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SALVACIÓN O CONDENACIÓN – ¿CUÁL?

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 19 de Febrero del 2017

“Efraín es dado a ídolos; déjalo” (Oseas 4:17).


El año pasado tuvimos un “toque” de avivamiento. Dios bajó en algunas de las reuniones y unas diez personas fueron posiblemente convertidas. Pero trece personas tuvieron una conversión falsa y todavía están perdidas y van al Infierno.

Lo principal que Dios nos enseñó en estas reuniones fue que el Diablo se enfurece cuando Dios desciende. Aprendimos por experiencia que tanto Dios como el Diablo son muy reales. Al menos los que son convertidos tal vez han aprendido esa lección.

No habíamos experimentado la presencia de Dios en avivamiento durante más de cuarenta años. A menudo predicaba sobre ello. Pero cuando lo hice muchos miembros de nuestra iglesia se rebelaron. Y muchos de ellos se fueron. El Diablo les dijo que nunca habría un avivamiento. Creyeron al Diablo más bien que a la Biblia. Dejaron la iglesia en gran número. Mirando hacia atrás, Dr. Cagan cree que muy pocos de ellos, casi ninguno, tuvieron una verdadera conversión. Así que cuando prediqué sobre el avivamiento no podían orar con algún resultado.

Gracias a Dios tenemos un núcleo sólido de Cristianos verdaderos ahora. Si no hubiéramos tenido el avivamiento el año pasado habría habido otro quebrantamiento de iglesia. Muchas personas se habrían ido de la iglesia. Se habrían ido en gran número como lo hicieron en el quebrantamiento de iglesia de 1980-1981. Habrían desgarrado la iglesia como lo hicieron en 1990 y después del quebrantamiento de iglesia de Olivas. Pero el año pasado sólo se fueron seis personas. Cuando se van, nunca vuelven. Ni una sola persona en cuarenta y dos años ha vuelto y ha sido convertida. Miran nuestros sermones en sus computadoras, pero nunca vuelven y son salvas. ¡Nunca! ¡Nunca! ¡Nunca! ¡Ni una en cuarenta y dos años! Esto es bastante notable porque predicamos la salvación a través de Jesús en prácticamente todos los servicios. ¿Por qué ninguno de ellos vuelve y confía en Jesús? Dicen que es porque soy malo. Lo que significa es que predico contra su pecado y me odian por ello. Dr. Cagan y yo estábamos escuchando el “testimonio” de una joven. Cuando le dije que tuvo un falso testimonio ella dijo: “Eres malo, como en la Puerta Abierta”. La joven nunca estuvo en nuestra iglesia cuando la llamamos “Puerta Abierta”. De inmediato supe que sus padres estaban hablando mal de mí delante de ella. Fue sólo un par de meses más tarde que su padre me gritó como un león rugiente delante de todos nuestros jóvenes. Sólo salió del edificio cuando le dije que iba a llamar a la policía. Este hombre fue parte de “los 39” que pagaron por este edificio. Se mantuvo por muchos años, fingiendo ser un Cristiano. Pero cuando el Diablo agarró a uno de sus hijos, se volvió contra mí como si fuera mi culpa. Mi esposa lo vio hace unas semanas. Tenía la barba larga. No le tomó mucho tiempo volver a ser Hippie. Spurgeon dijo: “Sin humillarse entraron, sin humillarse se quedaron, y sin humillarse dejaron la iglesia”. Sólo puedes pretender ser convertido por cierto tiempo. ¡Tarde o temprano el Diablo te agarrará porque tuviste una conversión falsa! Entonces será dicho por Dios,

“Efraín es dado a ídolos; déjalo” (Oseas 4:17).

Cuando Dios ve que estás unido a tu pecado y no confías en Jesús, Él te deja. Él te deja a una “mente reprobada” (Romanos 1:28). Cuando Dios te abandona, nunca puedes ser salvo. Vivirás tu vida y nunca serás salvo. ¡Nunca! ¡Nunca! ¡Nunca!

Perdido por toda la eternidad. Eternidad. Eternidad.
Perdido por toda la eternidad.

El profeta Oseas dijo: “Andarán buscando a Jehová, y no le hallarán; se apartó de ellos” (Oseas 5:6).

