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Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.




EL LEÓN, EL OSO Y EL GIGANTE

por Sr. Noah Song

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 17 de Julio, 2016


Dr. Hymers nos escogió a John Cagan y a mí para predicar en el púlpito cada Domingo por la mañana de este verano. John y yo somos muy jóvenes. Ambos tuvimos temor de no poder tomar su lugar – porque Dr. Hymers es uno de los más grandes predicadores en vida en el mundo de hoy. John y yo estamos agradecidos de que Dr. Hymers ha tomado el tiempo y esfuerzo para enseñarnos el arte de la preparación de y entrega de sermones. Creemos que él es el mejor maestro de predicación que John y yo podríamos tener. Como dijo John Cagan, Dr. Hymers “es el mejor maestro de la predicación en cualquier lugar, en cualquier seminario o cualquier universidad Cristiana”. ¡Gracias por ser mi maestro, Dr. Hymers!

Ahora quiero que voltees en tu Biblia a I Samuel, capitulo 17. El texto es I Samuel 17:36 y 37. Está en la página 313 de la Biblia Anotada de Scofield. El texto es I Samuel 17:36 y 37. Se halla en la página 313.

Este es el primer sermón que jamás he predicado. El tema es demasiado profundo para que lo predique un joven como yo. Pero el propio Dr. Hymers me pidió que predicara sobre ello. Con su ayuda y apoyo, voy a hablar sobre el tema de David y Goliat. Mi sermón se titula, “El León, el Oso, y el Gigante”. Por favor, de pie mientras leo el texto. Es I Samuel 17:36 y 37, el joven David dijo al rey:

“Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo” (I Samuel 17:36, 37).

Se pueden sentar.

La historia es bien simple. Los Filisteos eran enemigos de Israel. Los ejércitos de los Filisteos estaban en un lado del valle. Los soldados de Israel estaban al otro lado del valle. Los dos ejércitos estaban listos para atacar uno al otro en una guerra sangrienta.

Luego uno de los guerreros Filisteos se adelantó. Era un gigante. Medía más de nueve pies de altura. Tenía casco de bronce en su cabeza. Estaba cubierto de 125 libras de armadura hecha de bronce. Se llamaba Goliat. Llevaba una lanza gigantesca en sus manos. Salió del ejército de los filisteos en el centro del valle. Gritó a los ejércitos de Israel, “Elige uno de tus soldados para venir a luchar contra mí. Si él es capaz de matarme nosotros los filisteos seremos tus esclavos. Pero si lo mato Israel se convertirá en nuestro esclavo. Hoy desafío a los ejércitos de Israel. Dame uno de tus hombres, y vamos a luchar entre nosotros”.

Cuando el rey de Israel y su ejército oyeron esto tuvieron miedo. Entonces David llevó la comida a sus hermanos. Eran soldados del ejército de Israel. David era sólo un adolescente. Era demasiado joven y pequeño para ser un soldado. Pero oyó al gigante Goliat que dijo: “Desafío a los ejércitos de Israel hoy. ¡Envía un hombre a pelear conmigo!”

David se volvió hacia el rey de Israel. David dijo al rey: “No tengan miedo. Voy a ir a combatir ese gigante”. El rey dijo a David: “No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. ¡Eres demasiado joven y pequeño para luchar contra un hombre así! Pero David dijo: “Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente”. David dijo:

“Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo” (I Samuel 17:37).

El rey de Israel dijo a David: “Ve, y [que] Jehová esté contigo”.

El rey trató que David llevara armadura pesada. Pero era muy pesada para David. David dijo: “No puedo andar con esto”. Se quitó la armadura. Se fue a un arroyo y recogió cinco piedras lisas. Las puso en la bolsa que llevaba. Tomó una honda con él también. Luego se bajó por el valle hacia el gigante. Cuando el gigante lo vio, gritó: “¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo”.

Pero David se acercaba cada vez más y más cerca del gigante. David dijo a aquel gigante: “Yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza”.

