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SATANÁS Y EL AVIVAMIENTOpor Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles |
Por favor, pónganse de pie y volteen a la página 1212 en la Biblia Anotada de Scofield. Es Efesios 6:11 y 12.
“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:11-12).
Se pueden sentar.
Estos versículos muestran cómo los ejércitos demoníacos de Satanás son los enemigos del Cristianismo verdadero. La Biblia de las Américas traduce el versículo 12 de esta manera:
“Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los [“gobernadores” Unger] de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales” (Efesios 6:12, LBLA).
El Dr. Merrill F. Unger dijo: “La designación más interesante de las fuerzas espirituales del mal...son ‘Los gobernantes de este mundo de tinieblas’...estos malvados espíritus gobernantes” (traducción de Biblical Demonology, Kregel Publications, 1994, p. 196). El Dr. Charles Ryrie dio este comentario sobre Daniel 10:13: “El príncipe del reino de Persia...Una criatura sobrenatural que intentó dirigir los gobernantes de Persia para oponerse al plan de Dios. Los ángeles malos [demonio ‘fuerzas del mundo’] tratan de gobernar los asuntos de las naciones... continúa la batalla entre ángeles buenos y malos por el control de las naciones” (Traducción Ryrie Study Bible; nota sobre Daniel 10:13).
Estoy convencido de que hay un demonio gobernante que ha tomado el control de los Estados Unidos y el mundo Occidental. El centro de la nota de Scofield sobre Daniel 10:20 dice: “los demonios son enviados de Satanás para obrar por el sistema mundial”. Esta nota se refiere a “el príncipe del reino de Persia”. Este “príncipe” era un demonio líder que controlaba el reino Persa. Hoy en día el “príncipe del Occidente” controla a Estados Unidos y sus aliados. Y al principal demonio que controla Estados Unidos y el Occidente se le ha dado el poder de hacer que nuestra civilización se convierta totalmente materialista. Este demonio gobernante del materialismo detiene el avivamiento, obstaculiza nuestras oraciones, y esclaviza a nuestra gente. ¿Qué ha hecho este demonio gobernante a nuestro pueblo? Hablando de demonios, el Dr. Lloyd-Jones nos dijo lo que este poder del demonio hace. Dijo que el poder del demonio ha cegado las mentes de nuestra gente. El dijo, ‘toda la [idea] de lo espiritual se ha ido. La misma creencia en Dios prácticamente ya no existe...esta creencia acerca de Dios, la religión y la salvación [es] descartada y olvidada” (traducción de Revival, Crossway Books, 1992, p. 13). Esto ha ocurrido por el trabajo del “príncipe del Occidente” y los demonios menores bajo su mando.
Eso no es cierto de otras naciones. Hay naciones del Tercer Mundo donde el gran demonio del “materialismo” no gobierna con la misma fuerza que lo hace en Estados Unidos y el Occidente. Millones de jóvenes en China, en África, en Indochina, incluso en países Musulmanes – millones de jóvenes son convertidos. Millones de ellos se están convirtiendo en verdaderos Cristianos. Pero en Estados Unidos y el Occidente, los jóvenes por millones están abandonando las iglesias. Y muy pocos jóvenes se están convirtiendo en verdaderos Cristianos en América y el mundo Occidental. Nuestras iglesias son impotentes. Nuestras reuniones de oración están desiertas. Nuestros jóvenes no tienen pasión por Dios. Se nos dice que el 88% de ellos dejan nuestras iglesias a los 25 años, “para no volver jamás”, según el encuestador George Barna. Ellos están atrapados en la pornografía, que miran durante horas en el Internet. Ellos están atrapados en las drogas como la marihuana y el éxtasis. Se ríen de la oración, y están hipnotizados por las redes sociales durante horas y horas. Tienen teléfonos inteligentes en sus manos todo el tiempo. Ellos están literalmente bajo el control de estos aparatos. Pasan cada momento libre viéndolos. Mirándolos como los antiguos Israelitas miraban a sus ídolos en el tiempo del profeta Oseas. Las redes sociales son el ídolo usado por Satanás para controlar a nuestros jóvenes. ¡Y casi todos nuestros pastores en Estados Unidos y el Occidente no se dan cuenta por qué sus iglesias son tan mundanas y débiles! ¡No se dan cuenta que se trata de fuerzas demoníacas, como lo dijo el Dr. Lloyd-Jones!
