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Nunca habría imaginado que mi hermano Abraham fuera convertido. ¡Me sorprendió mucho cuando lo fue! Como dice Isaías 64:3: “Cuando, haciendo cosas terribles cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti”. Me sorprendió ver a mi hermano salvo. Ha habido una transformación en su vida que sólo puede explicarse por la gracia de Dios, y la sangre de Jesucristo. Como todas las conversiones la conversión de mi hermano Abraham fue un milagro de Dios. He notado un cambio en él desde el día en que fue convertido. Solía enojarse con mucha facilidad, pero ahora ya no tiene tan mal genio y no se enoja mucho. A veces se molesta pero no como antes. Sus oraciones son sinceras. No digo esto para alabar a mi hermano, sino para alabar a Jesús por lo que ha hecho en la vida de mi hermano. La conversión de mi hermano es un milagro, lo cual es cierto en cada conversión.

“Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder” (Salmo 110:3).

Comentando sobre este versículo, el Dr. Franz Delitzsch (1813-1890) dijo:

En el día de hoy…la gente…voluntaria y rápidamente se presentan a sí mismos de impulso interior (traducción de Franz Delitzsch, Ph.D., in C. F. Keil and Franz Delitzsch, Commentary on the Old Testament, William B. Eerdmans Publishing Company, 1973 reprint, volume V, pp. 190-191).

Como un Judío convertido, el Dr. Delitzsch entendió eso por experiencia. Él entendió que el “impulso interior”, viene del Espíritu de Dios.

“Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder” (Salmo 110:3).

La Biblia de Ginebra de 1599 lo traduce:

“Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de juntar tu ejército.”

La nota de la Biblia de Ginebra dice:

Por la palabra tu pueblo vendrá a tu iglesia cuyo incremento será tan abundante y maravilloso como las gotas de agua (traducción de 1599 Geneva Bible, Tolle Lege Press, 2006 reprint, note on Psalm 110:3).

En su contexto, Salmo 110:3 se refiere a Jesús, sentado a la diestra de Dios, venciendo a Sus enemigos desde el Cielo. Es desde el Cielo que Jesús llama a Su pueblo y los hace voluntarios. Esto tiene dos aplicaciones. Primero, se aplica a un tiempo de avivamiento. Segundo, se aplica a las conversiones individuales.

I. Primero, el versículo se aplica a un tiempo de avivamiento.

“Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder”.

Hoy en día hay una gran confusión sobre el significado de “avivamiento”. Muchos creen que el avivamiento depende de los Cristianos haciendo algo – arrepentirse, re-dedicarse, ese tipo de cosas. Leerás eso en casi todos los libros modernos de avivamiento. Pero es ahí donde los libros modernos están equivocados. El verdadero avivamiento no comienza con los Cristianos haciendo cosas, incluso cosas buenas. No, el avivamiento no comienza con los Cristianos en absoluto. El verdadero avivamiento comienza con Dios.

“Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder” (Salmo 110:3).

Es Dios quien envía avivamiento, no el hombre.

¡Me parece que ya deberíamos haber aprendido esa lección! Pero seguimos escuchando sermones y libros sobre avivamiento que son centrados en el hombre. Ellos basa miles de sermones y libros en II Crónicas 7:14. El Dr. Gill estaba correcto cuando dijo que este verso se refiere a “las peticiones específicas hechas por Salomón en el caso de escasez” (traducción de John Gill, D.D., An Exposition of the Old Testament, The Baptist Standard Bearer, 1989 reprint, volume III, p. 52). II Crónicas 7:14 es una promesa a Israel bajo Salomón. Se ha aplicado erróneamente al avivamiento Cristiano desde la época de Charles G. Finney. Finney dijo:

Un avivamiento no es un milagro, ni depende de un milagro, en ningún sentido. Es un resultado puramente filosófico del uso correcto de los medios constituidos...un avivamiento es el resultado del uso correcto de los medios adecuados (traducción de C. G. Finney, Revivals of Religion, Fleming H. Revell Company, n.d., p. 5).

No he “sacado” esa cita fuera de contexto. Finney no creía que los avivamientos originaban de Dios. Él no creía que el avivamiento sea un milagro de Dios. Él dijo: “Un avivamiento es el resultado del uso correcto de los medios adecuados”. En otras palabras, cuando los “Cristianos” hacen lo correcto, el avivamiento se producirá de forma natural. Por ello, dijo:

Cuando las iglesias son…reformadas, la reforma y la salvación de los pecadores vendrá (p. 8).

Hemos absorbido esa mentira durante 150 años. ¡Nadie jamás pregunta por qué el método de Finney nunca produce un avivamiento importante! El Primer y Segundo Gran Despertamiento ocurrieron sin la fórmula de Finney. El Tercer Gran Despertamiento, aunque mucho más corto en tiempo que los dos primeros, no usó la fórmula Finney para nada.

