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EL LIBRO INDESTRUCTIBLE por Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles “Aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, que vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy. Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado” (Jeremías 36:1-3). |
La nación de Judá pecó contra Dios. Este fue un tiempo de gran apostasía, pecado y rebelión. Estamos viviendo en una época como esa esta noche. Pero en medio de la confusión tenemos este gran pasaje de la Escritura, Jeremías capítulo treinta y seis.
Leí este capítulo una y otra vez mientras yo estaba asistiendo a un seminario Bautista del Sur que rechazaba la Biblia a principios de 1970. Los profesores atacaban la Biblia durante toda la mañana en las aulas. Pero por la noche, en mi habitación, me daba gran consuelo leer este capítulo noche tras noche. Es un gran capítulo en la Biblia. Nos dice de donde viene la Biblia. Nos dice por qué los hombres impíos odian la Biblia, y cómo tratan de destruirla. Pero también nos dice cómo Dios preserva la Biblia, y la condena que les espera a aquellos que la rechazan.
No acostumbro a predicar de todo un capítulo en la Biblia, pero tenemos que hacerlo esta noche porque este pasaje es tan rico y tan necesario en este tiempo de apostasía en que vivimos hoy. ¡Ven conmigo entonces, mientras estudiamos este capítulo, que nos muestra claramente que la Biblia es la indestructible Palabra de nuestro Dios! El capítulo responde a por lo menos cuatro preguntas.
I. Primero, de dónde viene la Biblia.
La respuesta es dada en Jeremías 36:1-2. Mira esos versos.
“Aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, que vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy” (Jeremías 36:1-2).
Esta palabra vino a Jeremías de Jehová: “Escribe en él todas las palabras que te he hablado”. Esta es una descripción de la inspiración de la Biblia. El Apóstol Pablo dijo:
“Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (II Timoteo 3:15-16).
Aquí el Apóstol nos dice que todas las “Sagradas Escrituras” son “inspiradas por Dios”. La palabra Griega traducida como “inspiración” es “theopneustos”. Que significa “Dios sopló”. Eso significa que la propia Escritura es soplada por Dios. Pablo le dijo a Timoteo que los escritos fueron soplados por Dios. Los escritos no vienen del hombre, y luego Dios sopló sobre ellos. No, Dios sopló las palabras y el hombre las escribió.
Jesús lo dejó claro cuando dijo: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). Cada palabra de la Escritura “sale de la boca de Dios”.
Luego, en II Pedro 1:21 leemos que la profecía de la Escritura “Nunca…fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”. La palabra traducida aquí como “inspirados” es “phero” en Griego. Significa “llevar”. Así que los santos hombres de Dios fueron llevados por el Espíritu Santo mientras Dios les daba las palabras para escribir. Dios llevaba las mentes de los profetas porque las palabras que ellos escribían eran dadas directamente de Dios. C. H. Spurgeon dijo:
En este volumen [de la Escritura] es la escritura del Dios vivo: cada letra fue escrita con un dedo todopoderoso, cada palabra en ella cayó de los labios eternos; cada oración fue dictada por el Espíritu Santo. Aunque, Moisés fue empleado para escribir sus historias con su pluma ardiente, Dios guió esa pluma [y lo mismo ocurre con todos los otros libros de la Biblia]. Es la voz de Dios, no del hombre; las palabras son las palabras de Dios...Esta Biblia es la Biblia de Dios, y cuando lo veo, me parece oír una voz que brota de él, diciendo: “Yo soy el libro de Dios: hombre, léeme. Yo soy escritura de Dios, abre mi hoja, porque fui escrito por Dios, léelo, porque él es mi autor” (traducción de C. H. Spurgeon, “A Coffer of Jewels About the Bible,” pp. 45-46).
El Señor Jesucristo continuamente habló de la Biblia como la Palabra perfecta y eterna de Dios. Él dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). Él dijo: “La Escritura no puede ser quebrantada” (Juan 10:35). Él dijo: “Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre…” (Marcos 8:38).
