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EL EJEMPLO DE LOS PASTORES

por Dr. Kreighton L. Chan

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, 22 de Diciembre de 2013

“Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho” (Lucas 2:20).


¡La historia de Navidad es maravillosa y gloriosa! Y Hollywood jamás ha producido nada que se acerque al verdadero significado y espíritu de la Navidad.

¿Cómo podrían hacerlo? Pues la historia de Navidad salió del corazón y la mente de Dios Mismo. Y Él dirigiría todos los eventos por medio de Su amor, poder, y providencia. Hay muchos caracteres diferentes y tremendo drama. Tenemos el pathos de amor, odio, dolor y gozo. Hay suspenso e intriga. Hay gran liberación. El escenario incluye el pasado, el presente, y el futuro. ¡El plan de Dios para resolver la redención del hombre al fin había llegado! Comenzó cuando Él puso a Su Hijo en el vientre de la virgen María.

Dios eligió darle este mensaje del nacimiento de Jesús a pastores. Dios frecuentemente visita a los humildes y rechaza a los orgullosos. Este tema se halla a través de toda la Biblia. Lo vemos vez tras vez en la historia de Navidad. No se trata principalmente de los ricos o los pobres. Sino que es la condición del corazón lo que a Dios le interesa. Dios escogió a la humilde María y a José para ser los padres terrenales de Jesús. Pero también escogió a hombres sabios del oriente. Estos hombres eran sabios y ricos, pero de corazón humilde. Dios rechazó al orgulloso y malvado Herodes. También rechazó al mesonero. No cabe duda que el mesonero también era pobre. Pero también tenía un corazón duro al no hacer lugar para el bebe Jesús en su mesón. Y luego tenemos el ejemplo de los pastores humildes. El Apóstol Pablo dijo:

“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte” (I Corintios 1:26-27).

La mayoría de gente que el mundo considera sabia, poderosa e importante no es llamada por Dios. La mayoría de ellos son demasiado orgullosos para ser salvos. Dios usualmente los ignora. Y mientras tú permanezcas encantado con el mundo, Dios te dejará solo, también. En vez, aquellos que el mundo considera débiles y necios a menudo son llamados por Dios. Esto se ve en la historia de los pastores.

“Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho” (Lucas 2:20).

¿Qué habían “oído y visto” estos pastores que causó que rompieran en glorificar y alabar a Dios?

I. Primero, los pastores oyeron lo que el ángel dijo acerca de Jesús.

“Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor” (Lucas 2:10-11).

El ángel era el mensajero de Dios para los pastores. Él trajo “nuevas de gran gozo” para “todo” el pueblo. ¡Jesús el Salvador había nacido! Estas eran las nuevas para el mundo. Pero le trajo gozo solamente a aquellos que sentían la necesidad de un Salvador – y no a otros. La mayoría del mundo no tiene un sentido de pecado ni de la necesidad de un Salvador. Es por eso que el mensaje de Navidad no los emociona.

No fue así con los pastores. ellos sabían que este no era un nacimiento normal. Jesús fue anunciado como el Salvador del mundo. Ellos sabían en su corazón que ellos eran pecadores. Ellos sabían que este gran mensaje era para ellos. Como los pecadores humildes escucharon atentamente. En el Evangelio de Mateo el nombre de Jesús lo dice todo.

“Y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21).

Los pastores creyeron que Jesús podía salvarlos de sus pecados. Los pecadores oyeron el mensaje atentamente.

Jesús tiene otro nombre:

“Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros” (Mateo 1:23).

Estos humildes pastores sin duda creían en Dios. Pero en realidad no conocían a Dios. No tenían compañerismo verdadero con Él. Pero ahora por medio de Jesús, nuestro “Emanuel”, Dios estaba con ellos. Ellos podían conocer al Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Santa Trinidad. Y por medio de la fe en Jesús ellos podían conocer a Dios el Padre. Ellos escucharon atentamente al ángel. Ellos lo oyeron cuidadosamente. Como resultado, ellos recibieron los beneficios que Jesús ofrecía.

“Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído… como se les había dicho” (Lucas 2:20).

El mensajero de Dios les dijo a los pastores de la salvación por medio de Jesús. Ellos escucharon con atención a lo que él les dijo. Pero tú dices: “Si yo oyera un mensaje sobre Jesús de un ángel, yo le escucharía cuidadosamente también”. Pero la Biblia dice:

“¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Romanos 10:14).

El ángel trajo el mensaje de la salvación por Jesús a los pastores. Esta noche, yo soy el predicador que ha sido enviado por Dios para hablarte. ¡Tú tienes que escucharme tan atentamente como ellos escucharon a aquel ángel! La Biblia dice:

“¿Cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Romanos 10:14).

Tú tienes que creer lo que yo predico sobre Jesús o no serás salvo.

II. Segundo, los pastores vinieron pues apresuradamente a Jesús.

“Sucedió que cuando los ángeles su fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre” (Lucas 2:15-16).

