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¡JESÚS ES PRECIOSO SOLO PARA
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Spurgeon tenía dieciséis años cuando predicó su primer sermón. Él había estado enseñando en una escuela dominical alrededor de un año, desde el tiempo de su conversión. La Escuela Dominical se enseñaba por la tarde, lo cual todavía se hace en partes del Reino Unido. Tuvo tanto éxito que los otros maestros venían a él en busca de ayuda con sus lecciones. También asistía a una Asociación de Predicadores Laicos. Un día el jefe de la asociación le dijo a Spurgeon que fuera con otro joven que fue asignado para predicar su primer sermón. Mientras caminaban hacia la reunión, Spurgeon de repente se dio cuenta de que él era el que tenía que predicar. Su compañero le dijo que no habría ningún sermón a menos que él hablara. Mientras caminaban Spurgeon pensó “Puedo decirle a algunas pobres [personas] de la dulzura y el amor de Jesús”.
Y así, Spurgeon de 16 años de edad predicó su primer sermón – sobre nuestro texto,
“Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso” (I Pedro 2:7).
Él tenía miedo mientras se ponía de pie para predicar por primera vez en su vida. Pero se metió tanto en el texto que las palabras brotaron de su boca. Él dijo: “Jesús era precioso para mi alma...no podía estar en silencio cuando [el] precioso Jesús era mi tema”. Se acordó de su esclavitud al pecado, el golfo de llamas alrededor de su atormentada conciencia. Él sintió que estaba listo para caer en las llamas eternas. Al recordar el horror que pasó, en su conversión el año anterior, fácilmente pudo hablar de la preciosidad de Jesús. Él dijo el Salvador, “me arrancó como una marca de la llama, y me puso sobre una roca, y puso una nueva canción en mi boca”.
Spurgeon predicó seis sermones más sobre este texto, el último lo dio en 1890, pocos meses antes de su muerte. Pensé en este joven de 16 años de edad predicando sobre la preciosidad de Jesús. Me pregunté si en nuestro tiempo algún adolecente elegiría ese tema. Me parece que hoy en día sería un joven poco común quien eligiera predicar su primer sermón sobre las palabras:
“Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso” (I Pedro 2:7).
Para estar seguro, Charles Spurgeon era un joven poco común. Así, yo dudo que un joven en América pensara en predicar sobre la preciosidad de Jesús. Sermones evangelísticos casi nunca son predicados en nuestras iglesias hoy en día. Mostré las razones del por qué el Domingo pasado en mi sermón, “¿Por Qué Tan Poca Predicación Del Evangelio Hoy?” ¡Hoy en día sería muy poco probable que un joven siquiera pensara en predicar un sermón evangelístico! Y con el “nuevo” énfasis en la tal llamada predicación “expositiva”, ¡ciertamente no habría optado por dar un sermón entero en la mitad de un versículo! Un joven de hoy habría optado por dar un sermón a los Cristianos basado en cinco o más versículos siguiendo el método mortal de la tal llamada predicación “expositiva” que está de moda ahora. Y un joven hoy en día es probable que no sería capaz de hablar con pasión sobre la “preciosidad” de Jesús. ¿Por qué no? ¡Porque es virtualmente seguro que un joven hoy en día no habría pasado por la agonía y el éxtasis de una conversión verdadera! Viniendo, como lo hizo Spurgeon, del hogar de un predicador, el muchacho sin duda fue guiado a murmurar las palabras de la tal llamada “oración del pecador” cuando tenía dos o tres años de edad. Sin duda le fue dicho que fue salvó toda su vida porque dijo esa oración. Por lo tanto, el adolescente moderno habría sido robado de tener una experiencia verdadera con Jesucristo que cambia la vida. Esa es la mayor razón por la que casi el 90 % de todos los jóvenes criados en las iglesias de Estados Unidos se van antes de cumplir los 25 años de edad, “para nunca volver”, según el encuestador George Barna. Pero Spurgeon no fue criado en una iglesia “decisionista” que creía en la salvación a través de una “rápida oración”. Esa costumbre mortal, que condena el alma aún no había entrado en las iglesias. ¡Y así, el “joven predicador” tomó I Pedro 2:7 como el texto de su primer sermón – y predicó con gran vigor y unción! (Traducción de Information on C. H. Spurgeon’s first sermon based on Thomas J. Nettles, Ph.D., Living By Revealed Truth: The Life and Pastoral Theology of Charles Haddon Spurgeon, Christian Focus Publications, 2013, pp. 58, 59).
“Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso” (I Pedro 2:7).
Voy a dar dos puntos sugeridos por este texto.
I. Primero, ¿quienes son los que creen?
“Para vosotros…los que creéis, él es precioso” (I Pedro 2:7).
La mayoría de las personas de hoy son incrédulas. Los creyentes verdaderos son cada vez más difíciles de encontrar, incluso en los seminarios teológicos. John S. Dickerson ha escrito un libro que cada pastor y cada Cristiano serio deberían leer. Se titula La Gran Recesión Evangélica [The Great Evangelical Recession] (Baker Books, 2013). No estoy de acuerdo con mucho de lo que se da en la segunda mitad del libro, pero la primera mitad se debe poner en tu lista de “lectura obligatoria”. Aquí está lo que el Sr. Dickerson dice sobre nuestras iglesias evangélicas y fundamentalistas:
La iglesia Norteamericana está al borde de una recesión espiritual. Nuestra membresía en general se está reduciendo. [La Gente] joven está huyendo [de las iglesias]. Nuestras donaciones se están secando. El fervor político nos está dividiendo. A pesar de que esta crisis sucede en la iglesia internamente, la cultura de los Estados Unidos que una vez fue amistosa se está convirtiendo rápidamente hostil y antagónica...
El Pastor John Dickerson identifica seis factores que están deteriorando radicalmente la iglesia Norteamericana... (cubierta posterior).
Él dice que el número de evangélicos y fundamentalistas es inflado enormemente. Él dice que sólo alrededor del 7% de los Estadounidenses son evangélicos o fundamentalistas. Él dice que el resto de las personas en nuestro país hoy en día nos odian. Él dice que estamos en el borde de la quiebra. Él dice que del 80 al 90% de nuestros jóvenes dejan la iglesia a la edad de 25 años y nunca regresan. Él dice que estamos divididos, con un 70 % de nosotros que ya no apoyamos la derecha religiosa y el Partido Republicano. Él dice que los evangélicos y los fundamentalistas no están creciendo lo suficientemente rápido como para seguir el ritmo de crecimiento de la población. Él dice: “El porcentaje de evangélicos disminuye con cada nueva generación, mientras que el porcentaje de agnósticos y ateos aumenta en las nuevas generaciones. Con el tiempo el efecto será un cambio de cultura similar a un maremoto cuando las viejas generaciones van pasando...el 45 por ciento de los evangélicos morirá en los próximos veintinueve años – lo que significa que los evangélicos [van] a caer de un 7 por ciento de Estadounidenses al 4 por ciento o menos. [Así] los Estados Unidos del 2030 o el 2040 será radicalmente más secular y ateo que muchos [de nosotros] podamos imaginar” (ibid., págs. 113, 116). También muestra que las mega-iglesias, como las de Rick Warren y Joel Osteen, hacen muy pocos conversos del mundo. Sólo crecen por las transferencias de las iglesias más pequeñas – ¡por lo que no añaden gente al número de evangélicos en conjunto! (ibid., págs. 117, 118).
Él dice que el número total de “creyentes” está disminuyendo cada año en los Estados Unidos, pero, como hemos demostrado en nuestros libros, Predicando a Una Nación Moribunda y La Apostasía De Hoy, ¡la gran mayoría de los evangélicos y los fundamentalistas no son nacidos de nuevo, no son convertidos, no son salvos! ¡Una razón es porque hay muy poca predicación del Evangelio de Jesús! No es de extrañar que el Dr. Michael Horton se vio obligado a escribir un libro titulado, Cristiandad Sin Cristo [Christless Christianity: The Alternative Gospel of the American Church] (Baker Books, 2008). Cada pastor debe leer el libro del Dr. Horton, y el libro de John Dickerson. La primera mitad del libro de Dickerson es muy importante. Pero ten en cuenta que en lo personal creo que la segunda mitad de su libro es inútil. Depende en “técnicas” en vez de conversiones dadas por Dios y avivamiento dado por Dios.
