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SANDEMANIANISMO por Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40). |
Durante dos mil años ha habido un desacuerdo sobre si el verbo Griego traducido “escudriñar” está en el modo imperativo o el indicativo. ¿Jesús les dijo que escudriñaran las Escrituras, o estaba describiendo el hecho de que ellos las escudriñaron? Para mí es una pregunta sin importancia porque ese no es el punto principal que Cristo estaba haciendo. Yo creo que por eso el Espíritu Santo no dio el modo del verbo – porque Él quería que nos centráramos en la segunda mitad del versículo. Además yo personalmente creo que Cristo estaba describiendo lo que los fariseos estaban haciendo. ¡Escudriñaban las Escrituras – y lo hacían constantemente! ¡Cristo ciertamente no tenía que decirles que escudriñaran las Escrituras! El comentario del Dr. Gaebelein dice: “Ellos estudiaron minuciosamente el AT [Antiguo Testamento] tratando de extraer el máximo posible significado de sus palabras, porque creían que el estudio mismo les daría vida” (traducción de Frank E. Gaebelein, D.D., editor, The Expositor’s Bible Commentary, Zondervan, 1981, volumen 9, p. 68; nota sobre Juan 5:39).
Al no darnos el modo del verbo traducido “escudriñar” el Espíritu de Dios centra la atención en el punto más importante – que pensaban que tenían vida eterna a través de estudiar y creer las Escrituras... “Os parece que en ellas tenéis vida eterna”. Matthew Henry dijo: “Buscaban [vida eterna] en la lectura y estudio de las Escrituras. Era común pero corrupto dicho entre ellos, ‘El que tiene las palabras de la ley, tiene vida eterna’; creían que tenían el cielo seguro si podían decir de memoria...los pasajes de las Escrituras mientras eran dirigidos por la tradición de los ancianos” (Matthew Henry’s Commentary on the Whole Bible, Hendrickson Publishers, edición de 1996, volumen 5, p. 753; nota sobre Juan 5:39).
Estaban dispuestos a escudriñar las Escrituras y creerlas, pero no estaban dispuestos a venir a Jesús. ¡Ellos sustituyeron la creencia en versículos de la Biblia por venir a Cristo! ¡Eso es lo que enseña el texto – y de hecho es una lección muy importante!
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40).
Eso nos lleva al error de Sandemanianismo que condena el alma, un error que ha llenado nuestras iglesias con miles de personas no salvas que creen que son Cristianos, cuando, en realidad, son hijos del Diablo, dirigiéndose a las llamas eternas del Infierno. ¿Qué es Sandemanianismo? Es una doctrina que fue enseñada por primera vez por un pastor de la Iglesia de Escocia llamado John Glas (1695-1773), y luego popularizada por su yerno Robert Sandeman (1718-1771). Su enseñanza principal era ésta – que aceptes lo que la Biblia dice acerca de Cristo con tu mente, y eso es todo lo que es necesario. Para ser salvo, sólo crees lo que la Biblia dice acerca de Cristo. En realidad es el mismo error que el de los fariseos que decían: “El que tiene las palabras [de la Biblia], tiene vida eterna”. El Dr. Lloyd-Jones dijo: “Tú aceptas eso con la mente, y eso es todo lo que se necesita... Se mantiene frío al margen de cualquier manifestación de sentimientos al ejercitar una vida religiosa. Esa es la esencia misma del asunto” (traducción de Martyn Lloyd-Jones, M.D., “Sandemanianism,” in The Puritans: Their Origins and Successors, The Banner of Truth Trust, edición 1996, p. 175).
Robert Sandeman dijo que todo el que entiende la muerte y resurrección de Cristo, y cree que los hechos realmente sucedieron como dice la Biblia, es salvo (traducción de Lloyd-Jones, ibid., P. 174). Hoy en día el Sandemanianismo es un error importante en nuestras iglesias. Envía millones al Infierno. ¡Hay gente aquí esta mañana que creen este error mortal! ¡Por lo tanto, presta mucha atención a este sermón, ya que puedes ser uno de ellos!
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40).
Aprendemos dos cosas importantes de este texto.