Nota, que en Jeremías 36:2, Dios le dijo al profeta: “Escribe en él todas las palabras que te he hablado”. Así que aquí, y a lo largo de la Biblia, se nos dice que son las meras “palabras” que fueron dadas por inspiración de Dios. No eran las ideas, o las historias, que fueron dadas por inspiración. No, fueron las santas “palabras” que fueron “sopladas por Dios”, dadas de la boca de Dios. En Jeremías 30:2, leemos que Dios le dijo a Jeremías: “Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado”.
Por lo tanto, tenemos en nuestras manos la Biblia, traducida al Español. Podemos estar seguros, de cientos de Escrituras, que el Hebreo original y las palabras Griegas fueron “sopladas” por Dios, y los autores humanos escribieron en Hebreo y Griego exacto las palabras que recibieron de Dios. Nota que Baruc dijo en el versículo 18: "Él [Jeremías] me dictaba de su boca todas estas palabras, y yo las escribía con tinta en el libro”. Dios le dio las palabras a Jeremías. Él las pronunciaba con su boca. Y Baruc las escribió. ¡Así es como obtuvimos nuestra Biblia inspirada por Dios!
El Dr. B. B. McKinney dijo en una de sus canciones,
La Biblia vino de Dios yo sé,
Lo antiguo y nuevo es de Él;
Palabra santa inspirada, fiel,
Verdad la Biblia es.
Yo sé, yo sé, sé que la Biblia es verdad,
Y cada palabra Él la inspiró,
Sé que la Biblia es verdad.
(Traducción libre de “I Know the Bible is True”
por Dr. B. B. McKinney, 1886-1952).
II. Segundo, por qué la Biblia es odiada.
No te equivoques aquí. La Biblia es odiada por incontables miles hoy – como siempre ha sido odiada por muchos. ¿Por qué es así? Mira el versículo dos otra vez:
“Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy” (Jeremías 36:2).
Ten en cuenta las últimas palabras, “todas las palabras que yo te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones...” ¡Es por eso que la gente odia la Biblia! ¡Habla en contra de ellos! Los hombres odian la Biblia porque les dice que son pecadores. Ningún otro libro ha sido escrito que condena el pecado y punza la conciencia del hombre tanto como lo hace la Biblia.
El ateo odia la Biblia porque lo llama necio – “Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmo 14:1).
El Budista que adora ídolos odia la Biblia porque dice que los que adoran ídolos “se hicieron necios” (Romanos 1:22).
Los que defienden las uniones homosexuales odian la Biblia porque dice: “Por eso Dios los entregó...a una mente reprobada” (Romanos 1:26, 28).
La promotora del aborto odia la Biblia porque dice: “No matarás” (Éxodo 20:13).
El evolucionista odia la Biblia porque dice: “Dios creó” (Génesis 1:1, 1:24, 1:27, etcétera).
Los pecadores rebeldes odian la Biblia porque hace brillar su luz sobre su pecado.
“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas” (Juan 3:19-20).
III. Tercero, qué hacen los pecadores rebeldes con la Biblia.
El libro, en el que estaban escritas las palabras de Dios de la boca de Jeremías, fue leído al rey impío, Joacim. Mira el versículo 22.
“Y el rey estaba en la casa de invierno en el mes noveno, y había un brasero ardiendo delante de él. Cuando Jehudí había leído tres o cuatro planas, lo rasgó el rey con un cortaplumas de escriba, y lo echó en el fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió sobre el fuego que en el brasero había. Y no tuvieron temor ni rasgaron sus vestidos el rey y todos sus siervos que oyeron todas estas palabras” (Jeremías 36:22-24).
