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LA TRAICIÓN Y EL ARRESTO DE JESÚS por Dr. R. L. Hymers, Jr. Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles “¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?” (Mateo 26:53). |
Después de que Jesús oró la tercera vez en Getsemaní, Él fue a los Discípulos que dormían y les dijo:
“Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega”
(Mateo 26:46).
Entonces, en medio de la oscuridad, una gran multitud de más de 300 soldados Romanos se acercaron,
“…una compañía de soldados, y alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, [llegando] allí con linternas y antorchas, y con armas” (Juan 18:3).
Judas les llevó ahí porque él
“conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos” (Juan 18:2).
Judas vino a Jesús y lo besó, para mostrarles a los soldados quien era Jesús. Él traicionó a Jesús con un beso.
Jesús le preguntó a los soldados, “¿A quién buscáis?” Ellos le respondieron, “A Jesús Nazareno”. Jesús dijo, “Yo soy”. Ellos se asustaron “y cayeron a tierra” cuando Él dijo eso. Eso mostraba Su poder como Dios el Hijo. Entonces Jesús les dijo, “Os he dicho que yo soy; pues si me buscáis a mí, dejad ir a éstos” (Juan 18:8).
En aquel instante despertó Pedro, sacó su espada y entró en acción. Sacudiendo su espada en la oscuridad, le cortó la oreja derecha al siervo del sumo sacerdote. Jesús “tocando su oreja, le sanó” (Lucas 22:51). Entonces Jesús le habló a Pedro.
“Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?” (Mateo 26:53).
Yo saco dos simples lecciones de este texto.
I. Primero, Cristo pudo haber llamado miles de ángeles para salvarlo.
Una legión Romana se componía de 6,000 soldados. Jesús dijo que Él pudo haber clamado a Dios el Padre, y Él hubiera enviado doce legiones de ángeles en ese instante. Si Él hubiera querido ser rescatado de las manos de los soldados, Él podría haber clamado a Dios, y 72,000 ángeles hubieran estado disponibles. El Dr. Gill señaló que “un solo ángel mató a ciento ochenta y cinco mil hombres en una noche, 2 Reyes 19:35. Por lo tanto si Cristo hubiera querido ser rescatado del peligro inminente, Él no hubiera necesitado la espada de Pedro” (traducción de Dr. John Gill, An Exposition of the New Testament, The Baptist Standard Bearer, reimpresión 1989, tomo I, p. 340).
Las palabras y acciones de Cristo muestran que Él estaba en completo control de toda la situación. Cuando Él dijo, “Yo soy”, los soldados Romanos cayeron a tierra bajo el poder de Dios. Cuando Pedro le cortó la oreja a Malcus, el siervo del sumo sacerdote, Cristo misericordiosamente le tocó la herida y lo sanó. Y ahora Cristo le dice a Pedro calmadamente que Dios podría librarlo por el poder de miles de ángeles poderosos si Él hubiera orado para ser librado. Pero El no oró para ser rescatado.
Ataron de manos a Jesús en el huerto donde Él oraba,
Lo pasearon por las calles puesto en vergüenza.
Le escupieron al Salvador, tan puro y limpio de pecado,
Dijeron, “Crucificadle, Él es de culpar”.
Él pudo haber llamado a diez mil ángeles
Para destruir el mundo y librarlo a Él.
Él pudo haber llamado a diez mil ángeles,
Pero murió a solas, por ti y por mí.
(Traducción de “Ten Thousand Angels” por Ray Overholt, 1959).
II. Segundo, Cristo fue a la Cruz voluntariamente.
Nunca debemos pensar que Jesús fue arrestado sorpresivamente en el Huerto. Él sabía lo que le venía mucho antes de ser arrestado aquella noche.
Días antes Él llevó a los Discípulos a Jerusalén, Él les dijo lo que sucedería. Lucas registra lo que Jesús dijo aquella vez, días antes de Su arresto:
“He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará” (Lucas 18:31-33).
Esto muestra que Él sabía exactamente lo que le iba a suceder cuando llegaran a Jerusalén. Pero Él fue de todos modos. Él fue a Su sufrimiento y a la crucifixión a propósito libre y voluntariamente.
Dos veces Jesús dijo que Él había venido para esta hora, y para este propósito. Él les dijo a los Discípulos:
“Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora” (Juan 12:27).
De nuevo, cuando Él estuvo ante Poncio Pilato, el Gobernador Romano, Él dijo, “Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo” (Juan 18:37).
Cristo fue por su propia voluntad con los soldados a la Cruz porque Él sabía que había nacido para ese propósito – para morir en la Cruz para pagar la pena del pecado del hombre. Su arresto en el Huerto no fue accidente o error. Toda Su vida Él supo que le vendría. “Mas para esto he llegado a esta hora” (Juan 12:27). “Para esto he nacido” (Juan 18:37).
Cristo fue voluntariamente con los soldados, a encarar el azote y la crucifixión, en obediencia al plan de Dios para Su vida. Cristo
“Se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:7-8).
“Aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5:8-9).
Cuando los soldados lo arrestaron a Él en el Huerto de Getsemaní, Él fue con ellos calladamente y sin protesta, por obediencia a Dios Su Padre.
“Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca” (Isaías 53:7).
Sobre Su cabeza preciosa pusieron una corona de espinas,
Riéndose dijeron, “He aquí el Rey.”
Lo golpearon y lo maldijeron,
Y mofaron Su santo nombre.
