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EL CORAZÓN QUEBRANTADO por Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmo 51:17). |
He adaptado este sermón dado por Robert Murray McCheyne (1813-1843). A pesar de que murió poco antes de cumplir treinta años, McCheyne fue utilizado en gran medida en los avivamientos en su Escocia natal. El era un premilenialista que creía que el pueblo Judío será restaurado a su tierra natal y se convertirá al final de esta era. Él dijo: “Israel regenerado será como rocío del Señor”. Duncan Matheson ha dicho de este joven pastor, “Él predicó con la eternidad estampada en la frente”. Yo les ofrezco a ustedes ahora uno de los sermones sin tiempo de McCheyne, y espero que guíe a alguno de ustedes a experimentar el amor y la paz que Jesús ofrece a aquellos que tienen “corazón contrito y quebrantado”.
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmo 51:17).
La palabra Hebrea traducida como “contrito” significa “aplastado”. David habla de un “corazón contrito y aplastado”. McCheyne dijo: Ningún Salmo expresa más plenamente la experiencia de un alma creeyente penitente: su confesión humilde de los pecados (vv. 3, 4, 5), y su intenso deseo de perdón a través de la sangre de Cristo (v. 7), y su anhelo de un corazón limpio (v. 10), su deseo de rendir algo a Dios por todos Sus beneficios... él dará [Dios] un corazón quebrantado (vv. 16, 17). Así como hace mucho ofrecían los corderos sacrificados en señal de agradecimiento, así dice que va a ofrecer a Dios un corazón muerto y quebrantado. Oro que llegues a la misma resolución, y ofrécele a Dios esta noche un corazón quebrantado.
Bajo el nuevo pacto se nos dice: “Y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él” (I Juan 3:15). David había cometido un asesinato. Por lo tanto es mi opinión que, en esta presente dispensación, lo mejor es ver lo que le sucedió a David en este Salmo a la luz de una conversión del Nuevo Testamento. Veremos nuestro texto de esta manera.
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmo 51:17).
I. Primero, el corazón natural no está quebrantado.
Nada puede quebrantar el corazón natural del hombre. Él puede experimentar misericordia, aflicciones, e incluso la muerte sin tener el corazón quebrantado, un corazón que es suave y flexible en los ojos de Dios. El gran ejemplo Bíblico de esto es el corazón endurecido de Faraón en el Libro del Éxodo. A pesar de que un juicio tras otro cayó sobre él, repetidamente rechazó la prédica de Moisés y Aarón, “endureció su corazón, y no los escuchó” (Éxodo 8:15). Aún cuando su propio hijo primogénito murió en el juicio de Dios el corazón de Faraón se endureció. ¡Encontramos que el hombre rico en el Infierno todavía tenía un corazón endurecido, tan duro que incluso discutió con Abraham! (Lucas 16:30). ¡La muerte y el mismo Infierno no hicieron su corazón suave y dócil! ¡Él no mostró remordimiento alguno por la vida de pecado, sin Dios, que había llevado! Cuando Cristo sanó al hombre con una mano seca, estaba “entristecido por la dureza de sus corazones” (Marcos 3:5). Sus corazones no estaban contritos y humillados a pesar de que vieron este milagro. El Apóstol Pablo habló de aquellos que desprecian la bondad de Dios por tener corazones duros y no arrepentidos (Romanos 2:5). ¡La ley, el evangelio, las misericordias, las aflicciones, la muerte, e incluso el Infierno no quebrantan el corazón natural de los hombres no convertidos! Sus corazones son más duros que la piedra. No hay nada en el universo más duro que los corazones de los hombres no convertidos. Jeremías dijo: “Endurecieron sus rostros más que la piedra” (Jeremías 5:3).
¿Por qué los corazones de los no salvos son tan duros? La Biblia nos dice que hay un velo en sus corazones. La Biblia dice: “El velo está puesto sobre el corazón de ellos” (II Corintios 3:15). El corazón natural no cree en la Biblia, no cree en el rigor de la ley, no cree en la ira venidera. Una cubierta, o velo, está sobre sus ojos y no puede ver la verdad.