La forma del “avivamiento” del cual Dickerson habla está construido sobre el modelo de Finney, que el Dr. David Wells criticó llamándolo “algo que puede ser diseñado por la iglesia con las técnicas adecuadas (traducción de David F. Wells, Ph.D., No Place for Truth: or Whatever Happened to Evangelical Theology?, Eerdmans, 1993, p. 296).
Auto-cambios en la iglesia, por supuesto, no producen un avivamiento verdadero. Pero Dickerson continúa diciéndonos que podemos tener “avivamiento” al usar su forma de “Finneyismo”. Estoy completamente de acuerdo con el Dr. David Wells que esta especie de “avivamiento” no puede ayudarnos. El Dr. Wells dijo: “Lo que la iglesia necesita ahora no es avivamiento sino reformación” ( ibid.). Eso es lo que el Dr. Tozer quiso decir cuando dijo: “El mundo evangélico completo es en gran medida desfavorable para el Cristianismo saludable...me refiero a la gente que cree la Biblia”. “Debemos tener una reforma nueva. Tiene que venir una ruptura violenta con esa...religión pagana que pasa hoy por fe en Jesús y está siendo difundida por todo el mundo” (traducción de A. W. Tozer, D.D., Of God and Men, pp. 12-13; We Travel an Appointed Way, pp. 110-113).
La raíz de nuestros problemas está en el hecho de que muchos evangélicos y fundamentalistas no son convertidos. Ellos son “creyentes” de algunas doctrinas. Ellos son “creyentes” de algunos versículos de la Biblia. Pero Jesús Mismo no es precioso para ellos porque no son “creyentes” en Jesús, en el sentido Bíblico de la palabra.
“Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso” (I Pedro 2:7).
Spurgeon dijo que esto se refiere a creer en Jesús Mismo. Dijo que creer verdaderamente es “cuando un hombre cree en Jesús, él descansa sobre él...[Él puede decir] 'Yo creo en ese Hombre glorioso; mi confianza está en él’ [Jesús es] toda su salvación y todo su deseo...si eres un creyente en y sobre él, él será valioso para ti más allá de toda comparación” (C. H. Spurgeon, The Metropolitan Tabernacle Pulpit, Pilgrim Publications, 1978 reprint, volume 54, pp. 470, 471).
“Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso” (I Pedro 2:7).
Hasta que no seas convencido de tu pecado no sentirás la necesidad de confiar en Jesús Mismo. Hasta que seas convencido de pecado esconderás tu rostro de Él, y no le estimas (Isaías 53:3). Pero cuando el Espíritu Santo te hace sentir la rebelión y la maldad desesperada de tu corazón, estarás disgustado contigo mismo. Sólo entonces sentirás que Jesús es precioso.
Puede que tengas que pasar por mucha convicción antes de que tú obstinado, pecaminoso corazón se rinda ante Jesús. Cuando sientas que no tienes ninguna esperanza, ninguna en este mundo, cuando sientas que eres un miserable pecador, sin esperanza de cambiarte a ti mismo, entonces podrás ser persuadido a confiar en Jesús Mismo y ser lavado de tus pecados por Su Sangre preciosa. Entonces, y sólo entonces, serás un creyente en Jesús, en el sentido de nuestro texto.
“Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso” (I Pedro 2:7).
II. Segundo, ¿por qué es Jesús precioso para los que creen?
La palabra Griega traducida “precioso” es “teemay.” Significa valioso, costoso, que no tiene precio (Strong). ¡Solamente cuando sientes que estás perdido en pecado vendrás a Jesús y confiarás en Él – solamente entonces, nunca antes de eso! ¡Y cuando tú confíes en Él verás que Él, y Él solamente no tiene precio, es valioso, y precioso! Entonces, y solamente entonces, podrás cantar de tu corazón las palabras que el Sr. Griffith cantó hace un momento:
Preciosos es Jesús, mi Rey y Salvador,
Loores le canto gozoso a Él
A Él pido fuerzas en mi debilidad,
Preciosos es Jesús para mí.
Preciosos es Él para mí, precioso es Él para mí,
El Cielo en mi ser, es Jesús conocer,
Precioso es Él para mí.
(Traducción libre de “For He is So Precious to Me”
por Charles H. Gabriel, 1856-1932).
