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LAS BENDICIONES DEL GANADOR DE ALMAS

por Dr. C. L. Cagan, Diacono

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles
La Mañana del Día del Señor, 23 de Enero de 2011

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:19-20).


Cristo mandó esto después de Su resurrección. Unos han dicho erróneamente que este mandamiento se le dio solo a los Apóstoles y que no tiene nada qué ver con nosotros hoy. Un malvado hasta dividió una iglesia con esta doctrina falsa. ¡Pero esta doctrina no es cierta! Es “hasta el fin del mundo”. Ha estado en la Biblia dos mil años, como mandato a todos los Cristianos, “todos los días” hasta el fin de esta era. A todos los Cristianos se les manda ganar almas, a tratar de ganar otros a Jesucristo. El mandamiento es para todos los Cristianos, no solamente para los Apóstoles en el primer siglo.

Cómo hubieran podido todos los Cristianos del primer siglo tomar parte en ganar almas sin ser todos Apóstoles? Cómo pueden todos los Cristianos hoy tomar parte en ganar almas cuando no todos son pastores, evangelistas, o misioneros? La respuesta es simple. La obra de ganar almas tiene muchas partes. Hablando de eso, el Apóstol Pablo dijo: “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” (I Corintios 3:6).

Y es así hoy. Un Cristiano invita a un perdido a la iglesia – un amigo, un pariente, o un extraño. Tal vez otro Cristiano lo llama por teléfono, y lo trae a la iglesia en su carro. Allí el pastor predica el Evangelio, la verdad de la Biblia “Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (I Corintios 15:3-4). El pastor y los diáconos y obreros Cristianos le explican el Evangelio a la persona perdida, asegurándose de que entienda la salvación y que venga a Jesucristo. A la vez, otros Cristianos son amigables con la persona, mostrándole amor Cristiano en la iglesia, y orando por ella. Aquí vemos que hay mucha gente que sale a evangelizar. ¡En ganar almas, uno planta, otro riega, y es Dios quien produce el fruto!

Este sermon es adaptado de los capitulos 14 y 15 de The Golden Path to Successful Personal Soul Winning por Dr. John R. Rice (Sword of the Lord Publishers, 1961). Quiero sacar a luz dos puntos del libro de Dr. Rice: primero, las bendiciones terrenales del que gana almas; y segundo, las recompensas celestiales del que gana almas.

I. Primero, las bendiciones terrenales del ganador de almas.

El Dr. Rice dijo: “El Cristiano que gana almas tiene bendiciones especiales que [otros] que no ganan almas nunca tienen” (Rice, ibid., p. 275). Dios tiene muchas bendiciones especiales para el Cristiano que trabaja duro para ganar almas. Sí, el que gana almas tiene muchas bendiciones en esta vida.

Cristo le prometió al ganador de almas que El estaría presente con el todos los días en un modo muy especial. Nuestro texto dice:

“Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:19-20).

Esta promesa de la presencia de Cristo fue dada junto con Su mandamiento de ganar almas. La promesa y el mandamiento van juntos. Su presencia se promete de modo especial a los que hacen esta obra.

Cristo dijo que El mostrará Su amor al Cristiano que obedece y gana almas. El dijo:

“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan 14:21).

Recuerda que ganar almas es un mandamiento de Cristo. Hacer la obra de ganar almas es un mandato de Cristo. El Cristiano que obedece a su Señor y trabaja para ganar almas tendrá la presencia y el amor de Cristo de un modo especial.

Luego gozo especial se promete al ganador de almas. Cuando un Cristiano obra para ganar almas, orando con lágrimas por las almas, se gozará cuando los perdidos sean convertidos a Jesucristo. La Biblia dice:

“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”
       (Salmo 126:5-6).

¿Quien se gozará? Cuando un alma es convertida, todos los que tuvieron parte en esa obra se gozarán. ¡Sí, una persona planta, otra riega pero todos se regocijan! Jesús dijo:

“Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siegue” (Juan 4:36). Cuando un alma perdida es convertida, el Cristiano que lo invitó se regocija. Los Cristianos que le mostraron amor Cristiano y amistad se gozan. El pastor que le predicó el Evangelio se goza. ¡“El que siembra y el que siega…se regocijan juntos”!