Intentaron hacerlo de nuevo el año pasado. Seis personas dejaron la iglesia para siempre. Un joven entró en mi oficina, me señaló con el dedo y me dijo: “ eres lo que está mal con esta iglesia, Dr. Hymers”. Él nunca lo sabrá, pero esas palabras me hicieron confesar mis pecados y asegurarme que estaba correcto con Dios. Dijo esas palabras en rebelión. Pero Dios las usó para hacerme examinarme a mí mismo. Y me ayudaron. Entonces mis muchachos comenzaron a venir a mi casa a orar. Aaron, Jack, John y Noah oraron conmigo cada semana – y se convirtieron en mis amigos. Nadie sabe lo solitario que es ser un viejo predicador como yo. Justo cuando sentí que iba a fallar – esos cuatro muchachos vinieron a orar por mí. Ahora son mis mejores amigos en todo el mundo. Dios los envió a mí – y me salvaron por sus oraciones y por su amistad.

John Cagan dijo que el año pasado fue “un año de Infierno”. Y tenía razón. El Diablo rugió. La iglesia tembló, mi esposa se enfermó, yo no podía dormir, la iglesia se balanceaba de un lado a otro como un terremoto. Y entonces Dios vino a nosotros desde el Cielo. Oramos,

“Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes” (Isaías 64:1).

¡Y Dios descendió a nosotros, en el primer avivamiento que hemos tenido en 42 años!

¡Yo le alabo! Al cordero
   Muerto para el pecador;
Denle gloria todo el pueblo,
   Manchas Su sangre puede lavar.

¡Ponte te pie y cántala conmigo!

¡Yo le alabo! Al cordero
   Muerto para el pecador;
Denle gloria todo el pueblo,
   Manchas Su sangre puede lavar.
(Traducción libre de “I Will Praise Him” por Margaret J. Harris, 1865-1919).

Mientras escribía este sermón, un hombre en la Florida me llamó regocijándose por el sermón de John Cagan, “El Avivamiento Y la Sangre de Jesús”. Él dijo: “Gracias, pastor. Gracias. ¡Ese precioso muchacho! ¡Su sermón me bendijo!” ¡Esta mañana Noah Song regresó de predicar en China e Indonesia! ¡Qué bendición tener estos dos jóvenes que nos predican sobre las inescrutables riquezas de Jesús!

Ahora, esta mañana te daré una vez más el Evangelio de Jesús. Te diré otra vez acerca de Jesús, y de la Sangre que Él derramó en la Cruz para lavar tu pecado. El Dr. Martyn Lloyd-Jones dijo: “Hay predicadores Cristianos que piensan que son listos al hacer gran ridículo de esta teología de la sangre. La desprecian con desdén...Y es por eso que la iglesia está como está [hoy]. Pero en los períodos de avivamiento, ella se gloría en la cruz, y la hace jactarse en la sangre...el mero nervio, el centro, el corazón del evangelio Cristiano es éste: ‘A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre’ (Romanos 3:25). ‘En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados’ (Efesios 1:7)... [No veo esperanza entre ustedes] ‘sino a Jesucristo, y a éste crucificado’ (1 Corintios 2:2)… No veo esperanza alguna de avivamiento mientras hombres y mujeres están negando [o descuidando] la sangre de la cruz” (Revival, Crossway Books, 1994 edition, pp. 48, 49).

Eres tú lavado hoy,
   ¿En la sangre que el cordero derramó?
¿Son tus ropas blancas? ¿Cuál la nieve son?
   ¿Te ha lavado la sangre de Jesús?
(Traducción libre de “Are You Washed in the Blood?”
     por Elisha A. Hoffman, 1839-1929).

Sí, la Sangre de Jesús propiciará la ira de Dios. Sí, la Sangre de Jesús te dará paz con Dios. Sí, la Sangre de Jesús te dará poder que vence, “En quien tenemos redención por su sangre” (Colosenses 1:14).

Ahora escucha las palabras de dos personas en nuestra iglesia que han sido salvas por la fe en la Sangre de Jesús.