Se puso tan mal en el tiempo de Oseas que Dios dijo: “[Israel] es dado a ídolos; déjalo” (Oseas 4:17). La nación fue dejada por Dios. Fueron abandonados por Dios. Ellos se quedaron solos, bajo el poder de los demonios. ¡Bajo poderosos demonios que esclavizan a nuestros propios jóvenes a la pornografía, la marihuana, y las redes sociales por horas! Por los demonios que encadenan jóvenes a los amigos perdidos. El tipo de demonios que esclavizan a los jóvenes al materialismo, que esclavizan a algunos de ellos a las carreras que les impiden convertirse en Cristianos espirituales, que esclavizan a otros a la búsqueda sin fin de relaciones sexuales fuera del matrimonio y la pornografía. “[Israel] es dado a ídolos; déjalo” (Oseas 4:17). Algunos de ustedes aquí esta noche son esclavos de las fuerzas demoníacas.
Vienes a nuestra iglesia. Pero Dios no está aquí. ¡Puedes sentir que Dios no está aquí! El profeta Oseas dijo: “andarán buscando a Jehová, y no le hallarán; se apartó de ellos” (Oseas 5:6). ¡Dios se apartó! Se ha apartado de nuestras iglesias. Se ha apartado de nuestra iglesia. Él está ausente. Él no está ausente debido a que no existe. ¡Él está ausente debido a que sí existe! Dios existe – ¡y es por eso que Él nos ha dejado! Él es del todo Santo. Él está enojado con nuestro pecado. Y es por eso que Él te ha dejado solo. Solo en tu casa. Solo en tus oraciones. Solo incluso en nuestra iglesia. Solo sin sentir la presencia de Dios. Sé por mi propia experiencia lo horrible que sentí cuando era un adolescente y fui a la iglesia blanca y Dios no estaba allí para mí. Yo estaba solo – allí en la iglesia. Solo, como Green Day lo dijo en una popular canción:
A veces quisiera que alguien me encontrara
Hasta entonces camino solo.
(Traducción libre de Green Day,
“Boulevard of Broken Dreams,” 2004).
Yo sé cómo te sientes. Yo caminaba solo en las calles de Los Ángeles cuando era un adolescente, solo, ¡cuando era joven como tú! Incluso me sentía solo cuando estaba en la iglesia blanca, antes de ir a la iglesia Bautista China. ¡Oh sí! ¡Me acuerdo como me sentí! ¡Y lo odio! Odio el demonio del materialismo que destruyó el amor en tu casa, que destruyó tu felicidad, que destruyó tu corazón y te hizo solitario. Odio el demonio que hizo que nuestra iglesia se hiciera fría y desagradable. ¡Odio el pecado de los Estados Unidos que te robó las cosas buenas que Dios quiso que tuvieras! Algunos de ustedes siguieron a un candidato a presidente porque él prometió de todo. ¡Pero él se alejó y te dejó sin nada! También la mayoría de los predicadores hicieron eso. Te prometieron de todo. ¡Pero no tenían nada real para darte! ¡Estás bajo la influencia ciega de los demonios! ¡Y debido a las influencias satánicas estás solo! ¡Y Dios se ha alejado de América y el Occidente! ¡Dios nos ha dejado solos a causa de nuestro pecado! Y Dios te ha dejado solo a ti a causa de tu pecado.
