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LA CLASE DE ORACIÓN QUE DIOS CONTESTA por Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles |
Voltea conmigo a Lucas 11:5. Hablé sobre estos versos esta mañana. Pero quiero mostrarte algo más que Cristo nos enseñó aquí, algo que no enfaticé en el sermón de esta mañana. Por favor de pie mientras yo leo el pasaje.
“Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite. Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11:5-13).
Se pueden sentar.
Jesús nos enseñó a definir cuando oremos. Con “definir” quiero decir “claro” y “exacto”. Mi pastor de largo tiempo en la iglesia China, el Dr. Timothy Lin dijo: “A veces nuestras oraciones no son contestadas [porque] son demasiado vagas. Las oraciones que Dios quiere son llenas de detalle…Dios desea que lancemos sobre Él todo aspecto e interés o cada tema de oración, en vez de solo nombrar nuestra necesidad” (traducción de Timothy Lin, Ph.D., The Secret of Church Growth, First Chinese Baptist Church, 1992, p. 107).
En su gran libro: Prayer: Asking and Receiving, [Oración: Pedid y Recibiréis] el Dr. John R. Rice dijo:
Respecto a la vida cotidiana, hacemos nuestras peticiones definidas. Nunca vamos a un restaurante y decimos: “Tráigame comida”. Seleccionamos con cuidado del menú lo que queremos y que podemos pagar. Tal vez digamos: “Quiero el bistec pequeño, cocinado término medio; con papas fritas, y una ensalada. Deseo un té negro, caliente, con crema; y gelatina de naranja de postre”. Cuando compras una comida, eres definitivo en lo que pides (traducción de John R. Rice., D.D., Prayer: Asking and Receiving, Sword of the Lord Publishers, 1970, p. 146).
De nuevo, el Dr. Rice dijo:
Ninguna mujer va a un supermercado y dice: “Por favor, deme una cesta de compras”. En vez, ella selecciona cierta marca de pan integral, la mejor lechuga, tres toronjas, y [selecciona] dos libras de su tocino favorito. Definimos muy nuestras peticiones de otras cosas conocidas. Entonces, ¿por qué no oramos así...
La idea moderna y la práctica moderna de orar sin definir es absurda y mala. La oración definidamente pedirle a Dios por algo. Debe ser tan especifica...como un hombre desempleado pidiendo trabajo, como un niño pidiendo un helado (Rice, ibid.).
Nota cuan definida y precisa era la petición del amigo importuno en nuestro texto. El dijo: “préstame tres panes” (Lucas 11:5). El no dijo: “Dame algo para que mi amigo coma”. No, él pidió pan, y él específicamente pidió tres panes. Y se le dio lo que “necesitaba” (v. 8). A él se le dio exactamente lo que pedía. No se le dio otra cosa. Y en la explicación dada en la parábola, Jesús puso muy en claro que recibimos exactamente lo que oramos, no otra cosa:
“¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?” (Lucas 11:11-12).
Según Jesús debemos decirle a Dios exactamente lo que queremos que El nos dé cuando oramos. Y, Jesús dijo: Dios nos dará lo cosa exacta que pedimos.
En la Biblia se nos da muchos ejemplos de hombres que pidieron definidamente por ciertas cosas. Y recibieron exactamente lo que pidieron en oración. Gedeón oró que su vellón estuviera mojado. Recibió exactamente lo que había orado. El vellón estaba empapado la siguiente mañana. Luego oró para que el vellón estuviese seco, y la tierra mojada alrededor de él. La siguiente mañana el vellón estaba seco y la tierra a su alrededor estaba mojada. El oró por una cosa definitiva, y obtuvo lo que había pedido (Jueces 6:36-39). Elías oró por sequía, y sequía recibió. Luego oró por lluvia, y lluvia recibió. El oró por fuego del Cielo, y recibió fuego del Cielo. El oró definidamente por esas cosas, y recibió exactamente lo que había pedido.
