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LA REGENERACIÓN – EL VÍNCULO AL AMOR CRISTIANO

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 15 de Marzo, 2015

“Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él” (I Juan 5:1).


Yo no crecí en la iglesia. Comencé a asistir a una iglesia Bautista cuando tenía trece años. Una de las cosas que aprendí de inmediato fue que los jóvenes en la iglesia no se amaban entre ellos, no me amaban, y no amaban a los adultos o al pastor. Contaban chistes sucios y hablaban mal de ellos mismos continuamente. Ellos susurraban y pasaban notas entre sí mientras el pastor predicaba. También descubrí que los adultos de la iglesia no tenían amor uno por el otro. De hecho, parecía que se caían mal entre sí, y muchos de ellos se despreciaban mutuamente. Pasaban tiempo juntos por hábito. Estaban acostumbrados a estar juntos. Pasaban un par de horas juntos el Domingo por costumbre. Era su costumbre venir a la iglesia. Pero no había amor entre ellos. Cuando el pastor original se fue a otra iglesia, su rutina de asistencia a la iglesia fue perturbada. En poco tiempo se separaron en tres grupos que comenzaron a pelear entre sí. Muchas personas se fueron de la iglesia por completo. Los que se quedaron ferozmente se atacaron unos a otros como animales salvajes. Se tiraban himnarios el uno al otro durante el servicio del Domingo. Se maldijeron unos a otros con malas palabras en ese servicio.

Por último el grupo de los Sureños Bautistas se fue para empezar otra iglesia. Yo me fui con ellos. ¡Pero apenas comenzamos otra iglesia y el mismo tipo de cosas empezaron a suceder! La mayoría de los jóvenes se fueron. Finalmente me fui a una iglesia China, donde permanecí como miembro durante veintitrés años. Pero a pesar de que los Chinos no eran tan feroces, había poco amor entre los miembros hasta que Dios envió un avivamiento y las cosas mejoraron.

Pero poco después de que comenzó el avivamiento me fui al seminario. Empecé una iglesia cerca del seminario. Por un tiempo las cosas fueron bien. Entonces lo mismo comenzó de nuevo. Hubo peleas y argumentos y personas se iban. Fue un desastre. Me fui y regresé a Los Ángeles.

Empecé una iglesia aquí hace cuarenta años, que finalmente se convirtió en esta iglesia que tenemos hoy. Pero esta iglesia también pasó por convulsiones, peleas y horribles divisiones en la iglesia. Tomó cerca de veinticinco años para que las cosas se calmaran y se convirtiera en lo que es hoy.

Ahora, esa es mi experiencia. Puedes preguntarte cómo pasé a través de ese laberinto de locura. A menudo me pregunto acerca de eso mismo. Sólo puedo decir que, a pesar de todo, yo sabía que había un Dios y sabía que la Biblia era la Palabra de Dios. No solo creía esas cosas. Las sabía, en las profundidades de mi alma. Yo sabía esas cosas, “no por obras de justicia...sino por su misericordia” (Tito 3:5).

Mi experiencia no es inusual. La mayoría, si no todos, los evangélicos jóvenes han pasado por experiencias similares. ¡Lo que hace mi experiencia un tanto inusual es que pasé a través de eso y salí creyendo en Dios y la Biblia, incluso más que antes!

Pero antes de continuar voy a citar a Christine Wicker, la autora de La Caída de la Nación Evangélica: La Crisis Sorprendente Dentro de la Iglesia [The Fall of the Evangelical Nation: The Surprising Crisis Inside the Church] (HarperOne, 2008). Ella dijo:

El Cristianismo evangélico en América está muriendo. Los grandes movimientos evangélicos de hoy en día no son una vanguardia [no en la primera fila]. Ellos son un remanente, desenredándose hasta el borde. Míralo como quieras: Conversiones. Bautismos. Membrecía...Dando...Asistencia... todos están bajando y cayendo (ibid., introduction, p. ix).

Y ella respalda esta afirmación con datos y estadísticas que son imposibles de refutar. Al leer el libro tuve que estar de acuerdo con su tesis básica: nuestras iglesias están en serios problemas.

Pero esto no es nada nuevo. Hace sesenta años el Dr. A. W. Tozer escribió, una y otra vez, sobre los problemas en nuestras iglesias. Por ejemplo, el Dr. Tozer dijo:

Todo el mundo evangélico es en gran medida desfavorable al Cristianismo saludable. Y yo no estoy pensando en el modernismo [liberalismo] tampoco. Me refiero más bien a la multitud que cree en la Biblia que lleva el nombre de ortodoxia... Estamos haciendo conversos en nuestro decadente [infructuoso, desgastado] tipo de Cristianismo que tiene poco parecido con el Nuevo Testamento...Es evidente que tenemos que producir mejores Cristianos (traducción de Of God and Men, Christian Publications, 1960, pp. 12, 13).

