El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.
Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.
Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.
CUATRO GRITOS DEL INFIERNO por Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles “Y en el Hades [el Infierno] alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces…” (Lucas 16:23, 24). |
Este sermón fue adaptado y revisado de “Un Viaje por los Pasillos del Infierno” [A Journey Through the Halls of Hell] por el Dr. W. Herschel Ford, en Simple Sermons on Salvation and Service, Zondervan Publishing House, edición 1971.
Aquí hay un hombre en el Infierno. Ahora está en tormentos más grandes de lo que jamás podría haber imaginado. Se nos dice que “dio voces”. Esto significa que “gritó.”
Si pudiéramos ir al Infierno esta noche, escucharíamos a miles de almas gritando, el “lloro y el crujir [de sus] dientes” (Mateo 13:42). Vayamos al Infierno en nuestras mentes y veamos algunas personas gimiendo y llorando allí en las llamas.
I. Primero, oímos a Caín gritando, “Grande es mi castigo para ser soportado”.
Él grita una y otra vez: “Grande es mi castigo para ser soportado” (Génesis 4:13). ¿Por qué está Caín allí en las llamas del Infierno? No es porque fue un asesino. Moisés fue un asesino, pero ahora está en el Cielo. David fue un asesino, pero ahora está en el Cielo. El Apóstol Pablo fue un asesino, pero ahora está en el Cielo. ¿Por qué, entonces, Caín está en las llamas eternas gritando por siempre, “Grande es mi castigo para ser soportado”? ¿Por qué está Caín en el Infierno, mientras que otros asesinos están en el Cielo?
Caín está en el Infierno porque rehusó ser salvo por la Sangre. No hubo sangre en su sacrificio. Él trató de ser salvo reformado su vida y siendo bueno. Pero Dios rechazó su ofrenda sin valor. Dios dijo:
“Sin derramamiento de sangre no se hace remisión”
(Hebreos 9:22).
Cristo derramó Su preciosa Sangre en la Cruz para expiar el pecado, y limpiar al pecador de toda injusticia. La única manera de escapar del Infierno es por medio de la de la Sangre de Cristo. Pero Caín era demasiado orgulloso para creer en la Sangre. Por eso está en el Infierno. Es por eso que él grita por toda la eternidad, “Grande es mi castigo para ser soportado”.
El predicador habló sobre el quinto mandamiento, “Honra a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:12). El predicador habló sobre el pecado de odiar al padre de uno. Tres jóvenes cometieron ese pecado. Dos de ellos fueron a sus padres y pidieron perdón, y prometieron vivir una nueva vida. Pero el tercero vino a Jesús y fue lavado por Su Sangre antes de confesarse con su padre. El tercer joven fue salvo. Pero los otros dos permanecieron perdidos, endurecidos en rebelión. ¿Por qué? “sin derramamiento de sangre no se hace remisión”.
¿Qué me puede dar perdón?
Solo de Jesús la sangre.
¿Y un nuevo corazón?
Solo de Jesús la sangre.
(Traducción libre de “Nothing But the Blood” por Robert Lowry, 1826-1899).
Es muy común para aquellos que están bajo convicción de pecado tratar de encontrar alivio reformando sus vidas. Pero esa es la religión de Caín – una ofrenda de obras humanas sin sangre. La persona que cambia su vida, sin fe en la Sangre de Jesús, gritará con Caín en el Infierno, “Grande es mi castigo para ser soportado”.
Nada puede perdonar –
Solo de Jesús la sangre;
No por bien que hice yo –
Solo de Jesús la sangre.
Precioso es el raudal
Que limpia todo mal;
No hay otro manantial,
Solo de Jesús la sangre.
“Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos…Dando voces...” (Lucas 16:23, 24).
