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¿POR QUÉ NO HAY AVIVAMIENTO?
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El tema del quinto capítulo de Oseas es la apartada presencia de Dios – como se indica en la descripción de la Biblia de Scofield al principio del capítulo. Dios se apartó de Israel por su orgullo y por su pecado.
Yo sé que Dios no tiene un pacto con Los Estados Unidos. Él tiene un pacto terrenal con Israel, pero no con ninguna otra nación. Pero mira, en nuestro texto, Dios dijo que se voltearía de Su pueblo del pacto debido a su orgullo y su pecado. ¡Si Él abandonaría a Israel Su pueblo del pacto, piensa cuánto más probable es que Él abandone a América, y el mundo Occidental! El Dr. J. Vernon McGee dijo:
Es mi convicción de que Los Estados Unidos hoy está sintiendo los efectos del juicio de Dios sobre nosotros... Estamos sintiendo los efectos de Su juicio sobre nosotros, tal como lo hizo Israel (tradución de J. Vernon McGee, Th.D., Thru the Bible, volume III, Thomas Nelson Publishers, 1982, p. 633; nota sobre Oseas 5:2).
Ahora vamos a nuestro texto,
“Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro...” (Oseas 5:15).
Aquí Dios le dice a la nación pecadora que Él la castigará apartándose de ella, “Andaré [entre vosotros] y volveré a mi lugar...” El gran comentarista Puritano Jeremías Burroughs (1600-1646) dio estos comentarios sobre nuestro texto,
‘Volveré a mi lugar’, es decir, voy a ir al Cielo otra vez... Cuando les haya afligido iré al Cielo, y allí me sentaré...como si no me importaran (traducción de Jeremiah Burroughs, An Exposition of the Prophecy of Hosea, Reformation Heritage Books, 2006, p. 305; nota sobre Oseas 5:15).
Estoy seguro de que esta es la razón por la que no hemos tenido grandes avivamientos en el mundo Occidental durante más de 100 años. Dios se ha apartado de nosotros. Dios ha dicho: “Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado...” puede que no estés de acuerdo, y digas que sólo soy un misionero, no digno de tu atención. ¿Entonces, escucharás al gran predicador, el Dr. Martyn Lloyd-Jones? Esto es lo que dijo:
Dios sabe que la Iglesia Cristiana ha estado en el desierto largos años. Si lees la historia de la Iglesia antes de 1830 o 1840, verás que en muchos países solía haber avivamientos regulares casi cada diez años más o menos. Ya no ha sido así. Sólo ha habido un avivamiento importante desde 1859. Oh, hemos pasado por un período estéril...la gente ha perdido la fe en este Dios vivo y en la expiación y la reconciliación y se han volteado a la sabiduría, la filosofía y el aprendizaje. Hemos pasado por una de las épocas más áridas en la larga historia de la Iglesia...Estamos todavía en el desierto. No creas nada que sugiera que no estamos fuera de ello, no estamos (traducción de D. Martyn Lloyd-Jones, M.D., Revival, 1987, Crossway Books, p. 129).
Ahí está, no de un pequeño misionero como yo, pero de un erudito famoso, ¡uno de los dos o tres más grandes predicadores del siglo veinte! Dios se ha apartado, y por lo tanto, “Sólo ha habido un avivamiento importante desde 1859”, aunque, “antes de 1830 o 1840...solía haber avivamientos regulares casi cada diez años más o menos” (ibid.).
Si estamos verdaderamente interesados en el avivamiento deberíamos volver atrás y examinar cuidadosamente lo que sucedió entre 1830 y 1840. Antes de eso nuestras iglesias tenían avivamiento cada diez años más o menos. Después de eso – ¡sólo un avivamiento importante desde 1859! Así que algo tuvo que haber sucedido entre 1830 y 1840 que causó que Dios “se apartara” (Oseas 5:6) y “volviera a Su lugar” (Oseas 5:15).
¡Si conoces la historia del Cristianismo evangélico, debe estar claro lo que pasó! ¡Charles G. Finney! ¡Él es lo que pasó! El historiador Dr. William G. McLoughlin, hijo, escribió:
Él inauguró una nueva era en el avivamiento de América... transformó toda la filosofía y el proceso de la evangelización
(traducción de William G. McLoughlin, Jr., Ph.D., Modern Revivalism: Charles G. Finney to Billy Graham, The Ronald Press, 1959, p. 11).
