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NACIDO PARA MORIR POR LOS PECADORES – por Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles “No temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:20-21). |
Yo podría empezar este sermón hablándote del nacimiento de Cristo de una virgen. Te podría decir cómo el Espíritu de Dios puso al Niño Santo Jesús en el vientre de María. Eso, sin duda, mantendría tu atención. Pero mi propósito esta mañana no es enfatizar el nacimiento de Cristo de una virgen. El nacimiento de una virgen es una doctrina importante, muy importante porque todo lo demás acerca de Jesús depende de ello. Pero no es el punto que quiero enfatizar esta mañana. El punto en el texto que quiero enfatizar es la razón por la que Dios envió a Su Hijo a este mundo – “llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21). Consideremos primero, Su nombre, después la salvación que trae Él, y por último a quien salva Él.
I. Primero, Su nombre.
“Llamarás su nombre JESÚS”. Era un nombre común. “Jesús” es la traducción Griega del Hebreo Josué y Oseas, Iēsǒus en Griego y Yehoshuah en Hebreo (Strong #3091). Ambas formas de Su nombre en Hebreo y Griego significan “Jehová Salva”, Jehová es el nombre de Dios en Hebreo.
Ya que el nombre era el mismo que Josué, los padres comúnmente le dieron ese nombre a sus hijos. No quería decir que cualquier muchacho llamado Jesús podía salvar. El nombre solo era una simple declaración del hecho que “Jehová salva”. Pero con Jesús el nombre se refería directamente a Él. Es por eso que el ángel enfatizó la aplicación del nombre a Jesús Mismo, “llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo...” (Mateo 1:21).
Los Judíos de ese tiempo estaban buscando al Mesías Ben David (Mesías el Hijo de David) para que los liberara del cautiverio de Roma. Ellos no vieron el hecho de que hay dos imágenes del Mesías que se parecen contradictorias en las profecías del Antiguo Testamento. El Dr. Chuck Missler dijo:
Cuando alguien examina las muchas profecías del Antiguo Testamento sobre el aparecimiento del Mesías de Israel, hallamos [lo que parece ser] dos presentaciones contradictorias. Muchos pasajes retratan un siervo que sufre; otros claramente enfatizan un rey que gobierna. Estos [varios] pasajes [llegaron a ser interpretados como] dos Mesías: Mesías ben José, el siervo que sufre; y Mesías ben David, el Rey que gobierna, respectivamente.
Cuando Jesús apareció, la expectación preeminente del Mesías Ben David – el Rey que gobernaba, que iba a liberar a Israel de los malvados gobernadores del mundo – ¡fue tan prevalente que no lo reconocieron! El reconocimiento de un Mesías en dos distintas “venidas” es ahora claramente aceptado por escolares conservadores (traducción de Chuck Missler, Ph.D., The Kingdom, Power, and Glory, The King’s Highway Ministries, 2007, p. 317).
Aún el más alto venerado rabí ortodoxo, el Rabí Itzak Kaduri, dejó [una nota cuando murió en el 2006] declarando que los “dos Mesías son uno” y su nombre es Yehoshuah…Su nota…ha causado a la comunidad Ortodoxa en Israel considerable consternación (Missler, ibíd., tomado de Israel Today, Abril 6, 2007).
Parece que el Rabino Kaduri era creyente secreto en Jesús, porque selló su nota por un año, para que la ley Ortodoxa Judía no la destruyera. También dejó instrucciones que deberían volverse publicas un año después de su muerte. Eso parece indicar que él creía en Jesús, y esperó hasta después de la muerte para revelar su fe. Ya que él era un rabino Ortodoxo venerado en Jerusalén, esto ha de haber causado que mucha gente pensara en Jesús.
Ya que los Judíos buscaban un Mesías político, Dios quería que supieran que Jesús era el Siervo que Sufría, el Mesías que los salvaría, no del cautiverio de Roma, sino del pecado.
“Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21).
Es por eso que el Apóstol Pedro dijo:
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”
(Hechos 4:12).
II. Segundo, la salvación que Él trae.
“Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21).
Los Judíos en el tiempo de Jesús buscaban al Hijo de David, uno que los liberaría del cautiverio de Roma, quien les traería paz y prosperidad. No debemos culparlos mucho. La mayoría de la Cristiandad evangélica hoy en día no es mejor. Ellos quieren que Jesús los haga prósperos, les de paz, y sea su “guía de la vida”, como el Dr. Michael Horton lo señala en su libro en Inglés, Cristiandad sin Cristo [Christless Christianity] (Baker Books, 2008). El Dr. Horton dijo que, aún durante la Semana Santa, pocas iglesias evangélicas hablan sobre el sufrimiento que Jesús pasó para salvarnos del pecado. El Dr. Horton dice que en el Domingo de Resurrección usualmente hay un sermón sobre cómo Jesús resucitó de entre los muertos para ayudarnos a vencer la derrota, o (peor aún) ¡para darnos un ejemplo de cómo alzarnos de nuestros problemas! ¡Esto no es por lo que Jesús murió y resucitó! Nada está más claro en la Biblia:
“Cristo murió por nuestros pecados” (I Corintios 15:3).
“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios” (I Pedro 3:18).
El peso de tu pecado fue puesto sobre Jesús en el Huerto de Getsemaní. Allí, en la oscuridad del Huerto, Jesús llevó tus pecados, la noche antes que Él fue clavado en la Cruz.
“Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo” (Mateo 26:36-38).
“Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad” (Marcos 14:32-34).
“Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:39-44).