¡El Dr. Tozer fue llamado profeta durante su vida!

¿Cómo podemos tener una iglesia amorosa en medio de tanta confusión y apostasía? Debemos empezar donde la Biblia empieza – con la conversión. ¡No puedes tener una iglesia amorosa compuesta de personas no convertidas! La verdadera conversión es un evento radical. Dr. Martyn Lloyd-Jones, el gran predicador Británico, dijo:

Convertirse en Cristiano es una crisis, un evento crítico...que en el Nuevo Testamento se describe en términos como un nuevo nacimiento, o una nueva creación, o un nuevo comienzo. Más que eso, está allí descrito como un acto sobrenatural realizado por Dios Mismo, algo comparable a un alma muerta hecha viva...en y a través de Jesucristo Su Hijo (traducción de Martyn Lloyd-Jones, M.D., Evangelistic Sermons, The Banner of Truth Trust, 1990, p. 166).

Y eso nos lleva de nuevo a nuestro texto.

“Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él” (I Juan 5:1).

I. Primero, que significa en el texto “cree”.

“Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo…” (I Juan 5:1).

La palabra Griega traducida “creer” es “pisteuōn”. El Dr. A. T. Robertson dijo que esto “no es convicción meramente intelectual, sino la entrega total a Jesucristo... pisteuōn en todo el sentido” (A. T. Robertson, Litt.D., Word Pictures in the New Testament, volume VI, Broadman Press, 1953, p. 237; nota sobre I John 5:1).

Strong dice que “pisteuōn” significa “tener fe en, sobre...una persona” (# 4100). Spurgeon dijo: “Puedes buscar en cualquier léxico Griego que quieras, y encontrarás que la palabra pisteuōn no significa simplemente creer, pero confiar...el significado de la fe es confianza en, depender en Jesucristo, [no]...simple fe nocional...[la cual] no podría salvar tu alma (traducción de “Faith and Regeneration,” Metropolitan Tabernacle Pulpit, number 979, p. 138; nota sobre I Juan 5:1).

Los demonios tienen una creencia “nocional” en Jesucristo. No tienes que leer el Nuevo Testamento por mucho sin encontrar un versículo como Lucas 4:41,

“También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios…porque sabían que él era el Cristo” (Lucas 4:41).

Estos demonios entendieron que Jesús era el Cristo. Pero no confiaron en Él. Juan no nos está diciendo que simplemente creamos el hecho de que Jesús es el Cristo, el Mesías. Él nos está diciendo que confiemos en Jesús – pisteuōn – “tener fe en y sobre Jesús, confiar en Él”.

Spurgeon continuó y habló sobre la serpiente de bronce. Las serpientes estaban mordiendo a los Israelitas, y matándolos. Dios le dijo a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la alzara en un poste. El que fuera mordido y estaba muriendo a causa de la mordedura de serpiente sólo tenía que mirar a la serpiente de bronce para ser sanado y vivir. En Juan 3:14, 15 Jesús usó esa historia para explicar cómo somos salvos. Spurgeon dijo: “Creer en Jesús es [sólo] mirar con ojos de fe a Él, confiar en Él con tu alma” (Ibíd., Pág. 140). No importa cuán pequeña es tu fe, si miras a Jesús y tienes fe en Él, tienes la fe que en todos los casos demuestra que eres nacido de nuevo.

“Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios…” (I Juan 5:1).

II. Segundo, todo aquel que cree en Jesús es nacido de nuevo, nacido de Dios.

Ahora, muchos que no han confiado en Jesús dicen que son nacidos de nuevo. Ellos están confiando en algo más. El Dr. Cagan fue con Ileana y conmigo a un funeral cerca de San Diego. En el camino de regreso nos detuvimos en una de las iglesias Sureñas Bautistas más grande en California. Un servicio del Sábado por la noche estaba terminando. Cuando salimos vi a una mujer joven que era guardia. Yo le pregunté si ella era Cristiana. Ella dijo: “Sí, lo soy”. Yo le pregunté: “¿Cómo te hiciste Cristiana?” Ella dijo: “He sido miembro de esta iglesia toda mi vida”. Yo dije: “Yo no creo que entiendes mi pregunta. Yo dije ‘¿Cómo te convertiste en Cristiana?’” Ella dijo: “Yo fui bautizada”. Yo dije, una vez más, “Pero, ¿cómo te convertiste en Cristiana?” Ella dijo: “Yo vengo a la iglesia cada semana”. Me alejé triste. ¡Esa pobre joven no podía ser persuadida a decir ni una palabra acerca de Jesús! El pastor de esa enorme iglesia Sureña Bautista es conocido en todo el mundo. Esa chica lo ha oído predicar toda su vida. Sin embargo, ella era tan ignorante del nuevo nacimiento como Nicodemo, quien le dijo a Jesús, “¿Cómo puede hacerse esto?” (Juan 3: 9).

