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¡ATRÉVETE A SER UN CRISTIANO GUERRERO!por Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles |
Recientemente leí un artículo interesante en la Revista Mundo. Se trataba de estudiantes Chinos que se hacen evangélicos mientras estudian en Estados Unidos, y cómo la mayoría de ellos no pueden ajustarse a las iglesias de casa cuando regresan a China. Una joven que se hizo evangélica y regresó a China explicó el problema que muchos tienen. Ella dijo: “Fui a visitar una iglesia de casa. Pero fue realmente difícil compartir mis experiencias con ellos. Simplemente no se relacionan. Me sentí tan sola y abrumada”. El artículo decía que su experiencia era típica. Muchos de los que se hacen evangélicos en Estados Unidos no están preparados para lo que encuentran en las iglesias de casa – presiones familiares, horarios de trabajo y una cultura de iglesia radicalmente diferente. “Después de dos años, cerca del 80 por ciento de los estudiantes que se hacen evangélicos ya no asisten a la iglesia” (Revista Mundo, 30 de septiembre del 2017, página 48). “Sus expectativas se vieron truncadas cuando ingresaron a las iglesias de China – algunas sin aire acondicionado ni edificio de iglesia – donde nadie atendía sus necesidades”.
Al mismo tiempo, los pastores en China encontraron que estos jóvenes que regresaban se quejaban y desafiaban la autoridad de la iglesia. Querían que las iglesias de casa Chinas se parecieran más a las iglesias a las que asistieron en los Estados Unidos.
Encontré esto muy interesante porque en nuestra iglesia vemos de muy buena manera a las iglesias de casa Chinas. Estos Cristianos Chinos han sobrevivido a la persecución de los comunistas durante años. También hay un avivamiento real entre muchas de las iglesias de casa Chinas. ¡Nos parece en nuestra iglesia que a los niños de iglesia Americanizada les hubieran encantado estar con los jóvenes Chinos con mentalidad seria y mentalidad de avivamiento en las iglesias de casa! ¡Pero no, los evangélicos Americanizados “simplemente no se relacionan” con los niños Chinos intensamente espirituales en las iglesias de casas! “¡Después de dos años, cerca del 80 por ciento de los evangélicos Americanizados ya no asisten a la iglesia!”
¿Por qué? ¡No hay aire acondicionado! ¡Pobre bebé! ¡Ningún edificio de iglesia bonito! ¡Pobre bebé! ¡Nadie atendía sus necesidades! ¡Oh no! ¡Oh no! ¡Pobres bebés! Queremos todo fácil – ¡como los evangélicos en los Estados Unidos! ¡Nos quejamos! Desafiamos la autoridad de los líderes de la iglesia – ¡igual que los evangélicos Estadounidenses mimados! ¡No estamos interesados en reuniones de oración serias! Por qué tienen que orar tanto – ¡y tan alto! ¿Por qué tienen que predicar tan duro, y tan alto? ¿Por qué no nos pueden dar dulces pequeños estudios Bíblicos como lo hacen en Estados Unidos?
¿Qué pasa con estos evangélicos Chinos entrenados en América? Esto es lo que la Revista Mundo descubrió que estaba mal con los evangélicos Americanizados que regresan a China – ¡8 de cada 10 de ellos no podían decir claramente el Evangelio! ¡8 de cada 10 no conocían el Evangelio! ¡No habían sido convertidos en las iglesias en América! Eso es lo principal que está mal con estos evangélicos Americanizados. ¡8 de cada 10 de ellos simplemente no son verdaderos Cristianos! ¡No es de extrañar que no les gusten los verdaderos Cristianos en las iglesias Chinas de casa! Segundo, ellos no tenían una relación personal con Dios, solo con otros miembros de la iglesia. Si la única razón por la que vas a la iglesia es por amistad, ¡no durarás mucho! Si no estás en una relación real con Jesucristo, ¡te irás de la iglesia tarde o temprano! Tercero, no se les había enseñado a servir a Dios en la iglesia. Querían ser atendidos sin servir a otras personas y ¡ganarlas para Jesús!
¡Lo que todo esto muestra, en ese artículo, es el horrible fracaso, el fracaso casi total, de los evangélicos Estadounidenses para lograr que los jóvenes sean verdaderamente convertidos y amen trabajar por Jesús! Ya lo sabíamos, ¿no? Los evangélicos Americanizados dicen: “Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo…Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. (Apocalipsis 3:17; 16). Jesús les dice a estos orgullosos estudiantes Americanizados: “¡Te vomitaré de mi boca!” (Literalmente). Y eso nos lleva a nuestros cuatro jóvenes amigos en el Libro de Daniel. Daniel, Sadrac, Mesac y Abednego estaban a 1,500 millas de casa. Estos jóvenes solo eran adolescentes, lejos de casa, en una ciudad pagana de Babilonia.
