El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.
Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.
Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.
QUÉ PREDICAR EN EL DÍA DEL PADRE por Dr. R. L. Hymers, Jr. Un Sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (I Corintios 2:2-5). |
A través de los años se ha vuelto para mi más difícil predicar en el Día de la Madre – y particularmente el Día del Padre. ¡Al acercarse el día me preocupo más, porque no sé qué decir! En la semana antes del Día del Padre, mi ansiedad aumenta casi a un frenesí. Me hallo caminando de un lado a otro en mi estudio casi a punto de distracción. ¿Qué predicaré? ¿Qué diré? ¿De cuál texto predicaré? ¿Sobre qué tema he de hablar? Pero entiendan que esto no es algo que sucede ocasionalmente. ¡Oh, no! ¡Yo paso por esto todos los años!
Igual que siempre, me vuelvo al libro de Great Preaching on Fathers [Gran Predicación Acerca de los Padres] compilado por Curtis Hutson, e impreso por Sword of the Lord Publishers in 1989. Pero me di cuenta de que Curtis Hutson tuvo un problema parecido al mío. En la introducción del libro, Hutson dijo que “no hay muchos sermones disponibles” acerca de los padres, y “no fue tarea fácil compilar suficientes sermones para hace un libro sobre este tema” (ibid., Introducción).
Después de pensar mucho, yo creo que conozco la razón por la cual es tan difícil sacar un sermón del Día del Padre cada año. En el primer lugar, ¡no hay uno en la Biblia! Oh, de seguro, la Biblia habla específicamente sobre los padres aquí y allá. El Apóstol Pablo tiene varios versículos dirigidos a los padres. También el Apóstol Juan. Pero no hay sermón completo sobre los padres en el Libro de los Hechos. Y Jesús no dio un sermón completo sobre los padres. Además, los grandes predicadores de la historia – Agustín, Lutero, Wesley, Whitefield, Spurgeon, etc. no dieron muchos sermones sobre los padres. Sin embargo, yo no creo que esto sea una falla, o un error, de parte de ellos. Ahora esto podría parecer una herejía, pero yo simplemente no pienso que a los padres se les necesite predicar mucho, por así decirlo. Nota que digo: “por así decirlo”, porque en todo sentido verdadero el mensaje de la Biblia es para los padres, y los hombres en general.
Te diré otra razón. Los hombres no necesitan una flor o alguna placa o marcador de libro. Sí, hoy tenemos unos recuerdos, pero en realidad no fueron necesarios. Los hombres en realidad no necesitan tales cosas. De hecho, no creo que los hombres necesiten el Día del Padre. Yo no creo que lo necesiten, y creo que no muchos de ellos aun lo quieran. Es algo que la gente de Hallmark inventó para vender más tarjetas. Y las damas en la iglesia pensaron que era fantástico. Pero si tomaras una encuesta secreta de hombres en cualquier iglesia, te apuesto que la mayoría diría – “¡Nah! No necesitamos todo ese alboroto!”
Puedo pensar en un buen motivo para tener el Día del Padre en la iglesia, y es como excusa para conseguir que los hombres vengan a oír el Evangelio predicado. Y para serte franco, yo creo que esa es casi la única razón sensata, espiritual para celebrar el Día del Padre en la iglesia.
Cualquier cosa que logre que la gente vaya a la iglesia a oír la predicación del Evangelio es buena y sensata y espiritual. ¿Pero necesitan los hombres perdidos oír un sermón de cómo ser padre? Yo no creo que a un hombre que rechaza el Evangelio le ayude oír un estudio Bíblico de cómo ser un padre Cristiano. Y no creo que los hombres en nuestra iglesia necesiten un sermón el Domingo sobre ese tema. ¿Por qué tendrían los niños, los adolescentes, los adultos solteros, los que tienen hijos que ya partieron del hogar, los ancianos, y las damas, que pasar sentados una hora mientras el pastor le habla exclusivamente a los padres de niños pequeños? ¡No veo por qué! ¡Pero todo hombre, joven o viejo, salvo o perdido, casado o soltero, necesita oír el Evangelio de Cristo, y necesitan oírlo repetidamente!