Antes de Finney, los predicadores creían que el avivamiento venía de Dios, y que cada conversión individual era un milagro de Dios también. En 1735 Jonathan Edwards llamó el avivamiento una “sorprendente obra de Dios”. En 1835 Finney estaba diciendo que el avivamiento “No era un milagro en ningún sentido. Era un resultado puramente filosófico del uso correcto de los medios constituidos”. Eso es, “El avivamiento no es un milagro. Es sólo el resultado natural del uso de los métodos correctos”. Eso es lo que dijo en el Inglés moderno.
La diferencia entre Jonathan Edwards y Finney es que Edwards era Protestante, mientras que Finney era un hereje, un Pelagianista que creía que el hombre podía salvarse por sus propios esfuerzos, en vez de solo por la gracia y el poder de Dios. No es correcto decir que Finney era un Arminiano como los Metodistas. Las creencias de Finney eran muy diferentes a las del Arminianismo de los primeros Metodistas. Uno de los sermones más famosos de Finney fue titulado, “Pecadores Destinados a Cambiar Sus Propios Corazones” (1831). Dios fue expulsado, y el hombre, por su propio esfuerzo, podía obtener su propia conversión por una decisión humana. Los Metodistas, antes de Finney, no creían eso. Iain H. Murray ha demostrado de forma concluyente que las ideas de Finney provenían de los liberales de Nueva Inglaterra como Nathaniel Taylor, no de los primeros Metodistas (Iain H. Murray, Revival and Revivalism, Banner of Truth, 2009 edition, pp. 259-261). ¡Los Metodistas nunca hubieran dicho, “Pecadores Destinados a Cambiar Sus Propios Corazones”! En su Historia del Metodismo de Wesley [History of Wesleyan Methodism], George Smith dio la siguiente definición del avivamiento:
Un avivamiento, por lo tanto, es una obra de gracia efectuada por el Espíritu de Dios en las almas de los hombres; y, en su naturaleza, sólo varía de las operaciones ordinarias del Espíritu Santo, en la iluminación y conversión de los hombres, por su prevalencia más amplia y una mayor intensidad (traducción de George Smith, Revival, volumen 2, 1858, p. 617).
Esta fue una definición del avivamiento y conversión de los primeros Metodistas. Podría haber sido dada por cualquier denominación Protestante o Bautista antes que la falsa definición de Finney fuera popular y sacara a Dios. Después de Finney, ellos no sabían que solo eran como un “desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo” (Apocalipsis 3:17). Después de Finney, ellos ni siquiera sabían que Dios se había “apartado”, y se había vuelto “a su lugar”.
La cita de George Smith muestra que los primeros Metodistas creían que ambos, las conversiones individuales y el avivamiento dependían únicamente de la gracia de Dios, por medio de la obra del Espíritu Santo. Eso es lo que todos los Protestantes y Bautistas creían antes que Finney arruinara el evangelismo. La antigua visión de las grandes denominaciones era muy diferente del punto de vista Pelagianista de Finney, expresado en el titulo de su sermón más famoso, “Pecadores Destinados a Cambiar Sus Propios Corazones”. ¿Cómo haces tú eso? ¡Yo lo traté por siete años! No se puede hacer. ¡Lo sé por experiencia!
Finney fue el hombre que introdujo el llamado al altar, diciéndole a los pecadores perdidos que podían tomar una decisión y ser salvos “en el momento” por un acto de su propia voluntad. Como dijo el Dr. McLoughlin, Finney “transformó toda la filosofía y el proceso de la evangelización” (ibid.). Hoy en día, la mayoría de las ramas del evangelicalismo enseñan que los pecadores perdidos pueden ser salvos por el acto humano de alzar sus manos, decir las palabras de la “oración del pecador”, o caminar al frente de la iglesia lo que se llama, “tiempo de decisión”. ¡Por lo tanto el “decisionismo” es un producto directo de las enseñanzas del hereje Pelagiano Charles G. Finney!
El decisionismo se hizo popular rápidamente porque era “mucho más rápido y fácil”. Ya no tenías que esperar a que el Espíritu Santo convenciera de su pecado a las personas perdidas, y luego las trajera a Jesús. Finney convirtió el evangelismo en una línea de ensamblaje para producir en masa nuevos “Cristianos”. ¡Pero el “producto” producido en masa en su mayoría no eran Cristianos para nada! ¡Eso es lo que arruinó las grandes denominaciones Protestantes y Bautistas! ¡Cada uno de los “liberales” hizo una decisión sin ser salvo! ¡De allí procede el liberalismo Protestante!