En el Nuevo Testamento Jairo le pidió a Jesús poner Su mano sobre su hija muerta, “y vivirá” (Mateo 9:18). Jesús fue a su casa, “tomó de la mano a la niña, y ella se levantó” (Mateo 9:25). ¡Jairo oró [pidió] definidamente, y recibió exactamente lo que había pedido! La mujer Siro-fenicia le pidió a Jesús que librara a su hija poseída de demonio, “y su hija fue sanada desde aquella hora” (Mateo 15:28). Ella no le pidió que bendijera a su hija de un modo general. Ella específicamente le pidió a Cristo que librara a su hija de un demonio. Y ella recibió exactamente lo que pidió en oración. En Efesios 6:18, el Apóstol Pablo dijo:
“Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Efesios 6:18).
Esto muestra que las oraciones que Dios quiere son las que están llenas de detalles. Dr. Lin dijo:
Dios quiere que echemos sobre El todo aspecto e interés de cada tema de oración, en vez de solamente nombrar nuestra necesidad. [Necesitamos orar] por cada aspecto en detalle...Si solamente nombramos nuestras peticiones sin enfocarnos, ¿cómo podemos esperar que nuestro Padre en el cielo escuche con atentamente? (Lin, ibid., page 107).
Yo había orado que seis personas jóvenes en nuestra iglesia fueran salvas. Pero mis oraciones eran tan indefinidas que Dios no las contestaba. Luego decidí orar en mayor detalle. Oré específicamente para que Dios me mostrara qué detenía a cada una de ellas de confiar en Cristo. Oré muy definidamente por cada una de ellas, para que Dios me mostrara, en cada caso individual, qué las estorbaba de confiar en Cristo. Dios me contestó mostrándome que tres de ellos tenían ídolos Budistas en sus hogares. Yo nunca había pensado en eso. Pero cuando oré específicamente para que El me mostrara que andaba mal, El hizo exactamente eso. Dos muchachas jóvenes y un joven fueron salvos rápido, una vez Dios me hubo contestado, y mostrado exactamente qué estaba mal, qué los detenía de ser salvos. Lo mismo era cierto de los otros tres. Cuando oré definidamente para que Dios me mostrara qué los detenía de confiar en Jesús, El me dio exactamente lo que pedí en oración. Pronto esos tres también fueron convertidos. A menudo oramos que un pariente o amigo perdido sea salvo de un modo general, “Oh, Dios, sálvalos”. Pero nada sucede. Debemos pensar profundamente en la persona por la cual oramos. Y necesitamos pedirle a Dios específicamente, en detalle, que nos muestre qué es lo que los detiene. Una vez El nos muestre eso, podremos orar por ellos definidamente, porque entonces sabremos exactamente qué pedirle a Dios.
¿Qué tiene de malo la oración no definida? Dr. Rice dijo:
La oración no definida a menudo es solo formalidad, y no es sincera. Mucha gente ora día tras día por cosas que no desean. Pero Marcos 11:24 estipula que “todo lo que pidiereis orando...” ¿Cómo puede Dios contestar oraciones que no representan un deseo sincero? Algunos oran para ser oídos por los hombres. ¡Piensa en cuantas de nuestras oraciones públicas no son definidas, [en verdad] sin pedir nada de Dios, y sin recibir nada! Podemos orar así para complacer a otros. O por un sentido de obligación, sintiendo que hay mérito en orar, sin importan si pedimos algo o recibimos algo, o no. O podemos orar tales oraciones como habito. Muchos Cristianos dicen las mismas palabras día tras día...La oración que no es sincera, el decir formal de las oraciones, seguro es una abominación para Dios. Y la oración no definida es eso, una formalidad no sincera (traducción de Rice, ibid., pp. 149-150).
Yo solía conducir al Hotel Biola, junto a la Iglesia de la Puerta Abierta cuando estaba en el centro de Los Ángeles, todos los Miércoles en la noche para recoger a un anciano Europeo. Yo siempre lo recogía y lo llevaba a la iglesia China para la reunión de oración del Miércoles por la noche. Lo hice por dos o tres años. El era muy amable, bien vestido con traje y corbata, con abrigo y sombrero. Entonces cuando nos apartábamos para orar en grupos pequeños, yo siempre me iba a orar con él y uno o dos más. Él siempre oraba una oración bella, aunque tenía un fuerte acento. Siempre era una oración bella, pero siempre era lo mismo – casi palabra por palabras. Y era muy general. Él nunca le pedía a Dios algo específico o definido. Después de cierto tiempo yo ya sabía lo que iba a decir. Dios también. Y como nunca pedía nada definido, nunca recibió respuestas definidas. ¡Recuerda que solo recibes lo que pides! ¡Si tu oración es muy general, no recibirás nada específico!