Segundo, Satanás tiene posesión de sus corazones. Él es “el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” (Efesios 2:2). “El diablo...quita de su corazón la palabra” (Lucas 8:12).
Tercero, están “muertos en vuestros delitos y pecados” (Efesios 2:1). Las almas muertas no oyen lo que se predica. Las almas muertas no se sienten culpables de pecado. Las almas muertas tienen “entenebrecido...su corazón” (Efesios 4:18), ellos “perdieron toda sensibilidad” (Efesios 4:19).
Cuarto, esperan tener seguridad en algún refugio de mentiras. El profeta Isaías dijo: “Hemos puesto nuestro refugio en la mentira, y en la falsedad nos esconderemos” (Isaías 28:15). Esperan seguridad en creer una doctrina de la Biblia, en el hecho de que oran, dan dinero a la iglesia, son bautizados, o algún otro refugio de mentiras.
Ora para que Dios te guarde de la maldición de un corazón no quebrantado, muerto porque estás parado en un terreno resbaladizo. Pronto será arrollado. Y también, porque no tienes ninguna esperanza verdadera a menos que vengas a Jesús.
II. Segundo, el corazón despertado está herido, pero no quebrantado.
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmo 51:17).
Es bueno tener un corazón despierto, un corazón que está herido, pero eso no es suficiente. Tu corazón debe estar quebrantado. Y las convicciones de un corazón despertado lo preparan para ser quebrantado. ¿De qué manera ocurre tal despertamiento de convicción?
La ley hace la primera herida. Cuando Dios va a salvar a una persona, Él hace a la persona pensar en los pecados que ha cometido al violar Su ley. La Biblia dice:
“Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas” (Gálatas 3:10).
Los pecados de tu vida, y de tu corazón, parecerán horribles cuando el Espíritu de Dios hiere tu corazón.
El pecador se hace entonces consciente de que ha pecado contra un Dios grande y santo. Tú dirás: “Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos” (Salmo 51:4).
La tercera herida viene cuando se te hace ver tu propia impotencia para hacerte mejor a ti mismo. Pero tú corazón no está quebrantado. Tu corazón se levanta contra Dios a causa de la severidad de Su ley, y porque no puedes producir fe en Cristo. Te sientes enojado con Dios por dejarte en esta condición miserable. Esto muestra que tu corazón aún no está quebrantado. Sientes lástima de ti mismo y te enojas porque Dios no te ha ayudado.
Aprende que una cosa es estar en convicción de esta manera, y otra cosa es ser salvo. ¡No descanses en la convicción de pecado! Aún no eres convertido.
Los pecados de tu vida, y de tu corazón, parecen horribles cuando el Espíritu de Dios hiere tu corazón.
III. Tercero, en la conversión el corazón es quebrantado en dos maneras.
Primero, tu corazón será apartado de su propia justicia. Cuando el Espíritu Santo te atrae hacia el Jesús crucificado, tu corazón se apartará de buscar salvación por algo que tú haces. Entonces verás que sólo puedes ser salvo por Jesús. Dirás con David Brainerd: “Me pregunto por qué pensé en otra forma de salvación”. Entonces la gracia de Jesús se ve maravillosa. Tienes el corazón quebrantado – quebrantado al pensar en Jesús muriendo en la cruz para pagar por tus pecados, ¿y darte Su justicia? Ya no buscarás la seguridad de salvación. Ahora vas a mirar solo a Jesús. Es una mirada en el corazón amoroso de Jesús que quebranta el corazón de su propia justicia. Oh, ¡ora por un corazón quebrantado! El jactarse quedará excluido. Dirás: ¡“El Cordero que fue inmolado es digno” para mí! (Apocalipsis 5:12).
Dios llama aún no puedo quedarme;
Mi corazón quiere ceder sin tardar;
Adiós, mundo, me voy de ti;
¡La voz de Dios mi corazón tocó!
(Traducción libre de “God Calling Yet” por Gerhard Tersteegen, 1697-1769;
traducida al Inglés por Jane L. Borthwick, 1813-1897).
