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¡TETELESTAI!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 5 de Agosto, 2012

“Dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu” (Juan 19:30).


Jesús fue clavado en la cruz a las 9:00 de la mañana. Los que le miraban morir allí le gritaban que demostrara descendiendo de la cruz que Él era el Hijo de Dios.

La multitud que pasaba le gritaba a Jesús: “Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz” (Mateo 27:40).

Entonces los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos del templo pasaron por la cruz, y dijeron lo mismo:

“Los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él” (Mateo 27:41-42).

Los soldados Romanos, que lo habían golpeado antes, lo coronaron con espinas, y arrancaron pedazos de Su barba, también le dijeron que descendiera de la cruz y se salvase a sí Mismo.

“Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo” (Lucas 23:36-37).

Los dos ladrones que fueron crucificados a ambos lados de Jesús también le gritaban que descendiera de la Cruz y así probara que Él era el Hijo de Dios.

“Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él” (Mateo 27:43-44).

Más tarde ese día el segundo ladrón seguía gritándole: “Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros” (Lucas 23:39).

¿Por qué toda esta gente le gritaba: “Desciende de la cruz”? ¿Por qué todos estaban de acuerdo? Los sacerdotes, los escribas, los ancianos, toda la multitud, los soldados Romanos, e incluso los ladrones que fueron crucificados, todos estuvieron de acuerdo, “Si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz” (Mateo 27:40). No tengo ninguna duda de que fue Satanás quien inspiró a todos ellos para injuriar a Jesús, y le gritaban que se salvase a sí Mismo de la cruz. Antes, cuando Jesús dijo que sería crucificado, Pedro lo reprendió y le dijo: “En ninguna manera” (Mateo 16:22). Jesús se volvió hacia él y le dijo: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!” (Mateo 16:23). El Diablo había persuadido a Pedro que aconsejara a Jesús que no fuera a la cruz. Por lo tanto sabemos que Satanás no quería que Jesús fuera crucificado. El Diablo odia la crucifixión y la Sangre de Cristo. Satanás sabe que los hombres no pueden ser salvos del pecado sin la muerte de Cristo en el lugar de los pecadores. Por lo tanto, creo que era el mismo Satanás quien inspiró a estos hombres malvados para injuriar a Jesús y decir: “Sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz” (Marcos 15:30).

¡Pero gracias a Dios que Jesús no les hizo caso! Jesús fácilmente pudo haber hecho lo que le dijeron. Pudo fácilmente haber descendido de la cruz. Pero, si lo hubiera hecho, ¡nadie puede ser salvo de la pena del pecado y el castigo eterno en el Infierno!

Una mañana subió Jesús,
   Hacia el calvario llevó su cruz;
Por pecadores allí murió,
   Para salvar al que se perdió.
¡Redentor bello! ¡Redentor Santo!
   Sobre el madero yo lo puedo ver;
Muy mal herido, con ruego fijo,
   ¡Muere abatido – Jesús por mí!
(Traducción libre de “Blessed Redeemer”
     por Avis Burgeson Christiansen, 1895-1985).

Ahora llegamos al final del sacrificio de Jesús en la cruz. Él ha recibido el vinagre de los soldados. Él ha hecho completa expiación por nuestros pecados. Y ahora exclamó:

“Consumado es” (Juan 19:30).

Y habiendo inclinado la cabeza entregó el Espíritu.

Mateo, Marcos y Lucas nos dicen que Jesús exclamó a gran voz antes de morir. Pero no nos dicen lo que dijo cuando Él exclamó. Sólo Juan nos dice que exclamó: “Consumado es”. “Tetelestai” es la palabra Griega en el Nuevo Testamento. Es traducida en dos palabras al Español, “Consumado es”.

Muchas cosas fueron consumadas cuando Jesús murió. Pero yo sólo voy a mencionar tres de ellas – 1. Su sufrimiento fue consumado. 2. La ira de Dios contra nuestro pecado fue consumada. 3. Nuestra salvación fue consumada.

I. Primero, el sufrimiento de Jesús fue consumado.

Él había sufrido toda Su vida. Cuando Él era un bebé el Rey Herodes trató de matarlo. José tuvo que llevarse a María y al niño Jesús al exilio en Egipto para evitar que fuera asesinado por el Rey asesino.