Las personas que piensan tienen que decir que la teoría de Finney es totalmente falsa. El avivamiento no es el resultado “del uso adecuado” de cualquier “medio” humano”. El avivamiento no fluye automáticamente de la dedicación de los miembros de la iglesia. No, el texto corrige ese punto de vista:

“Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder” (Salmo 110:3).

El “método” de Finney de obtener avivamiento ha sido casi universalmente aceptado en el mundo Occidental durante unos 150 años. Pero nunca produjo avivamiento. Así, poco a poco, la sola idea del avivamiento desapareció. Fue sustituido por técnicas de “crecimiento de la iglesia” de una u otra clase. Éstas no traen a muchas personas del mundo, por lo que finalmente se transformarán en otras “técnicas”. Durante todo este tiempo las iglesias en el mundo Occidental continúan cayendo. Nada de lo que hemos hecho (o haremos) puede revertir la tendencia a caer, porque

“Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder” (Salmo 110:3).

¡y de ninguna otra manera, ni por cualquier otro medio!

La opinión de Finney sobre el avivamiento viene de su rechazo a la depravación total del hombre. Finney no creía en la depravación total. Por lo tanto, creía que “un avivamiento no es un milagro, ni depende de un milagro, en ningún sentido...un avivamiento es el resultado del uso correcto de los medios adecuados”. Un hombre no podría decir eso si creyera en la depravación total. Si tú crees en la depravación total, entonces sabes que el hombre no tiene capacidad en su interior para agradar a Dios, que la salvación es por gracia solamente, y el avivamiento (que es un gran número de conversiones) también es por gracia solamente. Todo en la salvación tiene que venir de Dios, porque el hombre es totalmente corrupto e impotente. Como dice la Biblia:

“No por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:9).

¡Por lo tanto el avivamiento es un milagro! ¡Es por eso que los Chinos lo tienen y los Americanos no! Los Americanos tienen todos los “medios” humanos – grandes edificios de iglesia, proyectores, música grabada, lo que sea. Las “casas” de iglesias Chinas no tienen nada de eso. Sin embargo el Cristianismo Chino está explotando, mientras que el Cristianismo Americano se está muriendo. ¿Cuál es la diferencia? ¡Es muy simple!

“Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder” (Salmo 110:3).

El poder del hombre no puede traer avivamiento;

“Es don de Dios” (Efesios 2:8).

Dios ha detenido el avivamiento en América por 150 años, pero Él está enviando ola tras ola de avivamiento a las iglesias en China. ¡Lo que Jesús le dijo a la nación Judía ahora le está diciendo a las iglesias de América!

“El reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él” (Mateo 21:43).

Ningún avivamiento es “perfecto”. Siempre hay cizaña entre el trigo. Siempre hay falsificaciones satánicas y falsos Cristos. Eso pasa en cada avivamiento. Asael Nettleton, el evangelista principal del Segundo Gran Despertamiento, dijo: “Si Dios construye una iglesia, el diablo de seguro construye una al lado”.

David Aikman, ex jefe de la revista Time de Beijing, es un analista muy respetado del avivamiento en China. En su libro, Jesús en Beijín (Regency Publishing, 2003) Aikman explica: “Cómo el Cristianismo están transformando a la China y cambiando el equilibrio de poder global” (ibid., escrito en la cubierta). Aikman no es un necio. Él es un periodista experimentado. Él dice:

China está en proceso de ser Cristianizada...con el actual ritmo de crecimiento en el número de los Cristianos [en todos los segmentos de la cultura China], es posible que los Cristianos constituyen...el 30 por ciento de la población de China en [unos 20 años]. Si eso ocurre, es casi seguro que una visión Cristiana del mundo será la visión del mundo dominante dentro de la clase política y cultural de China, y posiblemente también dentro de los altos círculos militares (ibíd., P. 285). La Cristianización de China es probable que [ocurra al mismo tiempo] que el surgimiento de China como superpotencia mundial (ibíd., P. 286).
      Un reflexivo [escritor de China] Thomas Alan Harvey, lo pone de esta manera:

Con...[cien] millones de almas y una tasa de crecimiento del 7 por ciento al año, el número de Cristianos en China empequeñece el número de Cristianos en la mayoría de las naciones de la tierra. Al igual que los Cristianos de todo el mundo en desarrollo, los Cristianos Chinos representan la [fila delantera y la parte más importante] de la iglesia en el siglo veintiuno.

... La propagación de China en Asia y el hemisferio sur en las últimas [tres] décadas, probablemente afectará el Cristianismo en una escala global (ibíd., pp. 290-291).

El Dr. Aikman dijo:

      El momento de mayor logro de China – y del mayor beneficio para el resto del mundo – puede estar justo por delante...El proceso puede ya haber comenzado con la esperanza y las obras de los líderes de las iglesias de casa de China (ibíd., p 292).

