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ZARANDEADO COMO TRIGO

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 21 de Febrero, 2016

“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez [convertido], confirma a tus hermanos” (Lucas 22:31-32).


Cuando era joven yo dejaba que la gente me llamara “Bob”. Pero en realidad nunca me gustó. Los que me conocían mejor, y me querían, siempre me llamaban “Robert”. ¡Gente ha dicho “Bob” sin darse cuenta de que me estaban llamando a mí! ¡A veces ni siquiera volteaba la cabeza! Pero si alguien dice “Robert” yo siempre volteé a ver quién era. No hace mucho escuché a una mujer decir “Robert” en una multitud. Fui a ella de inmediato y dije: “Sí”. Ella dijo: “Oh, yo estaba llamando a mi niño!” Si quieres conseguir mi atención, llámame por mi nombre de infancia, el nombre que mi madre siempre usó. Esa es la manera en que Jesús llamó a Pedro. Él era Simón Pedro. Mucha gente simplemente lo llamaba “Pedro”. Pero Jesús quería toda su atención - por lo que dijo: “Simón, Simón”. Jesús iba a decirle a Pedro algo extremadamente importante. Él quería toda la atención de Pedro. Y ahora el Señor le da a este mensaje importante.

“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez [convertido], confirma a tus hermanos” (Lucas 22:31-32).

I. Primero, pensemos en el zarandeo mismo.

La palabra “Satanás” significa “adversario” o “enemigo”. ¿Es una advertencia para Pedro solamente? No, era para todos Sus Discípulos, y para cada uno de nosotros también. Jesús dijo: “Satanás os ha pedido”. La palabra “os” es plural en el texto Griego. Así que es advertencia para todos nosotros, seamos convertidos o no.

“Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo” (Lucas 22:31).

El Dr. John Gill (1697-1771) dijo “zarandearos” significa “sacudirlos de un lado a otro como el trigo en un tamiz; esto es para afligirlos y angustiarlos para dispersarlos de ambos Jesús y de los demás.” Satanás ya tenía control de Judas, “Y entró Satanás en Judas” (Lucas 22:3) – y ahora Satanás quiere zarandear a Pedro y los demás, tratando de esparcirlos.

Este es un recordatorio de lo que Satanás le hizo a Job. Satanás pidió permiso a Dios para “zarandear” a Job. Por la gracia de Dios Job soportó el zarandeo. Pero, no como Job, Pedro negó a Jesús tres veces antes de ser convertido. Pedro es un tipo de la persona inconversa que es zarandeada. Job es un tipo de una persona Cristiana siendo zarandeada. Pero no te equivoques – toda persona (salva o perdida) será zarandeada por Satanás.

¿Cómo es zarandeada la gente que no es salva? Jesús dio la Parábola del Sembrador (Lucas 8:5-15) para mostrar cómo Satanás zarandea a los que no son salvos. Los de junto al camino son los que oyen la predicación, “y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven” (Lucas 8:12). El Diablo sabe cómo “arrancar” la palabra de tu corazón.

He conocido gente que escuchó la predicación del Evangelio durante años. Pero ellos no pensaron en ello después. Muchos lo tratan como un programa de televisión. Tan pronto se acaba el programa apagan el televisor y se olvidan de la serie. Mucha gente lo hace con la predicación. Se olvidan de inmediato – el Diablo arranca el sermón de sus corazones. Te damos una copia impresa, palabra por palabra de cada sermón, pero lo tiras a la basura y nunca vuelves a pensar en él.

Luego están los que oyen y están realmente alegres de oír el Evangelio. Pero “no tienen raíz” – lo cual significa que no han confiado a Jesús. El gozo que sienten es superficial. Dicen: “¡Oh, los jóvenes son tan buenos en esa iglesia!” “La música inspira”. “El predicador es interesante”. Pero como no tienen raíz en Jesús solo parecen creer por un tiempo. Pero a la hora de la tentación se van de la iglesia.

El tercer grupo son los que parecen ser salvos. Pero son ahogados con “los afanes y las riquezas y placeres de la vida”. Así que se quedan perdidos.

El cuarto grupo es los que son realmente salvos. Solo ellos retienen “la palabra oída, y dan fruto con perseverancia” (Lucas 8:15).

Estas son las cuatro clases de gente que visitan nuestra iglesia. Los únicos que son realmente salvos son los del cuarto grupo. Pero, ¡escucha! ¡Satanás “zarandea” a todos los cuatro grupos! No toma mucho “zarandeo” para que el Diablo obtenga a la mayoría de gente. ¡Él arranca la palabra de sus corazones tan pronto oyen el sermón!

El Diablo tiene que trabajar un poco más para “zarandear” al segundo grupo. Estas son personas que disfrutan de estar en nuestra iglesia. ¡A Ellos les gusta la música, están Interesados en la predicación, les gusta la comida que les damos, y la fiesta de cumpleaños! Pero el Diablo viene y los prueba. Pero al ser probados y caen - y dejan de venir a la iglesia. Finalmente están los que duran más tiempo, quizá hasta años, pero luego el diablo los “zarandea” con las “preocupaciones, el Dinero y los placeres de la vida”. Estos también pierden su alma al diablo.