Iain H. Murray dijo: “La idea de que la conversión es obra del hombre se hizo endémica a [una parte del] evangelicalismo y, al igual que los hombres olvidaron que la regeneración es la obra de Dios, también la creencia que el avivamiento es la obra del Espíritu de Dios desapareció. [Esto] fue un producto directo de la teología de Finney” (traducción de Revival and Revivalism, Banner of Truth, 1994, pp. 412-13).
La manera “más fácil y rápida” no ha sido bendecida por Dios. En su lugar, llenó nuestras iglesias Protestantes y Bautistas con gente perdida. En este momento hay tantas personas perdidas en nuestras iglesias Bautistas que muchos predicadores sienten que deben cerrar los servicios del Domingo por la noche.
Le pregunté a la esposa de un pastor por qué su esposo cerró los servicios del Domingo por la noche. Ella dijo: “Le dijeron que no iban a venir”. Este es sólo uno de los resultados trágicos de hacer gente no salva miembros de nuestras iglesias simplemente porque hicieron una “decisión” humana. ¡Que Dios nos perdone! ¡Sin la antigua forma Bíblica de conversiones, estamos perdidos! No podemos salvarnos a nosotros mismos. Sólo Dios puede enviar avivamiento. El decisionismo ha negado a Dios y ha puesto al hombre en el trono. Y dijo Dios:
“Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro...” (Oseas 5:15).
¡Esa es la verdadera razón por la que no hemos tenido un avivamiento importante en América o el Reino Unido por más de cien años!
Los pecadores deben ser humillados delante de Dios. El decisionismo no humilla a nadie. El pecador “pasa al frente” como si se tratara de un acto de valentía. No vemos lágrimas, ni tristeza, ni remordimiento, ni convicción de pecado. Mi esposa y yo vimos multitudes de gente riendo y hablando alegremente mientras “pasaban al frente” en la última cruzada de Billy Graham en Pasadena, California, en Noviembre del 2004. Qué diferente es esto de los viejos tiempos de avivamiento, antes de Finney. Escucha la descripción de una reunión metodista en 1814.
La noche siguiente, en otra reunión de oración, muchos más fueron capturados por la convicción de pecado, y después de mucha angustia del alma y [prolongada] oración ellos buscaron y encontraron refugio en Jesús...Hombres, mujeres y jóvenes que habían vivido vidas impías fueron traídos bajo gran angustia del alma [y entonces] comenzaron a declarar con gran seguridad de que Dios los había visitado y les había dado perdón de los pecados por los méritos de Jesucristo (tradución de Paul G. Cook, Fire From Heaven, EP Books, 2009, p. 79).
¿Alguna vez has estado “capturado por la convicción de pecado”? ¿Alguna vez has estado en “agonía del alma” y luego has “encontrado refugio en Jesús”? El Rev. Brian H. Edwards dijo:
Comienza con una terrible convicción de pecado...la gente llora incontrolablemente…Pero no hay tal cosa como avivamiento sin lágrimas de convicción y tristeza...No hay avivamiento sin profunda, incómoda y humillante convicción de pecado...Un testigo [del avivamiento de 1906 en China] dijo: “Mi alrededor era como un campo de batalla con almas que clamaban por misericordia” (traducción de Brian H. Edwards, Revival: A People Saturated With God, Evangelical Press, 1991 edition, pp. 115, 116).
Algunos de ustedes han estado tratando de “aprender” cómo ser salvos. ¡La salvación no puede ser aprendida! Debe ser experimentada, y debe ser sentida, debe sucederte a ti para que la conozcas. Ahora tú sabes acerca de ella, pero debes sentir la salvación por ti mismo. Y el primer sentimiento que debes tener es la profunda convicción de que eres un pecador. Tú debes clamar:
“¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24).
¡El Dr. Lloyd-Jones dijo que este era el grito de un pecador condenado – y estoy de acuerdo con él! He visto esto con mis propios ojos cuando Dios envió Su Espíritu en avivamiento.
En el avivamiento en la Primera Iglesia Bautista China a finales de 1960, el Dr. Timothy Lin nos hizo cantar en varias ocasiones,
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón:
Pruébame y conoce mis pensamientos:
Y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno”.
(Salmo 139:23, 24 ampliado).
Póngase de pie y cántenla. Es la número 8 en tu cancionero. ¡Sólo cuando seas enfrentado por el pecado profundo de tu mente y corazón la Sangre purificadora de Jesús se sentirá importante para ti! Dr. Chan, por favor guíenos en oración. Amén.
(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Oseas 5:6-15.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamín Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“O For a Closer Walk With God” (por William Cowper, 1731-1800).