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¡UN DIOS GRANDE – PODEROSO Y TEMIBLE!por Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar...” (II Timoteo 3:16). |
Cuando abrimos la Biblia leemos la auto-revelación de Dios. Estoy parafraseando al Dr. W. A. Criswell (1909-2002) – Hay muchas cosas que podemos aprender por el estudio y la observación. Podemos aprender sobre la tierra y las semillas, los árboles y la fruta, el agua y los minerales, los peces y el ganado, la fuerza de la gravedad y el movimiento de las estrellas. Por el estudio y la observación podemos aprender muchas cosas en el mundo de la naturaleza. ¿Pero que está detrás de la realidad? ¿Cuál es la realidad más allá de lo que podemos estudiar y observar en el mundo físico? ¿Cuál es el significado y propósito de la vida? Estas son cosas que nunca podemos aprender mediante el estudio y la observación. ¿Quién es el que hizo el mundo y las estrellas y el universo? La razón y la observación y el estudio sólo pueden llegar hasta cierto punto. Pero no podemos ir más allá de lo que es externo y físico. El significado que está más allá de lo que vemos y sentimos y olemos y oímos – esto no lo podemos aprender.
Podemos mirar a las estrellas por siempre y llegar a la conclusión de que quien las haya hecho fue grande y todopoderoso. Pero ¿cuál es Su nombre? ¿Cómo es Él? ¿Nos conoce? ¿Podría Él llamarnos por nombre? Podemos estudiar las estrellas por siempre y nunca conocerlo a Él.
Podemos estudiar la belleza de un ocaso, los hermosos árboles en un parque, las flores que crecen de la tierra. Podemos estudiar todas las bellezas de la naturaleza. Podemos llegar a la conclusión de que el que las creó amaba la belleza y la armonía y el color. Pero ¿quién es Él? ¿Cómo es Él? Podríamos estudiar el arco iris y las nubes, y los tonos de color en el Gran Cañón y la deslumbrante belleza de un ocaso en Arizona. Podríamos estudiar todo eso por siempre y nunca conocerlo a Él.
Podemos mirarnos a nosotros mismos. Podemos estudiar las culturas del mundo. Estudiando la sociología y la moral, podemos llegar a la conclusión de que el que creó la raza humana tenía un sentido del orden y la moralidad. Pero, ¿quién es Él y cuál es Su nombre? ¿Nos conoce Él? ¿Cómo es que Dios nos ha hecho de esta manera? Estas cosas están absolutamente ocultas del hombre. Estas cosas sólo pueden ser conocidas por la auto-revelación de Dios. Si Dios no se revela así Mismo, entonces nunca podremos conocerlo (traducido y adaptado de “The Self-Revelation of God” por W. A. Criswell, Ph.D.)
Pero Dios se ha revelado a nosotros a través de la Biblia. La Biblia es la auto-revelación de Dios a un mundo perdido. Como el Apóstol Pedro lo puso, la Biblia es “una antorcha que alumbra en lugar oscuro” (II Pedro 1:19). He estudiado la religión por más de medio siglo. Se nos dice que hay cerca de 600 religiones en el mundo. ¿Cuál es la verdadera? ¿Cómo podemos saber? Podríamos estudiar las religiones del mundo por siempre y no conocerlo a Él. Dios tuvo que revelarse a nosotros. Y eso es lo que hizo. Dios se reveló al hombre en la Biblia, que es “inspirada por Dios, y útil para enseñar...” (II Timoteo 3:16). La Biblia es la única fuente fiable de conocimiento acerca de Dios. Sin la Biblia, no conoceríamos a Dios. No sabríamos que Dios es una Trinidad. No sabríamos los atributos de Dios – Su omnipresencia, Su omnisciencia, Su omnipotencia, Su inmutabilidad, Su santidad, Su virtud, Su justicia, Su bondad, Su verdad. Estas son cosas que nunca podríamos saber acerca de Dios si Él no las hubiera revelado en la Biblia. Todo lo que sabemos acerca del Dios verdadero es de la Biblia, ya que,
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar...” (II Timoteo 3:16).
¿Qué diremos, entonces, sobre el Dios que castiga el pecado? El Dr. George Buttrick, editor del Interpretador de la Biblia [The Interpreter’s Bible] que rechaza la Biblia, dijo: “Ese Dios es mi diablo”. Él dijo que el Dios de la Biblia era el “diablo”. Robert Ingersoll llamó al Dios de la Biblia, “este malvado Dios”, y dijo: “Lo odio”. El odio a un Dios que castiga el pecado se escucha a menudo por los estudiantes de sus profesores en la universidad. Pero George Buttrick no tenía ninguna base para rechazar el juicio de Dios más que su propio prejuicio. Ingersoll no tenía ninguna base para llamar a Dios “malvado” más que su propio prejuicio. Y tu profesor de la universidad no tiene ningún fundamento para rechazar el Dios que juzga el pecado más que su propio prejuicio.