¡Tenemos que tener a Dios en nuestra iglesia! ¡Tenemos que tener Su presencia con nosotros! No podemos ayudar a los jóvenes. Nosotros no podemos ayudarte en nada. No podemos ayudarte a menos que Dios baje. ¡Debemos arrepentirnos de nuestros pecados! Debemos llorar cuando oramos. ¡Nuestras oraciones son sólo palabras si no lloramos! ¡En China lloran y Dios desciende! ¡Sin Dios no tenemos nada para darles a los jóvenes! Podemos darles una fiesta. ¡Pero no podemos darles a Dios! Podemos darles un partido de baloncesto. ¡Pero no podemos darles a Dios! Y si no podemos darles a Dios no tenemos nada para ustedes. ¡Nada para curar tu soledad! ¡Nada para animar tus corazones! ¡Nada para salvar tu alma! Has venido a nosotros, y no tenemos que poner delante ti. Nada más que una fiesta. ¡Nada más que un pastel de cumpleaños! Nada más que una vieja caricatura. ¡No tenemos nada para poner delante de ti, nada que te ayude, nada que te salve del fuego del Infierno! ¡No tenemos nada para ti a menos que tengamos a Dios! Nada más que uno o dos himnos, nada más que las palabras de una oración. Nada más que un sermón medio muerto. Estamos estériles. Somos impotentes. No tenemos nada que necesitas. ¡No tenemos nada para ti si no tenemos a Dios!
Hace dos sábados por la noche, yo te pedí que recitaras nuestros versos de memoria. Varios de ustedes los recitaron.
“¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes, como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia! Cuando, haciendo cosas terribles cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti” (Isaías 64:1-3).
Yo pude sentir a Dios que descendía mientras algunos de ustedes recitaban esas palabras. Yo fui conmovido. Mi corazón fue movido con el poder de Dios. Di una invitación. Ningún sermón fue predicado. No se dio ninguna oración. Sólo esas palabras:
“¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes, como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia! Cuando, haciendo cosas terribles cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti” (Isaías 64:1-3).
¡Y la señora ______ oró con lágrimas! Y luego Jason ______ gimió y gritó a gran voz. Rebeca ______ llegó llorando al altar. Alguien gritó: “¿Qué de Abraham ______?” Empezó a venir. Pero él se dio la vuelta y huyó. Tres hombres corrieron tras él. Demonios salieron. Lágrimas fueron derramadas. Súplicas fueron hechas. La paz llegó finalmente a él. ¡Un par de días después fue salvo! Luego Christina ______ vino. John Cagan le dijo unas cuantas palabras a ella antes de que yo le llamara para hablar con otra persona. Ella vino a Jesús por su cuenta – y Dr. Cagan oyó su testimonio y dijo: “Ella ha pasado de muerte a vida”. Ella fue salva por la Sangre del Salvador crucificado. Después de orar con Abraham ______, Jack Ngann y yo cantamos la Doxología. Tuvimos 13 posibles conversiones en tres días, 18, 27 y 28 de Agosto. Yo le dije eso a un predicador y él dijo, “Estás experimentando un poco de avivamiento”. Es cierto, pero empezó con conversiones. Por lo general comienza con los Cristianos confesando sus pecados. Pero sólo 4 Cristianos confesaron sus pecados y fueron reavivados. ¡Sólo cuatro Cristianos! El resto de ustedes estaban tan fríos y sin vida como siempre.
Q_____ ______ mide más de seis pies de altura. Un hombre afroamericano con una cara enojada. Él cayó de rodillas y lloró hasta que todo su rostro estaba cubierto de lágrimas. Fue la última persona que fue salva el Domingo pasado.
Pero yo noté dos cosas en esas reuniones que me preocuparon, y aún me preocupan. La primera cosa que me preocupó fue el hecho de que tú no te alegraste de las 13 personas que fueron convertidas. Ellos fueron chequeados dos o tres veces por Dr. Cagan. Él dijo que eran salvos. Tú no te regocijaste. Ni siquiera cuando yo te dije que Dr. Cagan los oyó y dijo que posiblemente eran salvos. ¡Sólo Jack y yo cantamos la Doxología espontáneamente! No gritos de alabanza. No alabanzas a Dios. Sólo aplausos tibios. Sólo un aplauso tibio y suave. Ni un solo grito de alegría de los que se lee en los avivamientos. ¡Ustedes Cristianos no se alegraron de las 13 conversiones en esas cortas reuniones! ¡No sonrisas! ¡No Aleluyas! No gritos de alegría que yo había visto en avivamientos. ¡No estallidos de acción de gracias que se leen en los relatos escritos de avivamientos del pasado! Nada de alegría. Sólo un pequeño aplauso tibio cuando yo leí los nombres de los que fueron salvos. Yo pensé que te pondrías de pie y gritarías: “Gloria a Dios” con aplausos. Pero no. Sólo un pequeño, educado aplauso – ¡por tremenda victoria! Eso fue lo primero que me preocupó.
