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MILLONES DE ESTUDIANTES DE COLEGIO PERDIDOS -
¿PERO ADÓNDE ESTÁN LOS BAUTISTAS?

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, 30 de Junio de 2013


Por favor voltea conmigo en tu Biblia a Mateo 9:37, 38, y ponte de pie para la lectura de las palabras de Cristo:

“Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:37, 38).

Se pueden sentar.

Algunas personas me han dicho que les parece un poco extraño que un pastor Reformado como yo a menudo cite Dr. John R. Rice (1895-1980). Pero no veo nada extraño en ello. Le dije a un pastor la semana pasada que me gusta estudiar a Richard Baxter (1615-1691), el Puritano, sobre la conversión. Pero he descubierto que yo también necesito leer a Dr. Rice sobre ganar almas. ¿Por qué? ¡Porque Dr. Rice nos dice que vayamos tras los perdidos – y Richard Baxter nos dice qué hacer con ellos después de conseguirlos! ¡Ese es un buen balance, si me preguntas!

Escuche atentamente a Dr. Rice. Dijo algo que debería ser muy interesante para todos nosotros. El Dr. Rice dijo:

      Es notable que tres veces en el Nuevo Testamento, en diferentes ocasiones, Jesús dijo casi lo mismo.
       A los doce, cuando fue movido con compasión sobre las grandes multitudes a su alrededor como ovejas que no tienen pastor, Él dijo: “a la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que se envíe obreros a su mies” (Mateo 9:37, 38). La cosecha era abundante entonces.
       Más tarde, ya los doce no podían entrar todas las puertas abiertas, no podían llegar a todos los lugares que necesitaban el Evangelio, Jesús envió a otros setenta. Ellos no eran nadie. No sabemos el nombre de uno de ellos. Evidentemente eran nuevos convertidos, no ovejas maduras, sino que “corderos”, que envió Jesús, “En medio de lobos”. Y Él les dijo: “La mies es mucha, mas los obreros pocos; Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Lucas 10:02). Oh, él no tenía Cristianos maduros y bien entrenados, así que envió a los nuevos conversos, porque la cosecha era tan grande.
       De nuevo, mientras Jesús habló a sus discípulos en la ciudad de Sicar en Samaria, habiendo ganado una mujer Samaritana y ella se había ido corriendo a la ciudad para decir a la gente: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?” – y mientras la gente del pueblo venían a ver al Salvador, Jesús dijo a sus discípulos: “¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega” (Juan 4:35).
       No tenemos casos en que Jesús haya indicado que la cosecha había terminado...no hay tipos de personas donde algunos no se puede ganar. No hay edad en la historia de la iglesia cuando el Evangelio pierda su poder, o cuando los pecadores no puedan ser llevados a confiar en el Salvador...entonces se da la Gran Comisión en Mateo 28:19, 20. Jesús terminó con la declaración simple: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Ciertamente tenemos que entender que esto significa que la presencia de Cristo dará un cierto grado de poder y éxito...Es la enseñanza unánime de las Escrituras que siempre hay gente que se puede ganar a Cristo, que la mies siempre está blanca (John R. Rice, DD, The Golden Path to Successful Personal Soul Winning, [La Senda de Oro para el éxito del Ganar Almas Personal], Sword of the Lord Publishers, 1961, pp 215-217).

Hace años conocí a un pastor Chino llamado Thomas Low. De hecho, el Hermano Low fue el primer pastor de la Iglesia Bautista China, donde fui miembro por veintitrés años. El Pastor Low solía citar las últimas palabras de la Gran Comisión en Mateo 28 cuando estaba desanimado. Cuando el Pastor Low hallaba difícil ganar almas, él decía: “Hay una promesa para mí en la Gran Comisión. Dice: ‘He aquí que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo’” (Mateo 28:20). El Pastor Low lo dijo en broma, pero en realidad es una promesa para todos nosotros.

“Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones…y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:18, 19, 20).

Yo sé que vivimos en tiempos oscuros y peligrosos. Sé que parece prácticamente imposible lograr que gente mayor escuche o responda a la invitación del Evangelio. Pero también sé que hay miles de gente más joven. Ellos se vierten dentro de las universidades todos los semestres. Estoy constantemente molesto por la apatía de la mayoría de las iglesias Bautistas modernas. ¿Dónde están los Bautistas? No debemos permitir que su letargia nos influya. Hay siempre nuevos jovenes que alcanzar, y Jesús dijo:

“Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa” (Lucas 14:23).

“Today We Reap” – ¡Cántala!

Seguemos hoy, o perdemos la Siega!
   Dios nos ha dado almas que ganar.
Salvemos pues amados de las llamas.
   Tragamos hoy un pecador aquí.
(Traducción de “So Little Time” por Dr. John R. Rice, 1895-1980).

Mi pastor de mucho tiempo, el Dr. Timothy Lin, fue un gran escolar de la Biblia, profesor y presidente de seminario. Pero también era un pastor muy sabio, probablemente el pastor más sabio que he conocido. Él varias veces nos dijo que fuéramos tras los jóvenes estudiantes de edad universitaria. Él dijo que las personas mayores están tan llenas de prejuicios que eran muy difíciles de ganar. Sin embargo, dijo que muchos jóvenes escucharán, entrarán en la iglesia, y serán salvos.

No teníamos mucho a nuestro favor en esa pequeña iglesia China. Solo había unas 80 personas cuando me uní a esa congregación cuando era yo un joven de 19 años que deseaba volverse misionero. No teníamos mucho que ofrecer, no había música especial o cualquiera de las cosas que la gente hoy en día piensa que necesita para ganar a los jóvenes. Pero teníamos la promesa de Jesús: “He aquí que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Además, estábamos totalmente dedicados en esa pequeña iglesia. Quiero decir, que estábamos dedicados del todo. ¡Estábamos dispuestos a trabajar con fuerzas para traer a los jóvenes perdidos!

Tengo una copia original de El Himnario Bautista [en Inglés], de alrededor de 1964, en mi estudio. Esa es toda la música que teníamos – sólo esos himnos. Pero el Dr. Lin fotocopiada unos coros y hacía que los pegáramos en el reverso de la portada del himnario. Yo estuve viendo la otra noche esos coros– y me brotaron lágrimas a los ojos. Éstos son algunos de esos pequeños coros el Dr. Lin nos hizo cantar en casi todos los servicios.

Gracias Señor, por salvar mi alma,
Gracias Señor, por completarme,
Gracias Señor, por darme a mí,
Tu gran salvación tan rica y gratis.

Ganar a alguien para el Señor,
Ganar a alguien para el Señor,
Señor, ayúdame a ganar
A alguien para el Señor.

¡Seguiré, yo seguiré a Jesús!
¡Yo le seguiré a dondequiera!
¡Seguiré, yo seguiré a Jesús!
¡Le seguiré dondequiera que me guíe Él!

Había un joven llamado On Lim en la iglesia. A veces bromeábamos con cantarle la ultima linea de ese coro, como “Seguiriamos a On donde fuera”. Yo vi a On hace unos meses en el banquete de la jubilación del Dr. Murphy Lum. Ahora On es un médico, y tiene su propia familia. Él era uno de los jovencitos que traíamos a la iglesia hace más de cincuenta años. Y luego cantábamos vez tras vez otro corito en frente del himnario.

Pescador de hombres te haré,
De hombres te haré, de hombres te haré,
Pescador de hombres te haré
Si me sigues a mí;
Si me sigues a mí, si me sigues a mí;
Pescador de hombres te hare
Si me sigues a mí.