¡Después de oír sobre Jesús, los pastores vinieron a Él! Ellos vinieron a Jesús apresuradamente.

La salvación comienza por oír la palabra de Dios. Después de oír la palabra de Dios Él te dará fe para creer en Jesús. ¡Qué felices estuvieron los pastores cuando vinieron a Jesús! Como resultado:

“Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho” (Lucas 2:20).

Los pastores se regocijaron cuando vinieron a Jesús. Jesús se volvió el Salvador de ellos. Los pastores se sintieron como la Sulamita del Cantar de los Cantares:

“Hallé luego al que ama mi alma; Lo así, y no lo dejé”
      (Cantar de los Cantares 3:4).

Ellos fueron llenos de gran gozo cuando hallaron a Jesús. ¡Ellos no podían parar de glorificar y alabar a Dios por Su bondad!

Pero algunos de ustedes no se regocijan esta Navidad. No tienes el gozo y la satisfacción que estos simples pastores tenían. Porque no conoces a Jesús, Dios no es real para ti, y tú eres dejado en tus pecados.

Yo duermo con “sueño profundo”. Cuando estoy dormido estoy muerto al mundo. La alarma de mi reloj puede estar sonando. Puede haber un terremoto de 6.7 en la escala de Richter sacudiendo la casa como cuando fue el terremoto de Northridge. Pero sigo dormido. En mi sueño profundo en realidad no “oigo” estas cosas. Pero si la Sra. Chan dice mi nombre en voz baja “Kreighton”, yo me despierto de inmediato y me siento derecho. ¿Por qué? Porque todo el ruido fuerte y el sacudir no me habla personalmente. Así que no consiguió mi atención. Pero mi nombre significa que alguien me está hablando, y yo sí le pongo atención a eso.

Y es así con algunos de ustedes. Tú nunca has sido “despertado” a tu condición pecaminosa y a tu necesidad de Jesús. Tú has oído sermón tras sermón. Pero permaneces espiritualmente dormido. Como pecador no convencido los sermones en realidad no te hablan a ti. Realmente no los has oído. Los sermones solamente son “ruido” para ti, como la alarma del reloj que no te despierta. Y sin oír atentamente a la predicación, nunca puedes ser salvo.

Hay otras razones por tu falta de oír. Muchos de ustedes no pueden enfocar la mente lo suficiente en la predicación para realmente recibirla. ¡Oh, la maldición de los aparatos modernos de nuestro día que distraen la mente! Tú tienes que hacer el tiempo para meditar sobre cosas serias e importantes. Cosas como tu alma eterna, tu pecado, y tu necesidad por Jesús.

Algunos pueden comenzar a oír y hasta ser movidos a venir a Jesús. Pero tú te retrasas y no vienes apresuradamente a Jesús. Tú le das tiempo al Diablo para quitar la palabra de Dios de tu corazón.

Para algunos de ustedes la voz y la atracción del mundo habla más fuerte que la voz del predicador. Así que este mensaje es ahogado. Tú respondes al mensaje que el mundo te ofrece. Pero no respondes al mensaje del Evangelio. Como oro que pronto respondas y vengas a Jesús.

“Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho” (Lucas 2:20).

III. Tercero, los pastores entonces le dijeron a otros acerca de Jesús.

“Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño” (Lucas 2:16-17).

Después de hallar a Jesús, los pastores dieron a conocer a otros lo que habían oído sobre Jesús. ¡Estos fueron los primeros evangelistas del Evangelio de Jesús! Los pastores vinieron a Jesús y confiaron en Él. Ellos hallaron que Jesús realmente es el Salvador. Ellos se regocijaron que todos sus pecados fueron perdonados. Ellos tuvieron vida nueva en Jesús. Y ellos le tuvieron que contar a otros lo que Jesús había hecho por ellos. Este es el verdadero evangelismo hecho de un corazón cambiado. Este es el resultado de una conversión verdadera por un encuentro verdadero con Jesús. Lo que era cierto de los Apóstoles Pedro y Juan era cierto de estos pastores también.

“Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído
       (Hechos 4:20).

Un verdadero converso tiene que decir a otros lo que él ha “visto y oído”. Él ha oído el mensaje de la salvación por medio de Jesús. Él ha encontrado al Jesús vivo. Él ha tenido una maravillosa experiencia de conversión. Todo es tan real. No te lo puedes guardar para ti mismo. Tienes que decirles a otros las “buenas nuevas” del Evangelio. Tú tienes que traer a otros a la iglesia a oír la predicación del Evangelio para que ellos también puedan ser salvos. ¡No te importará que se burlen o te ridiculicen! Te volverás fuerte como Pedro y Juan cuando encuentres a Jesús.