El gigante se rió de él. David metió la mano en su bolsa y sacó una de las piedras lisas. La puso en su honda. Tiró la piedra y golpeó al gigante en su frente. La piedra se hundió en su cabeza. El gigante cayó al suelo sobre su rostro. David tomó la espada del gigante. David cortó la cabeza del gigante. Cuando los filisteos vieron que el gigante estaba muerto, huyeron. Los ejércitos de Israel se lanzaron hacia delante e hicieron que el enemigo se fuera lejos. ¡David tomó la cabeza del gigante y se la dio al rey de Israel!

¡Qué historia! ¡Qué triunfo! ¡Qué victoria! Pero ¿por qué te he contado esta historia? Te he contado esta historia para mostrar cómo nuestra iglesia puede derrotar a las fuerzas de Satanás. ¡Te he contado esta historia porque yo quiero que veas que podemos hacer todo cuando Dios está con nosotros! Te he contado esta historia para mostrar cómo Dios ha salvado a nuestra iglesia en el pasado. ¡Te he contado esta historia porque yo quiero que creas que Dios puede salvar a nuestra iglesia ahora! Entonces seremos capaces de decir con David,

“Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este [gigante] filisteo” (I Samuel 17:37).

David sabía que mataría al gigante. ¡Él sabía que podía matar al gigante porque ya Dios lo había salvado de un león! ¡Y ya Dios lo había salvado de un oso!

I. Primero, Dios salvó a nuestra iglesia del león.

El león es un retrato del Diablo. La Biblia dice:

“Vuestro [enemigo] el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar…” (I Pedro 5:8).

Hace más de 25 años ese león rugiente el Diablo casi devoró a nuestra iglesia. El Diablo casi consumió nuestra iglesia. El Diablo casi trago nuestra iglesia. El Diablo casi la destruyó por completo. El Diablo casi logró su plan diabólico. Satanás se abrió camino en la mente de un “ex líder” en esta iglesia. El Diablo metió malos pensamientos en el cerebro de este hombre. Y aquel hombre se convirtió en un traidor. Y ese hombre empezó a menospreciar a Dr. Hymers. Y aquel hombre comenzó a persuadir a nuestras personas a abandonar esta iglesia e irse con él. Y ese hombre empezó otra iglesia en Los Ángeles. Y ese hombre animó a sus seguidores a ponerse en contacto con nuestra gente. Y la gente de él convenció y tentó a nuestra gente. Ellos dijeron: “¡Deja la iglesia de Dr. Hymers y ven con nosotros!” En 1991 la pianista de nuestra iglesia y su marido se fueron. Otros siete líderes de nuestra iglesia se fueron con ellos. De 1991 hasta 1993, 71 miembros clave de nuestra iglesia también se descarriaron y nos dejaron. Entre 1993 y 1995, 62 personas más se fueron. En 1999 más de 300 personas se habían ido. Este quebrantamiento de la iglesia había adquirido una vida propia. En el momento que el quebrantamiento terminó más de 400 personas habían sido seducidas a salir de entre nosotros. En ese momento sólo quedaron como 39 adultos. El Diablo casi había destruido nuestra iglesia.

Llegamos justo al borde de la quiebra. Habíamos perdido casi diez mil dólares a la semana en las ofrendas. Sin embargo, tuvimos que poner dieciséis mil dólares cada mes para mantener este edificio – ¡es decir, dieciséis mil dólares al mes por encima de los diezmos y ofrendas regulares! Parecía imposible. Cada predicador que habló con Dr. Hymers dijo que nuestro edificio no se podía salvar. Y ellos dijeron a Dr. Hymers que se fuera y buscara otra iglesia para pastorear. Pero Dr. Hymers y los 39 adultos no se fueron. Una y otra vez Dr. Hymers citó a Churchill, el hombre que guió a Inglaterra para derrotar a Hitler. Una y otra vez, dijo Dr. Hymers, “no tengo nada que ofrecerte sino sangre, trabajo, sudor y lágrimas”. ¡Eso inspiró a nuestra gente a luchar para salvar este edificio! ¡Para salvar nuestra iglesia! Siguieron a Dr. Hymers. Ellos se defendieron. Oraron más. Ellos lucharon y sufrieron y dieron su dinero. ¡Y al final ganamos la batalla! Habíamos vencido al Diablo. ¡El león rugiente estaba muerto! ¡Dios lo había matado a través de la paciencia y oraciones de ellos, a través de su sufrimiento y por llevar su cruz! Con David, podríamos decir:

“Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo” (I Samuel 17:37).