Eso es todo lo que teníamos – solamente unos coritos y los Buenos himnos antiguos. Uno de los himnos que cantábamos es por Dr. B. B. McKinney,

Señor, da un alma a mi corazón,
   Y amala a través de mí;
Y que haga yo mi parte bien
   Para ganar esa alma a Tí.
Una alma a Ti, un alma a Ti,
   Señor, te ruego así;
Ayúdame en mi senda [hoy],
   Ganar una alma a Tí.
(Traducción de “Lord, Lay Some Soul Upon My Heart”
       por Dr. B. B. McKinney, 1886-1952).

¡Canta el coro conmigo!

Una alma a Ti, una alma a Ti,
   Señor, te ruego así;
Ayúdame en mi senda [hoy],
   Ganar una alma a Tí.

Sólo las damas canten el coro ahora (lo cantan). Ahora, a los hombres canten (lo cantan). Ahora todo mundo cante (lo cantan). ¡Amén y Amén!

Como he dicho, nosotros no teníamos mucho a nuestro favor. Había sólo como la mitad que nosotros tenemos aqui en nuestra iglesia esta noche. ¡Pero estábamos vendidos a Jesucristo! ¡Y trabajamos con fuerzas para ganar a los jóvenes! ¡He conducido a casa después de un día 15 horas (¡sin exagerar!) enseñando la Escuela Bíblica de vacaciones, tan agotado que tenía que abrir todas las ventanas de mi coche para no dormirme al volante! ¡Pero, ¿sabes qué? esos fueron días maravillosos, alegres! Son unos de los días más felices que yo he conocido. ¡Estábamos haciendo el trabajo que satisface al alma! ¡Estábamos haciendo un trabajo significativo, trabajo que produciría recompensas por toda la eternidad!...¡Y luego vino el gran avivamiento! ¡Cientos entraron entonces, noche tras noche! ¡Pronto llegó a ser la iglesia Bautista China mas grande en California! Pero eso vino después de diez años de orar y de trabajar como ninguna otra iglesia que he conocido. ¿Dios hará eso aquí? Tal vez. ¡Sí, de hecho, tal vez! Con guerreros de oración como el Sr. Kyu Dong Lee, Dios puede hacer descender el fuego del avivamiento en nuestra iglesia algún día. Pero ya sea que lo haga o no, siempre recordemos que “los campos...están blancos para la siega” (Juan 4:35). Continuemos obedeciendo a Jesús y

Ganar a alguien para el Señor,
Ganar a alguien para el Señor,
Señor, ayúdame a ganar
A alguien para el Señor.

Pescador de hombres te haré,
De hombres te haré, de hombres te haré,
Pescador de hombres te haré
Si me sigues a mí;
Si me sigues a mí, si me sigues a mí;
Pescador de hombres te hare
Si me sigues a mí. ¡Amén!

Por supuesto, nuestro objetivo no es sólo para hacer que alguien diga una supuesta “oración de pecador”. Eso no los hace entrar en la iglesia. ¡He visto a muy pocos entrar de esa manera – a muy pocos! ¡Casi nadie! ¡Creo que recuerdo conocer a uno hace como 25 años! No es muy productivo. Tenemos que amar a las personas perdidas lo suficiente para cuidarlos. Tenemos que traerlos a la iglesia, y no esperar que vengan por sí solos. Tenemos que alcanzar a aquellos que visitan nuestra iglesia. Tenemos que cuidar de cada uno que Dios nos da. Ahí es donde tú entras. Este es el ministerio para ti. Yo estuve tan contento de ver el video del cumpleaños 50 de Mr. Lee esta mañana. Vamos a verlo de nuevo en unos minutos mientras cenamos en el salón de compañerismo arriba. En el vídeo del Sr. Lee le vimos llevar a jóvenes nuevos en caminatas. El hace eso casi todos los Sabados. Sr. Lee, algún día verás alguno de esos jóvenes, como vi al Dr. On Lim en aquel banquete. Uno de los que cuidaste estará aquí cuando yo ya no esté y tú seas ya un anciano con el pelo cano. ¡Y eso va a emocionar tu corazón como nada en este mundo!

