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MUESTRAME TU GLORIApor Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles |
Por favor, voltea conmigo en tu Biblia a Éxodo, capítulo 33. Está en la página 110 de la Biblia Anotada de Scofield. Ahora ponte de pie y mira a Éxodo 33:18. Aquí está la oración de Moisés a Dios:
“El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria” (Éxodo 33:18).
Pueden sentarse. Si recuerdas el sermón en Inglés de John Samuel, “Order and Argument in Prayer”, puedes encontrar varias oraciones como éstas en Éxodo, capítulos 32 y 33. Moisés ora a Dios, culminando en los versículos 15 y 18. En el versículo 15 Moisés dice: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí”. En el versículo 18 Moisés dice: “Te ruego que me muestres tu gloria”. La palabra Hebrea para “gloria” es kavōd, que significa literalmente “el peso de Dios”. Personalmente he sentido ese “peso” varias veces en mi vida. Cuando yo respiraba en la hierba en el Cementerio Forest Lawn cuando tenía 15 años, sentí que el suave peso de Dios caía sobre mí como una sábana ligera. En los tres avivamientos diferentes que he presenciado, el kavōd se podía sentir en el aire a mí alrededor. Brian H. Edwards dijo: “La ‘presencia’ de Dios desafía la explicación humana, pero explica las experiencias excepcionales de avivamiento” (Revival: A People Saturated With God, p. 136). “Adán y Eva se escondieron de la presencia de Dios, y Caín ‘salió de la presencia de Jehová”’ (ibid., P.135). “En el avivamiento, la presencia de Dios se convierte en una experiencia palpable” (ibid., P.134). “En el avivamiento [la presencia de Dios] se vuelve tan evidente que a veces es abrumador” (ibid., P.135).
“Esta es la clave para entender lo que es el avivamiento. Si hoy hay un aspecto de la adoración que falta, es que se sienta la presencia de Dios...es por eso que podemos comportarnos tan descuidadamente en la adoración. El profundo trabajo del Espíritu en el avivamiento siempre se destaca por la experiencia que nos convence de que Dios está presente...El avivamiento es diferente. Se sabe que Dios está allí, e incluso el incrédulo está obligado a admitir que ‘verdaderamente Dios está entre vosotros’, I Corintios 14:25” (ibid., P.134). Cuando el Espíritu de Dios desciende, Él toma las oraciones de la iglesia y les da una nueva vida” (ibid., P.129). “En el avivamiento, la oración se convierte en deleite y gozo” (ibid., P.128) después de que las confesiones han llevado a los Cristianos a una nueva limpieza con la Sangre de Jesús.
En Sajonia, “Un sentido de la cercanía de Jesús nos fue dado a todos en el mismo momento...Lo que el Señor hizo [allí], desde ese tiempo hasta el invierno del mismo año, es inexpresable. Todo el lugar parecía como un tabernáculo de Dios con los hombres” (ibid., P.135). En Corea, en 1907, “Cada [persona] que entraba en la iglesia sentía que el cuarto estaba lleno de la presencia de Dios...esa noche había un sentido de la cercanía de Dios imposible de describir” (ibid., Pp. 135, 136).
En Noviembre de 1980 un amigo y yo fuimos a Murfreesboro, Tennessee para entrevistar al Dr. John R. Rice para un programa de televisión que estábamos haciendo. El doctor Rice era muy viejo y estaba paralizado por un derrame cerebral. A los 85 años fue llevado a vernos en una silla de ruedas. Mientras lo empujaban, mi amigo y yo sentímos el “kavōd” descender como una ligera pesadez en el aire. Sé que Dios descendió porque se sentía exactamente como en los tres avivamientos clásicos que presencié.
Habíamos rentado una cámara y un camarógrafo en esa ciudad. El hombre que operaba la cámara era de origen Católico, pero había abandonado la iglesia. Mientras entrevistábamos al Dr. Rice, el camarógrafo tenía lágrimas corriendo por sus mejillas, las que se secaba mientras el Dr. Rice hablaba lentamente acerca de los grandes servicios evangelísticos que había llevado a cabo. Luego terminó la entrevista y llevaron al Dr. Rice a un carro. Mi amigo y yo quedamos solos en la habitación con el camarógrafo. Todavía estaba llorando. Me preguntó acerca del Dr. Rice, y le expliqué que era un gran hombre de Dios. Mientras hablaba, podía sentir que la presencia de Dios se hacía más tangible. El hombre estaba llorando. Todo lo que dije fue: “Jesús te ama. Confía en Él y Él te limpiará de tus pecados”. No tuve que decírselo. Se puso de rodillas y confió en Jesús con lágrimas en sus ojos. Fue tan fácil porque la presencia de Dios estaba allí. Pensé en un versículo de la Biblia: “Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (II Corintios 3:17). Sé lo fácil que sería tener visitantes que sean convertidos, incluso los visitantes por primera vez, ¡si tuviéramos el poder del Espíritu de Dios como lo tuvo el Dr. John R. Rice!