¡Ese rey malvado rebelde quemó la Palabra de Dios, una página a la vez! ¿Qué hay de raro en eso? ¡Ciertamente no que los pecadores odian la Biblia! Ellos siempre la han odiado. En el Huerto del Edén, Satanás le susurró con astucia a Eva: “¿Conque Dios os ha dicho?” (Génesis 3:1). Entonces Satanás directamente contradijo la Biblia cuando le mintió a Eva y le dijo: “No moriréis” si desobedeces la Palabra de Dios (Génesis 3:4). Y Satanás ha estado guiando a malvados pecadores a atacar y menospreciar la Biblia desde entonces.
La gente suele decir que rechazan la Biblia porque son más reflexivos, o más educados. Pero sólo se han engañado a sí mismos. La verdadera razón por la que rechazan la Biblia es porque son enemigos de Dios. El Apóstol Pablo dijo:
“Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden” (Romanos 8:7).
La mente carnal, no convertida de los que odian la Biblia los lleva a rebelarse cada vez más en contra de las Escrituras. El Rey Sedequías no era más intelectual que Jeremías. ¡Y ciertamente no fue más educado! ¡No, él no quemó la Biblia porque era educado o intelectual! Él quemó la Biblia porque su mente malvada, carnal tenía “enemistad contra Dios”.
He oído a los borrachos y drogadictos usar los mismos argumentos en contra de la Biblia que los profesores incrédulos utilizaron en el Seminario Teológico Bautista de Golden Gate cuando estudiaba allí en la década de 1970. ¿Por qué esos llamados “educados” profesores utilizan los mismos argumentos en contra de la Biblia que los drogadictos y pervertidos sexuales? La respuesta es simple. Ellos no eran convertidos. Ellos sólo eran “hombres naturales” ¡porque nunca había experimentado el nuevo nacimiento! La Biblia dice:
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (I Corintios 2:14).
Hasta que un pecador sea convertido, naturalmente se rebelará contra la Biblia, y la atacará, como aquel rey impío lo hizo, quién tiró la Biblia en el fuego en los días de Jeremías. Aquellos que atacan y critican la Biblia son siempre hombres perdidos, bajo cierta cantidad de control Satánico (Efesios 2:2). El Dr. McKinney dijo:
El enemigo la negará,
Lo viejo y nuevo también;
Más duce es dicha su verdad,
Sé que la Biblia es verdad.
Yo sé, yo sé, sé que la Biblia es verdad,
Y cada palabra Él la inspiró,
Sé que la Biblia es verdad.
IV. Cuarto, cómo Dios preserva su Palabra.
El malvado Rey Joacim tomó una navaja y cortó las páginas de la Palabra de Dios. Entonces arrojó las páginas de la Biblia en las rugientes llamas de su chimenea. “Y no tuvieron temor…el rey y todos sus siervos que oyeron todas estas palabras”. (Jeremías 36:24). De los impíos se nos dice: “No hay temor de Dios delante de sus ojos” (Romanos 3:18). Los pecadores sólo pueden ser llevados bajo la convicción de pecado, y hacerlos tener miedo, por el Espíritu de Dios. ¡Los hombres nunca temerán el juicio venidero a menos que Dios abra sus corazones ciegos!
Ahora la única copia del libro de Jeremías fue quemada – ¡cada palabra de ella! ¿Fue ese el final de esta parte de la Biblia? ¡No, no lo fue! Mira el versículo 27.
“Y vino palabra de Jehová a Jeremías, después que el rey quemó el rollo, las palabras que Baruc había escrito de boca de Jeremías, diciendo: Vuelve a tomar otro rollo, y escribe en él todas las palabras primeras que estaban en el primer rollo que quemó Joacim rey de Judá” (Jeremías 36:27-28).
Ahora mira el versículo32.
“Y tomó Jeremías otro rollo y lo dio a Baruc hijo de Nerías escriba; y escribió en él de boca de Jeremías todas las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim rey de Judá...” (Jeremías 36:32).
