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AYUNANDO Y ORANDO EN TIEMPO DE APOSTASÍA

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, 26 de Julio, 2015


Ahora quiero que voltees a Lucas, capítulo 4, versículos 18 al 21. Yo estoy repitiendo esos versículos que el señor Prudhomme leyó hace unos minutos. Lucas 4:18-21 está en la página 1035 de la Biblia anotada de Scofield.

“El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Lucas 4:18-21).

Se pueden sentar.

Jesús leyó este pasaje de Isaías 61:1, 2. Cuando terminó de leer esos versículos Él dijo que se cumplieron en Él. Él era El que había sido ungido para predicar el Evangelio. Él era a quién Dios había enviado a sanar a los quebrantados de corazón. Él era a quién Dios había enviado a pregonar libertad a los cautivos y dar la vista a los ciegos. Él era a quién Dios había enviado para dar libertad a los que estaban dolidos y oprimidos.

Ellos lo odiaron por decir que era Él. Él lo era. Ellos eran sus propios vecinos y amigos, en Su ciudad natal de Nazaret. Ellos dijeron: “¿No es éste el hijo de José?” (Lucas 4:22). “Y todos en la sinagoga, cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira” – llenos de ira (Lucas 4:28). Se levantaron de sus asientos y le echaron fuera de la ciudad. La multitud lo empujó hacia el borde de un acantilado – y estaban a punto empujarlo. “Más él pasó por medio de ellos, y se fue” (Lucas 4:30). Matthew Henry dijo que Él o los cegó o los llenó de confusión, “Porque no había terminado su obra, sino que la acaba de empezar”.

Él dejó Nazaret y bajó a Capernaum. En la sinagoga había un hombre endemoniado. Mi esposa Ileana y yo estuvimos allí. Vimos las ruinas de esa antigua sinagoga. El hombre poseído de demonio clamó a gran voz,

“¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios” (Lucas 4:34).

Y Jesús dijo: “Cállate. Y sal de él”. El demonio derribó al hombre y salió de él. Las personas que vieron esto se sorprendieron. Ellos dijeron: “¿Qué palabra es ésta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen?” “Y su fama se difundía por todos los lugares de los contornos” (Lucas 4:37).

Entonces Jesús salió de la sinagoga y cruzó la calle a la casa de Pedro. Cuando Ileana y yo estuvimos allí me sorprendió ver lo cerca que la casa de Pedro estaba de la sinagoga – a sólo unos pasos de distancia, al otro lado de la calle. Han excavado la casa de Pedro y puedes ver el cimiento de la misma hasta el día de hoy. La suegra de Pedro estaba en la casa con fiebre alta. Jesús reprendió a la fiebre y la fiebre la dejó. A medida que el sol descendía aquella tarde las personas le trajeron a los que estaban endemoniados, y tenían enfermedades. Él puso Sus manos sobre ellos. Cada uno de ellos fue sanado. Los demonios salieron gritando: “¡Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios!” ¡Y el maravilloso relato continúa y continúa! ¡Me encanta leerlo!

De Jesús dime la historia,
   Grábala en mi corazón.
Dime la historia preciosa,
   Más dulce siempre será.
(Traducción libre de “Tell Me the Story of Jesus”
      por Fanny J. Crosby, 1820-1915).

Y la historia continúa, después de que Jesús regresó al Cielo. Vemos el mismo poder de Jesús, bajando de Dios. Y continúa, en las iglesias del primer, segundo y tercer siglos – y continúa en muchas partes del “tercer mundo” hasta el día de hoy. Decenas de miles de nuevos Cristianos se unen a las iglesias “no registradas” en China, y otras partes del mundo en desarrollo.

