Print Sermon

El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.

Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.

Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.




JOSÉ Y JESÚS

(SERMÓN #86 SOBRE EL LIBRO DE GÉNESIS)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, 6 de Diciembre, 2015

“Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar. Y le dio el pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él, y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa. Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos. Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez. Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faraón el linaje de José. Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas” (Hechos 7:6-14).


Dos hombres llamados José son prominentes en la Biblia. José en el Nuevo Testamento era el padrastro de Jesús, el Hijo unigénito de Dios. José en el Antiguo Testamento era el hijo de Jacob. Hablo esta noche de José del Antiguo Testamento. José fue el último de los siete grandes santos de los que se habla en el Libro de Génesis. Los siete eran Adán, Abel, Noé, Abraham, Isaac, Jacob y José. Más capítulos de Génesis hablan de José que de cualquiera de los otros. Arthur W. Pink dijo:

Es la vida de José la que explica el notable [crecimiento] de los Hebreos de un puñado de pastores errantes a una [gran] colonia en Egipto. Pero sin duda la razón [principal] por qué la vida de José es descrita con tan gran detalle es porque casi todo [en su vida] tipifica algo en relación con Jesús...¡entre la historia de [José] y la de Jesús podemos ver en total cien puntos de analogía! (traducción de Arthur W. Pink, Gleanings in Genesis, Moody Press, 1981 reprint, pp. 342, 343).

José es claramente un tipo, o una imagen del Jesús venidero. Algunos han dicho que no hay un anti-tipo de José en el Nuevo Testamento. En la Biblia anotada de Scofield se dice en Génesis 37:2 que: “Las Escrituras no declaran en ningún lugar que José es tipo de Cristo”. Eso está equivocado. Los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento muestran que la vida de José en muchos sentidos es un tipo, y el Señor Jesucristo es el anti-tipo, el cumplimiento del tipo. Como la nota Scofield continúa diciendo: “La analogía entre ambos tienen tantos detalles que no puede ser considerada accidental”. Arthur W. Pink dio: “cien puntos de analogía” – comparaciones entre José y Jesús el Hijo de Dios. Desde luego no voy a poder dar los 100 puntos en este sermón. Pero les voy a dar varios de los más importantes.

1.  Primero, ambos el nacimiento de José y el nacimiento de Jesús fueron milagros.

La madre de José fue Raquel, esposa de Jacob. Ella no podía tener un hijo. Ella gritó a su marido: “Dame hijos, o si no, me muero” (Génesis 30:1). Él la reprendió y le dijo: “¿Soy yo acaso Dios?” – ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre? Sin embargo, varios años después, leemos: “Se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos. Y concibió, y dio a luz un hijo…y llamó su nombre José” (Génesis 30: 22-24). El Dr. J. Vernon McGee dijo: “El nacimiento de José era milagroso en que fue por la intervención de Dios como una respuesta a oración. El Señor Jesús es nacido de una virgen. ¡Su nacimiento fue sin duda milagroso!” (Traducción de A Través de la Biblia, Thomas Nelson Publishers, 1981, vol. 1, p. 150). El ángel le dijo a la Virgen María:

“El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios” (Lucas 1:35).

2.  Segundo, ambos José y Jesús eran objetos especiales del amor de sus padres.

Génesis 37:3 dice: “Y amaba Israel [Jacob] a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez”. Cuando Jesús fue bautizado, cuando salía del agua la voz de Dios dijo: “Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17).

3.  Tercero, ambos José y Jesús empezaron su ministerio terrenal a la edad de treinta años.

Génesis 41:46 dice: “Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto”. Fue entonces cuando José comenzó el trabajo principal de su vida. El Nuevo Testamento nos dice: “Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años” cuando comenzó el trabajo principal de Su vida en la tierra (Lucas 3:23).

4.  Cuarto, ambos José y Jesús fueron odiados por sus hermanos.

Se nos dice en Génesis 37:8,

“Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras” (Génesis 37:8).

