equivocada. Pueden dañar terriblemente sus vidas – y a otros – y a la iglesia. Ellas no quieren hacer mal. Pero son ovejas. Está en su naturaleza ir por mal camino. Las ovejas pueden tomar decisiones equivocadas sobre dónde vivir, qué hacer en la escuela o el trabajo, o con quién casarse. Tienen buenas intenciones, pero pueden cometer errores. Es por eso que necesitan la ayuda de un supervisor experimentado y dotado. Es por eso que la iglesia necesita un obispo, pastor, supervisor.

El trabajo de un obispo es el verdadero trabajo del ministerio. Es lo que realmente gana personas y las mantiene. Es lo que realmente ayuda a las personas. Es lo que las atrae. Es lo que les ayuda con los grandes problemas, las decisiones y las tentaciones en sus vidas. Es lo que cambia sus vidas. Es lo que construye la iglesia. Es lo que evita que la iglesia decline y se desmorone. Esto es lo que solo el obispo puede hacer. Esto es lo que hace la diferencia entre la sabiduría y el error, entre la vida y la muerte – en la iglesia y en la vida de las personas. El trabajo del obispo es el verdadero trabajo del ministerio.

Todo el otro trabajo de la iglesia – toda la “maquinaria” de la iglesia – se puede hacer y hacer bien. La gente puede obtener nombres. Podemos traer visitantes. Incluso podemos tener una buena predicación. Pero la iglesia fracasará sin un pastor. Como dijo el Dr. Lee Robertson, “Todo sube o baja en el liderazgo”.

El pastor de nuestra iglesia local es Dr. Hymers. Él ha estado en el ministerio por sesenta años. Él ha fundado dos iglesias. Él ha pasado por pruebas que harían que la mayoría de los hombres renunciaran. Él guio a nuestra iglesia a través de un horrible quebrantamiento. Él tiene gran experiencia y sabiduría para entender nuestra iglesia y cuidar a las personas. Una y otra vez lo he visto lograr cosas que serían imposibles solo con la “maquinaria” normal. Lo he visto ser usado por Dios para hacer que personas, que parecían casos imposibles, que nunca serían salvas, fueran convertidas. Lo he visto aconsejar a las personas y superar tremendos problemas. Lo he visto guiar a las personas hacia vidas fructíferas y felices. ¡Gracias a Dios por nuestro pastor!

¿Y qué te digo? Tú no eres el pastor. Pero puedes ayudar al pastor y apoyarlo. Él no puede estar en todas partes. Él no ve todo lo que sucede de inmediato. Por lo tanto, si ves o escuchas algo que podría estar mal, díselo al pastor. Si no estás seguro de que esté mal, pero podría estar mal, díselo al pastor. Si no puedes localizar al pastor de inmediato, dímelo a mí. Yo hablo con él todos los días y se lo diré.

No lo arregles tú mismo. No supongas que el pastor ya lo sabe. Puede que no. No supongas que alguien más se está ocupando de eso. Si ves o escuchas algo que podría estar mal, ¡díselo al pastor! Esto es aún más cierto para los diáconos y los líderes en la iglesia. Tu trabajo es ser un servidor y ayudar al pastor. Haz algo. No pongas tu cabeza en la arena. No dejes que las cosas vayan mal sin decir algo. No hagas tus tareas habituales y deja todo lo demás a un lado. Y no “arregles” el problema tú mismo. Tú puedes cometer errores también. Si ves o escuchas algo que podría estar mal, díselo al pastor.

El obispo, el pastor, el supervisor, es un regalo para cualquier iglesia. Nuestro pastor, Dr. Hymers, es un gran regalo especial de Jesús para nuestra iglesia. ¡No hay dudas sobre eso! Ayúdalo. Apóyalo. Si ves o escuchas algo que podría estar mal, díselo. Oro que lo hagas. Amén.


CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.

(FIN DEL SERMÓN)
tú puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.sermonsfortheworld.com.
Oprime en “Sermones en Español”.

Estos manuscritos de sermones no tienen derechos de autor. Pueden ser usados
sin la autorización de Dr. Hymers. Sin embargo, todos los mensajes de video de
Dr. Hymers, y todos los otros sermones en video de nuestra iglesia, sí tienen
derechos de autor y solo pueden ser usados con autorización.

El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Trust and Obey” (por John H. Sammis, 1846-1919).