La segunda cosa que me preocupó es el hecho de que sólo cuatro de los viejos Cristianos en nuestra iglesia fueron reavivados en esas reuniones. ¡Solo cuatro! ¡Todos los demás Cristianos se mantuvieron tan fríos y sin emociones como siempre! Una persona dijo: “Fui reavivado. Pero no como la señora ______”. Mis queridos hermanos y hermanas, si no estás como la señora ______, ¡no fuiste reavivado para nada! ¡No fuiste tocado por Dios para nada si no estás como la señora ______!
Yo le pregunté a John Cagan por qué había tan poco avivamiento entre los que son salvos. Él dijo que eras cínico e incrédulo. Yo pienso que él tenía razón. Un gran movimiento del Espíritu vino y 13 personas fueron convertidas, pero tú eres cínico. Tú no lo creíste. Tuvimos un gran movimiento de Dios, pero no lo creíste. ¿Por qué no lo creíste? Te voy a decir por qué. ¡Es porque hay algo malo contigo! ¡Hay algo terriblemente malo contigo! No tuviste lágrimas de alegría. No respondiste con gozo. No tuviste gozo porque tu corazón está mal. Y tu corazón está mal porque no lo has examinado con cuidado. Has sido engañado por Satanás. Ni siquiera te das cuenta. Ni siquiera te has dado cuenta de que has sido engañado por las “asechanzas del diablo”. ¡Ni siquiera te has dado cuenta de que el diablo te ha engañado! Oh, ¿cómo pueden llegar a ser “fuertes en el Señor y en el poder de su fuerza”? ¿Cómo puedes “luchar contra” el diablo si ni siquiera sabes que te ha engañado? (cf. Efesios 6:10-11). Dr. Merrill F. Unger del Seminario Teológico de Dallas, dijo: “[Cristianos] que son espirituales y viven victoriosamente enfrentan un tremendo conflicto con Satanás y los demonios, [los demonios] que se oponen fuertemente a la verdadera espiritualidad y la utilidad de los Cristianos” (traducción de Biblical Demonology, Kregel, 1994, p. 101).
Hermanos y hermanas, debemos examinar nuestros corazones. Debemos confesar nuestros pecados, “Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (II Corintios 2:11). Dr. Lloyd-Jones dijo: “Una de las principales causas del [mal] estado de la Iglesia de hoy es que el diablo está quedando en el olvido...La iglesia está drogada y engañada; no está consciente del conflicto para nada” (traducción de Christian Warfare, Banner of Truth, 1976, pp. 292, 106). No está consciente del conflicto para nada. No estás consciente de que tus pecados han secado tu corazón. ¡No estás consciente de que el pecado no confesado te ha separado de Dios!
¿Cómo podemos superar al Diablo? En primer lugar debemos pedirle a Dios que nos muestre los pecados en nuestros corazones. Debemos orar con sinceridad,
“Examíname, Oh Dios, y conoce mi corazón: Pruébame, y conoce mis pensamientos: Y ve si hay en mi camino de perversidad” (Salmo 139:23, 24).
No te apoyes en el trabajo que haces para la iglesia. Muchos de ustedes trabajan duro en nuestra iglesia. Trabajas duro, pero tienes pecados en tu corazón. Ni siquiera te apoyes en tus oraciones. Puedes orar todos los días y todavía tener maldad en tu corazón. Yo le pregunté a un hombre en nuestra iglesia, “¿Estás bien?” Él dijo: “Estoy bien”. Él realmente pensó que estaba bien. Pero entonces yo le señalé un pecado fuerte que le estaba arruinando. El dijo: “Nunca pensé que eso era pecado”. ¿Podría ser eso verdad en tu corazón? ¿Podría haber un pecado en tu corazón del que nunca pensaste?
