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LECCIONES DE TESTIMONIOS DE CONVERSIÓNUn sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr. “De cierto os digo, que si no os volvéis [convertís]…no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). |
La conversión es la cosa más importante que te sucederá en esta vida. Es el punto de arranque. Es el principio de la vida Cristiana. Sin la conversión no hay punto de arranque, ni principio, ni fundación. Sin la conversión no eres Cristiano.
El “decisionismo” de nuestro día no enfatiza la gran importancia de la conversión. La conversión verdadera es considerada una cosa muy pequeña sin importancia para muchos predicadores. La “gran” cosa es lo que sucede después de la conversión, ya sea el estudio Bíblico, el discipulado, o cualquier experiencia “más profunda”, estas cosas secundarias se consideran de gran importancia, mientras que la conversión es considerada una cosa pequeña, y ciertamente sin mayor consecuencia.
Sin embargo esto no es lo que la Biblia enseña. En el Nuevo Testamento se le da gran importancia a la conversión, especialmente en el Libro de Los Hechos. Lee el Libro de Los Hechos con ello en mente y verás cuán preminente eran las conversiones para aquellos primeros Cristianos. En el capítulo dos tienes la conversión de tres mil personas en el día de Pentecostés. En el capítulo cuatro tienes la conversión de cinco mil varones (4:4). En el capítulo cinco tienes más conversiones (5:14). En el capítulo seis “muchos de los sacerdotes” fueron convertidos (6:7). En el capítulo ocho tienes un gran número de conversiones en Samaria (8:5-8), y la conversión del Eunuco Etíope (8:26-39). En el capítulo nueve tienes la conversión de Pablo (9:1-18), y la conversión de muchos en Jope (9:42). En el capítulo diez tienes la conversión de Cornelio y su casa. En el capítulo once tienes un gran número de Griegos convertidos (11:20-21). En el capítulo trece tienes la conversión de Sergio Paulo (13:6-12), y un número de Gentiles (13:48). En el capítulo catorce “creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos” (14:1). En el capítulo dieciséis tienes la conversión de Lidia (16:14-15) y del carcelero Filipense y su familia (16:30-34). En el capítulo diecisiete tienes la conversión de un número de personas en la ciudad de Tesalónica (17:12) y de “otros” en Atenas (17:34). En el capítulo dieciocho tienes la conversión de Crispo y muchos otros en Corinto (18:8). En el capítulo diecinueve muchos en Éfeso fueron convertidos (19:18). En capítulo tras capítulo, en el Libro de Los Hechos, las conversiones son el tema principal. Esto muestra el gran valor que la Biblia le da a la conversión, aunque es menospreciada en la mayoría de las iglesias hoy día, y ni siquiera se oye en muchas otras.
Luego piensa en las vidas de los grandes Cristianos. ¿Qué es lo que más recordamos sobre ellos? Sus conversiones, ¡por supuesto! ¿Qué es lo que más recordamos sobre Agustín? Su conversión. ¿Qué es lo que más recordamos de Lutero? Su conversión. ¿Qué es lo que más recordamos de Bunyan? Su conversión. ¿Qué es lo que más recordamos de Whitefield y Wesley? Sus conversiones. ¿Qué es lo que más recordamos de Spurgeon? Su conversión.
Así que es claro, en ambas, la Biblia y la historia, que la conversión no es una cosa insignificante. ¡De cierto, la historia y la Biblia muestran que es la más importante de todas las cosas! Jesús dijo:
“De cierto os digo, que si no os volvéis [convertís]…no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3).
Hemos tenido muchas conversiones en nuestra iglesia. Le pedimos a la gente que escribiera su testimonio después de ser convertida. Voy a compartir porciones de algunos de ellos contigo. Estos testimonios ilustran algunas de las grandes verdades sobre la conversión. Si estás batallando en un estado no convertido, debes escuchar cuidadosamente cada una de las palabras de estos testimonios, y pídele a Dios que te dé una conversión similar. Hay partes vitalmente importantes de la conversión ilustradas en estos testimonios. Tú debes experimentar las mismas cosas o no tendrás una conversión real en Jesucristo.