Tú logras que un hombre venga a la iglesia todos los Domingos, logras que ese hombre se emocione por el Evangelio y con ganar almas, y consigues que ese hombre se ponga a trabajar y a orar para conseguir que otros vengan a oír el Evangelio – ¡y ese hombre, nueve de diez veces, automáticamente se volverá un gran padre Cristiano! Dios estará con ese hombre. Dios responderá las oraciones de ese hombre. ¡Ese hombre sacará más de la predicación del Evangelio de lo que jamás sacaría de una flor rosada, o un cuadro o un sermón débil del “Día de los Padres”! ¡Aleluya! ¡Cierto! ¡Tú sabes que sí!
“Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (I Corintios 2:2).
“Para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (I Corintios 2:5).
Comentando sobre I Corintios 2:2 John MacArthur dijo dos cosas que me parece que se contradicen. Primero, él dijo: “el enfoque de su predicación y enseñanza a los incrédulos era Jesucristo”. Pero luego en la misma nota, él dijo: “la predicación [palabra] de la cruz (1:18) era tan dominante en la iglesia temprana que los creyentes eran acusados de adorar a un hombre muerto” (traducción de John MacArthur, D.D., The MacArthur Study Bible, Word Bibles, 1997; nota sobre I Corintios 2:2). En la primera cita él dice que Jesucristo era el enfoque de la predicación de Pablo “a los incrédulos”. Pero en la segunda cita él dice que toda la predicación de la iglesia temprana era dominada por el mensaje de la cruz (ver I Corintios 1:18). ¿Cuál es cierta? La verdad es esta – el enfoque de la predicación de Pablo, a ambos salvos y perdidos, era “el mensaje de la cruz” (I Corintios 1:18, NKJV). ¡El mensaje de la cruz dominaba todas las epístolas de Pablo, y era el enfoque de su ministerio entero! La Biblia New King James [en Inglés] saca a luz el proceso de salvación y el proceso de perecer, que están claros en el texto Griego:
“Porque [el mensaje] de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (I Corintios 1:18, NKJV).
El Dr. MacArthur tenía razón cuando dijo: “la respuesta que uno da a la cruz de Cristo determina cual. A los que rechazan a Cristo, que están en el proceso de ser destruidos el evangelio es locura. A los que son creyentes les es sabiduría poderosa” (traducción de MacArthur, ibid.; nota sobre I Corintios 1:18). El Dr. MacArthur estaba correcto en ese punto.
“Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (I Corintios 2:2).
Este versículo nos dice que la esencia del Evangelio es el mensaje de la cruz. Mucha de la predicación de hoy está centrada en la moral, la ética y la psicología. Estas no pueden ayudar a nadie a ser salvo o a vivir la vida Cristiana. La cruz de Cristo debe ser la base común de toda predicación, a ambos salvos y perdidos, “no con sabiduría de palabras [como la ética y la psicología], para que no se haga vana la cruz de Cristo” (I Corintios 1:17). Es por eso que Pablo dijo:
“Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (I Corintios 2:2).
Esto significa que cualquier pasaje de la Escritura del cual predicaba Pablo él siempre puso como enfoque a “Jesucristo y a éste crucificado”. ¿Cómo puedes hacer eso? John MacArthur en efecto dijo, que no puedes hacer eso. Él dijo: “Obviamente el apóstol no estaba diciendo que predicaba solo mensajes evangelísticos, o que exponía solo las partes de la Escritura que lidiaban directamente con la expiación de Cristo” (traducción de John MacArthur, D.D., The MacArthur New Testament Commentary, I Corinthians, pp. 55, 56; nota sobre I Corintios 2:2).