Te mantuviste fiel a nuestra iglesia cuando los demás se fueron en el quebrantamiento de la iglesia. ¡No te apoyes en eso! Tú puedes haber permanecido firme en nuestra iglesia y todavía tener un pecado en tu corazón del cual “nunca has pensado”. Algunos de ustedes están orando por tus hijos para que sean salvos. Pero tus oraciones no han sido contestadas. ¿Podría ser que hay algún pecado oculto en tu corazón? Algún pecado del que nunca has pensado. Pero es un pecado, y ahora oro que lo sientas. Tus oraciones por tus hijos no serán contestadas a menos que confieses tu pecado. La Palabra de Dios dice: “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado” (Salmo 66:18). Sólo Cristianos limpios pueden tener respuesta a sus oraciones. Has orado para que tu hermano o hermana sea salvo. Pero tus oraciones no han sido contestadas. Puedes consolarte a ti mismo al decir que has “orado sin cesar” hasta que venga la respuesta. Pero nunca puedes “orar sin cesar” por ellos de la manera en que tú estás. “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado” (Salmo 66:18). Pero, tú dices: “Es sólo un pequeño pecado”. El diablo te dijo que era “pequeño” – pero debes ver que está bloqueando tus oraciones. Debes confesar los pecados de tu corazón a Dios. Debes confesarlos o el Señor no te oirá.
El joven evangelista Evan Roberts fue usado en gran medida en el avivamiento en Gales de 1904. Evan Roberts dijo, antes de que el Espíritu venga en avivamiento, “Hay que eliminar todos los malos sentimientos de la iglesia – toda malicia [odio, amargura], envidia, prejuicios [juzgar a los demás], y malentendidos [desacuerdos, orgullo]. No ores hasta que todas las ofensas [con otros en la iglesia] hayan sido [confesadas] y perdonadas, pero si sientes que no puedes perdonar, ponte [de rodillas], y pide por un espíritu de perdón. Entonces lo recibirás” (traducción de Brian H. Edwards, Revival, Evangélica Press, 2004, p. 113)...“En tiempos normales Cristianos se aferran a esas cosas...Pero en el verdadero avivamiento los pecados secretos serán llevados...a las mentes de los Cristianos, y no habrá paz hasta que todo sea confesado” (traducción de Edwards, ibíd., p. 114).
En la iglesia Bautista China en 1969 y 1970 había terrible convicción de pecado entre los Cristianos. Yo lo vi. A veces la convicción de pecado era aplastante. La gente lloraba incontrolablemente. Pero no hay tal cosa como un avivamiento [entre los Cristianos] sin convicción y tristeza. A un lado del auditorio alguien se puso a llorar. Entonces todos empezaron a llorar. Las reuniones se prolongaron durante horas con confesiones, llantos, orando y cantando suavemente. Todo el mundo se olvidó de lo que otros pensarían. Estaban cara a cara con Dios.
No hay avivamiento sin que los Cristianos tengan una convicción del pecado profunda, incómoda y humillante. El silencio fue interrumpido por los sollozos de los Cristianos con lo que Dios estaba lidiando. Mi pastor Chino, el Dr. Timothy Lin, sabía qué hacer. Dejó que esto sucediera porque sabía de sus experiencias en China que se trataba de Dios moviéndose entre Su gente. Fue la serie de reuniones más maravillosa que yo jamás he visto. Cómo oro que veamos a Dios hacer eso en nuestra iglesia. Hemos tenido un “toque de avivamiento” cuando cuatro Cristianos tuvieron convicción por los pecados de sus corazones y confesaron. El Espíritu Santo descendió y 13 personas perdidas fueron convertidas. Pero todos los demás miembros de nuestra iglesia no fueron movidos. ¡Si 13 personas fueron convertidas cuando sólo cuatro Cristianos fueron avivados, piensa lo que podría suceder en nuestra iglesia si 15 o 20 de ustedes confesaran los pecados de su corazón como lo hizo la señora ______! ¿Confesarás tus pecados esta noche? ¿O vas a ir a casa esta noche sin gozo? ¿Sin confesión? ¿Sin lágrimas? ¿Sin un corazón reavivado? ¿Frío y muerto como siempre?