Luego, en segundo lugar, tu corazón será apartado del amor al pecado. Cuando realmente confias en Cristo, entonces odiarás el pecado. Entonces odiarás el pecado porque te separa de Dios. Entonces odiarás el pecado porque crucificó a Jesús, cargando Su alma, le hizo sudar Sangre, sangrar y morir. Odiarás el pecado, dándote cuenta de que solo te trajo infelicidad. Llorarás por tu pecado porque fue cometido contra el amor de Jesús.
IV. Cuarto, las ventajas de un corazón quebrantado.
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmo 51:17).
Un corazón quebrantado te mantendrá de ser ofendido por la predicación de la cruz. Un corazón no convertido es ofendido por tal predicación. Muchas personas lo odian. Muchos otros piensan que no es más que una tontería. Algunas personas incluso se van de la iglesia porque se sienten ofendidos por la predicación de la salvación solo por la cruz. La Biblia dice:
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden”
(I Corintios 1:18).
De nuevo, la Biblia dice:
“Son enemigos de la cruz de Cristo” (Filipenses 3:18).
Pero un corazón quebrantado no puede ser ofendido por la predicación de la cruz. ¡Un corazón quebrantado podría sentarse para siempre a oír hablar de justicia sin obras, a través de la muerte vicaria de Cristo en la cruz! ¡Al corazón quebrantado le gusta escuchar que la justicia del hombre es pisoteada y hecha polvo!
Entonces también, un corazón quebrantado encuentra reposo en Jesús. El corazón no convertido no tiene descanso,
“Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo” (Isaías 57:20).
El corazón despierto no está en reposo. Dolor y molestia hay en los corazones de aquellos que están bajo la convicción de pecado, pero se niegan a confiar en Jesús. Pero el verdadero corazón quebrantado se lanza en Jesús. Y la justicia de Jesús imputada a ellos le quita todos los miedos. El amor de Jesús “echa fuera el temor” (I Juan 4:18). Un corazón quebrantado está completamente satisfecho con Jesús. Es suficiente para ellos. ¿Estás completamente satisfecho con Jesús? ¿Está tu corazón quebrantado lo suficiente como para venir simplemente a Él y confiar en Él? ¿O todavía estás luchando para aprender, o luchando para encontrar seguridad? ¡Oro para que dejes esas luchas legales, y confíes en Jesús, y solo en Jesús! Por favor pónganse de pie y canten el himno número ocho en su hoja de canciones.
Por favor pónganse de pie y canten ese himno. Si todavía no eres salvo, y te gustaría hablar con el Dr. Cagan y conmigo acerca de esto, por favor ve a la parte de atrás del auditorio mientras cantamos. Iremos a otro lugar para consejo y oración.
Ven cansado y cargado,
Inútil e infidel;
No esperes mejorarte,
O jamás vendrás a Él:
No al justo, no al justo,
Al impío llama Él;
No al justo, no al justo,
Al impío llama Él.
(Traducción libre de “Come, Ye Sinners” por Joseph Hart, 1712-1768).
(FIN DEL SERMÓN)
Puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.realconversion.com. Oprime
“Sermones en Español”.
You may email Dr. Hymers at rlhymersjr@sbcglobal.net, (Click Here) – or you may
write to him at P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Or phone him at (818)352-0452.
La Escritura Leída Antes del Sermón por Dr. Kreighton L. Chan: Salmo 34:15-18.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“God Calling Yet” (por Gerhard Tersteegen, 1697-1769).
EL BOSQUEJO DE EL CORAZÓN QUEBRANTADO por Dr. R. L. Hymers, Jr. “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmo 51:17). (I Juan 3:15) I. Primero, el corazón natural no está quebrantado, Éxodo8:15; II. Segundo, el corazón despertado está herido, pero no quebrantado,
III. Tercero, en la conversión el corazón es quebrantado en dos maneras, IV. Cuarto, las ventajas de un corazón quebrantado, I Corintios 1:18; |