¡Después de haber confiado en Jesús, Lutero podría haber cantado esa canción! ¡Después de haber confiado en Jesús, el gran Whitefield la podría haber cantado! Y todos los predicadores que siguen también la podrían haber cantado – John Bunyan, John Wesley, William Romaine, Augustus Toplady, John Newton, Robert Hall, Jonathan Edwards, Timothy Dwight, Gilbert Tennent, William Williams, Howell Harris, Daniel Rowland, Christmas Evans, Charles Simeon, Robert Murray McCheyne, C. H. Spurgeon, Martyn Lloyd-Jones, A. W. Tozer, ¡y decenas de miles de otros que confiaron en Jesús, hallaron paz por creer en Él, y predicaron a Jesús y Él crucificado hasta el fin de sus días! El comentador Puritano John Trapp (1601-1669) dijo que Jesús es “Miel en la boca, música en el oído, y gozo en el corazón”.
“Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso” (I Pedro 2:7).
El gran Spurgeon, el “Príncipe de Predicadores” dijo que Jesús es
Precioso es Su esencia – ¡en quien Él es!
Precioso porque Él no puede ser comprado – ¡ya que Él no tiene precio!
Precioso porque Él el no puede ser igualado – ¡ya que Él es totalmente único!
¡único en Su clase!
Precioso porque Él no se puede perder – ¡ya que una vez confíes en Él
nunca lo puedes perder!
Precioso porque Él no puede ser destruido – ¡ya que Él vive siempre
en lo alto!
Precioso por lo que Él hace por nosotros –
Él tomó nuestra culpa sobre Sí Mismo y murió para pagar la pena de nuestro pecado, como sustituto nuestro. ¡Él resucitó de los muertos y vive a la diestra de Dios, intercediendo por nosotros! ¡Orando por nosotros! ¡Él nos da perdón! ¡Él nos da paz con Dios! ¡Él nos da la vida eterna! ¡Él nos da esperanza! ¡Él nos da fuerza! ¡Él nos da respuesta a la oración!
¡Jesús es precioso por sobre todo lo demás en los corazones de aquellos que verdaderamente creen y confían en Él! Como John Trapp dijo: ¡Él es “Miel en la boca, música en el oído, y gozo en el corazón” de aquellos que confían en Él! Ellos pueden decir con el Apóstol Pablo:
“Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor” (I Corintios 1:30-31).
Preciosos es Él para mí, precioso es Él para mí,
El Cielo en mi ser, es Jesús conocer,
Precioso es Él para mí.
“Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso” (I Pedro 2:7).
Jesús es valioso. De hecho, Él no tiene precio. Él tiene mayor valor que todas las joyas, todo el honor, y toda la gloria de este viejo mundo. Ven a Jesús. Él murió por tu pecado – como tu sustituto – sobre la Cruz – para que tú nunca fueras castigado por tu pecado si confías en Él. Él está vivo – a la diestra de Dios, arriba en el Cielo – para que nunca mueras si confías en Él. ¡Tus pecados serán perdonados y tendrás vida eterna – cuando confíes en el Salvador, Jesucristo! ¡Él te ama! ¡Él te salvará! ¡No tengas miedo! ¡Confía en Él ahora, esta mañana, ahora mismo! Él te salvará. Él te salvará. ¡Él te salvará ahora!
Si deseas hablar con nosotros sobre confiar en Jesús, por favor deja tu asiento y camina hacia la parte de atrás del auditorio. El Sr. John Samuel Cagan te llevará a otro salón donde podremos orar y hablar. Si quieres convertirte en un verdadero Cristiano, ve a la parte de atrás del auditorio ahora. Dr. Chan, por favor ore para que alguien confíe en Jesús esta mañana. Amén.
(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída Antes del Sermón por el Sr. Abel Prudhomme: I Pedro 2:1-8.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“For He is So Precious to Me” (por Charles H. Gabriel, 1856-1932).
EL BOSQUEJO DE ¡JESÚS ES PRECIOSO SOLO PARA por Dr. R. L. Hymers, Jr. “Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso” (I Pedro 2:7). I. Primero, ¿quiénes son los que creen? Isaías 53:3. II. Segundo, ¿por qué es Jesús precioso para los que creen? I Corintios 1:30-31. |