II. Segundo, oímos la gente en el día de Noé gritando, “¡Déjanos entrar! ¡Déjanos entrar!”
La gente en los días de Noé eran pecadores perdidos. Noé fue salvo por gracia y construyó un arca para protegerse a sí mismo y a su familia del gran Diluvio. Noé le predicó a la gente mientras construía el arca. El Apóstol Pedro llamó a Noé “pregonero de justicia” (II Pedro 2:5). Pero la gente se burló de él. Ellos jamás habían visto lluvia, mucho menos un diluvio. Entonces vino el Diluvio, y el agua empezó a subir. El agua subía y subía. Esos pecadores incrédulos sin duda corrieron al arca, y golpearon la puerta, gritando: “¡Déjanos entrar! ¡Déjanos entrar!” ¡Pero era demasiado tarde para que ellos entraran! La Biblia dice de Noé: “Jehová le cerró la puerta” (Génesis 7:16). Dios cerró la puerta del arca, y la selló. Era demasiado tarde para ellos para ser salvos. Todos ellos se ahogaron en el gran Diluvio.
Esas personas resistieron la llamada de Dios demasiado tiempo. Ellos vacilaron y jugaron, y procrastinaron. Ellos pospusieron su salvación demasiado tiempo. ¿Eres tú así esta noche?
No hace mucho le prediqué a un grupo de casi 200 personas. Cuatro o cinco de ellos eran salvos. Pero todos los otros estaban enfocados en sus negocios, deportes y entretenimiento. Esa es una ilustración del mundo esta noche. Les predicamos. Les advertimos. Les dijimos sobre la salvación en Cristo. Pero la mayoría de ellos continúan con sus vidas, y no confían en el Salvador. Ellos se olvidan que: “está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27). Si mueres sin ser salvo por Cristo, pronto estarás en el Infierno, gritando con esa gente del tiempo de Noé, “¡Déjanos entrar! ¡Déjanos entrar!” Pero será demasiado tarde para ti en el Infierno. La puerta a la salvación será cerrada para ti por siempre.
“Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos…Dando voces...”
III. Tercero, oímos a Judas gritando, “Yo he pecado entregando sangre inocente”.
A medida que nuestras mentes bajan a las entrañas del Infierno, oímos los gritos de Judas una y otra vez, “Yo he pecado entregando sangre inocente” (Mateo 27:4).
Cristo eligió a este hombre para que fuera uno de Sus doce Discípulos. Judas estuvo con él durante tres años. Oyó a Cristo predicar. Él vio a Cristo hacer milagros grandes. Él sirvió como el tesorero de los Discípulos. Pero se fue al Infierno porque no fue salvo.
Tú puedes ir a la iglesia todos los Domingos, ir a ganar almas y dar generosamente y aún estar perdido. Tú estás perdido porque nunca has confiado en Cristo, y nunca has sido convertido. Debe haber un cambio interior que solo Dios puede dar. Debes nacer de nuevo.
Pero Judas amaba tanto el dinero que por ello vendió su alma. Pero el dinero que recibió no le hizo feliz. Tiró el dinero que le dieron por traicionar a Cristo. Pero ya era demasiado tarde. Dios lo había abandonado. Él salió, se ahorcó y se fue al Infierno. Puedo oírlo gritar allí en las llamas, “¡Yo he pecado entregando sangre inocente! ¡Yo he pecado entregando sangre inocente!” Judas pudo haber sido salvo, pero ahora es eternamente demasiado tarde.
“Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos…Dando voces...”
IV. Cuarto, oímos al Rey Agripa gritando, “Por poco me persuades a ser Cristiano”.
Él grita, “¡Casi! ¡Casi! ¡Casi!” Él no es un rey ahora. El Apóstol Pablo le testificó a él. Pero él rechazó a Cristo. Él le dijo a Pablo: “Por poco me persuades a ser cristiano” (Hechos 26:28). Casi fue convertido, pero esperó demasiado tiempo.