Pero Spurgeon hizo exactamente eso. ¡Casi todos los grandes sermones de Spurgeon eran sermones evangelísticos! Y Spurgeon predicó sermones evangelísticos desde prácticamente cualquier parte de la Biblia, ciertamente no “sólo las partes de la Escritura que tratan directamente con la expiación de Cristo”. Se ha dicho, “Spurgeon hacia una línea directa de cualquier texto que predicara hacia la Cruz”. He estado leyendo Spurgeon casi todos los días durante años, y puedo decir sin vacilar que la máxima de Spurgeon fue la misma que la de Pablo – “Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, ya éste crucificado” (I Corintios 2:2). No se puede dejar de ver eso si lees media docena de sus sermones. Por ejemplo, en un sermón titulado, “El Hombre de Un Tema”, Spurgeon dijo:
Yo digo que Pablo tenía en Cristo crucificado un tema igual a su objeto, un tema que satisficiera el caso de cada persona... un tema que sería útil a los hombres en las primeras horas del nuevo nacimiento e igualmente útil al ser hechos... participes de la herencia de los santos en la luz. Tenía un tema para hoy y mañana, y un tema para el próximo año, porque Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Tenía en el Jesús crucificado un tema para el palacio del príncipe y un tema para la choza del campesino, un tema para el mercado y un tema para la academia, para el templo pagano y la sinagoga. Dondequiera que él podría ir, Cristo sería para Judíos y Gentiles, para esclavos o libres, la sabiduría de Dios y el poder de Dios, y no solo para un [beneficio], sino la salvación completa a todo aquel que cree (traducción de C. H. Spurgeon, “El Hombre de Un Tema”, Metropolitan Tabernacle Pulpit, Pilgrim Publications, 1971 reimpresión, tomo XXI, pp. 642, 643).
“Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (I Corintios 2:2).
Dr. MacArthur dijo: “Obviamente el apóstol no estaba diciendo que predicaba solo mensajes evangelísticos, o que exponía solo las partes de la Escritura que lidiaban directamente con la expiación de Cristo” (ibid.). Como a menudo nos fijamos, la declaración de MacArthur tiene un tinte de sofisma en ella. La lógica falaz que usa sería destruida en la mente de cualquiera que estuviera dispuesto a tomar unos minutos para leer los sermones de Spurgeon en I Corintios 2:2, titulado “El Hombre de Un Tema” y “Cristo Crucificado”. Estos sermones magistrales corrigen la idea moderna de que exposiciones verso por verso, sin un enfoque cristológico, son superiores a los sermones de Spurgeon, y a los predicadores clásicos de los tres Grandes Despertamientos. Yo digo que la según llamada predicación de “exposición” de hoy es desabrida, no es interesante y es de poco beneficio, en comparación con la predicación de los gigantes del púlpito. Recomiendo que cada pastor lea esos dos sermones por Spurgeon cuidadosamente – ¡y más de una vez! Te hará más bien que cinco cursos de homilética en cualquier seminario moderno! Recuerda que hay una razón por la que Spurgeon es llamado “El Príncipe de los Predicadores”.
“Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (I Corintios 2:2).
El más grave error de la predicación moderna es la exaltación de otras doctrinas e intereses [poniéndolas] arriba de Jesucristo, y Éste crucificado. Nosotros los predicadores modernos deberíamos agachar la cabeza con vergüenza, porque “como que escondimos de él el rostro…y no lo estimamos” (Isaías 53:3). El Dr. Michael Horton ha escrito un importante libro sobre el tema, titulado: “La Cristiandad Sin Cristo: el Evangelio Alternativo Para la Iglesia Americana” [Christless Christianity: the Alternative Gospel of the American Church] (Baker Books, 2008). ¡Yo quisiera que todos los predicadores leyeran ese libro!
Predicar a Jesucristo y a Éste Crucificado es especialmente importante para los hombres. Y es por eso que este, y solo este, debe ser el tema que prediquemos el Día del Padre. Te daré dos de las razones por las que digo eso.
1. Primero, el Cristo crucificado es tremendamente interesante para los hombres como héroe sin igual.
Los hombres siempre se interesan en los héroes. Dile a un hombre acerca de Nelson Mandela, o Napoleón o Colón, el Dr. Livingstone en África, o el Pastor Wurmbrand en una prisión Comunista, y de inmediato obtendrás su atención. John Wayne siempre la hizo de héroe. La gente ríe cuando mencionas su nombre, porque los héroes masculinos ya no están de moda hoy.
Hubo una sola razón por la que Inglaterra ganó la Segunda Guerra Mundial. Tenían pocos aeroplanos, y su ejército era débil. Hitler lo tenía todo – miles de aeroplanos nuevos y barcos, y decenas de miles de soldados, los mejores generales del mundo, ¡todo! Inglaterra solamente tenía una cosa a su favor – Winston Churchill. Y por tenerlo a él ganaron la guerra. ¿Por qué? Porque él era un héroe. Cuando llovieron las bombas sobre Londres, él estaba en los techos, mirando al cielo por aviones Alemanes, arriesgando su vida, mientras que Hitler estaba a salvo en su castillo o su refugio subterráneo. Cuando secciones enteras eran bombardeadas en la noche, Churchill estuvo allí todas las mañanas, andando por todos los edificios quemados. Una anciana cuya casa había sido destruida y su esposo fue matado la noche anterior, cuando ella vio a Churchill subiendo los escombros, ella dijo: “¡Querido Winnie! ¡Sabíamos que vendrías!” Él llegó a ellos en medio de las calles bombardeadas con lagrimas en el rostro, con la señal de una V de victoria en sus dedos! ¡Ellos lo hubieran seguido a ese anciano hasta el Infierno! ¡Hitler en realidad nunca tuvo chance frente a él!