Los hermanos de José lo odiaban porque su padre lo amaba tanto, “Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente” (Génesis 37:4). Ellos odiaban a José y dijeron: (Génesis 37:8) “¿Reinarás tú sobre nosotros?”. En el Nuevo Testamento, Jesús dijo: “Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros” (Lucas 19:14). Y Jesús dijo: “Sin causa me aborrecieron” (Juan 15:25). El Dr. J. Vernon McGee dijo: “José se acerca a sus hermanos, y ellos están conspirando contra él. Él está usando ese abrigo de muchos colores...que era una marca de posición. Debemos recordar que José era más joven que sus hermanos sin embargo, él estaba en una posición por encima de ellos. ¡Por eso hay todo ese odio y celos – hasta el punto de asesinato!” (McGee, ibid.; nota sobre Génesis 37: 18-20).

5.  Quinto, a ambos José y Jesús sus hermanos conspiraron en contra de ellos.

Génesis 37:18 dice:

“Cuando ellos lo vieron [a José] de lejos...conspiraron contra él para matarle”

En el Nuevo Testamento leemos:

“Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás, y tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús, y matarle” (Mateo 26:3, 4).

6.  Sexto, ambos José y Jesús fueron vendidos por varias piezas de plata.

Los hermanos de José lo arrojaron a un pozo. Cuando unos comerciantes Árabes pasaron, ellos “le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata” (Génesis 37:28).

Cuando Judas traicionó a Jesús, fue a los principales sacerdotes, “y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré [a Jesús]? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata” (Mateo 26:15).

7.  Séptimo, ambos José y Jesús tuvieron túnicas sangrientas.

Después de que los hermanos de José lo vendieron a los Árabes “tomaron ellos la túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre” (Génesis 37:31). Tomaron la túnica del Señor Jesús y apostaron por ella mientras Él moría en la Cruz.

“Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo” (Juan 19:23).

8.  Octavo, ambos José y Jesús fueron separados de sus hermanos por mucho tiempo.

El Dr. McGee dijo:

“Después de que José fue vendido a Egipto, se perdió de vista durante muchos años. Jesús ascendió al cielo. Él dijo a sus discípulos que no lo verían más hasta su regreso” – en Su Segunda Venida.

9.  Noveno, ambos José y Jesús bajaron a las tinieblas.

José fue vendido como esclavo en Egipto, un tipo de oscuridad y muerte. El cuerpo muerto de Jesús fue sellado en la oscuridad de una tumba.

El Dr. M. R. DeHaan dijo: “José fue despojado de sus vestidos y echado en el foso para morir, pero él salió del lugar de la muerte vivo” – al igual que Jesús se levantó de la tumba el Domingo de Pascua por la mañana (traducción de M. R. DeHaan, M.D., Portraits of Christ in Genesis, Zondervan Publishing House, 1966, p. 171). David dijo: “Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción” (Salmo 16:10). El Apóstol Pedro, en Hechos 2:31, dijo que esto habló de Jesús. Así, ambos José y Jesús bajaron a las tinieblas, y salieron, como de entre los muertos.

10.  Décimo, ambos José y Jesús se convirtieron en salvadores del mundo.

Después de que José fue vendido a los Árabes por 20 piezas de plata fue enviado a Egipto. Allí en Egipto la tipología de él y Jesús se hicieron muy ricas. El Dr. DeHaan dijo:

“José...fue enviado a Egipto [una imagen del mundo. Él] se convirtió en un siervo [como lo hizo Jesús]. Él fue acusado falsamente por la esposa de Potifar y echado en prisión. No intentó defenderse, y en la cárcel fue contado con los transgresores [al igual que Jesús, en la Cruz]. Mientras que en la prisión de rechazo, se convirtió en el salvador del copero del rey, pero el juez del panadero del rey [tipificando los dos ladrones que fueron crucificados con Jesús]. El copero fue puesto en libertad, y [después] mencionó el nombre de José al rey que tenía un terrible y misterioso sueño. José fue llamado y él interpretó el sueño de Faraón [‘He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. Y tras ellos seguirán siete años de hambre…y el hambre consumirá la tierra’ Génesis 41:29, 30]. José fue exaltado en lo alto” (DeHaan, ibid., P. 171).