Una mujer Hispana había asistido a otra iglesia Bautista. Rápido le preguntaron si quería ser bautizada. Ella dijo que “sí”. Ellos no le hablaron sobre Jesús, y Su expiación de Sangre por los pecados de ella. Ellos la bautizaron aunque todavía no era salva. Ella dijo: “Yo continué con mi vida como siempre, viviendo para mí misma”. Después su hija la trajo a la iglesia. Ella dijo: “pensé que [aquí] me iban a pedir que viniera a todos los servicios, y yo no quería porque pensaba que me quitaría mi tiempo. Yo era egoísta, pensando que Dios me quitaría mucho de mi tiempo. Pero Dios…comenzó a mostrarme en mi corazón que yo vivía solo para mí misma…Dios en Su gran misericordia comenzó a mostrarme que si moría en cualquier momento sería juzgada por haber rechazado a Jesús, y por todos mi pecados. Esto me hizo preocuparme y tuve temor”…[el Dr. A. W. Tozer dijo: “Nadie puede conocer la gracia de Dios si no ha conocido el temor de Dios”]. Ella fue al cuarto de consejo bajo la convicción de pecado. Dr. Cagan le preguntó a donde está Jesús. Ella dijo que estaba en el corazón de ella. Dr. Cagan le dijo que Jesús estaba en el Cielo a la diestra del Padre. Ella dijo: “Fue entonces que vine a Jesús para que limpiara todos mis pecados sucios en Su Sangre preciosa que fue derramada por mí…Hoy estoy feliz. Jesús derramó Su Sangre preciosa en la Cruz para que yo pudiera ser salva. Jesús pagó por todos mis pecados con Su Sangre divina…Hoy estoy feliz de hacer la obra de evangelismo…trayendo jóvenes [a la iglesia] para que puedan escuchar también a nuestro pastor. Me siento feliz cuando [Dr. Hymers] le habla a los jóvenes sobre la Sangre de Jesús…Tengo un pastor que cuida muchísimo por las almas y les habla de Jesús…Jesús derramó Su Sangre preciosa en la Cruz para que yo pudiera ser salva. “¡Mi bello Salvador Jesús!”

Una joven estudiante China dijo: “Entré en la iglesia y mi corazón estaba pesado. Dios me había despertado a sentir que era pecadora…Aunque todo a mi alrededor era alegre…yo ya no podía engañarme de que estaba bien, y que era buena persona. Yo no estaba bien, y no había bondad en mí. Al estar sentada escuchando el sermón [que Dr. Hymers predicaba] sentí como si el pastor me hablaba directamente a mi…aunque pensé que podía esconder mis pecados de la gente, no los podía esconder de Dios…me sentía como Adán, tratando de esconderme de Dios…

Entonces, cuando el sermón llegaba a su fin, oí el Evangelio de Jesucristo por primera vez [aunque ella había venido a nuestra iglesia por mucho tiempo]. Jesús murió en la Cruz, en mi lugar, para pagar por mis pecados…Su Sangre fue derramada por pecadores. ¡Su Sangre fue derramada por mí! Yo necesitaba a Jesús desesperadamente. En vez de buscar por la bondad en mi misma, por la gracia de Dios mis ojos fueron alzados afuera de mí. ¡Yo miré hacia Jesús por la primera vez, y en ese momento Él me salvó! Jesús no me rechazó, como yo había hecho con Él por tanto tiempo, sino que Él me recibió, y me lavó en Su Sangre…Su Sangre me cubrió y lavó todos mis pecados. Jesús me vistió en Su Sangre. Él me vistió en Su justicia. Su Sangre lavó mi vil corazón y lo hizo nuevo…Mi fe y seguridad están solo en Jesús. Ahora entiendo lo que John Newton quiso decir [cuando dijo] ‘¡Sublime gracia que salvó a un vil ser como yo! Perdido fui pero Él me halló; fui ciego y hoy miro yo’… Yo era pecadora, y Jesucristo me salvó…Él me recibió y me lavó en Su Sangre”.

¿No se cansa la gente de que yo predique sobre la Cruz de Jesús, y la Sangre de Jesús? ¡No, no se cansan! No, a menos que tengan pastores que bautizan a personas perdidas – como el predicador en Arleta, California que bautizó a Lidia Estrada, sin asegurarse de que ella había confiado en Jesús. ¿No sabe él como asegurarlo? ¡Lo dudo! ¡Afuera con tales falsos profetas de la faz de la tierra!

Pero yo, yo voy a predicar sobre la Sangre de Jesucristo hasta que esta pobre lengua calle en la tumba, entonces en una canción más dulce cantaré Tu poder para salvar. ¡Hay un precioso manantial de Sangre de Emanuel, y al sumergirse el pecador sus culpas pierde él!

Sus manchas pierde él, sus manchas pierde él;
Al sumergirse el pecador, sus manchas pierde él.
   (Traducción libre de “There Is a Fountain” por William Cowper, 1731-1800).

“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Colosenses 1:14).


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(FIN DEL SERMÓN)
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Oración Antes del Sermón por el Sr. Aaron Yancy.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
      “Saved by the Blood of the Crucified One” (por S. J. Henderson, siglo 19).