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¡EL NUEVO NACIMIENTO!

Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr.
y predicado por el Sr. Noah Song
en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del día del Señor, 1 de Octubre del 2017


Ahora quiero que volteen conmigo al versículo más amado de la Biblia, Juan 3:16. Está en la página 1074 en la Biblia Anotada de Scofield. Por favor, pónganse de pie mientras leo ese versículo en voz alta.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Pueden sentarse.

Jesús estaba predicando y enseñando. Grandes multitudes de personas querían estar cerca de Él y escuchar Sus sermones. Pero la Biblia dice:

“Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre” (Juan 2:24-25).

Jesús sabía lo que había en el hombre. Sabía que algo estaba básicamente equivocado con la naturaleza humana. Él sabía que la humanidad es totalmente depravada y cortada de Dios por el pecado.

Ahora había un hombre en esa multitud llamado Nicodemo. Él era un gran maestro de la Biblia. Era un hombre muy famoso y muy rico. Cuando terminó el servicio y la gran multitud se fue, él se escapó de su casa y volvió a encontrarse con Jesús por la noche. Los dos se sentaron a hablar, y Jesús le dijo a Nicodemo algo que lo asustó. Jesús dijo:

“El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).

Jesús le dijo que debía nacer de nuevo.

En esa sencilla declaración, Jesús le dijo a Nicodemo acerca de la mayor necesidad de la raza humana. Era verdad esa noche, y es verdad esta mañana. ¡La mayor necesidad que tienes es nacer de nuevo!

Así es para ti esta mañana. Puedes creer en Dios. Puedes tratar de vivir una vida limpia y buena. Pero falta algo. Necesitas nacer de nuevo.

Nicodemo, el hombre con quien Jesús estaba hablando, era un gobernante de los Judíos. Era muy religioso. El oraba. Ayunaba dos veces por semana. Daba diez por ciento de sus ingresos al Señor. Incluso enseñaba la Biblia. Pero no estaba satisfecho con la vida. Sabía que faltaba algo. Se sentía pecaminoso por dentro, aunque era muy religioso. Muchas iglesias hoy estarían felices de tenerlo como miembro. Pero Jesús dijo que eso no era suficiente. Él le dijo a Nicodemo: “Os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:7).

Ahora, ¿por qué Jesús le dijo eso a él? Lo dijo porque sabía lo que había en el hombre. Sabía que Nicodemo estaba perdido en el pecado, a pesar de toda su religión. Nicodemo era un pecador. Necesitaba nacer de nuevo.

La Biblia enseña que tú tienes el mismo problema. Tu problema es el pecado. Has violado la ley de Dios. Has quebrantado los Diez Mandamientos. La Biblia dice, si quebrantas la ley de Dios, eres culpable de pecado. La Biblia dice:

“No hay hombre justo en la tierra, que…nunca peque” (Eclesiastés 7:20).

Y la Biblia dice:

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).

La Biblia dice que eres un pecador. Quieres hacer lo que te parece, y las cosas que quieres hacer son a menudo incorrectas y pecaminosas. El pecado te ha hecho estar espiritualmente muerto – muerto para con Dios.

Eres un pecador. Has quebrantado la ley de Dios. La Biblia dice: “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” (Éxodo 20:16). ¿Alguna vez has dicho una mentira? Cuando lo hiciste, quebrantaste la ley de Dios. La Biblia dice: “No hurtarás” (Éxodo 20:15). ¿Alguna vez has tomado algo que no era tuyo? Cuando lo hiciste, quebrantaste la ley de Dios. Tú eres un pecador.

Un día Jesús dijo a un hombre: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primer y gran mandamiento” (Mateo 22:37, 38). ¿Alguna vez has faltado a la iglesia el Domingo? Entonces demostraste que no amas a Dios con todo tu corazón. Quebrantaste el primer y gran mandamiento.

Pero tu pecado es mucho más profundo que eso. ¿Por qué haces cosas malas? ¿Por qué quebrantas la ley de Dios? Porque por dentro, en tu corazón, eres malo. Eres pecador. La Biblia dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso” (Jeremías 17:9). La Biblia dice: “La mente [no convertida] es enemistad contra Dios” (Romanos 8:7). En tu corazón eres egoísta. En tu corazón eres enemigo de Dios. Por eso hiciste cosas malas. En tu corazón no quieres que Dios tenga el primer lugar en tu vida. Por eso quebrantaste Su ley. Eres un pecador en tu corazón. Tienes una naturaleza de pecado.

Todos nacemos pecadores. Hemos heredado una naturaleza pecaminosa de nuestro primer padre, Adán. Y la única manera de escapar de la ceguera y contaminación del pecado es nacer de nuevo.

Nicodemo no estaba satisfecho con la respuesta de Jesús. Quería saber cuál era el nuevo nacimiento. Él dijo: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? (Juan 3:4). Quería entender el nuevo nacimiento en su mente. Pero Jesús dijo que era como el viento. No puedes entender todo sobre el viento.

Hay muchas cosas que no entiendo. Hay temas en la universidad que no entiendo completamente. Y así es con el nuevo nacimiento. Es más allá de nuestras mentes humanas para entenderlo completamente.

Pero Jesucristo vino a la tierra para darnos el nuevo nacimiento, aunque no lo entendamos completamente. Jesús vino a darnos una nueva vida y una nueva relación con Dios. Él vino a darnos el nuevo nacimiento.

Jesús no sólo vino como un gran maestro o un gran ejemplo. ¡Oh no! Él vino a morir en la Cruz y derramó Su sangre eterna para que pudiéramos ser perdonados y limpiados de todo pecado.