¡Pero los héroes seculares no son nada comparados con Jesucristo! Si predicamos a Cristo y a Este crucificado correctamente Él es el héroe más grande de todos los tiempos. ¡Él bajó de las torres de cristal y calles de oro del paraíso para caminar por nuestras calles sucias, y comer con nosotros los pecadores sucios, y llevar a una pequeña banda de Judíos a conquistar el Imperio Romano, y traer el ungüento que sana del Evangelio a nuestra raza moribunda a través del mundo! ¡No hay héroe más grande que Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos – Jesús de Nazaret, Rey de Reyes y Señor de Señores! ¡Y Él reinará por los siglos de los siglos! ¡Mundo sin fin! Amén. ¡Él es nuestro héroe! ¡Él es nuestro maestro, nuestro ejemplo, y nuestro Dios! El Apóstol Pedro dijo:
“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (I Pedro 2:21).
¡Cualquier hombre que comienza a seguir el ejemplo de Cristo, no puede dejar de volverse un gran padre para sus hijos, y el héroe de su casa!
Si, debemos predicar a Cristo crucificado el Día del Padre porque Él es un héroe al cual cualquier hombre se sentirá atraído. Yo creo que eso es en parte lo que Cristo quiso decir cuando dijo:
“Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo” (Juan 12:32).
“¡Soldados, Cristianos!” ¡Escucha las palabras!
Al notar el triunfo huye Satanás;
¡Pelead, Cristianos, victoria a alcanzar!
Tiembla el Infierno ante alabanzas;
¡Alzad vuestra voces, fuerte himnos cantad!
¡Canta el coro conmigo!
Soldados Cristianos, a pelear marchar,
Yendo por delante la cruz del Señor.
(Traducción de “Onward, Christian Soldiers”
por Sabine Baring-Gould, 1834-1924).
¡Yendo por delante la cruz del Señor! Amén. ¡Qué Héroe! ¡Qué conquistador! ¡Qué Salvador y qué Rey! “¡Contiendan por Jesús!” ¡Cántala! Es número 3 en tu hoja de canciones.
Contiendan por Jesús, soldados de la cruz;
Alzad su real bandera, vencida no será;
De victoria en victoria, su ejército Él guiará,
Que venza al enemigo y Jesús reinará.
Contiendan por Jesús, la trompeta escuchad;
Entrad en el conflicto, glorioso os será.
Los hombres hoy servidle, pelead al enemigo;
Sed bravos y contended la fuerza con fuerza.
Contiendan por Jesús, su fuerza bastará.
Te fallará la carne, en ti no confiarás;
Vestid el evangelio, vestidlo en oración
Que donde el deber llama de nada faltarás.
Contiendan por Jesús, por mucho no será;
Hoy luchas la batalla, mañana vencerás;
A todo el que venciere, Jesús coronará;
Y con el Rey de gloria por siempre reinará.
(Traducción de “Stand Up, Stand Up For Jesus”
por George Duffield, Jr., 1818-1888).
Pero hay otra razón por la que el Cristo crucificado les interesa a los hombres.
2. Segundo, ¡el Cristo crucificado es tremendamente interesante para
los hombres porque Él puede perdonar tu pecado y cambiar tu
vida entera para lo mejor!
Jesús dijo:
“No he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo” (Juan 12:47).
De nuevo, Jesús dijo:
“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:17).
¡Él no vino para condenarte, sino para salvarte!
Alguien dice: “¡Yo no necesito ser salvo!” ¡Calla por un minuto! ¡Claro que necesitas ser salvo! Todo hombre en América necesita ser salvo. ¿Qué esperanza tienes si Él no te salva? ¡Todo hombre necesita ser salvo!
