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¡EL VALOR ES HACER LO QUE TU TEMES HACER! (UN SERMÓN DEL DÍA DE LA INDEPENDENCIA) por Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles “Pero los cobardes… tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apocalipsis 21:8). |
El próximo Miércoles será el Día de la Independencia, el Cuatro de Julio. No se me ocurre un modo mejor de celebrar dicha ocasión que recordarles de algunos grandes hombres en la historia, y exhortarles a seguir sus ejemplos de valor. Más que nada, nosotros necesitamos hombres y mujeres heroicos que se paren por Cristo en estos días oscuros y malignos. ¡Ojalá que este sermón te inspire a hacerlo!
Una de las declaraciones que más inspiran que haya leído yo fueron estas palabras del Presidente Theodore Roosevelt:
El que cuenta no es el que critica; ni aquel que señala cómo el hombre fuerte tropieza, o en donde el que obraba podría haberlo hecho mejor. El crédito le pertenece al que está en la arena, con la cara empolvada, con sudor y sangre; que se esfuerza con valentía; que erra, y sale corto vez tras vez; porque no hay esfuerzo sin error y sin fallas; pero que se esfuerza en obrar; que conoce los grandes entusiasmos, las grandes devociones; que gasta su ser por una causa digna, que en el mejor aspecto al final conoce los triunfos de grandes logros y en el peor aspecto, si fracasa, al menos fracasa tratando fuertemente, de modo que su lugar nunca estará con las almas frías y temerosas que no conocen ni la victoria ni la derrota.
Roosevelt contrastó al hombre que “se esfuerza con valentía” con “las almas frías y temerosas que no conocen ni la victoria ni la derrota”. De ese modo contrastó la virtud del hombre de valorcon el hombre frío y temeroso.
¿Qué es valor? Alguien dijo: “El valor no es la ausencia de miedo, sino la convicción de que otra cosa es más importante que el miedo”. Eddie Rickenbacker era un piloto combatiente victorioso Estadounidence en la Primera Guerra Mundial que también recibió la Medalla de Honor.
Durante la Segunda Guerra Mundial el Capitán Rickenbacker fue derribado sobre el Océano Pacífico. No se supo de él por semanas. Los periódicos informaron de su desaparición y por todo el país miles de personas oraron por él; el Capitán Rickenbacker contó lo que había acontecido. “Esta parte vacilaría en contar” escribió él, “si no fuera porque hubo seis otros testigos que lo vieron conmigo. Una gaviota salió de la nada, y posó sobre mi mano – la agarré suavemente – la maté y la dividí en partes iguales para cada uno de nosotros. La comimos toda, hasta los huecitos. Nada nunca supo mejor”. Aquella gaviota le salvó la vida a Rickenbacker y a sus compañeros. Fue por esta experiencia que él se volvió Cristiano. Él le dijo a Billy Graham: “No tengo explicación aparte de que Dios envió a uno de Sus ángeles a rescatarme” (traducción de Billy Graham, Angels: God’s Secret Agents, Doubleday and Company, 1975, p. 4).
Fue el Capitán Eddie Rickenbacker quien dijo: “Valor es hacer lo que tienes miedo de hacer. No puede haber valor a menos que estés asustado”.
El Dr. Martin Luther King dijo: “Valor es estar resuelto interiormente de ir marcha adelante a pesar de obstaculos y situaciones atermorizantes; la cobardía es un sumiso rendirse a la circunstancia. El valor le hace frente al miedo y por eso lo conquista, la cobardía reprime el miedo y por eso es dominada por él”. El Apóstol Pablo dijo: “Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos” (I Corintios 16:13).
Mas el valor no se considera una virtud en nuestro día. Por alguna razón, en los últimos cien años, la Cristiandad moderna no ha producido a muchos hombres y mujeres valientes. El poeta William Butler Yeats hablando acerca del hombre moderno, dijo:
Los mejores son faltos de convicción, mientras que los peores
Están llenos de intensidad apasionada.
(“The Second Coming” [“La Segunda Venida”]).
Hoy vemos eso en casi cada area de la vida. Los aborcionistas radicales en Washington hablan con intensidad apasionada, mientras que los “mejores” son faltos de toda convicción, y andan débiles y temerosos en los salones del Congreso, faltos de convicción. El maestros radicales en nuestras universidades escupen su vil propaganda a diario, mientras aquellos que sostienen los puntos de vista tradicionales detienen su lengua con miedo. Los Musulmanes radicales alzan la voz con “intensidad apasionada”, mientras que los predicadores Cristianos conservadores muchas veces son hombres timidos, que no se atreven a levantar la voz para proclamar la verdad.
Los mejores son faltos de convicción, mientras que los peores
Están llenos de intensidad apasionada.