Faraón estaba tan impresionado con José que lo llamó “hombre como éste, en quien esté el Espíritu de Dios” (Génesis 41:38). Entonces el Faraón hizo a José su primer ministro, sólo superado por el propio Faraón. José hizo que el pueblo de Egipto almacenara alimentos durante los siete años de abundancia. Entonces los próximos siete años de hambre comenzaron.

“Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan. Y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere. Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto. Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre” (Génesis 41:55-57).

Así José se convirtió en el salvador del mundo. El Dr. McGee dijo: “Llamo tu atención sobre el hecho de que José es el que tenía el pan. Hay otro paralelo aquí. Jesucristo dijo: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre” (Juan 6:35), McGee, ibid., P. 168; nota sobre Génesis 41:54, 55.

“Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar [granos] de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre” (Génesis 41:57).

La gente de toda la tierra vino a José para conseguir pan. Y Jesús dijo que Él es el pan de vida – “el que a mí viene, nunca tendrá hambre”. Así como la gente de toda la tierra vino a José por pan, así debes venir a Jesús para ser salvo. José salvó personas por toda la tierra, que vinieron a él. Jesús salva a la gente de todo el mundo que viene a Él por fe.

Los hermanos de José escucharon que había trigo en Egipto. Así que fueron a José para comprar lo que necesitaban. José reconoció a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron. José había estado en Egipto por largo tiempo. Estaba vestido como un Egipcio. Ellos no lo reconocieron. Cuando llegaron la segunda vez, José estaba listo para revelarse a sí mismo a ellos.

Ahora quiero que abras tu Biblia a Génesis 45:1. José ahora estaba a solas con los hermanos que en sentido figurado lo mataron, echándolo a un pozo, para ser vendido como esclavo en Egipto. Ahora están ante él, como el primer ministro de todo Egipto. Ellos aún no saben quién es, pero él los conoce. Voy a leer los primeros cinco versículos de Génesis 45. Este es uno de los pasajes más conmovedores en toda la Biblia. Míralo conmigo.

“No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos. Entonces se dio a llorar a gritos; y oyeron los egipcios, y oyó también la casa de Faraón. Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él. Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros” (Génesis 45:1-5).

Miren hacia acá, por favor. Escucha los comentarios del Dr. McGee:

[José] llora a gritos. Nadie sabe por qué, excepto José. Sus propios hermanos en este momento no saben...Se acerca el día en que el Señor Jesucristo va a darse a conocer a Sus hermanos, los Judíos. Cuando vino la primera vez, “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Juan 1:11). De hecho, ellos lo entregaron para que lo crucificaran. Pero cuando Él venga por segunda vez, Él se dará a conocer a Su propio pueblo. “Y le preguntarán: ¿Qué heridas son estas en tus manos? Y él responderá: Con ellas fui herido en casa de mis amigos” (Zacarías 13:6). Jesús se dará a conocer a Sus hermanos. “En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia” (Zacarías 13:1). Será un asunto de familia entre el Señor Jesús y Sus hermanos. Este episodio de José revelándose a sus hermanos nos da una pequeña [idea] de lo maravilloso que será el día de la revelación de Jesús (McGee, ibid., p. 179; nota sobre Génesis 45:1, 2).

He estado estudiando las Escrituras proféticas por más de cincuenta años. La Biblia enseña claramente la salvación de todo el pueblo Judío en todo el mundo en ese maravilloso día. Por favor voltea a Romanos 11:25, 26.

“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad” (Romanos 11:25, 26).