Vi “La Pasión de Cristo”, la gran película de Mel Gibson sobre la crucifixión de nuestro Señor. Algunos de ustedes la han visto. Algunos se molestaron porque mostraba mucha violencia. Pero la mayoría de la gente pensaba que retrataba la crucifixión de nuestro Señor con hermosura y precisión. Esta película estaba muy cerca de la Biblia en la mayoría de los puntos. Mostró a los soldados Romanos azotando a Jesús, golpeándolo en la espalda hasta que estaba medio muerto. Eso está en la Biblia. Fue azotado y golpeado durante casi diez minutos. Esos crueles látigos Romanos le cortaron la espalda hasta el hueso.

Después de que Jesús sufrió todo ese dolor y sufrimiento, los soldados Romanos lo llevaron fuera de la ciudad y lo clavaron en una cruz. La crucifixión era una manera horrible de morir. Pero el peor sufrimiento que Jesús pasó fue cuando Dios lo dejó solo en la Cruz para pagar el castigo por tus pecados. Jesús gritó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46). Dios el Padre se apartó de Jesús el Hijo, y Él se quedó solo en esa Cruz para pagar el precio de tu pecado. En esa cruz Él llevó tu pecado y derramó Su Sangre para limpiarte de él. En esa Cruz, Jesús tomó el castigo que tú mereces por tu pecado – y si confías en Él, Jesús perdonará tus pecados y nacerás de nuevo.

Y eso es lo que Jesús dijo a Nicodemo – que naciera de nuevo. El señor Griffith cantó hace unos minutos sobre lo que Jesús dijo esa noche. El señor Griffith cantó,

Un hombre llegóse de noche a Jesús, buscando la senda de vida y de luz;
Y Cristo le dijo de cierto sabed: “Tendrás que renacer”.
Tendrás que renacer, Tendrás que renacer;
De cierto, de cierto, te digo a ti, “Tendrás que renacer”.
   (Traducción libre de “Ye Must Be Born Again”
      por William T. Sleeper, 1819-1904).

Eso es lo que necesitas - ¡nacer de nuevo!

Todo verdadero Cristiano ha nacido de nuevo. Estoy pensando en Martín Lutero (1483-1546) que dirigió el avivamiento que la gente llama la Reforma. Él confió en Jesús por fe. ¡Nació de nuevo! Lutero dijo: “Me sentí renacer y haber atravesado las puertas abiertas al paraíso” (traducción de Roland Bainton, Here I Stand: A Life of Martin Luther, Hendrickson Publishers, 2009 reprint, p. 48). ¡Él nació de nuevo para siempre!

Jack Ngann es un maravilloso hombre Cristiano. Está sentado aquí en la plataforma detrás de mí. Jack dijo: “Por la simple fe en el Señor Jesucristo y su Sangre limpiadora del pecado fui salvo...Mi Señor [puso] su vida por mí...por Su enemigo [¡yo!]...¡y dando [me] vida eterna!” Jack confió en Jesús. Jesús le dio nueva vida. ¡Jack nació de nuevo!

Ahora escucha lo que me pasó a . Fue Jesús y Su Sangre limpiadora del pecado que me salvó. Me sentía tan bajo como la tierra, pero Jesús me levantó y me salvó. Me sacó del aguijón de la muerte y de lo podrido del pecado. Volvió mi noche a día. Jesús me dio vida eterna. ¡Alabado sea Dios, nací de nuevo! Y nacerás de nuevo si confías en Jesús.

Esta mañana necesitas que Dios haga algo por ti que no puedes hacer por ti mismo. Necesitas que Dios perdone tus pecados por lo que Jesús hizo por ti en la Cruz. Cuando confías en Jesús por fe, todos tus pecados son perdonados. Tu pecado es limpiado por la Sangre de Jesús – ¡y naces de nuevo!

Y eso nos lleva de nuevo a nuestro texto, Juan 3:16. Escucha mientras lo leo de nuevo.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Ese versículo lo dice todo. Dios te ama tanto que envió a Jesús a morir en tu lugar, por tus pecados, en esa cruel y dolorosa Cruz. Tres días después, Su cuerpo muerto se levantó físicamente de entre los muertos. ¡Él ascendió de nuevo al Cielo, donde Él está orando para ti ahora!

Pero, ¿qué debes hacer para ser salvo? ¿Qué debes hacer para nacer de nuevo? Juan 3:16 lo hace perfectamente claro. Dice”

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Todo lo que Dios requiere es que tú creas en Jesús – confíes en Jesús. Oh, sé que crees que Él realmente vivió y murió. Muchos de ustedes incluso creen que Él resucitó de entre los muertos y ascendió de regreso al Cielo. Pero esas son solo doctrinas, enseñanzas en la Biblia. Creer esas enseñanzas de la Biblia no te salvará. El versículo dice,

“para que todo aquel que en él cree, no se pierda” (Juan 3:16).

Debes creer “en él”. Debes venir a Jesús por fe y confiar en Él. Cuando haces eso, Su Sangre limpia todo tu pecado, y naces de nuevo.

Ven a Jesús. Confía en Jesús. Lánzate a Él y tendrás perdón de tu pecado y vida eterna. Dr. Hymers, por favor, venga y cierre este servicio.


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(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída Antes del Sermón por el Dr. Kreighton L. Chan: Juan 3:1-7.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamín Kincaid Griffith:
“Ye Must be Born Again” (por William T. Sleeper, 1819-1904).