¿Cómo sabemos que están equivocados? Y ¿cómo sabemos más que ellos acerca de Dios? La respuesta está en nuestro texto,
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar...” (II Timoteo 3:16).
Todas las palabras Hebreas y Griegas de la Biblia son dadas por theopneustos (inspiradas, ‘sopladas por Dios’) y son útiles (ōphĕlímos – útil) para enseñar (didaskalian – instrucción, doctrina). El Dr. Fritz Rienecker erudito alemán dijo: “El escrito de [la Escritura es] inspirado por Dios...La enseñanza rabínica era que el Espíritu de Dios descansó en los profetas y habló a través de ellos, para que sus palabras no vinieran de ellos mismos, sino de la boca de Dios y ellos hablaron y escribieron por medio del Espíritu Santo. La iglesia antigua estaba en completo acuerdo con este punto de vista” (traducción de Fritz Rienecker, Ph.D., A Linguistic Key to the Greek New Testament, traducido del Alemán por Cleon L. Rogers, hijo; nota sobre II Timoteo 3:16).
Así, la Biblia es un tesoro perfecto de las palabras de Dios inspiradas verbalmente; ¡cada palabra Hebrea y Griega vino “de la boca de Dios” Mismo! Todo lo que queremos saber acerca de Dios debe venir de la Biblia, y de ninguna otra parte. Como Lutero dijo, “Sola Scriptura” – la Biblia sola es la fuente de nuestras creencias y doctrinas. El Dr. Martyn Lloyd-Jones dijo: “Sólo hay dos posiciones finales; ya sea que consideramos la Biblia como autoridad, o confiamos en las ideas humanas... todo el caso de la Biblia es que esta es la única revelación de Dios” (traducción de Fellowship with God, Crossway Books, 1993, p. 104). Así que cuando la gente dice: “Esa es tu opinión” – yo contesto: “No, esa no es mi opinión, esa es la opinión de la Biblia, la simple enseñanza doctrinal de la Palabra de Dios”. Entonces dicen: “Pero ¿cómo la interpretan? Yo digo: “De la misma manera en que interpreto el periódico – significa lo que dice”.
A los perdidos no les gusta eso. ¿Sabes por qué? Porque le están escuchando al Diablo. El Diablo confundió a nuestra primera madre al decirle que Dios realmente no quiso decir lo que dijo (Génesis 3:1-5). ¡La idea de que no puedes confiar en la Palabra de Dios es lo que provocó la caída del hombre, y la destrucción de la raza humana! ¡Que Dios nos ayude! Todo lo que sabemos acerca del Dios verdadero viene solo de la Biblia. Nota que dije, “Todo lo que sabemos acerca del Dios verdadero...” viene solo de la Biblia. No del Corán. No del Libro de Mormón. No de la Ciencia y Salud de Mary Baker Eddy, no de la mutilada, deliberadamente mal traducida, Biblia de los Testigos de Jehová. Todo lo que sabemos acerca del Dios verdadero viene solamente de la Biblia. Ahora, ¿qué dice la Biblia acerca de Dios? Lo que la Biblia dice acerca de Dios es muy diferente a lo que la gente dice de Él hoy. El hombre promedio en la calle piensa una de dos cosas acerca de Dios. Piensa,
1. Que Dios no existe, o
2. Que Dios solo es un Dios de amor, y nunca castigaría el pecado.
Pero ninguna de esas ideas es de la Biblia. Ambas son ideas del hombre, y no explican al Dios verdadero.
Sí, la Biblia enseña que Él es un Dios de amor (I Juan 4:16). Pero Dios es también un Dios de juicio. La ira y el juicio de Dios se mencionan en la Biblia mucho más a menudo que Su amor. El Dr. Lloyd-Jones dijo: “Si sustraes de la Biblia esta idea del juicio te queda muy poco” (traducción de The Heart of the Gospel, Crossway Books, 1991, p. 98). En otro lugar, el Dr. Lloyd-Jones dijo: “El problema fundamental con las personas que no creen en la doctrina de la ira de Dios es que ellos no creen la revelación Bíblica de Dios. Tienen un Dios de su propia creación” (tradución de God’s Sovereign Purpose (Romanos 9), The Banner of Truth Trust, 1991, p. 212).
La ira de Dios, y el juicio de Dios son doctrinas que aparecen por toda la Biblia, en el Antiguo y Nuevo Testamento. La semana pasada leí del juicio de Dios en el Gran Diluvio.
“Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado” (Génesis 6:7).
“Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra” (Génesis 6:13).
“Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca” (Génesis 7:23).