I. Primero, creer la Biblia no te salvará.
Los Judíos a quien Cristo habló creían la Biblia. Pero ellos no vinieron a Jesús. Hay algunos aquí en esta mañana que creen la Biblia. Incluso creen lo que la Biblia dice acerca de Jesús. Crees que Él bajó del Cielo. Crees que Él nació de una virgen. Crees que tomó tus pecados sobre Él. Crees que padeció bajo el peso de tu pecado en el Huerto de Getsemaní, donde el “...sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:44). Crees que Él fue azotado en la espalda. Crees que los pecadores son sanados por Sus heridas. Crees que Él fue clavado a una cruz. Crees que Él llevó nuestros pecados allí. Crees que Él murió para hacer el pago completo por el pecado en la cruz. Crees que Él resucitó físicamente de entre los muertos. Crees que Él ascendió de nuevo al Cielo, a la diestra del Padre. Crees que Él está orando por los pecadores. Crees que Él viene otra vez para recibir a los Suyos en el Rapto. Crees que Él viene a través de las nubes para reinar en la tierra por mil años. Incluso crees que nadie puede ser salvo sin venir a Jesús. Pero, a pesar de que crees que todas esas cosas, todavía Cristo dice de ti:
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
Algunos de ustedes están confundidos. Te preguntas cómo puedes creer todas esas preciosas verdades de la Biblia y no ser salvo. No has entendido el hecho de que nadie se salva por creer las Escrituras. El Apóstol Pablo dijo a Timoteo:
“...has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (II Timoteo 3:15).
Ahí está tu error. Crees lo que la Biblia dice acerca de Jesús sin “la fe que es en Cristo Jesús” Mismo. En otras palabras, eres como los Judíos que Jesús habló cuando dijo:
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40).
Debo decirte de nuevo, tan fuerte como sea posible – ¡creer en la Biblia no te salvará a menos que vengas a Jesús Mismo! ¡Solo creer en la Biblia, como un fin en sí mismo, es la doctrina mortal de Sandemanianismo!
El Dr. A. W. Tozer habló en contra de ella constantemente. En un capítulo titulado, “¿Enseñado por la Biblia o enseñado por el Espíritu?” El Dr. Tozer dijo:
Puede sorprender a algunos lectores el sugerir que hay una diferencia entre ser enseñado por la Biblia o enseñado por el Espíritu. Sin embargo así es...
La mayoría de nosotros estamos familiarizados con las iglesias que enseñan la Biblia a sus hijos desde los años más tiernos, les dan instrucción larga en el catecismo [o clase de Biblia] y aún así no producen en ellos un Cristianismo vivo ni una piedad viril. Sus miembros no muestran evidencia de haber pasado de muerte a vida. Ninguno de los [puntos] de la salvación tan claramente indicados en las Escrituras se encuentran en ellos. Su vida religiosa es correcta y razonablemente moral, pero mecánica y totalmente carente de brillo...
Estas personas no pueden descartarse como hipócritas. Muchos de ellos son patéticamente serios. Simplemente son ciegos. Por falta del espíritu vital se ven obligados a llevarse bien con la forma externa de la fe, mientras que todo el tiempo su corazón tiene hambre de realidad espiritual y no saben lo que está mal con ellos...Jesucristo Mismo es la Verdad, y Él no puede ser limitado a meras palabras... (traducción de A. W. Tozer, D.D., “Bible Taught or Spirit Taught?”, The Root of Righteousness, Christian Publications, edición 1986, pp. 35, 36, 37).
El Dr. Tozer expuso la doctrina falsa de Sandemanianismo. El Dr. Lloyd-Jones dijo que Sandemanianismo “... es un tema muy actual. De hecho, yo iría más lejos y sugeriría que se trata de uno de los principales problemas que se nos presentan en la actualidad” (ibid., p. 177).
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40).
II. Segundo, debes ser sacudido de tu letargo.
En algún momento lee el mensaje completo que Cristo predicó a esos incrédulos en el quinto capítulo de Juan. Él les dijo:
“También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis” (Juan 5:37, 38).
Esa era predicación fuerte. Ese era el tipo de predicación que nuestros antepasados escucharon en el Primer Gran Despertamiento. Whitefield, Edwards, Wesley, Howell Harris, y los otros grandes predicadores de ese tiempo fueron hasta la raíz del asunto. ¡Y Robert Sandeman los odiaba por ello! El Dr. Lloyd-Jones dijo:
Los que mantienen el punto de vista del Sandemanianisno siempre se oponen a la predicación cálida, emocional, y cualquier predicación que tendría el efecto de unir a las personas a un sentimiento...del hecho de que son pecadores, y del terror de la Ley, y que iban a enfrentar a un Dios santo, y que tendrían que ser santos antes de enfrentarle...Christmas Evans [un gran evangelista Bautista] señaló cómo los [Sandemanianos] siempre se opusieron a la ‘predicación cálida’. A ellos no les gustaba eso. Ves [los Sandemanianos dijeron] simplemente tenías que presentar la evidencia... (ibid., p. 185).