Pero algo ha sucedido a nuestras iglesias en América, en Europa y en el Oeste. Algo terrible comenzó a mediados del siglo 19 en el mundo Occidental. Comenzando aproximadamente en 1830 muchas cosas comenzaron a cambiar. El Dr. Martyn Lloyd-Jones dijo que casi todos los problemas en nuestra iglesia de hoy pueden ser vinculados a los mediados del siglo 19 – el criticismo de la Biblia, el descubrimiento de los manuscritos Sinaiticus y Vaticanus contaminados por lo gnósticos, el “decisionismo” de Finney, los Mormones, los Testigos de Jehová, los Campbellistas, los Adventistas del Séptimo Día, los bautizos instantáneos, el Darwinismo – ¡todas estas cosas surgieron dentro de unos 50 años una de la otra! Fue una época muy confusa y demoníaca. Y entonces tuvimos la Primera Guerra Mundial, que destruyó Europa. Y las iglesias mismas fueron destruidas. Nunca nos recuperamos. Los liberales estaban diciéndoles a las iglesias que el hombre es básicamente bueno – que el hombre se movía hacia arriba, evolucionando hacia un mundo maravilloso. ¡La Primera Guerra Mundial deshizo esa idea completamente! La gente no sabía que la Biblia dice que el hombre es malvado. La persona regular no sabía que los liberales les habían guiado mal. Ellos pensaron que el Cristianismo era absurdo. Era sólo un cuento de hadas. Nunca hemos superado eso. Luego llegó la Segunda Guerra Mundial. Mira cuántos de esa generación rechazaron a Dios. Ellos dijeron: “No puedo creer en Dios a causa de Auschwitz – o debido a Hiroshima”. Ellos no habían sido enseñados lo que dice la Biblia acerca de la depravación total del hombre. Nuestros bisabuelos y abuelos se apartaron de las iglesias. Se convirtieron en una generación de agnósticos y ateos. Y ahora tenemos que enfrentarte a ti – un descendiente de ellos.

Los Fundamentalistas estaban luchando por sus vidas contra el liberalismo. Eran buenas personas. Los admiro. Pero no se dieron cuenta de que el “decisionismo” traía decenas de miles de personas no convertidas a las iglesias. Eso, a su vez, produjo el neo-evangelicalismo, que produjo personas del Seminario teológico Fuller como Rob Bell (Love Wins – universalismo). La gente actúa como si fuera algo nuevo. No es nuevo en absoluto. Gente como Bell son simplemente una nueva cosecha de Unitarios. Bell es de hecho un Unitario – igual que el Seminario Fuller, en todo excepto el nombre. Así que tienes estos nuevos creyentes Unitarios haciéndose llamar “evangélicos”. ¡Es una tragedia! ¡El año pasado la Convención Sureña Bautista perdió 200,000 de esas personas en doce meses! Piensa en ello – ¡casi un cuarto de millón de personas se fueron de las iglesias Sureñas Bautistas en 12 meses! ¡Es increíble! Tuvieron miedo de ISIS; vieron a los Cristianos decapitados en las noticias, y tuvieron miedo; tuvieron miedo de la revolución sexual; tuvieron miedo de Obama; tuvieron miedo de todo – ¡por lo que huyeron de la iglesia para esconderse! Es sorprendente. ¡200,000 personas dejaron las iglesias en solamente 12 meses!

Por lo tanto, ahí es donde entramos nosotros. Aquí estamos en el centro cívico de Los Ángeles, a quince minutos de Hollywood – la axila del mundo Occidental. ¡Y se supone que debemos tener una iglesia formada por incrédulos! ¿Quieres decir que un grupo de jóvenes de la universidad que vienen de hogares no Cristianos puede formar una iglesia? ¡Imposible! Pero, más que eso, ¡estamos orando por avivamiento! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Es un sueño imposible! ¿O no? Humanamente hablando, no es posible. Pero ahí es donde Dios entra en la escena. Jesús dijo:

“Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios” (Marcos 10:27).

Nada realmente importante ha cambiado desde el primer siglo. Jesús citó Isaías y dijo: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Lucas 4:21). Ellos pensaron que estaba loco. Ellos trataron de matarlo en ese momento. “Más él pasó por medio de ellos, y se fue” (Lucas 4:30).

Salió de esa sinagoga para realizar un milagro tras otro. En unos pocos años Sus seguidores estaban por todas partes en el Imperio Romano. Cuando llegaron a la ciudad de Tesalónica los gobernantes de esa ciudad gritaron, “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá” (Hechos 17: 6).

Nada realmente importante ha cambiado. El hombre sigue siendo el mismo – lleno de rebeldía e incredulidad. Dios sigue siendo el mismo, aún en Su trono, todavía todopoderoso, todavía en control. Jesús sigue siendo el mismo. ¡Él ha resucitado de entre los muertos y Él es el Señor!

Eres Señor, eres Señor,
   De los muertos resucitaste Tú
Y eres Señor.
   Todos se arrodillarán, Todos confesarán,
Que Jesús es el Señor.
      (Traducción libre de “He Is Lord” por Marvin V. Frey, 1918-1992).