Estos cuatro jóvenes no eran los únicos jóvenes Hebreos que habían sido tomados cautivos allí. Por favor voltea a Daniel 1:3-5. Está en la página 859 de la Biblia Anotada de Scofield. Por favor pónganse de pie mientras leo esos tres versos.
“Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey” (Daniel 1:3-5).
Se pueden sentar. Esos versículos muestran que hubo muchos otros jóvenes de Israel que fueron llevados allí como cautivos. Pero estos jóvenes eran los mejores. Debían ser entrenados durante tres años para convertirse en hombres sabios y luego asesores de Nabucodonosor, el rey de Babilonia. Daniel estaba entre ellos y los otros tres eran Sadrac, Mesac y Abed-nego. Todos ellos eran jóvenes brillantes, que estaban muy avanzados en la sabiduría, en la ciencia y en los idiomas.
Pero había algo más sobre esos cuatro jóvenes que era diferente. No querían comer la comida del rey ni beber su vino. Pidieron que pudieran guardar la ley de Moisés con respecto a la comida y la bebida. Podrían haber sido ejecutados. Estaban tomando una posición real y difícil por Dios en este tribunal pagano. El versículo 8 dice: “Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía”. Los otros tres hicieron lo mismo. Tomaron una posición difícil para Dios. Ves, no fueron solo los siervos del rey quienes los estaban entrenando. Dios Mismo los estaba capacitando para defenderlo y no avergonzarse de Él. ¿Inclina la cabeza y agradeces a Dios por la comida cada vez que comes? ¿Sigues haciendo eso incluso cuando estás con personas que no son Cristianas? ¿Sigues haciendo eso cuando estás con una multitud en un restaurante? ¡Se necesita fe y coraje para tomar una posición como lo hicieron! He alterado una palabra en la canción.
Atrévete a ser como Daniel,
¡Atrévete a estar solo!
¡Atrévete a tener un firme propósito!
¡Atrévete a darlo a conocer!
¡Ponte de pie y cántala!
Atrévete a ser como Daniel,
¡Atrévete a estar solo!
¡Atrévete a tener un firme propósito!
¡Atrévete a darlo a conocer!
Se pueden sentar.
Esos tres jóvenes Hebreos no eran como los jóvenes Chinos Americanizados que fueron a las buenas iglesias en China para ser suaves y rendirse como los evangélicos Estadounidenses. ¡No! ¡No! Esos muchachos siguieron obedeciendo a Dios, ¡les gustara o no! ¡Esa es la clase de jóvenes que Dios honra! Él los honró y Él te honrará.
Ahora a estos jóvenes se les dio otra prueba. Pasaron la primera prueba al no comer alimentos contaminados. Entonces ahora Dios les da otra prueba – la prueba de la oración. El rey soñó y quería saber lo que significaba. Pero no podía decirles a sus sabios cuál era el sueño. Exigió que primero le dijeran cuál era el sueño antes de que explicaran lo que significaba. Si no pudieran hacerlo, serían despedazados. El rey dijo: “Si me mostrareis el sueño y su interpretación” (2:6). Los sabios dijeron que ningún ser humano podía hacer lo que él pedía. Esto enfureció al rey y ordenó que todos los sabios de Babilonia fueran destruidos. El decreto del rey salió y buscaron que Daniel y sus tres amigos fuesen asesinados junto con los otros sabios. Daniel fue al rey y pidió un poco más de tiempo y él le daría la respuesta. ¿Qué hizo Daniel? Fue a buscar a Sadrac, Mesac y Abednego, sus tres amigos. Y estos cuatro hombres tuvieron una reunión de oración. Pidieron misericordia del Dios del Cielo. Oraron para que Dios les diera el sueño secreto. Mira a Daniel 2:19, “Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo”. Mira a Daniel 2:23. Daniel dijo: “A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey”. El rey dijo: “¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación?” Daniel dijo: “El misterio que el rey demanda, ni sabios…lo pueden revelar al rey”. ‘Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios’... He aquí tu sueño y lo que significa”. Y Daniel y sus tres amigos le contaron al rey su sueño secreto y lo que significaba. Ahora mira el versículo 47: “El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio”. Entonces el rey engrandeció a Daniel, y lo puso por gobernador de la provincia de Babilonia, y lo pusieron a cargo de todos los sabios de Babilonia. Sadrac, Mesac y Abednego también obtuvieron altos cargos, ¡pero este joven Daniel fue nombrado primer ministro del Reino de Babilonia!