II. Segundo, Dios nos salvó del oso.

El oso es la depresión terrible y la desesperación que sentimos después del quebrantamiento de iglesia.

En su gran sermón sobre “El Nuevo Tabernáculo Bautista” – Dr. Hymers nos dijo cómo la división de iglesia y sus efectos nos deprimieron y nos debilitaron. Dr. Hymers dijo: “Por temor de perder personas, nuestra iglesia se hizo tímida, introvertida, débil e ineficiente. Nos retiramos a nuestro castillo, rodeado por un foso, y levantamos el puente y nos quedamos en soledad. Por supuesto, seguimos tratando de traer nuevas personas – pero ya no éramos atractivos para la mayoría de ellos. ¿Quién quiere unirse a una iglesia introspectiva, temerosa y tímida? ¡Nadie que es valiente, extrovertido y audaz! ¡Nadie que es joven, fuerte y valiente!”

Pero luego Dr. Hymers pidió a tres jóvenes que vinieran a orar con él en su casa. Por sus oraciones Dios comenzó a darle una nueva visión para nuestra iglesia. Y en esa visión comenzamos a orar y trabajar nuestro escape de la garra del oso. De la depresión y la falta de esperanza. Comenzamos a creer que realmente tendremos un “nuevo” Tabernáculo Bautista.

Pero tuvimos dudas también. El Domingo pasado en la mañana John Cagan confesó sus dudas. John dijo: “Debo admitir que he tenido dudas...También dudé el desafío que Dr. Hymers nos dio...La mayoría de la gente no cree que Dios puede cambiar las cosas. Tal vez tú tampoco lo creas” “¡Olvida el Pasado y Alcanza el Premio!

¿Seguiremos así? ¿Dejaremos que el “oso” de la depresión y la incredulidad nos detengan? Yo creo que ya comenzamos a vencer a ese “oso”. Creo que estamos comenzando a ver la luz al final del túnel. ¡Ceo que estamos comenzando a matar a aquel “oso” ahorita mismo! Así que digo con David:

“Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo,” este gigante de desesperación y falta de esperanza (I Samuel 17:37).

Y esto me trae al tercer punto.

III. Tercero, ¡Dios salvará a nuestra iglesia del gigante horrible, del monstruo, el filisteo Satánico de la falta de esperanza!

Creo que Dios nos salvará del gigante que nos domina. Creo que el Señor que nos ha librado de león – el Señor que nos ha librado del oso que mata el alma, ese mismo Señor nos librará de todo gigante que se interponga en el camino. Creo que Dios salvará a nuestra iglesia. Que Dios llenará nuestra iglesia con una nueva vida y poder. Que Dios abrirá las ventanas del cielo y descenderá a nosotros con una nueva vida, con el nuevo poder, con la nueva libertad, nuevo amor, ¡y un “nuevo” Tabernáculo Bautista! ¿Por qué creo? ¿Soy tonto en creer? ¡De ningún modo! ¡De ningún modo! ¡De ningún modo!

“Jehová, que [nos] ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también [nos] librará de la mano de este filisteo” – de este monstruo, de este enemigo, y de este gigante de desesperación y falta de esperanza. (I Samuel 17:37).

Por eso creo que veré a los leones, los osos, y los gigantes matados ante nuestros ojos. Creo que Dios responderá cuando oramos:

“Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes” (Isaías 64:1).

¡No importa lo que otros digan, yo creo que Dios sí puede hacer eso! ¡Y no importa lo que otros digan, yo creo que sí tendremos un nuevo Tabernáculo Bautista! ¡Dios lo puede hacer! ¡Y yo creo que Él lo hará!

“Jehová, que [nos] ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también [nos] librará de la mano de este filisteo” también.

Yo creo que Dios puede hacerlo. ¡Y creo que Él lo hará! Escucha las palabras que el Sr. Griffith acaba de cantar:

Mi esperanza solo está
   En la sangre y justicia de Jesús;
En nada más yo confiaré,
   Solo en Jesús me apoyaré.
Jesús cuan fuerte roca es,
   Toda otra tierra se hundirá,
Toda otra tierra se hundirá.
   (Traducción libre de “The Solid Rock” por Edward Mote, 1797-1874).