Eso fue cierto en mi propia vida. ¡Después de mi conversión, me regocijaba con “gozo inefable y lleno de gloria”! Yo tenía que decirles a otros lo que Jesús había hecho por mí. No me podía contener. Yo soy muy tímido, pero no era tímido acerca de Jesús. No podía serlo. Nada más importaba. ¡Yo le tenía que decir a otros acerca de Jesús y traerlos a la iglesia conmigo! Esta fue también la experiencia de mi hermana en Jesús, Judy Cagan. Ambos éramos estudiantes de medicina en la UCLA. Y le decíamos a Budistas, Judíos, y otros jóvenes que necesitaban a Jesús. Nosotros los invitábamos a nuestra iglesia a oír el Evangelio. ¡Muchos de los estudiantes de medicina y miembros de la facultad estaban enojados, furiosamente enojados! Nos llevaron frente a un “Concilio de Honor”. Dijeron que habíamos actuado “sin honor”. Dijeron que como estudiantes de medicina éramos culpables de “hostigamiento” religioso. Dijeron que debíamos estar avergonzados de no guardar las normas de la Escuela Medica de UCLA. Nos reganaron y nos dijeron que jamás volviéramos a hablar de Jesús, y que no invitáramos gente a la iglesia. Nos amenazaron con que nuestras carreras estarían en riesgo si continuábamos evangelizando. Pero eso no opacó nuestro testimonio por Jesús. Nosotros continuamos. Me hicieron ir a un profesor evangélico débil le cual me dijo que no usara mi Cristiandad en público. Me dijo que le dejara de hablar de Jesús a los otros estudiantes. Gracias a Dios que no le escuché. Yo seguí testificando. ¡Mis calificaciones eras demasiado buenas para que me castigaran! ¡Fue entonces cuando me convertí en un verdadero discípulo de Jesús!

Y nota el patrón aquí. Primero, el ángel les dijo a los pastores sobre Jesús. Después de la conversión, estos pastores le dijeron a otros sobre Jesús. Mira de nuevo en tu Biblia y lee otra vez Lucas 2:17-18 con énfasis especial en “decían”

“Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían” (Lucas 2:17-18).

Alza la vista por favor. Lo que se nos ha “dicho” a nosotros sobre Jesús debemos “decirle” a otros. Es así como el mensaje del Evangelio sale. Esto fue cierto en el primer siglo de la Cristiandad y es cierto en todos los periodos de avivamiento. ¿Cuántas veces no hemos oído a nuestro pastor contar del avivamiento en la Primera Iglesia Bautista China? Como una persona joven fue salva en el avivamiento y luego le dijo a sus hermanos y hermanas acerca de Jesús. Ellos los trajeron a la iglesia donde oyeron el Evangelio. Fueron salvos, y le dijeron a sus amistades sobre lo que Jesús significaba para ellos. Los trajeron a la iglesia, y ellos oyeron el Evangelio y fueron salvos. Después de varios años los padres de los jóvenes vinieron a la iglesia y fueron salvos.

¡Sigamos el ejemplo de los pastores! Digámosle a otros lo que Jesús ha hecho por nosotros. Traigamos a nuestros hermanos y hermanas, madres y padres, y amistades a la iglesia a oír el Evangelio. ¡Oh, hagámoslo! ¡Hagámoslo! ¡Debemos hacerlo!

Y ven a casa a la iglesia esta Navidad y el Año Nuevo. No te quedes en casa a solas. No celebres una Navidad “ciberespacial” frente a una computadora. ¡Regresa el Martes en la noche a las 7:30 y celebra la Víspera de Navidad con nosotros!

Jesús murió en la Cruz por tus pecados. El fue sepultado. Pero el tercer día Él resucitó físicamente del sepulcro. Él ascendió al Cielo y ahora está sentado a la diestra del trono de Dios. Este es el Evangelio de Jesús. Oh, yo oro que en verdad lo oigas y confíes en Jesús. Él te recibirá. Él te salvará. Su Sangre lavará todo tu pecado. Luego ve y trae a otros a Él.

¡Al mundo paz, llegó Jesús!
   Llegó ya nuestro rey;
Al corazón dejadle entrar,
   Cantadle hoy a él, cantadle hoy a él;
Cantad, cantadle hoy a él.
   (“Joy to the World” por Dr. Isaac Watts, 1674-1748).

¡Amén!

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Lucas 2:13-20.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
         “While Shepherds Watched Their Flocks” (por Nahum Tate, 1652-1715).


EL BOSQUEJO DE

EL EJEMPLO DE LOS PASTORES

por Dr. Kreighton L. Chan

“Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho” (Lucas 2:20).

(I Corintios 1:26-27)

I.   Primero, los pastores oyeron lo que el ángel dijo sobre Jesús,
Lucas 2:10-11; Mateo 1:21, 23; Romanos 10:14.

II.  Segundo, los pastores vinieron pues apresuradamente a Jesús,
Lucas 2:15-16; Cantar de los Cantares 3:4.

III. Tercero, los pastores entonces le dijeron a otros acerca de Jesús,
Lucas 2:16-17; Hechos 4:20; Lucas 2:17-18.