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Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.

La raza humana está “bajo pecado”. La Biblia dice esto muchas veces. Dice que estamos “muertos en pecados” (Efesios 2:5). Estamos “muertos en [nuestros] delitos y pecados” (Efesios 2:1). El Apóstol Pablo escribió: “...el pecado que mora en mí” (Romanos 7:20). Todos estamos en una condición terrible. Tú estás en una condición terrible.

Esta condición se llama depravación total. Todos son totalmente depravados. Tú eres totalmente depravado. Esta noche vamos a ver lo que la depravación total no es, y luego lo que es.

I. Primero, lo que la depravación total no es.

Depravación total no es lo mismo que los pecados individuales que has cometido. No te equivoques – has cometido muchos pecados, y son terribles. La Biblia dice: “el pecado es infracción [quebrantamiento] de la ley” (I Juan 3:4). Cuando quebrantas la ley de Dios, tú pecas.

Cuando Dios dice que no hagas algo y lo haces, tú pecas. La Biblia dice: “No hablarás…falso testimonio [no mentirás]” (Éxodo 20:16). Sabes que no debes mentir, pero lo haces de todos modos. Pecas contra Dios. La Biblia dice: “No hurtarás” (Éxodo 20:15). Cuando robas pecas contra Dios.

Cuando Dios dice que hagas algo y no lo haces, tú pecas. Jesús dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37). Sin embargo, has vivido durante años como si Dios no fuera importante. Cada vez que no vienes a la iglesia el Domingo, quebrantas ese mandamiento. Tú pecas.

La Biblia dice: “No cometerás adulterio” (Éxodo 20:14). Y Jesús dijo: “Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:28). Cada vez que miras pornografía en tu computadora, cometes ese horrible pecado.

La Biblia dice: “Honra a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:12). No dice honrar a ellos si son Cristianos, o si tienen razón en todo – sólo dice honrarlos. Cada vez que rompes ese mandamiento, tú pecas. Hay algunos de ustedes aquí esta noche que en realidad odian a su padre o a su madre. Eso es un pecado terrible.

Tienes un largo, horrible récord de pecados. Ese récord te condenará en el Juicio Final. La Biblia dice que todo lo que haces, dices y piensas es anotado en los registros de Dios – los “libros de Dios”. En el juicio final, “[serán] juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros” (Apocalipsis 20:12). Vas a estar delante de Dios. El registro de tu vida será leído enfrente de todos. La Biblia dice: “los cobardes [temerosos de lo que la gente va a decir] e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios [Griego pornois, los que miran pornografía, o tienen sexo fuera del matrimonio] y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos [los que mienten – ¿tú has mentido?] tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre” (Apocalipsis 21:8). Vas a estar avergonzado de ti mismo. Serás lanzado al Lago de Fuego.

No te ayudará decir que eres tan bueno como la mayoría de la gente. No te ayudará decir que eres una “buena persona”. Sabes que eres un pecador. Dios lo sabe también. No te ayudará decir que alguien es peor que tú. Ambos serán arrojados al Lago de Fuego.

No te ayudará renunciar a algunos pecados o tratar de ser una mejor persona. Tus pecados del pasado ya se encuentran en los libros de Dios. Incluso si nunca más pecas, vas a ir al Lago de Fuego por lo que ya has hecho. No te ayudará decir que podrías haber sido peor. Ya has sido bastante malo. Estás en un problema terrible, y no puedes hacer nada para escapar.

El récord de tus pecados es horrible. Pero eso no es lo que significa “depravación total”. Tu récord de pecados es nada comparado con lo malvado y horrible de tu naturaleza pecaminosa. De tu naturaleza pecaminosa vienen las cosas malas que haces. Jesús dijo: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen” (Marcos 7:21-23). La palabra “dentro” significa “adentro”. Este versículo está hablando de la forma en que eres por dentro. No sólo haces cosas malas, eres malo. Haces cosas malas porque eres malo. No sólo haces pecados, tú eres pecador. Haces pecados porque eres pecador. De adentro de lo que eres vienen las cosas que haces. Y esto nos lleva al siguiente punto.

II. Segundo, lo que la depravación total es.

La depravación total se refiere a tu forma de ser. Esto significa que eres pecaminoso y corrupto por dentro. Es por eso que hiciste las cosas que hiciste. Salió de tu naturaleza. La Biblia dice que eres “por naturaleza hijos de ira” (Efesios 2:3). Esa es la manera que eres. Heredaste esta naturaleza de tu primer padre Adán. Él pecó, y pasó el pecado a toda la raza humana, a tus padres y luego a ti. Por eso el Salmista escribió: “He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre” (Salmo 51: 5). Ahora eres un pecador. Eso es todo lo que eres. Eso es todo lo que siempre serás. Eso es todo lo que puedes ser.

La depravación total significa que estás en un permanente estado de pecado y no puedes salir de él. La Biblia dice que están “muertos en pecados” (Efesios 2:5). Estás “muerto en delitos y pecados”. Nuestro texto dice que estás “bajo pecado” (Romanos 3:9). Estás en esclavitud del pecado. Jesús dijo: “Todo aquel que hace pecado, esclavo es [Greek doulos] del pecado” (Juan 8:34). El Apóstol Pablo dijo que son “esclavos del pecado” (Romanos 6:20). No eres hijo de Dios. Perteneces al Diablo. Estás en el “lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él” (II Timoteo 2:26).

En tu corazón, en tu núcleo, eres enemigo de Dios. La Biblia lo dice. Dice: “La mente carnal [no convertida] es enemistad contra Dios” (Romanos 8:7). Es por eso que eres egoísta. Es por eso que te resistes a hacer lo que Dios quiere, y en tu interior quieres hacer algo más. Aunque no lo digas en voz alta, te resistes por dentro, porque en tu corazón eres un enemigo de Dios. Estás en contra de Dios.