Creo que Dios va a avivar nuestra iglesia y nos dará nueva vida y nuevo poder. Y no soy el único. ¡Mi madre lo cree también! ¡Y mi extraordinario padre, que tradujo este sermón al Chino, lo cree también! ¡Y que cada uno de ustedes crea también! ¡Nuestra esperanza se basa solo en la Sangre y la justicia de Jesús!

Queridos hermanos y hermanas, “¡Mi esperanza solo está en la sangre y la justicia de Jesús!” Queridos hermanos y hermanas, Jesús es nuestra esperanza. Nuestra esperanza está en Él. ¡Nuestra esperanza está en el Señor de la gloria!

Por lo tanto, oremos para que Jesús llene toda nuestra visión “que vean todos Tu imagen santa reflejada en mí” – ¡y en ti también! Por favor, de pie y canta el himno número 7.

Mi visión llena, oh, Salvador,
   Que solo vea a Jesús hoy;
Aunque el valle me guíes pasar,
   Tu Gloria sin fin me rodeará.
Mi visión llena, bello Jesús,
   Haz que Tu gloria brille en mí ser.
Mi visión llena, que vean todos
   Tu imagen santa reflejada en mí.

Mi visión llena, todo desear
   Sea por Tu gloria; inspírame
Con Tu perfección, Tu santo amor
   Mi senda inunda con celestial luz.
Mi visión llena, bello Jesús,
   Haz que Tu gloria brille en mí ser.
Mi visión llena, que vean todos
   Tu imagen santa reflejada en mí.

Mi visión llena, que nada vil
   Oscurezca la luz interior.
Que vea solo Tu bella faz,
   Susténtame con Tu gracia eternal.
Mi visión llena, bello Jesús,
   Haz que Tu gloria brille en mí ser.
Mi visión llena, que vean todos
   Tu imagen santa reflejada en mí.
(Traducción libre de “Fill All My Vision”
     por Avis Burgeson Christiansen, 1895-1985).

Se pueden sentar.

El Domingo pasado John Cagan dijo: “Mira, ya estamos llegando a todo el mundo [desde esta iglesia]. Estos manuscritos de sermón se leen en 33 idiomas [en todas las naciones del mundo]. Los videos de estos sermones son vistos por decenas de miles de personas en todo el mundo. Estamos trayendo extraños a todos los servicios de nuestra iglesia. Los extraños se convierten en amigos. Amigos se convierten en hermanos y hermanas en Jesús. Hermanos y hermanas en Jesús constituyen la iglesia. ¡Cree que Dios puede hacerlo todo! ¡Ven a la iglesia pensando que es posible, y Dios puede hacerlo así!” (“¡Olvida el Pasado y Alcanza el Premio!”, Ibid.).

“Jehová, que [nos] ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también librará [nuestra iglesia] de la mano de este filisteo” Amén.

Dr. Hymers por favor venga a cerrar este servicio.


A Dr. Hymers le gustaría saber de ti si este sermón te bendijo. CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.

(FIN DEL SERMÓN)
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en www.sermonsfortheworld.com.
Oprime en “Sermones en Español”.

Estos manuscritos de sermones no tienen derechos de autor. Pueden ser usados
sin la autorización de Dr. Hymers. Sin embargo, todos los mensajes de video de
Dr. Hymers, y todos los otros sermones en video de nuestra iglesia, sí tienen
derechos de autor y solo pueden ser usados con autorización.

La Escritura Leída por el Sr. Aaron Yancy Antes del Sermón: I Samuel 17:31-37.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“The Solid Rock” (por Edward Mote, 1797-1874).


EL BOSQUEJO DE

EL LEON, EL OSO Y EL GIGANTE

por Sr. Noah Song

“Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo” (I Samuel 17:36, 37).

I.    Primero, Dios salvó a nuestra iglesia del león, I Pedro 5:8.

II.   Segundo, Dios salvó a nuestra iglesia del oso, I Samuel 17:37.

III.  Tercero, ¡Dios salvará a nuestra iglesia del gigante horrible, del
monstruo, el filisteo Satánico de la falta de esperanza!
Isaías 64:1.