¡Que Dios nos ayude! Con qué razón Christine Wicker dijo: “El Cristianismo evangélico en América está muriendo”. Con qué razón el Dr. Tozer dijo: “Todo el mundo evangélico es en gran medida desfavorable al Cristianismo saludable”. ¡Sin confiar en Jesús estás tan perdido como esa pobre joven, quien es miembro de toda la vida de la iglesia Sureña Bautista más grande en el Sur de California! ¡Oh, no confíes en membrecía de la iglesia! ¡No confíes en el bautismo! ¡No confíes en tu propia bondad! ¡Y hagas lo que hagas, no te confíes en un sentimiento de emoción! ¡Confía en Jesucristo! ¡Sé lavado de tus pecados por la sangre de Jesús derramada en la Cruz! Como a menudo Spurgeon solía decir: “Descansa sobre Jesús”. Mira a Jesús. Confía en Jesús. ¡Mira hacia Jesús! ¡No es difícil! ¡Mira hacia Él como los Israelitas miraron hacia la serpiente de bronce y fueron sanados!

Ve a Jesús y vivirás,
   A Jesús ve y vivirás.
En su Palabra escrito está, ¡Aleluya!
   Ve a Jesús tan solo y vivirás.
(Traducción libre de “Look and Live” por William A. Ogden, 1841-1897).

III. Tercero, lo que fluye del nuevo nacimiento.

“Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él” (I Juan 5:1).

Observa la segunda mitad del texto, “...y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él” (I Juan 5:1). El amor de los hermanos y hermanas en la iglesia es el resultado del nuevo nacimiento. La prueba de una verdadera conversión, entonces, es que amemos a otros que también son verdaderamente convertidos. El Dr. J. Vernon McGee dijo: “Eres nacido de nuevo cuando confías en el Señor Jesucristo...y la prueba de ello es que amas a Dios. Amas a [Dios] su Padre – que te engendró – y vas a amar a sus otros hijos porque ellos son tus hermanos y hermanas” (traducción de A través de la Biblia, Thomas Nelson, 1983; nota sobre Juan 5: 1).

Estoy convencido de que esta es la razón principal por la que tenemos tantas peleas en la iglesia, tantas divisiones, muchos dejando las iglesias, especialmente los jóvenes. Mi pastor durante muchos años fue el Dr. Timothy Lin. Él escribió sobre una iglesia que experimentó muchos problemas:

Muchos en [la] congregación decían ser Cristianos, pero no tenían vida eterna; lucharon por privilegios pero se retiraron de responsabilidades. Dichos miembros eran capaces de maltratar ministerios de la iglesia...Lamentablemente, la gente a menudo permite que células cancerosas [gente no convertida] sean inyectadas en el cuerpo de Jesús. Esta es la razón por la cual...iglesias hoy en día están sufriendo de enfermedades terminales (traducción de Timothy Lin, Ph.D., The Secret of Church Growth, FCBC, 1992, pp. 38-40).

El Dr. Lloyd-Jones también vio este problema. Él dijo:

Esta idea que porque las personas son miembros de la iglesia y asisten con regularidad deben ser Cristianos es una de las suposiciones más mortales, y yo sugiero que lo que principalmente explica es el estado [malo] de la Iglesia de hoy (traducción de Martyn Lloyd-Jones, M.D., Preaching and Preachers, Zondervan Publishing House, 1981 edition, p. 149).

Personas perdidas pueden ser miembros de casi todas las iglesias Bautistas y evangélicas sin dar explicaciones. Son aceptados inmediatamente. La mayoría de ellos nunca se han convertido en verdaderos Cristianos. Como el Dr. Lin dijo: “decían ser Cristianos, pero no tenían vida eterna”. Por supuesto que significaba que no tenían zōē aiōnio – no vida de Dios en ellos. La vida de Dios entra en la gente cuando se convierten. Como nuestro texto dice, “nacido de Dios”, “engendrado de Dios”. El gran predicador George Whitefield (1714-1770) fue salvo después de leer un libro de Henry Scougal llamado “La Vida de Dios Dentro del Alma del Hombre”. La vida de Dios regenera a la gente en el momento en que confían en Jesús. Pueda que no “sientan” nada, pero los Cristianos maduros reconocerán que hay algo diferente acerca de los nuevos conversos. Una de las principales diferencias es que profundamente van a amar a otros en la iglesia que son “engendrados de Dios”, “nacidos de Dios”. Ellos percibirán a aquellos que tienen la vida de Dios dentro de ellos. Tendrán amor Cristiano para ellos, amor que el mundo perdido, o miembros de la iglesia perdidos, no pueden entender. El Dr. Lloyd-Jones dijo: “Necesitamos la naturaleza divina dentro de nosotros antes de que podamos amarnos de verdad unos a otros” (The Love of God, Crossway, 1994, p. 45). Como el Apóstol Juan dijo a principios de esta epístola,

“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte” (I Juan 3:14).