Recuerda, Jesús no había sido arrestado todavía. Él estaba sufriendo horriblemente, hasta el punto de quebrantarse, hasta que sudor como sangre salía de Su piel.
¿Por qué sufrió Jesús tanto en Getsemaní? El profeta Isaías dijo:
“Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado”
(Isaías 53:10).
El Dr. Gill dijo:
Ahora es quebrantado, sujeto al padecimiento por Su Padre…[Sus dolores] fueron muy pesados, y de hecho parecieron ser los más pesados…muy pesados; con el peso del pecado de su pueblo, y el sentido de la ira de [Dios], con la que él estaba presionado y abrumado…las penas de la muerte y el infierno lo rodearon por todos lados…su corazón estaba a punto de romperse; como traído, al borde de la muerte (traducción de John Gill, D.D., An Exposition of the New Testament, The Baptist Standard Bearer, 1989 reimpreso, tomo I, p. 334; comentario sobre Mateo 26:37).
¿Por qué sufrió Jesús solo en el Huerto? Yo creo que nuestros pecados fueron puestos en Él esa noche. Él llevó tus pecados a la Cruz la mañana siguiente.
“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”
(I Pedro 2:24).
Al final, ya bien de noche, los guardias del Templo vinieron y lo arrestaron con un cargo falso. Lo arrastraron ante el Sumo Sacerdote. Le escupieron la cara. Le arrancaron la barba. Le pegaron en la cara. Lo encadenaron a un poste y lo azotaron hasta que Su espalda fue una pulpa de sangre. Joseph Hart dijo:
Ved, cuan paciente está Jesús, ¡Con todo insulto en el local!
Al poderoso ataron, Al Creador escupieron.
Espinas rasgaron Su piel, De todo el cuerpo El sangró;
Su espalda duro golpearon, Peor se hirió Su corazón.
Clavado desnudo a la cruz, Expuesto a todo mundo y ser,
Retrato de sangre y dolor, Demostración de herido amor.
¡Mirad Su rostro, sin color, Cae Su cabeza, con dolor!
¡Triste, en desgracia, miradlo, Colgado muere el Señor!
(Traducción de “His Passion” por Joseph Hart, 1712-1768).
Cristo sufrió, sangró y murió horriblemente, para que tú seas salvo de ser castigado por tus pecados. ¡Él murió en tu lugar, para pagar la pena de tus pecados!
“Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21).
III. Tercero, a quién salva Él.
“Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21).
Yo creo, como Lutero, que Cristo murió para toda la humanidad. Pero no toda la humanidad será salva. El mismo Calvino (mas no todos los que vinieron después) dijo que la muerte de Cristo fue “suficiente para todos los hombres, pero eficiente [efectiva] solo para los elegidos”. Yo estoy de acuerdo con esa declaración. “Él salvará a su pueblo de sus pecados”. Aquellos que permanecen no convertidos no serán salvos por la muerte de Cristo en la Cruz. El Dr. Gill dijo que “su pueblo” significa…todos los elegidos de Dios, ya sean Judíos o Gentiles, que fueron dados a él por su Padre…que se vuelven disponibles en el día de su poder sobre ellos, para ser salvos por Él a la manera de Él. Y a estos él salva de sus pecados, de todo pecado, originales y actuales; de pecados secretos y descubiertos; de pecados del corazón, labio y vida…de la culpa, castigo, y maldito poder del [pecado], por su sufrimiento y muerte” (Dr. John Gill, ibíd., p. 8; comentario sobre Mateo 1:21).
¿Quién, entonces, será salvo de sus pecados por Jesús? Aquellos que “…escogió en él antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4).
“Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21).
¿Eres uno de los elegidos? ¿Eres uno de su pueblo, escogido por Dios antes de que el mundo fuera creado? Solo puedes ser uno de “su pueblo” si Dios te trae bajo convicción de pecado, hasta el punto que estas profundamente preocupado por tu pecado. Los que no se preocupan y no les importa no experimentan verdadera conversión. Solo aquellos que están hastiados con ellos mismos, y quemados por su pecado, verán su necesidad de Jesús. Ellos solos vendrán a Jesús. Solo aquellos que son atraídos a Jesús serán contados como Su pueblo.
“Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21).
En su dulce canto de Navidad, El Dr. John R. Rice dijo que Jesús fue “nacido para morir por los pecadores”:
Jesús, Bebe Jesús, Hijo de Dios e Hijo del hombre,
Tentado, pobre sufriendo,
¡Nadie nos conoce como Él!
Santo, justo, sin culpa, completo sacrificio.
Por Su sangre expiadora, Dios y pecadores se encuentran en Él.
Jesús, Bebe Jesús, una cruz hay en el camino.
¡Nació para morir por los pecadores, nació para la crucifixión!
(Traducción libre de “Jesus, Baby Jesus” por Dr. John R. Rice, 1895-1980).
(FIN DEL SERMÓN)
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You may email Dr. Hymers at rlhymersjr@sbcglobal.net, (Click Here) –
or you may write to him at P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015.
Or phone him at (818)352-0452.
La Escritura Leída Antes del Sermón por el Dr. Kreighton L. Chan: Mateo 1:18-21.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Jesus, Baby Jesus” (por Dr. John R. Rice, 1895-1980).
EL BOSQUEJO DE NACIDO PARA MORIR POR LOS PECADORES – por Dr. R. L. Hymers, Jr. “No temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:20-21). I. Primero, Su nombre, Hechos 13:23; Hechos 4:12. II. Segundo, la salvación que Él trae, I Corintios 15:3; III. Tercero, a quién salva Él, Efesios 1:4. |