Esta es la era de Robert Schuller, no la era de Martín Lutero. Esta es la era de Joel Osteen, no la era de John Wesley. Esta es la era de John Piper, no la era de John Knox. Esta es la era del “pensar positivamente”, no la era de “Pecadores en Manos de un Dios Airado”. Esta es la era de George W. Bush y Barack Obama, no la era de William Jennings Bryan y Theodore Roosevelt. Esta es la era de Michael Moore and Nancy Pelosi, no la era de George Washington y Patrick Henry. Esta es la era de Bill Clinton, no la era de Winston Churchill. Esta es la era de John MacArthur y R. C. Sproul, no la era de Jonathan Edwards y George Whitefield. Este es el fin de nuestra civilización, no el nacimiento de esta una vez gran nación. Esta es una era de joventud fría y silenciosa, no la era de patriotas ardientes, misioneros y mártires que conquistaban el mundo. ¡Dios, ayúdanos!
Los mejores son faltos de convicción, mientras que los peores
Están llenos de intensidad apasionada.
El Dr. A. W. Tozer (1897-1963) fue llamado un profeta en su propia vida. En un ensayo titulado [“Necesitamos Varones de Dios Otra Vez”] “We Need Men of God Again” el Dr. Tozer dijo:
Si la Cristiandad evangélica permanecerá en vida deberá de tener hombres otra vez, la clase correcta de hombres. Deberá repudiar a los debiluchos que rehusan hablar en voz alta, y deberá buscar en oración y humildad el regreso de hombres hechos de lo mismo que son hechos los apóstoles y mártires…
Y cuando lleguen ellos – los reformadores, los que apoyan el avivamiento, los profetas – serán varones de Dios y hombres de valor. Tendrán a Dios de su parte porque ellos estarán de parte de Dios. Serán colaboradores con Cristo e instrumentos en manos del Espíritu Santo. Tales hombres en verdad serán bautizados por el Espíritu Santo, y por sus labores Él bautizará a otros y enviará el avivamiento que ha tardado tanto (traducción de A. W. Tozer, D.D., “We Need Men of God Again,” en Of God and Men, Christian Publications, 1960, p. 16).
El mensaje del Dr. Tozer se llamaba [“Necesitamos Varones de Dios Otra Vez’] “We Need Men of God Again.” ¡Amen! Necesitamos hombres y mujeres de valor y convicción en esta hora oscura y terrible. Dios, envíanos hombres y mujeres de valor otra vez, ¡en esta hora de debilidad y miedo!
“Pero los cobardes… su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apocalipsis 21:8).
Nuestro texto es iluminante. Da una lista de ocho categorías de pecados que llevan al “lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apocalipsis 21:8). ¿Cual es el primer pecado en este oscuro catalogo de maldad? No es matar. No es adorar ídolos. No es la fornicación. No es la brujería. No es mentir, ni la incredulidad. Es la cobardía. ¡La cobardía es la razón número uno por la que la gente va al Infierno! La cobardía es la característica más común de los que se quemarán eternamente en el Lago de Fuego. ¡Irán allí porque fueron demasiado miedosos y tímidos para volverse Cristianos verdaderos!
La palabra Griega traducida “cobardes” es “dilŏs.” George Ricker Berry dijo que significa “timidez, cobarde” (A Greek-English Lexicon). Matthew Henry dijo: “Los cobardes encabezan el tren de esta lista negra. No se atreven a encontrarse con las dificultades de la religión”. El Dr. John Gill dijo que son “de espíritus cobardes, y no son valientes por la verdad, sino que por temor del hombres, o no profesan a Cristo y su Evangélio, o habiéndolo hecho, lo botan, para no ser expuestos a tribulación y persecución: estos son los que tienen miedo de la bestia [Satanás], y viven en cautiverio de servicio a él” (traducción de An Exposition of the New Testament, The Baptist Standard Bearer, reimpreso en 1989, tomo III, p. 858; nota sobre Apocalipsis 21:8). J. A. Seiss tradujo la palabra Griega como “cobardemente” y dijo: “No los ‘cobardes’ que se aparta del conflicto con el pecado, avergonzados o con miedo de confesar o mantener su fe en Dios y su Cristo” (traducción literal de The Apocalypse, Zondervan Publishing House, n.d., p. 491; nota sobre Apocalipsis 21:8).
La gente tímida y cobarde teme perder algo que le parece importante si confiaran en Cristo de todo corazón. Prefieren vivir en esclavitud bajo Satanás que tomar el riesgo de confiar en Cristo. Son como los Israelitas que querían volver a Egipto a ser esclavos de Faraón en vez tomar el riesgo de seguir a Moisés en el desierto.