Él había sido malinterpretado durante toda Su vida. Incluso Su madre y Sus hermanos habían pensado que estaba “fuera de sí”. Cuando Él predicó Su primer sermón la gente trató de arrojarlo desde lo alto de una colina y matarlo. Un número de veces se nos dice que los escribas y Fariseos trataron de matarlo. Los Fariseos incluso trataron de apedrearlo hasta la muerte. Cuando la mayoría de Sus seguidores se alejaron de Él, Él dijo a Sus discípulos: “¿Queréis acaso iros también vosotros?” (Juan 6:67). Él vivió Su vida en la tierra en la pobreza y el reproche. A pesar de que hizo muchos milagros, y curó a muchos enfermos, dijeron que era un endemoniado lunático.

En el Huerto de Getsemaní, la noche antes de ser crucificado, Sus Discípulos se fueron a dormir y lo dejaron solo. Allí en Getsemaní, cuando oró, “era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:44). Cuando fue arrestado pocos minutos después, “todos los discípulos, dejándole, huyeron” (Mateo 26:56).

Los soldados lo arrastraron ante el gobernador Romano, Poncio Pilato. Pilato le mandó azotar casi hasta la muerte. Le arrancaron la barba, y lo golpearon en la cara. Empujaron una cruel corona de espinas sobre su cabeza ensangrentada. Jesús dijo, a través del profeta Isaías:

“Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos” (Isaías 50:6).

Luego le hicieron llevar Su cruz hasta el lugar de ejecución. Traspasaron clavos a través de Sus manos y pies, y fue colgado desnudo en la cruz. Lamentaciones 1:12 describe el horrible dolor y sufrimiento de Jesús tuvo que pasar:

“Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido”
       (Lamentaciones 1:12).

Cuando Jesús exclamó, “Consumado es”, quiso decir que Su vida de sufrimiento en la tierra había terminado. Esto significaba que el sufrimiento que experimentó en un mundo hostil, entre los pecadores, había terminado por fin. ¡No es de extrañar que Él sintiera gozo al ir a la cruz!

“El cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio” (Hebreos 12:2a).

Él fue a la cruz con gozo porque sabía que era el final de Sus sufrimientos en la tierra, y que pronto regresaría al Cielo, “a la diestra...de Dios” (Hebreos 12:2b). Con qué razón exclamó:

“Consumado es”.

“De dolores el varón
   Oh, qué hombre al que murió
¡Para darnos salvación!
   ¡Aleluya! ¡Jesús salva!
(Traducción libre de “Hallelujah, What a Saviour!”
     por Philip P. Bliss, 1838-1876).

II. Segundo, la ira de Dios contra nuestro pecado fue consumada.

Lo más horrible de la crucifixión fue que Jesús tomó nuestros pecados en Su cuerpo. Él “que no conoció pecado” fue hecho “por nosotros...pecado” (II Corintios 5:21). Jesús no solo cargó con el castigo por nuestros pecados, sino que cargó con los pecados mismos en Su santo cuerpo en la cruz. El Apóstol Pedro dijo:

“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero” (I Pedro 2:24).

Lo peor de la crucifixión no era el dolor físico. Otros hombres habían sido torturados, quemados en la hoguera, y crucificados. Pero Jesús sufrió lo que ningún otro ser humano podría sufrir.

En su libro, Torturado por Cristo, Richard Wurmbrand habló de un sacerdote que fue torturado con él en una prisión Comunista, y fue quebrantado bajo la tortura. El sacerdote le dijo a Wurmbrand, “Perdóname, hermano, yo he sufrido más que Cristo”. Puedo entender por qué el pobre hombre dijo eso en su agonía, pero estaba equivocado. Nadie jamás ha sufrido como Jesús sufrió – porque nadie más ha tenido alguna vez los pecados del mundo colocados en su propio cuerpo. Él cargó con nuestros pecados, así como el castigo por nuestros pecados.

Además, Jesús cargó con la ira de Dios en la cruz. Yo sé que esto es muy difícil de entender, pero es la verdad. La Biblia dice:

“Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6).

De nuevo dice:

“Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado...” (Isaías 53:10).

Cuando Jesús murió en la cruz, murió con nuestros pecados sobre Él, y con la ira de Dios sobre Él por nuestros pecados. Con que razón Jesús gritó:

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
       (Mateo 27:46).

Dios el Padre se alejó de Su Hijo unigénito, cuando Jesús fue hecho una ofrenda por el pecado en la cruz. La ira de Dios contra nuestros pecados fue aplacada cuando Jesús exclamó:

“Consumado es”.