Robert Sandeman y sus seguidores literalmente odiaban la predicación de Whitefield, Wesley, Howell Harris, Daniel Rowland Christmas Evans y los otros hombres llenos del Espíritu que predicaban con la eternidad estampada en su frente en el Primer Gran Despertamiento.
Un Sandemanianista cree que puede “enseñar” a las personas ser salvas. Tal pastor no cree que haya necesidad de predicación “dura” sobre el pecado y la Ley. Los hombres como él piensan que la fuerte predicación de “Ley” sólo molesta a la gente innecesariamente. Un pastor me dijo eso, y le pregunté: “¿Puedes ‘enseñarle’ a una cabra ser una oveja?” Esa fue una idea nueva para él. Miró hacia el suelo y no me respondió. Pero es una buena pregunta. “¿Se puede enseñar a una cabra ser una oveja?” Después de cincuenta y cinco años en el ministerio puedo responder a esa pregunta con un rotundo “¡NO!” Puedes “enseñar” el Evangelio hasta que la cara se te ponga azul y la cabra seguirá siendo una cabra. ¡Toma un milagro para que una cabra se convierta en una oveja! Y el milagro de la conversión suele acompañar predicación de Ley llena del Espíritu – sobre el pecado y el juicio, y la desesperanza sin Cristo! El Dr. Lloyd-Jones, al hablar de Sandemanianismo, dijo: “Puedes predicar mecánicamente, puedes predicar con frialdad, puedes orar mecánicamente, puedes orar con frialdad. El efecto de esta enseñanza sobre Christmas Evans fue robarle la calidez y la sensación y la urgencia que había conocido, y la introducción de esta terrible frialdad a él” (Lloyd-Jones, ibid., Pp 186-187).
Hace tiempo un pastor que nunca grita y nunca llora cuando ora o da sermones reprendió al Sr. Lee por orar demasiado alto. El problema no era con el Sr. Lee, sino con el pastor que, citando al Presidente Theodore Roosevelt, ora y predica como “aquellas almas frías y tímidas que no conocen ni la victoria ni la derrota”. Le dije al señor Lee que no prestara atención a ese pastor porque obviamente sabe muy poco acerca de oración sincera de corazón, agonizante. Todo lo que conoce es la oración Sandemaniana fría y sin vida que él ha escuchado en las iglesias Bautistas de nuestro tiempo. ¡Pobre hombre! ¡Nunca ha visto un avivamiento! ¡Tan sin vida, y tan triste!
“Sí”, dices, “¡Eso es bueno! El Sr. Lee pone todo su corazón en sus oraciones. ¡Eso es bueno!” Pero ¿puedo hacerte una pregunta? ¿Pones tú todo tu corazón para encontrar a Cristo? ¿O eres tan frío y sin vida en tu búsqueda de Cristo como ese hombre lo es en sus oraciones? ¡Yo digo que no estás del lado del señor Lee en absoluto! ¡Yo digo que estás en el mismo lado como un pastor Sandemanianista! Estás en el lado Sandemanianista. Tu búsqueda de Cristo no es apasionada y ferviente. No estás serio y emocionalmente involucrado en tu búsqueda de Cristo ¿verdad? No veo lágrimas en tus ojos mientras vas con indiferencia al cuarto de consejo. Yo digo que eres tan frío y tímido como un predicador que tiene demasiado miedo a levantar la voz en la predicación o en la oración – ¡porque tiene miedo de algunas mujeres “importantes” en su iglesia! “Sí”, tú dices: “¡Un hombre así tiene miedo de algunas señoras en su iglesia!” Bueno, ¿a quién le tienes miedo? ¿Por qué nunca escuchamos un grito fuerte o una oración fuerte de ti? Porque eres un Sandemanianista, ¡por eso! ¡Tú mismo eres un Sandemanianista frio y muerto!