I. Primero, la importancia de la predicación en la conversión.
Las conversiones verdaderas llegan como resultado directo de la predicación evangelistica. El gran predicador Puritano Richard Baxter, resumió lo que queremos decir cuando le dijo a predicadores: “Que [tengan] los terribles e importantes pensamientos de las almas siendo salvas por mi predicación, o que perezcan y sean condenados al infierno por negligencia, que estos terribles pensamientos moren siempre sobre tu espíritu”. Es obvio que él no estaba hablando de los callados estudios Bíblicos de hoy en día que muy a menudo “pasan” como predicación. Nota el papel que la predicación jugó en los testimonios escritos que se dieron a nuestra iglesia. Estas citas son de testimonios de jóvenes que fueron convertidos aquí. Escucha el papel que la predicación jugó en sus conversiones.
“La semana antes de que fuera convertido, el Dr. Hymers predicó un sermón que de veras me molestó. Estuvo en mi mente cada día toda la semana. El texto [del que habló] era la última parte de Jonás 2:9, ‘La salvación es de Jehová’. Allí, él aclaró que la obra de salvación es completamente de Dios por medio de Jesús, y el hombre no puede hacer nada para contribuir a este milagro. La razón que este sermón me molestó fue porque yo trataba de ser salvo por mis propios esfuerzos…Después de oír este sermón…yo comencé a ver y a sentir mi depravación”.
Otra persona dijo que su mente se “nublaba” durante la predicación. Pero él oró que Dios le ayudara a escuchar la predicación con más cuidado. Luego él dijo:
“Noté que la predicación del evangelio se hizo para mí tan clara como el cristal – que la salvación es del Señor Jesucristo”.
Otra persona dijo:
“El Dr. Hymers predicó un sermón titulado ‘Tú Puedes Ser Salvo’. Durante el sermón, él dijo que no había razón para que yo siguiera perdido. Todo lo que había que hacer para deshacerse del pecados era confiar en Jesús…Pese a que había oído a Dr. Hymers decir esto cientos de veces, ahora en verdad lo oí y en verdad lo escuché”.
Otra persona dijo:
“Cada sermón que oí comenzó a hundirse en mi corazón. Luego, finalmente me di cuenta de que el pecado no valía la pena. ¿Qué ganaría si continuaba del modo en que estaba?”
Otra persona dijo:
“[Dr. Hymers] habló sobre ‘Martín Lutero sobre la Justificación’. En esa época él comenzó a darle atención especial a la Sangre de Jesús. La Sangre estaba al frente de mi mente. La parte de Romanos 3:25 donde dice: ‘a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre’, de veras me pegó”.
II. Segundo, la importancia de la convicción en la conversión.
Las conversiones verdaderas vienen después de la convicción de pecado – la cual puede ser larga o corta. Pero tener convicción de pecado es una cosa crítica en la conversión verdadera. El Dr. Martyn Lloyd-Jones dijo: “Aquellos que ven su propia pecaminosidad, son aterrados” (traducción de Revival, Crossway Books, 1987, p. 41, por Martyn Lloyd-Jones). Nota el papel que la convicción jugó en los testimonios que estoy citando.
“Después de haber oído este sermón, el Espíritu Santo empezó a convencerme de mis pecados. Comencé a ver y sentir mi depravación. Era un pecador perdido, ignorante tocante a Dios, y en contra de Su naturaleza. Iba rumbo al Infierno, como me lo merecía, y no podía hacer nada para evitarlo. Temía que Dios me botaría en cualquier minuto. Moriría sin estar preparado para encarar el juicio. Estas verdades me espantaban todos los días”.
Otra persona dijo:
“La cantidad de convicción que tenía por mis pecados casi me sobre vencía. Era difícil pensar en algo más que mis pecados – grabados en los libros de Dios en el Cielo”.
Otra persona dijo:
“Dios me hizo muy claro que yo había roto Su ley, y que había sido gravemente orgulloso y presumido al no atenderlo…Allí estaba yo, muerto a Dios, muerto al hombre, sin esperanza para mañana, sin esperanza para la eternidad. Un alma perdida sin perdón…enferma y triste”.
Otra persona dijo:
“En el cuarto de consejo, se me dijo que no era la cantidad de convicción la que me salva, ni la convicción en sí, sino que es Jesús quien salva a la persona y lava sus pecados con Su Sangre…Sin embargo, la siguiente mañana, mi pecado se volvió insoportable”.