¡Ese es el Dios de justicia! También leí sobre el juicio de Sodoma y Gomorra,
“Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra” (Génesis 19:24-25).
¡Ese es el Dios de justicia! Luego leí acerca del terrible juicio de Dios sobre los Egipcios – cómo Dios los juzgó por negarse a dejar al pueblo Hebreo en libertad,
“Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales. Y se levantó aquella noche Faraón, él y todos sus siervos, y todos los egipcios; y hubo un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto” (Éxodo 12:29-30).
¡Ese es el Dios de justicia! Luego leí acerca del juicio de Nadab y Abiú, hijos de Aarón,
“Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová” (Levítico 10:1-2).
¡Ese es el Dios de juicio! Luego leí acerca de un hombre que violó la ley por recoger
“Y habló Moisés a los hijos de Israel, y ellos sacaron del campamento al blasfemo y lo apedrearon. Y los hijos de Israel hicieron según Jehová había mandado a Moisés” (Levítico 24:23).
¡Ese es el Dios de justicia! Entonces leí sobre un hombre que violó la ley al recoger leña el día de reposo:
“Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la congregación fuera del campamento. Entonces lo sacó la congregación fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como Jehová mandó a Moisés” (Números 15:35-36).
¡Ese es el Dios de justicia! Entonces leí sobre Coré, y los que le siguieron en rebeldía contra Moisés,
“Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes. Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación. Y todo Israel, los que estaban en derredor de ellos, huyeron al grito de ellos; porque decían: No nos trague también la tierra. También salió fuego de delante de Jehová, y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso” (Números 16:31-35).
¡Ese es el Dios de justicia! Luego en el libro de Deuteronomio leí:
“Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho” (Deuteronomio 10:17).
Y entonces dice:
“A Jehová tu Dios temerás, a él solo servirás” (Deuteronomio 10:20).
Ese también es el Dios de justicia.
Todos esos fueron dados en el Pentateuco, los cinco libros de Moisés. ¡Esos fueron sólo algunos de los juicios de Dios en los primeros cinco libros de la Escritura! Allí Él es llamado “Dios de dioses, y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible...” (Deuteronomio 10:17).
Entonces Dios dijo a través del profeta Isaías: “Los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor” (Isaías 63:3). El profeta Nehemías lo llamó, “Dios…grande y temible” (Nehemías 1:5). El profeta Daniel lo llamó, “Dios grande, digno de ser temido” (Daniel 9: 4).
Pero alguien puede decir: “Ese es el Dios del Antiguo Testamento. Yo creo en el Dios del Nuevo Testamento”. ¡Eso demuestra que eres ignorante del Nuevo Testamento! En el Nuevo Testamento leemos: “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Hebreos 10:31). En II Corintios 5, el Apóstol Pablo dijo: “Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres”. Y el Señor Jesucristo habló sobre el juicio y el Infierno más que nadie en la Biblia. Jesús dijo:
“E irán éstos al castigo eterno” (Mateo 25:46).
Jesús dijo:
“Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego” (Mateo 18:9).
Jesús dijo:
“Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 13:41-42).
Jesús dijo que un hombre rico no salvo fue al Infierno:
“Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama” (Lucas 16:23-24).
Y el último libro del Nuevo Testamento dice:
“Él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche...” (Apocalipsis 14:10-11).
¡No, no te puedes refugiar en el Nuevo Testamento! Por toda la Biblia, de principio a fin, Dios es presentado como “un Dios grande, poderoso y temible” (Deuteronomio 10:17).
La única esperanza que tienes es confiar en el Señor Jesucristo. Dios lo envió a morir en la Cruz – para pagar por tus pecados, y para limpiar tus pecados con Su Sangre. ¡No hay otra manera de escapar de la ira y el juicio de Dios! El Apóstol Pablo dijo: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31). La Biblia dice, “Fíate de Jehová de todo tu corazón” (Proverbios 3:5). Y el Señor Jesucristo dijo:
“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:16).
Sr. Griffith, por favor cante la primera y segunda estrofa y el coro de “La Sangre al Ver”.
El Redentor murió en la cruz,
Por todas deudas del pecador,
La sangre aplica a tu alma ya,
Y pasará de ti el Señor.
La sangre al ver, la sangre al ver,
La sangre al ver, pasará hoy de ti, el Señor.
A pecadores, Jesús salvará;
Él prometió, y así lo hará;
Lavado en la fuente abierta para el pecado,
Y pasará de ti el Señor.
La sangre al ver, la sangre al ver,
La sangre al ver, pasará hoy de ti, el Señor.
(Traducción libre de “When I See the Blood” por John G. Foote, 19th century).
Amén. Dr. Chan, por favor guíenos en oración.
(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Apocalipsis 14:9-11.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermon:
“When I See the Blood” (por John G. Foote, 19th century).