Cuando tú confías en Jesús, ninguna ira o juicio de Dios caerá sobre ti. ¿Por qué? Porque el juicio de Dios por el pecado ya cayó sobre Jesús mientras moría en la cruz. Pero, si rechazas a Jesús, debes pagar por tus propios pecados en el Infierno.

III. Tercero, nuestra salvación fue consumada.

No hace mucho tres hombres jóvenes vinieron a verme, buscando ser salvos. Los tres odiaban a sus padres, rompiendo así el Quinto Mandamiento (Éxodo 20:12). Les dije a los tres que confiaran en Jesús, y así tener sus pecados limpiados por Su preciosa Sangre. Uno de ellos lo hizo. Él confió en Cristo y fue salvo. Luego fue a su padre y le pidió perdón. Pero los otros dos no confiaron en Jesús. En vez fueron a su casa y pidieron perdón a su padre. ¡Qué vergüenza! No confiaron en Jesús, sino que confiaron en sus buenas obras de pedirle a sus padres que les perdonara. Pero la Biblia dice:

“Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia…” (Tito 3:5).

No somos salvos por hacer algo, ¡aún si lo que hacemos es bueno! ¡Somos salvos por la misericordia de Cristo solamente, debido a Su obra consumada en la cruz! El carcelero de Filipos, dijo: “¿Qué debo hacer para ser salvo?” (Hechos 16:30). Pablo le dijo: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31). ¡Todo lo que debes hacer para ser salvo es confiar en Jesús!

Jesús lo hizo todo por ti en la cruz. Cuando dijo: “Consumado es”, significó que todo lo que necesitas fue consumado. Ahora no hay nada que tienes que hacer sino confiar en Él. En el momento en que confías en Jesús al instante serás salvo por Él – ¡por todo el tiempo y toda la eternidad!

James Hudson Taylor fue el fundador de la Misión Interior de China. Antes de ir a China, cuando sólo tenía quince años de edad, Hudson Taylor leyó un pequeño folleto titulado, “La Obra Consumada de Cristo”. ¡Al leer este folleto se dio cuenta de que todo lo que necesitaba para ser salvo ya había sido consumado por Jesús en la cruz! Hudson Taylor se puso de rodillas y confió en Jesús. Fue salvo de inmediato – y pasó a convertirse en un gran misionero en China. Te estoy pidiendo que hagas lo mismo que James Hudson Taylor hizo. Arrepiéntete y confía en Jesús con simple fe. Él perdonará tus pecados y salvará tu alma, porque

“Consumado es” (John 19:30).

Todo lo que necesitas para ser salvo fue consumado por Jesús en la cruz. ¡Ven a Él y confía en Él, y serás salvo esta misma mañana! Voy a cantar una canción. Si deseas saber más acerca de convertirte en un Cristiano, por favor ve a la parte de atrás del auditorio mientras yo canto. El Dr. Cagan te llevará a un lugar tranquilo para oración y consejo. Por favor ve mientras yo canto.

Te escucho, oh Jesús, llamándome a mí
   Para que limpio pueda ser, hoy en Tu sangre así.
¡Vengo ya Jesús! ¡Vengo hacia Ti!
   Lávame en Tu sangre que fluyó, Jesús, por mí.
(Traducción libre de “I Am Coming, Lord” por Lewis Hartsough, 1828-1919).

(FIN DEL SERMÓN)
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en www.realconversion.com. Oprime “Sermones en Español”.

You may email Dr. Hymers at rlhymersjr@sbcglobal.net, (Click Here) – or you may
write to him at P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Or phone him at (818)352-0452.

La Escritura Leída Antes del Sermón por el Dr. Kreighton L. Chan: Marcos 15:29-37.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Blessed Redeemer” (por Avis Burgeson Christiansen, 1895-1985).


EL BOSQUEJO DE

¡TETELESTAI!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu” (Juan 19:30).

(Mateo 27:40, 41-42; Lucas 23:36-37; Mateo 27:43-44;
Lucas 23:39; Mateo 16:22, 23; Marcos 15:30)

I.   Primero, el sufrimiento de Jesús fue consumado, Juan 6:67;
Lucas 22:44; Mateo 26:56; Isaías 50:6; Lamentaciones 1:12;
Hebreos 12:2.

II.  Segundo, la ira de Dios contra nuestro pecado fue consumada,
II Corintios 5:21; I Pedro 2:24; Isaías 53:6, 10; Mateo 27:46.

III. Tercero, nuestra salvación fue consumada, Éxodo 20:12; Tito 3:5;
Hechos 16:30, 31.