III. Tercero, la importancia de confiar en Jesús en la conversión.
Escucha con cuidado los siguientes testimonios.
“Yo estaba desesperado por que Jesús perdonara mis pecados… empecé a pensar sobre lo que Jesús había hecho por mí. Él fue humillado y escupido. Él fue azotado y castigado. Él llevó todos mis pecados en Su cuerpo. Él derramó Su Sangre por un pecador arruinado como yo. Él padeció el castigo de mis pecados. Él murió en mi [lugar]. Él resucitó físicamente de entre los muertos para darme vida eterna. Él pasó todo esto porque me ama. Yo no había conocido Su amor hasta ese momento. Nunca tal amor se había demostrado. Esa mañana, por la gracia de Dios, yo vine a conocer a Jesús…El momento en que confié en Él mi pecado fue lavado en Su Sangre preciosa y poderosa”.
Otra persona dijo:
“Me dejaron solo en el cuarto [de consejo]. En ese momento no había nada que me importara sino solo Jesús…Me di por completo a Jesús y a la gracia salvadora que Él me ofreció. No había lugar para nada más aparte de Jesús y la fe en Él solamente….Solamente Jesús podía ponerme bien con Dios. Esto me asombra…Hoy solamente puedo decir que toda la gloria le pertenece a Dios por el maravilloso don de la salvación mediante Su Hijo. Ahora puedo decir con certeza que mis pecados son perdonados. Mi valor está en Jesús y Su Sangre”.
Otra persona dijo:
“Yo vine a Jesús como un miserable pecador sin esperanza en mí mismo, pero la esperanza está en Jesús. Con Dios todas las cosas son posibles. La cosa más importante para mí era venir a Jesús y que mis pecados fuesen lavados en Su Sangre”.
Otra persona dijo:
“En el cuarto de consejo, Dr. Hymers me dijo que me arrodillara y confiara en Jesús. En ese momento, con lágrimas en mi rostro, me lancé sobre Jesús. Yo creí en Jesús con fe simple y Él me salvó, en ese momento en que confié en Él”.
Y otra persona dijo:
“Yo me lancé sobre Él y me acosté sobre Su Sangre. No hay sentimiento que se pueda explicar, pero estuve sobrecogido y agradecido de que Dios me hubiese dado Su misericordia a mí, y saber que la Sangre de Jesús había limpiado mis pecados…Ahora Su Sangre es real para mí”.
Estas son citas de los testimonios que fueron dados en nuestra iglesia por jóvenes entre las edades de 17 a 21 años. Espero que lo que dijeron te ayude a buscar la salvación en Jesucristo nuestro Señor. Tú debes tener una conversión similar o nunca “[entrarás] en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). Los sermones evangelísticos que oyes deben agarrar tu misma alma. Los sermones deben hacerse de suma importancia en tu mente. Tienes que estar convencido interiormente de tu completa pecaminosidad, de la depravación de tu propia naturaleza, y debes abandonar toda esperanza de reformación propia, ya que estás arruinado, engañado y rebelde por dentro en contra de Jesús. La realidad de tu terrible estado pecaminoso, totalmente depravado debe molestarte profundamente. Cuando esto suceda, ya sea por un período largo o corto, tienes que venir a Jesús como un pordiosero, buscando el perdón de Él por tu naturaleza pecaminosa y por tus actos de rebelión contra Dios.
Las conversiones falsas no te salvarán de la ira de Dios. Tienes que experimentar la conversión verdadera que estos estudiantes de secundaria y de la universidad atravesaron si esperas ser salvo por Cristo Jesús. Dr. Hymers, por favor venga y cierrre este servicio.
CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.
(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Complete in Thee” (por Aaron R. Wolfe, 1821-1902;
el coro por James M. Gray, 1851-1935).
EL BOSQUEJO DE LECCIONES DE TESTIMONIOS DE CONVERSIÓN Un sermón escrito por el Dr. R. L. Hymers, Jr. “De cierto os digo, que si no os volvéis [convertís]…no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). I. Primero, la importancia de la predicación en la conversión. II. Segundo, la importancia de la convicción en la conversión. III. Tercero, la importancia de confiar en Jesús en la conversión. |