El Sr. Kyu Dong Lee dijo: “Soy uno de ‘los 39’. Me quedé en nuestra iglesia cuando mis amigos y otros se fueron en el gran quebrantamiento de la iglesia. Fui salvo. Cuando Dr. Hymers dijo que estaba reincidido, pensé, ‘¿Qué más necesito? Yo ya estoy convertido. ¿Qué más necesito?’ No me di cuenta que había perdido mi primer amor por Jesús. Dr. Hymers citó Apocalipsis 2:4 y 5, ‘Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete” (Apocalipsis 2:4, 5). Entonces me di cuenta de que yo no era como cuando fui salvo. Solía llorar lágrimas de alegría cuando cantamos canciones como ‘Tal como Soy’ y ‘Sublime Gracia’. Ahora canto las palabras sin amor o alegría. Ahora mis oraciones eran en voz alta, pero mis oraciones eran sólo palabras, buenas palabras, pero sólo oraciones vacías. Todavía oraba en orden y discusión, pero sólo las oraba sin esperar que Dios me respondiera. Mis oraciones en voz alta eran sólo palabras. Eran oraciones vacías. Entonces supe que tenía que confesar mis pecados, los pecados de mi corazón. Recordé que la Biblia dice:
‘Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad’ (I Juan 1:9).
Recordé que el Salmista oró: ‘Vuélveme el gozo de tu salvación’ (Salmo 51:12). Recordé que él dijo: ‘Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado: Al corazón contrito, oh Dios’ (Salmo 51:17)”.
El Sr. Lee era uno de los “39” que salvó a nuestra iglesia de la quiebra. Era un fiel candidato a diácono. Él se sentó en la plataforma detrás de mí cuando yo predicaba. Él era un ejemplo para nuestra gente. El dijo: “¿Qué más necesito?” Entonces Dios le mostró que tenía que confesar los pecados de su corazón. Él vino al frente y confesó sus pecados. Lloró de tal manera que su cara se puso roja. Y Dios lo perdonó y restauró la alegría a su corazón. Ahora él ora con lágrimas y con el gozo que había perdido. El dijo: “Tenemos oraciones vacías. Tenemos sonrisas forzadas, sonrisas falsas, cuando nos damos la mano en el compañerismo. No amor real. Sólo sonrisas falsas”.
El Sr. Lee es un líder en la iglesia. Pero ¿cómo puedes dirigir la iglesia si has perdido tu primer amor? Sólo puedes dirigir a nuestros jóvenes a la misma religión vacía que tienes. Cada líder en nuestra iglesia tiene que confesar su pecado, o no hay esperanza para nuestra iglesia. Yo dije: “La gente que nos visita piensa que nuestra iglesia está bien. No se dan cuenta que sólo tenemos una religión falsa sin amor real. Nuestra iglesia pronto se convertirá en otra iglesia evangélica muerta a menos que nuestros líderes y nuestros miembros sientan su necesidad de Dios, confiesen sus pecados con lágrimas, y sean restaurados por la Sangre de Jesús, que derramó Su Sangre para curar nuestros corazones, y darnos el amor santo que teníamos cuando fuimos salvos. Jesús dijo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35). Hermanos y hermanas, nunca tendremos verdadero amor en nuestra iglesia a no ser que muchos de nosotros, viejos y jóvenes, confesemos nuestros pecados.
Y oro que me escuches y confieses tus pecados esta noche. Por favor, pónganse de pie y canten, “Examíname, Oh Dios”.
“Examíname, Oh Dios, y conoce mi corazón:
Pruébame, y conoce mis pensamientos:
Y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
Y ve si hay en mi camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno”.
(Salmo 139:23, 24).
Ahora canta, “Mi visión llena, que nada vil”.
Mi visión llena, que nada vil
Oscurezca la luz interior.
Que vea solo Tu bella faz,
Susténtame con Tu gracia eternal.
Mi visión llena, bello Jesús,
Haz que Tu gloria brille en mí ser.
Mi visión llena, que vean todos
Tu imagen santa reflejada en mí.
(Traducción libre de “Fill All My Vision”
por Avis Burgeson Christiansen, 1895-1985).
Por favor, no tengas miedo de venir y confesar tus pecados aquí en el altar. Por favor no tengas miedo de venir. Por favor hazlo para que nuestra iglesia pueda vivir de nuevo.
CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.
(FIN DEL SERMÓN)
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El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Avívanos, Señor” (por Albert Midlane, 1825-1909).