No hay felicidad ni gozo más grande que ver a alguien con quien has hablado, por quien has orado, y cuidado, ser convertido a Cristo. El Apóstol Pablo llamaba a los Cristianos en la iglesia de Filipos,

“Hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía”
       (Filipenses 4:1).

De nuevo, el Apóstol Pablo escribió a los Cristianos en la iglesia de Tesalónica:

“ Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? Vosotros sois nuestra gloria y gozo”
       (I Tesalonicenses 2:19-20).

¡Que tiernas palabras! ¡Que felicidad! ¡Que gozo! Sí, hay bendiciones y gozos para el que gana almas – ¡bendiciones y gozos en esta vida, aquí y ahora!

II. Segundo, las recompensas celestiales del ganador de almas.

Después de esta vida en la tierra, la Biblia promete recompensas celestiales para aquellos que ganan almas. Cuando Cristo venga a establecer Su Reino, el fiel ganador de almas recibirá honor y recompensas del Salvador Mismo. Cuando El venga, Jesús dirá al ganador de almas fiel:

“Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21).

El Cristiano que es fiel en ganar almas tendrá abundantes recompensas y posición alta en el Reino de Jesucristo, viviendo y reinando con El por mil años (vea Apocalipsis 20:4, 6).

Pero las recompensas del que gana almas siguen por mucho más que mil años! El ganador de almas brillará como las estrellas por los siglos de los siglos. Dios dijo por medio del profeta Daniel que esta gloria celestial se la daría específicamente a los ganadores de almas:

“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:3).

¿Que significa “enseñan la justicia a la multitud”? ¿Que significa volver gente a la justicia? ¡Significa ganar almas! La gente perdida no vive vida justa – y no son justos ante los ojos de Dios, ya que sus pecados están escritos en los libros de Dios (Apocalipsis 20:12), no son convertidos ni limpiados en la Sangre de Cristo. Cuando la gente perdida es convertida a Cristo, se vuelve “de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero” (I Tesalonicenses 1:9). De una vida de injusticia, son nacidos a una vida nueva de justicia.

Aun más importante, cuando la gente perdida se convierte a Cristo, es declarada eternamente justa. La muerte de Cristo paga por sus pecados y Su Sangre cubre y limpia aquellos pecados ante los ojos de Dios. Dios declara que ellos son justos y los trata de ese modo. La Biblia dice que “la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él” (Romanos 3:22). Sí, si vienes a Jesús, serás “justificado gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre” (Romanos 3:24-25). Si vienes a Jesús serás “justificado” (Romanos 3:28), perdonado, declarado justo eternamente en el tribunal de Dios, porque la pena de tu pecado está pagada por Jesucristo.

¿Qué siginifica ser vuelto a la justicia – a una vida nueva, y sobre todo ser contado justo ante Dios? Bueno, significa ser convertido – ¡ganado a Cristo! ¿Y quienes son los instrumentos humanos que Dios usa para volver a la gente a la justicia? ¡Los ganadores de almas! ¿Quienes son los que brillarán como las estrellas por los siglos? ¡Los ganadores de almas!

¿Y ahora, mi amigo Cristiano, qué recompensa tendrás tú? ¿Verás el mandamiento de Cristo, y las recompensas eternas? ¿Tendrás celo, serás activo y fiel ganador de almas, o te sentarás en la iglesia sin lanzarte a la obra de Cristo? ¿Obedecerás el mandamiento de Cristo para ganar almas o evadirás Sus palabras?

El Apóstol Pablo hablaba del juicio venidero de los Cristianos. Sí, los Cristianos serán juzgados – no por la salvación sino por las recompensas en el Reino de Cristo. En el pasaje de la Escritura que Dr. Chan leyó el Apóstol dijo:

“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” (I Corintios 3:11-15).

Esos versos hablan a los Cristianos, porque el verso 11 dice “nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. Los demás versos hablan de aquellos que tienen su fundamento en Jesucristo – los convertidos.

¿Como edificarás en ese fundamento? ¿Que harás con tu vida Cristiana? Tendrás vida fiel, celosa, santa de ganar almas – edificarás “oro, plata, piedras preciosas”? Si lo haces, recibirás una recompensa.