Hace años oí a un pastor Europeo dar una larga “oración pastoral” como por quince minutos todos los Domingos en la mañana. Pero, después de un tiempo, yo sabía exactamente lo que él iba a decir. El decía lo mismo todo y cada Domingo en la mañana. Sus oraciones eran bellas, pero solo oraba por cosas en general. El nunca oraba por nada definido. Estoy seguro que hubiera estado sorprendido si alguna de aquellas “oraciones pastorales” hubiesen sido contestadas. En realidad él no esperaba que lo fuesen. Entonces, por supuesto, se malgastaban los quince minutos todo los Domingos en la mañana. Aun peor, su “oración” era mal ejemplo para nosotros los jóvenes. Nos parecía que la oración no tenía valor, solo era algo para llenar el tiempo. ¡Qué sorpresa cuando fui a la iglesia China y oí la oración pastoral del Dr. Lin. Él pedía cosas específicas. Él a menudo gritaba cuando oraba. A veces lágrimas lo prevenían de continuar. ¡El Dr. Lin oraba oraciones verdaderas, y recibía respuestas verdaderas a la oración!
La oración verdadera, definida, muestra que en verdad te importa la persona por la que estás orando. Una oración de medio corazón no servirá si no estás en serio. El hombre en la parábola cuidaba lo suficiente por su amigo para ir a la medianoche, a la oscuridad, a buscar lo que su amigo necesitaba. El Dr. Rice contó de una mujer que tenía un hijo de 16 años que no era salvo. Ella le dijo al Dr. Rice: “Estoy segura que será salvo uno de estos días”. Pero una noche lo picó una araña casampulga. Otros jóvenes habían muerto recientemente por causa de picadas de tal clase. Ella llamó a un doctor. Y una vez atendido el muchacho, ella condujo a través del pueblo a las 11:00 de la noche a la casa del Dr. Rice y le dijo: “Nunca dormiré sino hasta saber que él es salvo. ¡Acabo de despertar a ver que puede morir e ir al Infierno en cualquier momento!” El Dr. Rice le dijo: “Con su madre preocupada a su lado rogándole, el muchacho fue rápidamente convencido de pecado y fue guiado a confiar en Cristo”. El Dr. Rice dijo: “Donde no hay definición en la oración, es porque no hay urgencia, no hay peso verdadero, no hay deseo de corazón...La oración indefinida es oración sin peso” (Rice, ibid., p. 151).
Te he contado que oré muchos años para que mi madre fuera salva. Pero también moví el Cielo y la tierra para llevar a mi madre a la iglesia todos los Domingos a oír el Evangelio. Yo trabajé en eso con todas mis fuerzas. No creo que mi madre hubiera sido salva nunca si yo no hubiera trabajado con todas mis fuerzas para llevarla a la predicación del Evangelio todos los Domingos. De poco sirve orar por una pariente o amigo perdido si no los “fuerzas a entrar”, como dijo Jesús que debemos hacerlo (Lucas 14:23) - ¡No solo pedirles, sino forzarlos a entrar!
Ahora, si aun estás perdido esta noche, estamos rogando a Dios que te traiga bajo la convicción de pecado, y te atraiga a Jesús para limpieza de pecado por Su Sangre preciosa. Dr. Chan, por favor ven a orar por aquellos que están perdidos aquí esta noche (oración). “Por Ti Estoy Orando.” ¡Cántala!
Por ti estoy orando, Por ti estoy orando,
Por ti estoy orando,
Orando por ti.
(Traducción de “I Am Praying For You”
por S. O’Malley Clough, 1837-1910).
(FIN DEL SERMÓN)
Puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.realconversion.com. Oprime
“Sermones en Español”.
You may email Dr. Hymers at rlhymersjr@sbcglobal.net, (Click Here) – or you may
write to him at P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Or phone him at (818)352-0452.
La Escritura Leída por el Sr. Kyu Dong Lee Antes del Sermón: Marcos 14:32-40.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Teach Me to Pray” (por Albert S. Reitz, 1879-1966).