Vienes suavemente al cuarto de consejo y dices: “Yo confío en que Jesús murió por mí”. ¡Confías en que Él murió por ti! ¡Qué delicado y cortés de espíritu eres! No puedes ser valiente y decir: “Él murió por mí”. ¡Oh, no! “Confío en que Él murió por mí”. ¡Una doctrina! ¡Una doctrina! ¡“Que” Él murió por mí! ¡Confías en una doctrina – y no Cristo Mismo! ¡No has cambiado el Sandemanianismo! ¡Eres un suave Sandemanianista! Sandemanianista cegado por el Diablo. ¡No vas a confiar en Jesús Mismo! ¡Oh, no! ¡Eres demasiado delicado para eso! ¿Confíar en Jesús Mismo? ¡Oh, no! Eso sería demasiado complicado. ¡Podrías llorar! ¡Puede caer un poco de Su Sangre en tu ropa! Dices, “¡No puedes esperar que esté tan cerca de Él! Voy a estar por aquí, muy limpio, y ‘¡voy a confiar que Él murió por mí!’ O ‘Voy a confiar que Él limpie mis pecados’”. ¿Vas a confiar en Cristo Mismo? “¡Oh, eso es un muy radical! Podría hacerme llorar. No, no voy a venir directamente a Él. Voy a estar en silencio por aquí y simplemente confiar en que Él limpie mis pecados. Espero que lo entiendas”.
Sí, lo entiendo. Entiendo que eres uno Sandemanianista que, “no ensucio mis manos”. “Pero”, dices, “¡esto es tan difícil de entender!” ¡No, no lo es! Tenemos jóvenes que han estado aquí muy poco tiempo y vinieron a Cristo y fueron salvos. Tenemos jóvenes que confiaron en Cristo Mismo y fueron salvos, que sólo han estado aquí poco tiempo. Jin y Robert y Barry y Jackie confiaron en Jesús recientemente. ¡Así que no tienes excusa! Ninguna excusa para rehusarte deliberada e intencionalmente a confiar en Jesucristo Mismo. Y Jesús sabe lo podrido y rebelde pecador que eres, que no quieres venir al amado Hijo de Dios. Y Él nos dice:
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
El pastor Puritano Richard Baxter (1615-1691) dijo, y lo resumo en Español moderno,
Si fueras tan ansioso por conocer a Cristo como lo eres por sacar buenas notas, o hacer más dinero, no mirarías el costo o el dolor hasta que encuentras a Cristo.
Ahora, ¿no es eso verdad? ¿No es cierto que no tienes a Cristo porque has estado jugando como un débil, miedoso Sandemaniano? ¿Y no es cierto que la verdadera razón por la que no tienes a Cristo es porque tú no lo quieres? Quieres mantener tu pecado. No quieres dejar a tus amigos perdidos. Quieres seguir viendo pornografía. ¡Quieres mantener el control de tu propia vida! ¡No quieres que Cristo tome control de tu vida! ¿No es así? Ustedes Sandemanianos dicen de Cristo: “No queremos que éste reine sobre nosotros” (Lucas 19:14). Finges que no puedes confiar en Él – ¡pero la verdad es que te niegas a confiar en Él porque quieres seguir en tu pecado!
Tú sabes que es verdad. Yo sé que es verdad. Dios sabe que es verdad. ¿Por qué seguir fingiendo que no es cierto? Admítelo – no confías en Jesús porque no quieres que Él controle tu vida. ¿No es eso la verdad? Los Fariseos en nuestro texto no quisieron venir a Él porque no querían que Él cambiara sus vidas. Y tú no vienes a Él porque no quieres que cambie tu vida. Estás satisfecho viviendo en pecado. Y si continuas rechazando a Jesucristo, morirás en tus pecados. Esos Fariseos murieron en sus pecados, y tú morirás en tus pecados. ¡Y esa es la verdad absoluta! Morirás en tus pecados – un Sandemaniano perdido. ¡Morirás en tus pecados! Y Jesús te dice a ti: “Y no queréis venir a mí para que tengáis vida”.
No voy a decirte algo que no has oído antes en este sermón. ¡Sólo puedo decirte que Jesús te limpiará de todo pecado con Su Sangre cuando confías en Él, cuando vienes a Él y te tiras sobre Él! Si quieres hablar con nosotros acerca de eso ve a la parte de atrás del auditorio ahora. El Dr. Cagan te llevará al cuarto de consejo. Dr. Chan, por favor ore por los que respondieron. Amén
(END OF SERMON)
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La Escritura Leída Antes del Sermón por el Sr. Abel Prudhomme: Juan 5:33-40.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“The Wounds of Christ Are Open” (por Evangeline Booth, 1865-1950).
EL BOSQUEJO DE SANDEMANIANISMO por Dr. R. L. Hymers, Jr. “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40). I. Primero, creer la Biblia no te salvará, Lucas 22:44; II Timoteo 3:15. II. Segundo, debes ser sacudido de tu letargo, Juan 5:37, 38; Lucas 19:14. |