Esa persona permanece en un estado de muerte espiritual. Oramos para que pases de muerte a vida esta mañana. Cree en Jesús. Confía en Jesús. Depende completamente en Jesús. Su Sangre limpiará tus pecados. Su resurrección de entre los muertos te dará vida. El momento en que te volteas a Jesús y confias en Él solo – pasarás de muerte a vida. Serás espiritualmente unido por un amor santo con aquellos de entre nosotros que también hemos confiado en Jesús.

“Y sabrán que somos Cristianos por nuestro amor,
Sí sabrán que somos Cristianos por nuestro amor”.
   (Traducción libre del Coro de Peter R. Scholtes, 1938-2009).

¡Oro que sea tu experiencia pronto! Confía en Jesús. Él te limpiará del pecado con la Sangre que derramó en la Cruz. Él te salvará del pecado y te dará vida eterna – ¡incluso la vida de Dios! ¡Serás nacido de nuevo, nacido de arriba!

Permíteme terminar este sermón al recordarte una escena de “Oliver Twist”. Oliver es un pequeño niño huérfano flaco de unos 9 o 10 años de edad. Su madre murió al dar a luz y no tiene otros parientes. Es un huérfano – solo en el mundo. Él está en un orfanato en el siglo 19 en Inglaterra. Él está medio muerto de hambre. Sólo le dan un pequeño tazón de avena aguada para la cena cada noche. Los otros chicos de la mesa de Oliver le susurran a él, “Ve y pide más”. Por último, desesperado por el hambre, el niño toma su tazón y se acerca al hombre grande y gordo a cargo. El hombre gordo lo ve a él y dice: “¿Qué quieres?” En una pequeña voz aterrorizada, Oliver dice: “Por favor, señor, quiero más”. El hombre gordo dice: “¿Qué?” El niño dice, “Por favor, señor, quiero un poco más”. El hombre gordo grita, “¿Qué? ¿Quieres MÁS? ¡MÁS! ¿Quieres MÁS!” Oliver fue azotado y confinado a una celda. Se deshicieron de él. En un par de días fue enviado a trabajar en una funeraria, y el empresario fúnebre lo hizo dormir en una habitación oscura, bajo un ataúd.

Si alguna vez has leído el libro de Dickens, o si alguna vez has visto la película de 1948, nunca olvidarás esa escena – en la que el grande, gordo “Beadle” se niega a darle a este niño hambriento otra cucharada de avena aguada.

Me temo que algunos de ustedes piensan de Jesús de esa manera. Crees que es malo y duro. Crees que Él no quiere darte la salvación. ¡Qué equivocado estás! ¡Jesús te ama! ¡Él está dispuesto a darte todo lo que quieras – y mucho más! Jesús dice: “Venid a mí... y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Jesús dice: “Yo les doy vida eterna” (Juan 10:28). Jesús dice: “Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida” (Apocalipsis 21:6).

Jesús te dará la salvación gratuitamente. Él te dará vida y paz. Él te dará salvación del pecado. Él te dará vida eterna. Todo lo que necesitas hacer es confiar en Él, mira a Él y se salvo.

Ve a Jesús y vivirás,
   A Jesús ve y vivirás.
En su Palabra escrito está, ¡Aleluya!
   Ve a Jesús tan solo y vivirás.

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída Antes del Sermón por el Sr. Abel Prudhomme: I Juan 4:7-11; 3:11-14.
El Solo Cantado por Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Blest Be the Tie” (por John Fawcett, 1740-1817)/
“They’ll Know we are Christians by our Love” (por Peter R. Scholtes, 1938-2009).


EL BOSQUEJO DE

LA REGENERACIÓN – EL VÍNCULO AL AMOR CRISTIANO

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró ama también al que ha sido engendrado por él” (I Juan 5:1).

(Tito 3:5)

I.   Primero, que significa en el texto “cree”, I Juan 5:1a;
Lucas 4:41.

II.  Segundo, todo aquel que cree en Jesús es nacido de nuevo,
nacido de Dios, Juan 3:9.

III. Tercero, que fluye del nuevo nacimiento, I Juan 5:1b; 3:14.