¡Jesús murió en la Cruz para tomar tu lugar, para pagar por tu pecado, para salvar tu alma! Tú dices: “¡Yo no necesito a nadie para salvar mi alma!” Sí, lo he oído antes – de un ignorante tras otro! ¡Tú necesitas a alguien que salve tu alma! ¡Yo sí necesité y tú también! ¿No es hora de que seamos realistas? ¡Deja de fanfarronear! ¡Esto es serio! ¡Ven a Jesús y salvo! ¡Él no te condenará! ¡No! Él dijo:
“No he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo” (Juan 12:47).
He oído gente decir: “¡Que Hymers es un viejo pajarraco duro! ¡Es duro con esos jóvenes!” Los que dicen eso no me conocen. ¡Ellos no saben que yo oro por ustedes y lloro lágrimas ardientes por ustedes en la noche! ¡Pero Jesús es mucho, mucho mejor que lo que este anciano podría ser jamás! ¡Él fue a la cruz, y sufrió y sangró, y murió, y derramó Su Sangre sagrada, para que tu pecado pudiera ser limpiado y tú pudieras ser salvo! ¡Y resucitó de entre los muertos para darte vida – la vida eterna! Jesús dijo: “Al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). ¡Si vienes a Él, Él te perdonará tu pecado, salvará tu alma, y te dará una vida completamente nueva!
Dr. Cagan era un hombre inteligente, con un doctorado en matemáticas de la UCLA. ¡Pensó que era demasiado inteligente como para necesitar a Cristo! Pero se dio cuenta de que estaba equivocado. ¡Y Cristo lo salvó y cambió su vida! Sr. Griffith era un tipo duro. Él estuvo en el Ejército durante Corea. ¡Volvió y virtualmente se convirtió en un Ángel del Infierno, conducía su motocicleta de costa a costa como un loco! ¡Él pensaba que era demasiado fuerte para necesitar a Cristo! ¡Pero estaba equivocado! ¡Y Cristo lo salvó y cambió su vida! Ambos hombres me han dicho que esta canción significa mucho para ellos. Es el número 7 en tu hoja de canciones. ¡Por favor de pie, Cántala!
Del cautiverio, noche y penar,
Vengo Jesús, vengo Jesús,
Hacia tu libertad y tu luz,
Vengo Jesús a ti.
De mi dolor vengo a tu salud,
De la pobreza a tu bendición.
De mi pecado, vengo, y a ti,
Vengo, Jesús a ti.
De mi vergüenza e inrectitud,
Vengo Jesús, vengo Jesús,
A la gloriosa paz de tu cruz,
Vengo Jesús a ti.
De mi tristeza a felicidad,
De la tormenta calma será.
De mi problema salmos cantar,
Vengo Jesús a ti.
De la inquietud y orgullo fugaz
Vengo Jesús, vengo Jesús,
Vengo a habitar en tu voluntad,
Vengo Jesús a ti.
Vengo de mí a estar en tu amor,
Hacia la paz de tu bendición
Hacia los cielos cual ave voy,
Vengo Jesús a ti.
(Traducción de “Jesus, I Come” por William T. Sleeper, 1819-1904).
Si deseas ser salvo por Cristo, esto es lo que quiero que hagas. Deja tu asiento en este momento y camina hasta el fondo del auditorio. Dr. Cagan te llevará a un lugar tranquilo donde podamos responder a tus preguntas y orar contigo. Ve ahora mismo. Dr. Chan, por favor, venga y ore por los que respondieron. Amén.
(FIN DEL SERMÓN)
Puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.realconversion.com. Oprime
“Sermones en Español”.
Puedes enviar en correo electronico al Dr. Hymers en Ingles a rlhymersjr@sbcglobal.net – o
puedes escribirle a P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015, Estados Unidos.
Llamale por
telefono a (818)352-0452.
La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: I Corintios 2:1-5.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Room at the Cross for You” (por Ira F. Stanphill, 1914-1993).
EL BOSQUEJO DE QUÉ PREDICAR EN EL DÍA DEL PADRE por Dr. R. L. Hymers, Jr. “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (I Corintios 2:2-5). (I Corintios 1:18, 17; Isaías 53:3) 1. Primero, el Cristo crucificado es tremendamente interesante para los 2. Segundo, ¡el Cristo crucificado es tremendamente interesante para |