Toda persona inconversa es probada, tentada y zarandeada por el Diablo. El zarandear del Diablo mantiene a la mayoría de gente en sus garras – como sus esclavos. Solamente un número pequeño de gente realmente es convertido. Toda la gente es probada por el Diablo – pero son pocas las personas que pasan la prueba y son convertidas por Dios, y lavadas de sus pecados en la Sangre de Jesús. No lo olvides. Todos son probados y tentados por el Diablo. ¡Pero solo un número pequeño realmente pasa de largo al Diablo y es salvo por Jesucristo, el Hijo de Dios! “Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo” (Lucas 22:31). Todos serán zarandeados por el Diablo. Pero solo los elegidos serán salvos. Jesús dijo: “muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mateo 22:14).

¡Pero espera! Todos los Cristianos verdaderos son zarandeados también – aun hasta después de ser convertidos. Satanás quiere zarandearte a tí también. Recuerda que el Diablo tuvo que pedirle permiso a Dios antes de poder zarandear a Job. Y Dios le permitió a Satanás zarandear a aquel hombre piadoso (Job 1:6-12).

Te digo que todo Cristiano es zarandeado por Satanás. Satanás arranca la Palabra de Dios y olvidamos las promesas de Dios. Satanás nos manda grandes tentaciones y tenemos ganas de rendirnos. Satanás nos sacude por todos lados. Un canto espiritual lo dice bien:

A veces subo, a veces bajo,
Oh, sí, Señor.
A veces casi caigo a tierra,
Oh, sí, Señor.

Nadie sabe las tribulaciones que he visto,
Nadie, solo Jesús.
Nadie sabe las tribulaciones que he visto,
¡Gloria, Aleluya!
   (“Nobody Knows the Trouble I’ve Seen,”
   autor desconocido, publicado en 1867).

Hace unos días Dr. Cagan me dijo: “A veces me he sentido como muerto. A veces ni pude levantarme de mi silla”.

Toma un hombre muy duro para ser predicador. Pocos pueden hacerlo – especialmente en estos días malos. Ustedes, jóvenes, nunca lo sabrán. Oí a un predicador decir: “Tienes que tener la piel de rinoceronte y el corazón de una paloma”. Tienes que caminar a solas. Nadie entiende al predicador llamado por Dios. Tienes que oír los problemas de todos, pero no tienes a quien contarle tus problemas. Rompes tu corazón y rompes tu salud para edificar una iglesia. Luego tus hijos te miran y piensan que eres un necio al hacerlo. En la mayoría de iglesias Si tus hijos son malos, la gente te culpa a ti. Si son buenos, alaban a tu esposa. El predicador siempre está mal, siempre se habla mal de él, siempre es aborrecido, raramente alabado o amado. ¿Crees que el Diablo te zarandea a ti? ¡Trata de ser un predicador! Tu predicas de corazón el Domingo en la noche. Luego vas a casa y temes no tener qué decir el siguiente Domingo. Se necesita una clase especial de hombre para que sea un predicador verdadero. Tienes que ser capaz de levantarte cuando estás del todo en el suelo. Tienes que ser capaz de orar cuando no sientes la presencia de Dios. Tienes que inspirar a la gente a vivir para Jesús cuando sientes ganas de rendirte. Y así año tras año.

Tomé vacaciones de una semana el mes pasado. Pero leí un libro entero sobre el avivamiento y preparé un sermón. Ustedes, los jóvenes no saben. Se necesita de una persona especial para ser pastor. Él hace combate mano a mano todos los días en el campo espiritual. No de vez en cuando – sino que todos los días. ¡Y sin embargo, estoy de acuerdo con el Dr. Martyn Lloyd-Jones. Él dijo: “La obra de predicar es el mayor y más glorioso trabajo al cual alguien pueda ser llamado” (traducción literal de Preaching and Preachers). Pero eres zarandeado – a veces todos los días – a veces más de una vez en un día. ¡Pero yo nunca cambiaría este llamado por nada en el mundo!

Ciertos zarandeos le suceden a los mejores Cristianos. Puedes ser zarandeado tan fuerte que piensas que no puedes continuar – pero de algún modo sigues, si eres uno de los elegidos de Dios. Yo fui tan zarandeado que dejé de ir a la iglesia por un tiempo corto antes de ser convertido. En algunas partes de mi vida he caminado como muerto, pensando que no podría continuar. ¡Cualquiera que parezca buen predicador o Cristiano fuerte que dice no haber experimentado algo así es un mentiroso! ¡Sí, mentiroso! ¡Nadie navega al Cielo sin pasar por el fuego! ¡Nadie! ¡Para ser honesto contigo, te puedo decir que a veces estoy sorprendido de estar todavía predicando en este púlpito después de 58 años de que Dios primero me llamara a predicar! Si eres uno de los elegidos de Dios no podrás rendirte – no importa cuan ardiente como fuego sean las pruebas. Pedro mismo habló de eso. Él dijo: “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese” (I Pedro 4:12). ¡Él lo sabía! ¡Él había sido zarandeado por Satanás! ¡Él lo sabía! ¡Él había pasado por el fuego! ¡Él sabía! ¡Jesús había rogado por él y lo había salvado!