No basta con oír la predicación del Evangelio. Ni siquiera es suficiente creer el Evangelio en tu mente. Debes rendirte a Jesús, y confiar en Él, para ser salvo. El Rey Agripa casi fue convencido de confiar en Jesús. Pero lo pospuso hasta que fue demasiado tarde. He visto a gente así a través de los años. Ellos escucharon con atención la predicación. Algunos de ellos incluso tenían lágrimas en los ojos. Pero sacudieron sus convicciones, y se olvidaron de la salvación. Agripa pudo haber sido salvo. Pero ahora es eternamente demasiado tarde. Parece que lo puedo oír gritando en el Infierno, “¡Casi! ¡Casi! ¡Casi!” Cuando se retuerce entre las llamas eternamente.
“Casi resuelto” para creer;
“Casi resuelto” a Jesús confiar;
Parece alguien decir,
“Vete espíritu,
Cuando convenga más
Te llamaré”.
“Casi resuelto”, ¡pasó el cegar!
“Casi resuelto,” ¡ruina vendrá!
“Casi” no bastará; “Casi” ¡fracasará!
Triste lamento harás,
Perdido estás.
(Traducción libre de “Almost Persuaded” por Philip P. Bliss, 1838-1876).
Tú también has sido casi persuadido. Dices en tu corazón: “Algún día voy a confiar en Jesús. Algún día voy a venir a Él y voy a ser lavado por Su Sangre”. Pero hay un gran peligro en decir: “Algún día”. Satanás te ha dicho que esperes un poco más. El Diablo sabe que te tendrá si sigues esperando y posponiendo tu salvación. Pero uno de estos días la muerte se deslizará sobre ti. No vas a estar listo, y será eternamente demasiado tarde. Parece que puedo oírte gritar en el Infierno con Agripa, “¡Casi! ¡Casi! ¡Casi!”
Que Dios tenga misericordia de ti ahora, mientras todavía hay tiempo. Oro para que confíes en Jesús con fe simple. Oro que tus pecados sean lavados por Su Sangre preciosa ahora, antes de que Dios se aleje de ti, y sea dicho de ti.
“Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos…Dando voces,”
“¡Casi! ¡Casi! ¡Casi!”
Triste será ese juicio sin Su misericordia,
Pues tú te demoraste y Jesús se marchó;
Oh, que remordimiento, cuando llegue tu muerte,
Y tú te has demorado en venir a Jesús.
(Traducción libre de “If You Linger Too Long”
por Dr. John R. Rice, 1895-1980).
¡Cómo oramos que confíes en Jesús esta noche, para que tus pecados puedan ser limpiados por Su Sangre preciosa! Voy a cantar esa canción del Dr. Rice de nuevo. Si estás listo para confiar en Cristo y ser salvo, por favor ve atrás del auditorio mientras canto. El Dr. Cagan te llevará a un lugar tranquilo donde podemos aconsejarte y orar contigo. Ve mientras canto.
Sin respeto esperaste y a Él rechazaste,
Tu pecado peor es, tienes mal corazón;
Oh, si Dios se impacienta, el Espíritu ofendes,
Si Él ya no te llama, tendrás condenación.
Triste será ese juicio sin Su misericordia,
Pues tú te demoraste y Jesús se marchó;
Oh, que remordimiento, cuando llegue tu muerte,
Y tú te has demorado en venir a Jesús.
(FIN DEL SERMÓN)
Puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.realconversion.com. Oprime
“Sermones en Español”.
You may email Dr. Hymers at rlhymersjr@sbcglobal.net, (Click Here) – or you may
write to him at P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Or phone him at (818)352-0452.
La Escritura Leída Antes del Sermón por el Dr. Kreighton L. Chan: Mateo 13:47-50.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“If You Linger Too Long” (por Dr. John R. Rice, 1895-1980).
EL BOSQUEJO DE CUATRO GRITOS DEL INFIERNO por Dr. R. L. Hymers, Jr. “Y en el Hades [el Infierno] alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces…” (Lucas 16:23, 24). (Mateo 13:42) I. Primero, oímos a Caín gritando, “Grande es mi castigo para ser
II. Segundo, oímos la gente en el día de Noé gritando, “¡Déjanos entrar! III. Tercero, oímos a Judas gritando, “Yo he pecado entregando
IV. Cuarto, oímos al Rey Agripa gritando, “Por poco me persuades
|