No puedes entender las cosas espirituales, aunque lo intentes. La Biblia dice: “El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (I Corintios 2:14). Es por eso que no hay razón para preguntar: “¿Cómo puedo confiar en Jesús?” ¡No es algo que se puede aprender!

Tus pensamientos e imaginaciones están equivocados. La Biblia dice: “El intento del corazón del hombre es malo desde su juventud” (Génesis 8:21). Tus pensamientos son malos, también. Esa es la forma en que eres por dentro, y no puedes hacer nada para cambiar eso.

No puedes cambiarte a ti mismo o hacerte bueno. ¡La Biblia dice que no puedes! Dice que las personas perdidas “no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden” (Romanos 8:7). No puedes ser bueno. Has tratado y fracasado. Has fracasado una y otra vez. Y siempre vas a fracasar.

No puedes cambiar tu naturaleza – la manera que eres por dentro. La Biblia dice: “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?” (Jeremías 13:23). No puedes cambiar tu piel. El leopardo no puede cambiar sus manchas. Y tú no puedes deshacerte de tu naturaleza malvada. Job dijo: “¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie” (Job 14: 4). No puedes cambiarte a ti mismo de inmundo a limpio. ¡Inténtalo! Pronto te darás cuenta que permaneces sucio después de todo.

Déjame hacerte una pregunta. ¿Puedes dejar de ser humano? ¿Puedes cambiar, y ya no ser un ser humano? ¡Por supuesto que no puedes! ¡Pero todos los seres humanos son pecadores! La Biblia dice: “todos pecaron” (Romanos 3:23). La Biblia dice: “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10). Puesto que no puedes dejar de ser humano, no puedes dejar de ser un pecador. No puedes cambiar tu naturaleza depravada pecaminosa. No tienes ninguna esperanza en ti mismo.

No puedes hacer nada para agradar a Dios. La Biblia deja eso muy claro. Dice, “los que viven según la carne no pueden agradar a Dios” (Romanos 8:8). “Según la carne” se refiere simplemente a la gente perdida. Si estás perdido, no hay nada que puedas hacer para agradar a Dios – para que Él esté contento contigo. Incluso tus tales llamadas buenas acciones u obras religiosas no agradan a Dios. La Biblia dice: “todas nuestras justicias como trapo de inmundicia” (Isaías 64:6). Puede que pienses que puedes agradar a Dios, o decir que puedes – ¡pero Dios dice que no puedes! ¿Dios está correcto o está equivocado? Cuando tratas de estar bien con Dios aprendiendo, o tratando de ser mejor, estás diciendo que Dios está equivocado. Y vas a fracasar una y otra vez. Nunca puedes hacer nada que agrade a Dios.

No puedes aprender nada que te salve a ti mismo. Una vez más, es por eso que no hay razón de preguntar: “Pero, ¿cómo puedo confiar en Jesús?” Aprender algo no te ayudará. Jesús dijo a la gente perdida como tú, “¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra” (Juan 8:43). Una vez más, Jesús dijo: “El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios” (Juan 8:47).

No puedes por tus esfuerzos venir a Jesús o confiar en Él. Jesús Mismo dijo: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere” (Juan 6:44). Yo no dije eso – ¡Jesucristo lo dijo! Puedes tratar de salvarte a ti mismo – pero fracasarás. Puedes tratar de aprender las palabras correctas. Puedes buscar este sentimiento o esa sensación – o ninguna sensación en absoluto. Y nunca irás a ninguna parte. No serás convertido – ¡porque no puedes convertirte a ti mismo! Estas muerto. Eres impío por dentro. ¿Cómo puedes convertirte a ti mismo? No puedes.

Como un pecador perdido, tú estás “muerto para Dios” – completamente pecaminoso y sin esperanza. No eres capaz de salvarte. No puedes hacer que tu propia conversión suceda. Estás muerto para Dios. Estás “muerto en pecados”. Puedes tratar de no pensar en tu pecado, pero todavía está ahí. Dios todavía lo ve, lo quieras o no. Dios está enojado con tu pecado. Dios está hastiado de tu pecado. Una chica escribió: “Yo estaba hastiada de mi misma”. Y tú debes estarlo también. Si no lo estás, significa que no estás despierto a la verdad.

¿Cuál es la respuesta? ¡En ti, no hay una respuesta y nunca la habrá! “La salvación es de Jehová” (Jonás 2:9). ¡Debes tener a Jesús! Sólo la sangre de Jesús te “limpia de todo pecado” (I Juan 1:7). Tu perdedera de tiempo no te llevará a ninguna parte – excepto el Infierno. Tus preguntas no te llevarán a ninguna parte – excepto el Infierno. El preguntar y tratar no te llevará a ninguna parte – excepto el Infierno. No tienes ninguna esperanza.

¡Debes tener a Jesús! ¡Debes tener Su Sangre! Debes tener la misericordia de Dios para que te traiga a Jesús. No puedes salvarte a ti mismo. ¡Debes tener a Jesús! Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). ¿Es eso cierto o no? ¿Lo crees o no? Jesús dijo que no puedes venir a Dios sino por medio de Él – ¡Jesús Mismo! ¡No hay otra manera, no hay otra verdad, no hay otra vida! Has intentado las otras cosas y has fracasado. No hay nada allí. ¡Tienes que tener a Jesús! ¡Jesús! ¡Jesucristo Mismo! ¡Jesús! ¡Tienes que tener tu pecado perdonado por la Sangre de Jesús! ¡Sangre! ¡Sangre! ¡Sangre! ¡Debes tener a Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús! Amén.

(FIN DEL SERMÓN)
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