Me alegré de ver al señor Jack Ngann tomar un montón de jóvenes nuevos – unos 25 de ellos, y asegurarse de que la pasaban bien, el pasado Viernes por la noche. ¡Bien, Jack! ¡Más que bien! Su esposa tendrá un bebé en cualquier momento. ¿Qué están haciendo – se sientan desocupados en casa? ¡Oh, no! Jack y Sheila no sólo están aquí en la iglesia todos los servicios – sino que también están haciendo aún más – ellos cuidan de los nuevos, y hacen que se sientan como en casa aquí en la iglesia. Mi anciano pastor Chino Dr. Lin solía decir: “Tienes que hacer de la iglesia su segundo hogar”. ¡Hay sabiduría en eso, más sabiduría de la que he oído de cualquier pastor Estadounidense! "Tienes que hacer de la iglesia su segundo hogar." 

¡Sigue los ejemplos del Sr. Lee y Jack y Sheila Ngann! ¡Hazlo! ¡Hazlo! Obtén los números de teléfono de los nuevos visitantes. Llámalos. Envíales textos. Habla con ellos en la iglesia. Sientate con ellos. ¡Ayúdales, como alguien una vez te ayudó a ti! “¡Seguemos Hoy!” Canta la canción de Dr. Rice otra vez. Sólo el coro.

Seguemos hoy, o perdemos la Siega!
   Dios nos ha dado almas que ganar.
Salvemos pues amados de las llamas.
   Tragamos hoy un pecador aquí.

Amén. Pero hay algo más para ti que estás perdido. Sí, es bueno estar en una iglesia emocionante como ésta. Pero es aún más importante conocer a Jesucristo Mismo. Él murió en tu lugar, en la Cruz, para pagar la pena completa por tu pecado. Y Él derramó Su preciosa Sangre para limpiarte de todo pecado. Él está vivo ahora, arriba en el Cielo, orando por ti. Te pido que te voltees de tus pecados y te lances a la misericordia de Cristo. ¡Confía en Él y Él te salvará, perdonará tus pecados, limpiará tus pecados con Su Sangre, y te dará la vida eterna! Si deseas hablar con nosotros, quiero que salgas de tu asiento y camines hacia el fondo del auditorio ahora. Dr. Cagan te llevará a un lugar tranquilo donde podamos responder a sus preguntas y orar por ti. Ve ahora a la parte de atrás del auditorio. Ve ahora mismo a la parte de atrás del auditorio mientras cantamos el himno número 7 en la hoja de canciones.

Las llagas de Jesús muestran tan claro Su amor.
   Nos muestran ríos carmesí, de sangre de expiación,
De Sangre de expiación.

¡Cómo es que espinas con Sangre coronan a Jesús
   y clavan Sus manos y pies con tortura feroz!
¡Con tortura feroz!

Él Su cabeza inclinó, y al fin expiró
   Y cuando a Su trono se alzó, ora a nuestro favor,
Ora a nuestro favor.

Venid, ustedes que del pecado manchados están;
   Venid, en Su Sangre Lavaos, y así limpios serán;
Y así limpios serán.

Alaba al que con el Padre en el Cielo está
   Su Sangre nos redime hoy, Santifica Su Espíritu;
Santifica Su Espíritu.
    (“Jesus Wounded” por Edward Caswell, 1849;
         al son de “Majestic Sweetness Sits Enthroned”).

Dr. Chan, por favor guíenos en oración por los que han respondido. ¡Amén!

(FIN DEL SERMÓN)
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Puedes enviar en correo electronico al Dr. Hymers en Ingles a rlhymersjr@sbcglobal.net – o
puedes escribirle a P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015, Estados Unidos.
Llamale por telefono a (818)352-0452.

La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Lucas 10:1-3.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“So Little Time” (por Dr. John R. Rice, 1895-1980).