“Eres Señor”. ¡Cántala!

Eres Señor, eres Señor,
   De los muertos resucitaste Tú
Y eres Señor.
   Todos se arrodillarán, Todos confesarán,
Que Jesús es el Señor.

¡Dios y Jesús y el Espíritu Santo constituyen el mayor poder en el universo! Estoy convencido de que Dios puede enviar el poder de Su Espíritu Santo hoy – ¡tanto como lo hizo en el pasado! Nosotros no podemos hacerlo. Nosotros no tenemos poder. Pero la Biblia dice: “Que de Dios es el poder” (Salmo 62:11). Cuando Dios derrama su Espíritu grandes y poderosas cosas suceden. John Knox, el Reformador Escocés, dijo que Escocia se salvó de la espada de María la Sanguinaria, porque “Dios dio en abundancia su Espíritu Santo a los hombres simples” (traducción de The Works of John Knox, volumen 1, 1946 edición, p. 101).

Cuando oras por nuestra iglesia, ora por un derramamiento del Espíritu de Dios en medio de nosotros. Cuando vayas al evangelismo ora por un derramamiento del Espíritu de Dios en nuestra obra. ¡Cuando estás manejando en tu carro, ora que el Espíritu Santo sea derramado sobre nuestra obra! El gran predicador Charles Simeón dijo: “La obra de conversión debe ser muy gradual entre vosotros, a menos que Dios derrame su Espíritu en una medida más extraordinaria sobre ti” (traducción de W. Carus, Memorias de Charles Simeón, segunda edición, 1847, p. 373).

Recuerda, no podemos hacer que Dios derrame Su Espíritu. He estado orando durante cuarenta años para que Dios derrame Su Espíritu sobre esta iglesia. Él no lo ha hecho todavía. Ahora, mirando hacia atrás, puedo ver, creo, las razones por las que no contestó. Pero ahora tenemos una mejor iglesia. Ahora el liderazgo es convertido. Ahora la mayoría de nuestros jóvenes son convertidos. Tal vez ahora Dios responderá a nuestras oraciones – y al menos envíe Su Espíritu para atraer diez o doce jóvenes nuevos a nuestra iglesia este verano. Por favor voltea a nuestro versículo de memoria sobre el ayuno. Es Isaías 58:6. Está en la página 735 de la Biblia anotada Scofield. Ponte de pie y léelo en voz alta.

“¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?” (Isaías 58:6).

Se pueden sentar. Por favor memoriza ese versículo. Por favor voltea a él y léelo mientras oras y ayunas el próximo Sábado. Nota qué cerca Isaías 58:6 se compara a Isaías 61:1-2.

“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados” (Isaías 61:1-2).

Vemos al comparar esos dos pasajes que la obra de Jesús puede continuar en la tierra ahora, a través de la respuesta de Dios a nuestras oraciones y ayuno.

El Dr. John R. Rice (1895-1980) dijo: “¡Yo sé que el ayuno verdadero y la humillación de la mente mientras esperamos en Dios recibirá la bendición que Dios nos quiere dar!... Ayuna y ora hasta que Dios te encuentre en bendición” (traducción de Prayer: Asking and Receiving, Sword of the Lord, 1997 edition, pp. 230, 231.)

Jonathan Edwards (1703-1758) ayunó y oró durante tres días mientras se preparaba para predicar Pecadores en las Manos de un Dios Airado...El Primer Gran Despertamiento comenzó con ese sermón (Elmer Towns, D.Min., The Beginner’s Guide to Fasting, Regal Publications, 2001, pp. 123, 124).

El Dr. Martyn Lloyd-Jones (1899-1981) dijo: “¿Me pregunto si alguna vez se nos ha ocurrido a nosotros que deberíamos estar considerando la cuestión del ayuno? El hecho es, ¿no es así? Que todo este tema parece haber caído…de todo nuestro pensamiento Cristiano” (traducción de Studies in the Sermon on the Mount, part 2, Eerdmans, p. 34).

El antiguo pastor del segundo siglo, Policarpio (c. 80-167) dijo: “Volvamos a la palabra que se nos ha dado desde el principio; ‘Velando en oración’ y ‘perseverando en el ayuno’” (Epístola a los Filipenses).

Spurgeon (1834-1892) dijo: “Hemos…perdido una gran bendición en la iglesia Cristiana al renunciar al ayuno” (traducción de C. H. Spurgeon, “A Desperate Case – How to Meet It,” January 10, 1864).