Pero si vives tu vida Cristiana sentado en la iglesia sin lanzarte a la obra de ganar almas con todo tu corazón, sino gozando el compañerismo de tus amigos, solo edificas “madera, heno, hojarasca” y tu obra será “quemada”. Si eres convertido “serás salvo” por Cristo, pero no tendrás recompensas en el Reino venidero, ni coronas del Salvador. Los placeres terrenales y tesoros no serán nada en aquel Reino. Pero las almas de los ganados a Cristo, y las recompensas que El le da a los ganadores de almas, permanecerán para siempre. Como dijo el Dr. Rice en la canción que el Sr. Griffith cantó hace un momento:

Los tesoros de la tierra, que vanos y pasajeros;
   Se desvanecen y se marchitan como flor;
Pero las almas ganadas por lagrimas y ruegos
   A la siega permanecerán.
El precio del avivamiento, el ganar almas
   ¡Se paga en la siega allá!
(Traducción libre de “The Price of Revival”
     por Dr. John R. Rice, 1895-1980).

Ahora déjame decir una palabra a los que no son convertidos aun. Jesus murió en la Cruz para pagar por tus pecados. El dio Su Sangre para lavar tus pecados. Jesucristo resucitó de los muertos para darte vida eterna. El Evangelio de Jesucristo fue dado por el Apóstol Pablo:

“Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (I Corintios 15:3-4).

Si esperas llegar al Cielo por tu propia bondad, fallarás e irás al Infierno. Si esperas ir al Cielo por ir a la iglesia, fallarás e irás al Infierno. Si esperas ir al Cielo por estudiar la Biblia y aprender doctrina Cristiana, fallarás e irás al Infierno. La única manera de ser salvo es venir a Jesucristo Mismo.

Y amigo Cristiano, ¿serás fiel ganador de almas en las semanas que vienen? ¿Quieres complacer a tu Salvador Jesús? ¿Quieres que El te recompense cuando vuelva? ¿Quieres brillar como las estrellas para siempre? ¡Entonces lánzate a la obra de ganar almas!

Trae a tus amigos y familia a la iglesia. Ve al evangelismo con nosotros. Sal a tu propia universidad y a centros comerciales al evangelismo personal. ¡Trae los nombres! ¡Ayúdanos a traer a la gente! ¡Esa es la obra de ganar almas!

¡Salgamos al evangelismo esta tarde! ¡Salgamos y evangelicemos en la semana! ¡Hagamos evangelismo! Si te dedicas a hacer evangelismo este invierno y primavera, ven al frente y arrodíllate y el Sr. Prudhomme orará por ti (el ora).

Cantemos de pie “¡Salid a Evangelizar!” Es la última canción en la hoja de canciones. No solo cantes – ¡obedece! Sal a evangelizar – esta tarde, y en cada oportunidad. ¡Que Dios te bendiga al hacerlo!

Para el tiempo lema dad, que sea excitante, con poder,
Grito de guerra, con ardor para morir o conquistar.
Palabra que nos de excitación, para obedecer al Salvador.
Es la llamada, alzaos hoy, Evangeliza, el lema es!

El Evangelio proclamad, en Su nombre, id por doquier;
Se oye por todos los cielos ya, Salid a Evangelizar!
A moribunda raza el don del evangelio traed;
Al tenebroso mundo ya, Salid a Evangelizar!
   (Traducción de “Evangelize! Evangelize!”
     Palabras por Dr. Oswald J. Smith, 1889-1986;
       al son de “And Can It Be?” por Charles Wesley, 1707-1788).

(FIN DEL SERMON)
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Or phone him at (818)352-0452.

La Escritura Leida por el Dr. Dr. Kreighton L. Chan Antes del Sermón: Corintios 3:10-15.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón :
“The Price of Revival” (por John R. Rice, 1895-1980).


EL BOSQUEJO DE

LAS BENDICIONES DEL GANADOR DE ALMAS

por Dr. C. L. Cagan

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:19-20).

(I Corintios 3:6; 15:3-4)

I.   Primero, las bendiciones terrenales del ganador de almas,
Mateo 28:19-20; Juan 14:21; Salmo 126:5-6; Juan 4:36;
Filipenses 4:1; I Tesalonicenses 2:19-20.

II.  Segundo, las recompensas celestiales del ganador de almas,
Mateo 25:21; Apocalipsis 20:4, 6; Daniel 12:3;
Apocalipsis 20:12; I Tesalonicenses 1:9; Romanos 3:22;
Romanos 3:24-25, 28; I Corintios 3:11-15; 15:3-4.