En vista del enorme crecimiento del Cristianismo en China en los últimos años, sólo podemos bajar la cabeza aquí en el mundo occidental y decir:

“De parte de Jehová es esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos” (Salmo 118:23).

Es la obra del Señor, y no el trabajo del hombre usando las ideas de Finney y falsamente predicando sobre II Crónicas 7:14. Es la obra del Señor, y destruye a fondo la declaración de Finney que “un avivamiento no es un milagro, en ningún sentido”. El avivamiento en la China actual muestra que la teoría de Finney es completamente falsa. Un avivamiento como el de China es sin duda un milagro, un milagro que cambiará el mundo, dado milagrosamente por Dios Mismo. En efecto,

“De parte de Jehová es esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos” (Salmo 118:23).

“Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder” (Salmo 110:3).

II. Segundo, el versículo se aplica a conversiones individuales.

No sólo el texto habla de avivamiento en lugares como China, también habla a cada conversión individual. Los avivamientos son grandes números que vienen a Jesús. Conversiones individuales son una persona a la vez que experimentan la misma conversión que le sucede a un gran número en el avivamiento. Podemos decir Bíblica y verdaderamente que cada conversión individual es un milagro como lo es cuando millones vienen a Jesús en tiempo de avivamiento, ya que la conversión de una sola persona requiere tanto de un milagro como un avivamiento nacional como el de China. El milagro de la conversión es dado claramente por el apóstol Pablo:

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras [uso de “medios” humanos], para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).

Lo que es cierto de muchas conversiones en el avivamiento es también cierto de una sola conversión. Nadie es convertido por su propio esfuerzo. “Es don de Dios”. ¡Cada conversión verdadera es un milagro!

Tomo un milagro a colgar astros sin par,
Tomo un milagro dar al mundo un lugar;
Mas al salvar me a mí,
Al limpiar al vil,
Tomo un milagro de Su gran amor.
   (Traducción libre de “It Took a Miracle” por John W. Peterson, 1921-2006).

Finney no creía eso. Él dijo: “Un avivamiento no es un milagro”. No es de extrañar, que en 1831, él predicó un sermón muy famoso titulado, “Pecadores Destinados A Cambiar Sus Propios Corazones”. ¡Trata de hacer eso! ¡Trata, hazlo! No puedes “cambiar tu propio corazón”, ¡no importa cuánto trates! ¡Se necesita un milagro! Sin ese milagro, no importa lo que aprendas o lo que hagas, tu corazón seguirá siendo perverso. Jeremías dijo:

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso” (Jeremías 17:9).

Tu corazón será “perverso” no importa qué “decisión” hagas. No importa lo que aprendas de la Biblia, no importa lo que creas en tu mente – tu corazón seguirá siendo “perverso”. ¡Se necesita un milagro de Dios para cambiar tu corazón!

Una persona debe estar convencida de que su corazón es “perverso” o nunca va a experimentar la verdadera conversión. Y sólo el Espíritu de Dios te puede convencer de la maldad de tu propio corazón,

“Y cuando él venga, convencerá [dará convicción] al mundo de pecado” (Juan 16:8).

Cuando eres convencido por el Espíritu Santo de la desesperada condición pecaminosa de tu corazón – entonces es posible que veas el valor de la muerte de Jesús en tu lugar, para pagar le pena por tu pecado y limpiarte con Su Sangre. Sólo entonces podrás volverte a Jesús voluntariamente.

“Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder” (Salmo 110:3).

Como el Dr. Delitzsch dijo, then

No hay necesidad de una larga proclamación obligatoria, llamándolos...pero de buen gusto y rapidez se presentan a sí mismos de impulso interior (ibíd.).

“Impulso Interior” se refiere al rápido, poder de conversión del Espíritu de Dios. En el momento de tu conversión eres habilitado a venir a Jesús voluntaria y rápidamente “de [el] impulso interior” por el Espíritu de Dios. Dios te atraerá a Jesús en el día de Su poder. Entonces serás convertido, y entonces serás salvo del poder y la pena del pecado por Jesucristo. Su muerte en la Cruz pagará por tu pecado. Su resurrección te dará un nuevo corazón en el día en que Su poder te convierte. Ese es el verdadero Evangelio. Cuando vienes a Jesús, Él te salva. Si Dios te está atrayendo, ¡sométete a Jesús y se salvo! ¿Por qué esperar más?

“Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder” (Salmo 110:3).

Es mi esperanza y oración que aquellos de ustedes que no han confiado en Jesús confíen en Él y sean limpios por Jesús y Su Sangre. Dr. Hymers, por favor venga y cierre este servicio. Amén.

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída Antes del Sermón por el Sr. Aaron Yancy: Salmo 110:1-3.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“It Took a Miracle” (por John W. Peterson, 1921-2006).