El Dr. R. A. Torrey (1856-1928) dijo: “Si hemos de orar con poder, debemos orar con ayuno” (traducción de How to Pray, 2007 edition, p. 37).

El venerable John Wesley (1703-1791) dijo: “¿Tienes días de ayuno y oración? Asalta el trono de gracia y persevera en él, y la misericordia vendrá” (traducción de The Works of John Wesley, volume 10, 1827 edition, p. 340).

El gran evangelista Chino el Dr. John Sung (1901-1944) dijo: “Muchos [de los jóvenes] tuvieron sesiones de ayuno y oración. El amor de los estudiantes hacia el Señor era conmovedor” (traducción de The Diary of John Sung, compiled by Levi, Genesis Books, 2012, p. 298).

El misionero pionero a China, el Dr. James Hudson Taylor (1832-1905) dijo: “En Shansí encontré Cristianos Chinos que estaban acostumbrados a pasar tiempo en ayuno y oración...un medio de gracia divinamente designado. Tal vez el mayor obstáculo para nuestro trabajo es nuestra propia fuerza imaginaria; y en el ayuno nos enteramos de los pobres y débiles criaturas que somos – dependientes de una comida de carne para las pocas fuerzas a las que nos apoyamos” (traducción de The New Encyclopedia of Christian Quotations, Baker Books, 2000, p. 360).

El Dr. Timothy Lin (1911-2009) dijo: “Nuestra conciencia espiritual es a menudo desbloqueada tan pronto como empezamos el ayuno y la oración...Esto es hablando de mi experiencia personal” (traducción de The Secret of Church Growth, First Chinese Baptist Church, 1992, p. 23).

Vamos a tener otro día de ayuno en nuestra iglesia el próximo Sábado. Quiero darte algunos puntos sobre cómo hacerlo.


1.   Haz tu ayuno en secreto (lo más posible). No vayas por ahí diciéndole a la gente que estás ayunando.

2.   Dedica tiempo a leer la Biblia. Lee algunas partes del Libro de los Hechos (preferentemente cerca del principio).

3.   Memoriza Isaías 58:6 durante el ayuno del Sábado.

4.   Ora que Dios nos de 10 o más personas nuevas que se queden con nosotros.

5.   Ora para la conversión de nuestros jóvenes no salvos. Ora para que Dios haga con ellos lo que dijo en Isaías 58:6.

6.   Ora que los visitantes de primera vez hoy (Domingo) sean atraídos de nuevo el próximo Domingo. Ora por ellos por nombre si es posible.

7.   Ora que Dios me muestre qué predicar el próximo Domingo – por la mañana y por la noche.

8.   Bebe mucha agua. Cerca de un vaso cada hora. Puedes beber una taza grande de café al principio si estás acostumbrado a beberlo todos los días. No bebas sodas, bebidas energéticas, etc.

9.   Consulta a un médico antes de ayunar si tienes alguna pregunta sobre tu salud. (Puedes ver al Dr. Kreighton Chan o la Dra. Judith Cagan en nuestra iglesia.) No ayunes si tienes una enfermedad seria, como la diabetes o la presión alta. Solo usa el Sábado para orar por estas peticiones.

10. Comienza tu ayuno después de la cena del Viernes. No comas nada después de la cena del Viernes hasta que tengamos una comida en la iglesia a las 5:30 el Sábado por la tarde.

11. Recuerda que lo más importante es orar por los jóvenes perdidos en nuestra iglesia para que sean convertidos – y también por los jóvenes nuevos que están viniendo durante este tiempo, que se queden con nosotros permanentemente.


Ahora, voy a dar unas palabras a aquellos de ustedes que todavía no son convertidos. Jesús murió en la Cruz para pagar el castigo supremo de tu pecado, para que no seas juzgado por tu pecado. Jesús resucitó físicamente, en Su cuerpo de carne y hueso resucitado. Él hizo eso para poder darte vida eterna. Jesús ascendió de nuevo a la diestra de Dios en el Tercer Cielo. ¡Puedes venir a Él por fe y Él te salvará del pecado, y el juicio! Dios te bendiga. Amén. Dr. Chan, por favor guíenos oración.

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(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Lucas 4:16-21.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Come, My Soul, Thy Suit Prepare” (por John Newton, 1725-1807).