Los jóvenes pasaron la primera prueba que Dios les dio al negarse a contaminarse con la comida y el vino del rey. ¡Pusieron a Dios primero y pasaron esta prueba con gran éxito!
Ahora los jóvenes pasaron la segunda prueba. Se juntaron y oraron para que Dios revelara el sueño del rey. ¡Ellos dependieron de Dios en oración y pasaron la segunda prueba también con gran éxito!
Tomé tiempo para mostrarte esto porque es muy importante. A veces pensamos que puedes saltar a un gran poder como Cristiano. Pero no “saltas” hacia un gran poder con Dios. Tú creces en eso. Jesús dijo:
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto” (Lucas 16:10).
Estos jóvenes fueron fieles en lo que comieron. Pasaron esa prueba. También fueron fieles en la oración. Pasaron esa prueba también.
Más tarde tuvieron una prueba mucho más grande. ¿Se inclinarían y adorarían al enorme ídolo de oro del rey, o se arriesgarían a ser quemados vivos en un horno ardiente por no inclinarse? Habían pasado la prueba más pequeña. Entonces más tarde podrían decir con valentía,
“He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará” (Daniel 3:17).
¡Aprendieron al pasar una prueba más pequeña de que Dios los libraría de la gran prueba del horno ardiente!
También mediante una oración seria, fueron salvados de ser asesinados por el rey. Más tarde, cuando el rey amenazó con arrojar a Daniel a una fosa de leones rugientes, ¡Daniel se mantuvo a salvo, al enviar Dios un ángel para cerrar la boca de los leones! Jesús estaba en el horno de fuego y los salvó. Jesús era un ángel. Jesús también estaba en el foso de los leones cuando Daniel fue arrojado. Él tenía fe para oponerse al diablo. La Biblia dice: “Prepárate para venir al encuentro de tu Dios”. ¡Si no estás preparado, te rendirás ante el espíritu del Diablo y negarás al Señor!
Tienes que entrenar ahora para poder pararte y ser contado. Lo mismo hizo Daniel. ¡Así debes hacer tú, si esperas escapar del fuego!
¡Es por eso que debes comenzar a entrenar ahora! No más tarde, ¡pero ahora! ¡No te conviertes en una gran persona de fe de repente! ¡No! ¡Requiere práctica! Escucha lo que dijo Dr. Chan sobre mi esposa, la señora Hymers. Dr. Chan dijo: “La Sra. Hymers no se convirtió en una gran Cristiana de la noche a la mañana. Maduró a través de muchos años de fiel servicio al Señor. Cuando era joven, ella arrojó su vida al ministerio de la iglesia y no la detuvo nada. Dios la ha usado mucho a causa de esto”. Comenzó a los 16 años haciendo su mejor esfuerzo para la iglesia. Ahora, muchos años después, ella es una gigante de la fe. Si no eres serio y fiel ahora, con los pequeños trabajos que tienes, de repente no serás un gran ganador de almas y un guerrero de oración en el futuro.
No hubo atajos para Daniel y sus tres amigos – y no hay atajos para ti. Comienza ahora esforzándote seria y celosamente para entrar en Jesús. Si eres perezoso al principio, nunca serás un gran Cristiano después. Esfuérzate con todas tus fuerzas para entrar en Jesús ahora. Alguien ha dicho: “Bien comenzado ya va avanzado”. Si pierdes el tiempo y no te esfuerzas para entrar en el reino al principio, siempre serás un evangélico débil, como esos niños Chinos que son arruinados al asistir a iglesias evangélicas frágiles y débiles. La Biblia dice: “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” (II Timoteo 2: 3). ¡Atrévete a ser como Daniel! ¡Cántalo!
Atrévete a ser como Daniel,
¡Atrévete a estar solo!
¡Atrévete a tener un firme propósito!
¡Atrévete a darlo a conocer!
Debo luchar, si he de reinar;
¡Dadme valor, Jesús!
Carga y dolor podre aguantar;
Al ser guiado en Tu luz.
(Traducción libre de “Am I a Soldier of the Cross?”
por Dr. Isaac Watts, 1674-1748).
“Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna”
(I Timoteo 6:12).