Es un misterio (musterion), algo que no podemos entender, que “ha acontecido a Israel endurecimiento en parte – hasta que haya entrado la plenitud [número total] de los gentiles [Cristianos no Judíos]; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión [Zion] el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad” (Romanos 11:25, 26).

“Y luego todo Israel será salvo” (Romanos 11:26). Hace poco leí estas palabras a un pastor Bautista entrenado en un seminario liberal. Él dijo: “¡Eso no es lo que significa!” Yo dije: “Yo no te dije lo que significa. Yo solo te leí esas palabras”. “Y luego todo Israel será salvo”. ¡Que las palabras digan lo que fue escrito! Al igual que José, el Señor Jesús vendrá, llorando de amor y de dolor, a abrazar a Su propio pueblo profundamente querido, los Judíos. “Y luego todo Israel será salvo”. ¡Es la Palabra de Dios! ¡Déja que sobresalga!

Y Jesús ama a los Gentiles perdidos también. José proporcionó alimentos que dan vida a toda la tierra, “Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José” (Génesis 41:57). Jesús es nuestro José. Ven a Él. Él te limpiará de todo pecado con Su Sangre preciosa. Él te dará vida eterna por Su resurrección de entre los muertos. Te ruego, ven a Jesús. Confía en Jesús. Sólo confía en Él ahora. Él te salvará de tu pecado. Amén. Dr. Chan, por favor, guíenos en oración.


Si este sermón te bendijo a Dr. Hymers le gustaría saber ti. CUANDO LE ESCRIBAS A DR. HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr. Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr. Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes llamarle por teléfono al (818) 352-0452.

(FIN DEL SERMÓN)
tú puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.sermonsfortheworld.com.
Oprime en “Sermones en Español”.

Estos manuscritos de sermones no tienen derechos de autor. Pueden ser usados
sin la autorización de Dr. Hymers. Sin embargo, todos los mensajes de video de
Dr. Hymers, y todos los otros sermones en video de nuestra iglesia, sí tienen
derechos de autor y solo pueden ser usados con autorización.

Oración por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón.
El Solo Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“What a Friend We Have in Jesus” (por Joseph Scriven, 1819-1886).


EL BOSQUEJO DE

JOSÉ Y JESÚS

(SERMÓN #86 SOBRE EL LIBRO DE GÉNESIS)

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar. Y le dio el pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él, y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa. Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos. Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez. Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faraón el linaje de José. Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas” (Hechos 7:6-14).

1.  Primero, ambos el nacimiento de José y el nacimiento de Jesús
fueron milagros, Génesis 30:1, 22-24; Lucas 1:35.

2.  Segundo, ambos José y Jesús fueron objetos especiales del amor de
sus padres, Génesis 37:3; Mateo 3:17.

3.  Tercero, ambos José y Jesús empezaron su ministerio terrenal a la
edad de treinta años, Génesis 41:46; Lucas 3:23.

4.  Cuarto, ambos José y Jesús fueron odiados por sus hermanos,
Génesis 37:8, 4; Lucas 19:14; Juan 15:25.

5.  Quinto, a ambos José y Jesús sus hermanos conspiraron en contra de
ellos, Génesis 37:18; Mateo 26:3, 4.

6.  Sexto, ambos José y Jesús fueron vendidos por piezas de plata,
Génesis 37:28; Mateo 26:15.

7.  Séptimo, ambos José y Jesús tuvieron túnicas sangrientas, Génesis
37:31; Juan 19:23.

8.  Octavo, ambos José y Jesús fueron separados de sus hermanos por
mucho tiempo.

9.  Noveno, ambos José y Jesús bajaron a las tinieblas, Salmo 16:10;
Hechos 2:31.

10. Décimo, ambos José y Jesús se convirtieron en salvadores del
mundo, Génesis 41:29, 30, 38, 55-57; Juan 6:35; Génesis 45:1-5;
Juan 1:11; Zacarías 13:6, 1; Romanos 11:25, 26; Génesis 41:57.