A menudo me deja perplejo leer que Moisés “Entonces Moisés tuvo miedo y…huyó de delante de Faraón” (Exodo 2:14-15) – y sin embargo en el libro de Hebreos se nos dice: “Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey” (Hebreos 11:27). “Moisés tuvo miedo y huyó de delante Faraón” pero “dejó Egipto, no temiendo la ira del rey” (Hebreos 11:27). Después de meditar en ello mucho tiempo, creo que sé la respuesta. Moisés tuvo miedo pero les hizo frente, y obedeció a Dios de todos modos. Como lo puso Eddie Rickenbacker: “Valor es hacer lo que tienes miedo de hacer. No puede haber valor a menos que estés asustado”. O, como dijo el Dr. King: “Valor es estar resuelto interiormente de ir marcha adelante a pesar de obstaculos y situaciones atermorizantes”, hasta pasando tiempo en la carcel, y al final siendo asesinado, por sus convicciones. Sea lo que haya sido, él no fue una de “las almas frías y temerosas que no conocer ni la victoria ni la derrota”. Él no tendría un monumento en Washington D. C. si hubiera cedido a sus temores. “Valor es hacer lo que tienes miedo de hacer. No puede haber valor a menos que estés asustado”.
El 10 de Mayo de 1940 Churchill fue hecho Primer Ministro por el Rey. El ejercito de Hitler ya estaba en Francia, solo a 90 minutos de Londres por avión. Churchill se fue del Palacio Buckingham y entró en su carro. Su guardaespaldas lo felicitó por se hecho Primer Ministro, pero dijo: “Solamente quisiera que la posición le hubiera llegado en tiempos mejores, porque tiene una tarea enorme”. Lagrimas llenaron los ojos de Churchill, y dijo: “Solo Dios sabe cuan grande sea. Espero que no sea demasiado tarde. Temo mucho que sí lo es. Solo podemos hacer lo mejor posible”.
“Temo mucho”. “Solo podemos hacer lo mejor posible”. “Valor es hacer lo que tienes miedo de hacer”, no la ausencia del miedo, nota, sino ir marcha adelante y hacer lo que tienes miedo de hacer – ¡eso es valor! Ambos Dr. King y Churchill tuvieron esa cualidad, y los hizo sobresalir entre los politicos modernos, estas “almas frías y temerosas que no conocer ni la victoria ni la derrota”.
Yo siempre he admirado al Presidente Nixon. Él era un varón pobre de una familia de bajos ingresos que se volvió en uno de los líderes de mayor influencia en el siglo Veinte. Yo lo comprendí muy bien. Billy Graham dijo que él era el único político introvertido que había conocido. Su rareza surgía de un profundo temor de fracasar. Pero le hizo frente a sus miedos vez tras vez. Yo lo admiraba porque sabía que era un hombre verdaderamente valiente, porque “valor es hacer lo que tienes miedo de hacer”. “No puede haber valor a menos que estés asustado”. Nixon dijo: “No se puede lograr nada grande sin tomar grandes riesgos…Al determinar qué riesgos tomar, no debes obsecionarte con lo que puedas perder. Siempre debes hacer frente y enfocarte en lo que puedas ganar” (traducción libre de In the Arena, Simon and Schuster, 1990, p. 197). Ese era su modo de dar una máxima que Cristo puso así:
“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará”
(Lucas 9:24).
Si te “la juegas con seguridad” y no arriesgas tu vida por Cristo, perderás tu vida, te volverás un “alma fría y temerosa” en este mundo, íy un alma perdida en la eternidad! ¡Es solamente con arriesgar tu vida en Jesucristo que te vuelves el ser humano que Dios quiere que seas!
Uno de los tributos más grandes dados al Presidente Reagan fue algo que dijo su hijo Ron. Debes comprender que Ron se rebeló contra su padre y se volvió un triste liberal que nunca hizo nada con su vida. Pero este es el tributo que le dio a su padres. Él no tuvo intención de que fuera tributo. Ron Reagan dijo sobre su padre: “Nunca lo vas a poder comprender; es la primera cosa que tienes que entender”. Eso dijo más sobre el hijo que del Presidente, porque, ves, Ron era un “alma fría y temerosa que no [conocía] ni la victoria ni la derrota”. El Presidente Reagan quien por su parte era un hombre que tenía el valor de hacer lo que tenía miedo de hacer. El Presidente una vez dijo: “Un héroe no es más valiente que cualquier otro: solamente es más valiente cinco minutos más”. Con razón enfrentó a la Unión Soviética y ganó la Guerra Fría contra el Comunismo. ¡Él solamente fue valiente cinco minutos más que ellos! Él dijo una vez que su estrategia para la Guerra Fría con el Comunismo era esta – “¡Nosotros ganamos y ellos pierden!” ¡Él tuvo el valor para hacer lo que tenía miedo de hacer!