Pero hay otro gran beneficio en tener la presencia del Señor. Es un anticipo del Cielo. Sé que el Cielo parece irreal para muchos de ustedes ahora. Pero cuando el “kavōd” de Dios descienda en nuestra iglesia, y cuando te toque, sentirás lo que es ir al Cielo. Será “un anticipo de la gloria divina”. Ya no pensarás en el Cielo como un concepto abstracto. Cuando entres en nuestra iglesia y Dios esté aquí, literalmente “saborearás” la realidad y la alegría del Cielo. ¡Entonces podrás cantar la pequeña canción de John W. Peterson con gran alegría!
Dios descendió y de gloria me llenó,
Cuando en la cruz Jesús por mi murió.
Mis culpas Él quitó, y el miedo ahuyentó –
Dios descendió y de gloria me llenó.
(Traducción libre de “Heaven Came Down”
por John W. Peterson, 1921-2006).
Ahora bien, no estoy hablando del fanatismo salvaje e ingobernable de algunos pentecostales, ni de las ideas equivocadas de algunos Carismáticos. ¡Oh no! A menudo tratan de conseguir que el Espíritu de Dios descienda golpeando un tambor o hablando en lenguas. Pueden tener buenas intenciones, pero no es así como Dios descendió en las reuniones y avivó a la gente antes del comienzo del Pentecostalismo en 1905. Tenemos que volver a la manera antigua – porque la vieja manera era la verdadera manera – ¡y sigue siendo la verdadera manera!
No debemos tratar de hacer que el Kavōd descienda sobre nosotros por caer al suelo, aunque alguien pueda que caiga al suelo cuando Dios descienda. Pero no nos regocijaremos en exceso emocional o gritos. ¡Oh no! Nos alegraremos cuando los Cristianos sientan el pecado que se ha metido en sus vidas, el pecado de que se avergüenzan, pecado que debe ser confesado a Dios – ¡y faltas que deben ser confesadas el uno al otro, para que podamos ser espiritualmente sanados por Dios, nuestro Padre celestial! Por favor, ponte de pie y canta el himno número 10 en tu cancionero.
“Examíname, Oh Dios, y conoce mi corazón:
Pruébame, y conoce mis pensamientos:
Y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
Y ve si hay en mi camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno”.
(Salmo 139:23, 24).
¡No tengas miedo! Dios te ama. No te juzgará cuando confieses. No tengas miedo. No importa lo mal que sea tu pecado, Dios puede sanarlo. Dios puede lavarlo con la Sangre de Jesús. Ven aquí al púlpito. Agarra las manos de alguien y ora uno por el otro, de dos en dos. Ora uno por el otro para hacer una confesión esta noche. ¡Te amo! ¡Dios te bendiga! Eres tan querido aquí que no importa lo que digas esta noche, ¡no dejaremos de amarte! Confía en nosotros y no tengas miedo. Vuelve a Jesús, vuelve y confiesa tus pecados para que puedas ser purificado por la Sangre de nuestro Salvador, Jesús. Y entonces, incluso si ya no eres joven, también puedes venir esta noche. Tendré dos sillas en el púlpito. Si crees que tu confesión no debe hacerse pública, ven aquí y dímela, y yo te diré si debes darla.
Nuestro hermano Jack Ngann me escribió las siguientes palabras en mi cumpleaños número 76.
Querido Dr. Hymers,
Me gustaría agradecerle por su fidelidad todos estos años. A menudo he pensado que la razón de que haya un remanente durante la Gran Apostasía es [al menos en parte] debido a que Dios le ha usado... las verdades que predica pueden muy bien ser parte de la chispa que ayude a encender las llamas de avivamiento...Que su ministerio continúe floreciendo, y su predicación [en el Internet] eco en la eternidad. Le amo, pastor.
Suyo en Jesús,
Jack Ngann
P.S. Por cierto, la razón por la que podemos cerrar con las palabras “Suyo en Cristo” es debido a su ministerio [al conducirnos a la salvación en Jesús].
El hermano Jack Ngann sabe que me preocupo profundamente por nuestra iglesia y por cada uno de ustedes. Por eso insisto en la necesidad de un avivamiento. Nadie puede tener éxito en la vida Cristiana solo dependiendo de su testimonio de conversión. Debes crecer en gracia – y a menudo eso puede ser doloroso. Te enfrentas a los pecados y las faltas que entran en tu vida. No te gusta pensar en la canción: “Examíname, Oh Dios, y conoce mi corazón, Pruébame, y conoce mis pensamientos: Y ve si hay en mi camino de perversidad...” Pero debes pensar en eso. Necesitas examinarte a ti mismo, aunque sea doloroso. Necesitas confesar tus pecados y ser purificado de nuevo por la Sangre de Jesús. ¡Entonces experimentarás la presencia de Dios, el Kavōd, la emocionante experiencia de Dios en el avivamiento!
“Te ruego que me muestres tu gloria”.
Ora y confiesa y Dios te responderá como Él respondió a Moisés
CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.
(FIN DEL SERMÓN)
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sin la autorización de Dr. Hymers. Sin embargo, todos los mensajes de video de
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La Escritura Leída Antes del Sermón por el Dr. Kreighton L. Chan: Isaías 64:1-3.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“May Jesus Christ be Praised” (traducida por Edward Caswall, 1814-1878).