A solas lo sufrió todo.
Él podría haber llamado a diez mil ángeles
A destruir el mundo y librarlo a Él.
Él podría haber llamado a diez mil ángeles,
Pero murió a solas, por ti y por mí.
Cristo atravesó Su agonía en la Cruz voluntariamente, por obediencia a Dios. “Como cordero fue llevado al matadero” (Isaías 53:7).
Piensa lo que nos hubiera pasado si Cristo no hubiera ido con los soldados “como cordero al matadero” aquella noche. ¿Qué tal si Él hubiera llamado a aquellas legiones de ángeles, y escapado la Cruz? ¿Qué nos hubiera pasado a ti y a mí?
Primero, no hubiéramos tenido a nadie que pagara el precio vicariamente por nuestros pecados en la Cruz. No tendríamos un sustituto, nadie que muriera por nuestros pecados en nuestro lugar. Eso nos hubiera dejado en una situación horrenda. Nosotros tendríamos que pagar por nuestro propio pecado en las entrañas tenebrosas del Infierno por toda la eternidad.
Segundo, si Cristo no hubiera ido con esos soldados “como cordero al matadero,” no hubiéramos tenido un mediador entre nosotros y un Dios Justo y Santo. Tendríamos que enfrentar a Dios en el Último Juicio sin alguien que intercediera por nosotros,
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (I Timoteo 2:5).
Si Cristo no hubiera ido con los soldados a la Cruz cuando le arrestaron, no tendríamos un mediador. “Esto se refiere a alguien que interfiere entre dos personas para resolver un conflicto… Jesucristo es el único mediador que puede restaurar la paz entre Dios y los pecadores” (Traducido de The MacArthur Study Bible, nota sobre I Timoteo 2:5). Solo Dios el Hijo puede juntar a Dios el Padre y al hombre pecador. Si Jesús no hubiera ido con los soldados a Su crucifixión no tendríamos a nadie que nos trajera a una relación de paz con un Dios Santo.
Tercero, Si Cristo no hubiera ido con esos soldados “como cordero al matadero” no podríamos entrar a la vida eterna. El verso más conocido en la Biblia dice:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Si Cristo no hubiera ido con los soldados cuando ellos lo arrestaron, Juan 3:16 no sería verdad, y tú no tendrías esperanza de obtener vida eterna.
Cuatro, si Cristo no hubiera ido con esos soldados, “como cordero al matadero,” la Sangre que Él derramó en la Cruz el próximo día no estaría disponible para ti – para limpiarte de tu pecado. Si Él hubiera desobedecido a Dios, y escapado de la Cruz, no tendrías Sangre de la crucifixión para lavar tus pecados. Pero Cristo sí fue con ellos esa noche, para ser crucificado por tus pecados. Y ahora puede decir valientemente el Apóstol Pablo:
“Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre” (Romanos 3:24-25).
Ahora, esta noche,
Hay un precioso manantial lleno de Sangre
Que brota de las venas de Emmanuel;
Y los pecadores sumergidos en ese manantial,
Pierden todas sus manchas de culpa.
(Traducido de “There Is a Fountain” por William Cowper, 1731-1800).
¿Vendrás y confiarás en Cristo? Él pagará el precio de tus pecados. Él se hará tu mediador, trayéndote al favor de Dios. Tú tendrás vida eterna. Tus pecados serán borrados del registro de Dios, lavados eternamente por la Sangre preciosa de Cristo.
Yo estoy tan feliz de que Jesús obedeció a Dios el Padre y fue con aquellos soldados la noche que le arrestaron en el Huerto. Si Él no hubiera ido con ellos a Su humillación, Su sufrimiento, y la Cruz, yo no te podría ofrecer esas cosas tan preciosas.
Se dio a la multitud salvaje, misericordia no pidió,
La Cruz de vergüenza a solas Él llevó.
Y cuando dijo “consumado es,”
Él se entregó a morir;
El maravilloso plan de salvación se consumó.
Él podría haber llamado a diez mil ángeles
A destruir el mundo y librarlo a Él.
Él podría haber llamado a diez mil ángeles,
Pero murió a solas, por ti y por mí.
Y ahora te pregunto, ¿confiaras en el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo? Lo has resistido mucho tiempo. Has endurecido tu corazón contra el Salvador muchas veces. Esta noche, ¿cederás a Él?
¡Oh, no seas como esos soldados crueles que se burlaron de Él! ¡No seas como ese orgulloso y endurecido sacerdote que lo rechazó, y esos Fariseos que le escupieron la cara y se rehusaron a confiar en Él! ¡Te ruego que ya no seas como ellos! ¡Has sido como ellos mucho tiempo, más que mucho tiempo! Da tu corazón a Jesús con simple fe. ¿Confiarás en Jesús, “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”? (Juan 1:29).
(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída Antes del Sermón por Dr. Kreighton L. Chan: Mateo 26:42-53.
El Solo Cantado Antes del Sermón por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith:
“Ten Thousand Angels” (por Ray Overholt, 1959).
EL BOSQUEJO DE LA TRAICIÓN Y EL ARRESTO DE JESÚS por Dr. R. L. Hymers, Jr. “¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?” (Mateo 26:53). (Mateo 26:46; Juan 18:3, 2, 8; Lucas 22:51) I. Primero, Cristo pudo haber llamado miles de ángeles para salvarlo, II. Segundo, Cristo fue a la Cruz voluntariamente, Lucas 18:31-33; |