Les he contado las historias sobre el Dr. King, Winston Churchill, Richard Nixon y Ronald Reagan. Aunque estos varones no fueron conocidos como líderes Cristianos, estoy convencido de que Dios les dio valor especial para protejer al mundo entero. Yo podría haber dado historia tras historia de grandes predicadores y misioneros a quienes Dios dio el don del valor que los llevara arriba de aquellas “almas frías y temerosas que no conocen ni la victoria ni la derrota”.
Una vez yo fuí presentado en una reunión por un pastor que dijo: “El Dr. Hymers es un hombre completamente libre de temor”. Sé que lo dijo como un cumplido, pero no era cierto. Jamás conocerás a alguien más inseguro y temeroso que yo. Nunca he tenido confianza en mí mismo. Si quieres pensar como psicólogo, podrías decir que es por la manera que fui criado. Siempre supe que si fallaba no había red de seguridad – no habría nadie que me diera una segunda oportunidad. Pero Dios me dio una promesa en la Biblia que parecía estar escrita especialmente para mí. Es el versículo de mi vida, y dice:
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
De joven yo sabía que no tenía fuerza ni habilidad propia. Lo sabía entonces, y lo sé hoy. Por dentro son una persona temerosa, tímida, sin ninguna confianza en mí mismo. Pero me he lanzado sobre la misericordia de Jesús – y Él no me ha fallado jamás. ¡Jamás! Él me ha llevado de la derrota a la victoria tantas veces que ahora yo sé, dentro de mí, ¡que Él nunca me fallará!” Y puedo decir con certeza esta mañana,
La misericordia re-escribió mi vida.
La misericordia re-escribió mi vida.
Perdido estaba yo en pecado,
Pero Jesús re-escribió mi vida.
Algunos aquí está mañana tienen miedo de confiar en Jesús. Te he oído decir: “Tengo miedo de tener una conversión falsa”, o “Tengo miedo de que no puedo ser salvo!, o “No puedo”. Estos son miedos que te detendrán, y al final, estos miedos de volverán en un “alma fría y temerosa que no conoce ni la victoria ni la derrota”. Pero recuerda, el “Valor es hacer lo que tienes miedo de hacer”. Yo sé que tienes miedo de confiar en Jesús. Yo entiendo eso completamente. ¡Pero hazle frente a tus miedos y hazlo de todos modos! Como Eddie Rickenbacker dijo: “Valor es hacer lo que tienes miedo de hacer. No puede haber valor a menos que tengas miedo”.
He estado leyendo el testimonio de John Bunyan (1628-1688), Grace Abounding to the Chief of Sinners [Gracia Abundante al Jefe de los Pecadores]. Bunyan pasó muchos años en temor y duda. El Diablo casi destazó su mente. Él no tuvo reposo ni paz años tras año. Finalmente un día él dijo:
Yo era como un muerto antes de que la muerte llegara, y como si ya hubiese sentido haber descendido al hoyo. Dije: No hay otra salida, sino que al infierno debo ir; mas en medio de estos miedos… aquella palabra cayó en mi mente: “O muerte, ¿dónde está tu aguijón? O sepultura, ¿donde está tu victoria?” Con esto me volví sano en ambos cuerpo y mente de una sola vez, porque mi enfermedad se desvaneció, y anduve consoladamente en mi obra por Dios otra vez.
Poco después él volvió a caer en abatimiento. Él dijo:
Despues de estar en esta condición como por tres o cuatro días, sentado junto al fuego, de repente sentí que esta palabra sonaba en mi corazón “debo ir a Jesús”. Con esto huyeron mi previa oscuridad y ateismo, y las benditas cosas del cielo se pusieron en plena vista…Bendito sea Dios por tener misericordia de mí.
John Bunyan fue salvo por ir a Jesús. ¿Tendrás tú el valor de hacer lo que tienes miedo de hacer esta mañana? ¿Irás a Jesús y confiarás en Él ahora?
Mientras yo canto aquel corito, ve por favor a la parte de atrás del salón y Dr. Cagan te llevará al cuarto de oración.
La misericordia re-escribió mi vida.
La misericordia re-escribió mi vida.
Perdido estaba yo en pecado,
Pero Jesús re-escribió mi vida.
(FIN DEL SERMÓN)
Puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.realconversion.com. Oprime
“Sermones en Español”.
You may email Dr. Hymers at rlhymersjr@sbcglobal.net, (Click Here) – or you may
write to him at P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Or phone him at (818)352-0452.
La Escritura Leída por el Dr. Kreighton L. Chan Antes del Sermón: Apocalipsis 21:3-8.
El Solo Cantado por el Sr. Mr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“The Battle Hymn of the Republic” (por Julia Ward Howe, 1819-1910).