La llama no puede dañarte jamás,
   Si en medio del fuego te ordeno pasar;
El oro de tu alma más puro será,
   Pues solo la escoria se habrá de quemar.
(Traducción libre de “How Firm a Foundation,” George Keith, 1638-1716,
      “K” en Rippon’s Selection of Hymns, 1787).

Aunque Satanás golpea, y vienen pruebas,
   Que rija esta seguridad,
Jesús vio mi estado desvalido ya,
   Y Su Sangre por mi derramó.
Con mi alma está bien,
   Está bien con mi alma, Señor.
(traducción libre de “It Is Well With My Soul”
   por Horatio G. Spafford, 1828-1888).

El Sr. H. G. Spafford escribió eso después de dos tragedias. Él era un hombre rico que perdió todo en el incendio de Chicago de 1871. Unos cuantos meses después sus cuatro hijas se ahogaron en un naufragio en el Océano Atlántico. Unas semanas después el Sr. Spafford escribió esa canción con lagrimas rodando de su rostro:

Aunque Satanás golpea, y vienen pruebas,
   Que rija esta seguridad,
Jesús vio mi estado desvalido ya,
   Y Su Sangre por mi derramó.
Con mi alma está bien,
   Está bien con mi alma, Señor.

Pedro pensaba que podía vivir la vida Cristiana. Le parecía fácil. Le dijo a Jesús:

“Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte” (Lucas 22:33).

Pero esa misma noche pecó gravemente cuando negó a Jesús tres veces. Entonces “Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente” (Lucas 22:62). Ese fue el principio de su conversión verdadera. Nadie es convertido sino hasta que siente su propio pecado y su corazón rebelde. El Dr. J. Gresham Machen dijo: “Sin estar consciente de pecado, el Evangelio entero parecerá un cuento” (traducción libre de Christianity and Liberalism, reimpresión de 1983, p. 66). ¡Solamente un cuento de hadas hasta que sientas el peso de tu pecado!

II. Segundo, pensemos unos momentos en cómo pasar a través del zarandeo.

Déjame dar respuesta que le aplique a cada uno – sea convertido o perdido, “estad firmes y constantes” (I Corintios 15:58). O, de nuevo, “ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera” (Efesios 4:14). Puedo decirte de cierto que esta es la lección más importante que aprender. ¡No pares! ¡No te vayas! ¡No cambies – no importa lo que suceda! El otro día uno de los jóvenes me dijo, “Veo cómo te volviste pastor. No fue una experiencia emocional. Fue una decisión calculada”. Él tuvo mucha visión para ver eso. ¡Oh, sí! No fue una decisión emocional para nada. Yo tenía diecisiete años. Yo era buen actor y había estado en muchas obra de teatro. Pero me dije a mi mismo: “Actuar es una pérdida de tiempo”. Eso fue en Abril de 1958. El Domingo de Resurrección vi a nuestro pastor y me dije: “Yo quiero ser como ese hombre”. Era la idea de un jovencito. Fue un pensamiento inmaduro que se profundizaría más tarde. Pero eso fue. Nunca me eché atrás. Por la gracia de Dios nunca lo haré. “Firme, constante”. “No… niños fluctuantes, llevados por doquiera”. Y una cosa más. Predicar no es actuar. Es exactamente lo opuesto de actuar. Al actuar pretendes ser otra persona. Al predicar tienes que ser tú mismo. Actuar es decir cosas que no crees. ¡Predicar es derramar cosas que son para ti más importantes que la vida misma!

Te digo que la firmeza es la lección más importante que se aprende en la vida. Cuando Pedro fue convertido, regresó y sirvió a Dios el resto de su vida. Yo te pido que confíes en Jesús esta mañana. Confía tu corazón a Él. Confía tu vida a Él. “¡Solo confíalo, solo confía en Él!” Jesús te limpiará de todo pecado, y te dará un hogar eterno en el Cielo. Amén.


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(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón:Lucas 22:31-34.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“It Is Well With My Soul” (por Horatio G. Spafford, 1828-1888).


EL BOSQUEJO DE

ZARANDEADO COMO TRIGO

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez [convertido], confirma a tus hermanos” (Lucas 22:31-32).

I.   Primero, pensemos en el zarandear mismo, Lucas 22:3; 8:12, 15;
Mateo 22:14; Job 1:6-12; I Pedro 4:12; Lucas 22:33, 62.

II.  Segundo, pensemos en cómo pasar a través del zarandeo,
I Corintios 15:58; Efesios 4:14.