¡Los nuevos evangélicos perezosos nunca son buenos miembros de iglesia! ¡Nunca! ¡Nunca! ¡Nunca! Si eres demasiado perezoso para luchar para llegar a Jesús, ¡nunca podrás pelear por nada más que valga la pena en la vida Cristiana! ¿Estoy hablando de salvación por obras? No, no lo estoy. ¡Estoy hablando de la salvación peleando por tus dudas y miedos! ¡Estoy hablando de la fe que lucha por llegar a Jesús, y luego continúa luchando por el bien de la iglesia de Jesús! El Dr. R. A. Torrey tenía un sermón titulado: “¡Requeridos, Cristianos Guerreros!” ¡Sé uno desde el principio! Si eres perezoso acerca de convertirte en Cristiano – ¡serás perezoso toda tu vida! “¡Requeridos – Cristianos Guerreros!” Ese es el único tipo que queremos aquí en el Tabernáculo Bautista. Si quieres un Cristianismo perezoso, ve a otra iglesia. ¡Hay muchas de ellas! ¡Ve a una! ¡Ve a una! ¡Ve a una!
¡Pero espera! ¡No he terminado! Realmente no quiero que te vayas. ¡Quiero que te quedes y seas salvo! AHORA ESCUCHA MUY CUIDADOSAMENTE. ESTA ES LA PARTE MÁS IMPORTANTE DEL SERMÓN SI NO ERES SALVO. ENFÓCATE SOBRE LO QUE TE ESTOY DICIENDO AHORA. ¡ESCUCHA ESTO COMO NUNCA HAS ESCUCHADO ANTES!
El rey arrojó a esos tres jóvenes a un horno de fuego ardiente. Ellos perdieron toda esperanza. ¿No es así como te sientes ahora? Estás en una condición desesperada. No puedes salvarte a ti mismo. De hecho, has abandonado toda esperanza de ser salvo. ¡Sabes que vas a arder en el Infierno y no puedes hacer nada para salvarte! ¡Pero espera! Cuando el rey miró dentro de ese horno ardiente, no vio solo a tres jóvenes. Vio a cuatro hombres en el horno, “que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses” (Daniel 3:25). Spurgeon tenía razón. El cuarto hombre era Jesús – el Hijo de Dios pre-encarnado. Jesús estaba allí en el horno con ellos. ¡Jesús estaba allí salvando a esos jóvenes de las llamas! La Biblia dice que “el fuego no había tenido poder” para quemarlos (Daniel 3:27). Jesús estaba con ellos y Jesús los salvó.
Mi querido amigo, Jesús también te salvará. Él tiene compasión de ti. Él te ama. No importa cuán pequeña sea tu fe, Jesús es todopoderoso. ¡Y Jesús está de tu lado! ¡La Biblia lo dice! La Biblia dice: “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores” (I Timoteo 1:15).
No me importa qué tan sin esperanza te sientas en este momento. De hecho, ¡cuanto más desesperado te sientas, mejor! ¿Por qué? Porque eso significa que puedes estar listo para dejar que Jesús haga toda la salvación. Tú no puedes salvarte a ti mismo. Sabes que no puedes. Sabes que no puedes ser lo suficientemente bueno o fuerte. ¡Qué bueno! Ahora deja que Jesús sea el cuarto hombre en tu horno. Deja que Él te salve.
Tú dices, “no tengo suficiente fe”. Lo sé. Pero Jesús te salvará de todos modos. Jesús me salvó cuando perdí toda esperanza de ser salvo. Él vino a mí y me salvó en el horno de la duda y el miedo. Jesús murió en la Cruz para salvarte. Jesús resucitó de entre los muertos para salvarte. Jesús está aquí para ti esta noche. Él descenderá hacia ti en el horno de la duda y el miedo. Él te dará paz y esperanza. Sé que no lo crees. Pero acércate a Él y Él está aquí para ti. No te mires a ti mismo. Míralo a Él. Confía en Él con solo un poco de fe, casi ninguna. ¡No toma mucho! Solo un poco de confianza. Él está aquí en el horno contigo. Confía en Él un poco y todo estará bien. Ni siquiera tienes que creerlo. Solo créeme a mí. Sé que Él te salvará. Deja que mi fe te ayude. Déjame ayudarte a confiar en Jesús y todo estará bien. “A Jesús ven, A Jesús ven, Y confía en Él. Él te salva, Él te salva, Él te salvará”. “Pero”, dices, “Él no me salvó antes”. Puede parecer de esa manera, pero Él sí te salvará ahora.
Oh, alma que en pecado estás, ven pronto al Señor,
Y si confías hoy en Él, descanso hallarás.
A Jesús ven, a Jesús ven, y confía en Él,
Él te salva, Él te salva, Él te salvará. (Traducción libre de “Only Trust Him” por John H. Stockton, 1813-1877).CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.
(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Dare to Be Like Daniel” (por Philip P. Bliss, 1838-1876;
altereda por Dr. Hymers).