¡La Biblia es el único libro que no puede ser destruido! ¿Por qué? Debido a que la Biblia es indestructible. El Apóstol Pedro dijo: “La palabra del Señor permanece para siempre” (I Pedro 1:25). El profeta Isaías dijo: “Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Isaías 40:8). Y el Salmista dijo: “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos” (Salmo 119:89). El Dr. John R. Rice dijo que el versículo (en el Salmo 119:89) “ciertamente enseña el carácter eterno de las Escrituras, establecidas y preservadas en el Cielo” (traducción de John R. Rice, D.D., Our God-Breathed Book – The Bible, Sword of the Lord Publishers, 1969 edition, p. 358).
Por supuesto la preservación de la Palabra de Dios en el Cielo Se refiere sólo a las palabras de la Biblia en Hebreo, Arameo y Griego, como fueron sopladas en las mentes de los profetas y Apóstoles. ¡Qué curioso cómo algunos hombres se aferran a la extraña enseñanza de hoy que palabras de la Biblia King James son preservadas! Nadie en la historia del Cristianismo creyó esa extraña idea antes de 1950. Durante veinte años he ofrecido 1,000 dólares a cualquiera que pueda citar a cualquier escolar o predicador que haya enseñado esa doctrina falsa antes de 1950. No he conocido a un hombre espiritual que insista en este punto de vista. Aunque puede ser que haya alguno que no he conocido la mayoría me parecen que son herejes bocones.
La Biblia King James es la única traducción en Inglés totalmente fiable, ya que todas las traducciones modernas se basan en la participación en los textos Vaticanus y Siniaticus, que fueron corrompidos por la influencia del Gnosticismo. La buena, antigua traducción de la Biblia King James siempre es más fuerte y más verdadera. Especialmente no me gusta la Nueva King James, ya que casi siempre es más débil y se basa en los textos Gnósticos también. Pero la Biblia King James, a pesar de que es la mejor, no es preservada en el Cielo. Sólo las palabras en el Hebreo, Arameo y Griego están “en los cielos” (Salmo 119:89). Puedes confiar en la Biblia King James, pero no puedes clamar inspiración divina o la preservación de la misma. Los que leen Chino, Español, Alemán, o algún otro idioma, rara vez tienen algún problema con esto. ¡Las personas que hablan Inglés no se deberían preocupar por esto tampoco! Después de todo, ¡no somos el pueblo escogido de Dios! ¡Ese título está reservado para los Judíos!
¡Puedes estar seguro que el Evangelio es verdadero porque la Biblia lo dice! Y “la palabra del Señor permanece para siempre” (I Pedro 1:25). Jesucristo bajó del Cielo, llevó tus pecados sobre Él, y fue a morir en la Cruz – para pagar el castigo por tus trasgresiones y tus pecados. Y Cristo “fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (I Corintios 15:4). Voltea de tus pecados y confía en Cristo. Él te salvará del pecado, del Infierno y de la tumba. Amén.
(FIN DEL SERMÓN)
Puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.realconversion.com. Oprime
“Sermones en Español”.
You may email Dr. Hymers at rlhymersjr@sbcglobal.net, (Click Here) – or you may
write to him at P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Or phone him at (818)352-0452.
La Ecritura Leída Antes del Sermón por el Dr. Kreighton L. Chan: Salmo 119:9-18.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“I Know the Bible is True” (por Dr. B. B. McKinney, 1886-1952).
EL BOSQUEJO DE EL LIBRO INDESTRUCTIBLE por Dr. R. L. Hymers, Jr. “Aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, que vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy. Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado” (Jeremías 36:1-3). I. Primero, de dónde viene la Biblia, Jeremías 36:1-2; II Timoteo 3:15-16; II. Segundo, por qué la Biblia es odiada, Jeremías 36:2; Salmo 14:1; III. Tercero, qué hacen los pecadores rebeldes con la Biblia, Jeremías IV. Cuarto, cómo Dios preserva Su Palabra, Jeremías 36:24; Romanos |