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DILE A MAMA QUE ALLI ESTARE -
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Un sermón predicado en la Mañana del Día del Señor, 14 de Mayo de 2006
“El hijo sabio alegra al padre; Mas el hombre necio menosprecia a su madre” (Proverbios 15:20). |
Primeramente le hablaré a los jóvenes en nuestra iglesia que no tienen padres Cristianos, porque el texto se aplica a aquellos cuyos padres todavía no son Cristianos. Muchos de los jóvenes en nuestra iglesia han sido convertidos de hogares que no son Cristianos. A menudo los hijos de familias Católicas, Budistas o Musulmanas se dan cuenta de que sus padres no están contentos con ellos cuando se convierten a la Cristiandad. Tú debes tratar de comprender lo que sienten. Ellos no saben lo que los Bautistas creen. A menudo les parece extraño cuando su hijo llega a casa y le dice: “Me he hecho Cristiano” a su madre o a su padre.
De la vasta experiencia que tengo en aconsejar a jóvenes en esa situación te daré un consejo. Primero déjame decirte lo que puedes hacer para contentar a tu padre, aunque todavía no es Cristiano. Tú lo puedes hacer feliz al verte vivir una vida ejemplar, mientras otros juegan y no llegan a ningún lugar en la vida. Se le alegraré el corazón si te ve actuando de modo ejemplar. También se alegrará cuando tengas buenas calificaciones en la escuela y le muestres tu tarjeta de calificaciones. Él quiere que seas buen estudiante, y se eres bueno para los estudios él estará contento. Pronto dirá dentro de sí mismo, “Esa iglesia le ayudó a tener buenas calificaciones, y a conseguir un buen trabajo.” Cuando él comience a ver un cambio en tu obra escolar gradualmente sabrá que la iglesia ayudó a inspirarte a ser un buen estudiante, y un éxito en la vida. Después de un tiempo, eso empezará a abrirle el corazón para considerar el evangelio. “Alegra” a tu padre haciendo lo mejor que puedas en la escuela y en la carrera que sigue después de tu educación.
Las jovencitas de nuestra iglesia con ser buenas estudiantes pueden complacer a sus madres que no son Cristianas. Tú debes ser muy amable con tu madre. Si aun no le has enviado una tarjeta del Día de la Madre, aun queda tiempo. Ve a la tienda y cómprale una esta tarde. Escríbele algo diciéndole cuanto la quieres y la aprecias. Luego llévale una caja de chocolates y entrégasela con la tarjeta esta noche. Le puedes comprar la tarjeta y los chocolates esta tarde y entregárselos en la noche. Y cuando le des la tarjeta y el chocolate hoy en la noche dile algunas dulces palabras de cariño. A lo mejor le puedes decir: “Mamá, te quiero, has hecho tanto por mi, y por eso te quiero. Te quiero con todo el corazón Mamá.” Las palabras que le digas le encantarán. Sé amable con ella todos los días. Ayúdala con los quehaceres de la casa cuando te lo pida. Que vea un cambio, una mejora. Que se haga tu habito decirle “Te quiero Mamá,” a menos tres o cuatro veces a la semana. También dile eso a tu padre un par de veces a la semana. Esa es la manera de demostrarles que Cristo ha hecho de tí un hijo o una hija amorosa. Quizá tome largo tiempo lograr que vengan a la iglesia y sean salvos - pero, no importa cuanto tiempo tome, todo valdrá la pena algún día, cuando veas a tus padres inconversos doblar la rodilla ante Cristo y confiar en Él como su propio Salvador personal. ¡Sea lo que sea que hagas, no te des por vencido!
Pero le doy la mayor parte de este sermón a los jóvenes en nuestra iglesia que todavía no son convertidos y que ya tienen padres Cristianos. Ahora aplicaré este verso a ti, que tus padres ya son Cristiano, pero tú no. Leamos el verso con eso en mente.
“El hijo sabio alegra al padre; Mas el hombre necio menosprecia a su madre” (Proverbios 15:20).
Ahora déjame aplicar este texto a los jóvenes inconversos cuyos padres ya son Cristianos.
I. Primero, ¿cómo puede un hijo sabio o una hija sabia alegrar a su padre?
Nota que dice “el hijo sabio.” Yo creo que esto también se le aplica a las hijas. La palabra en Hebreo para “sabio” aquí quiere decir “inteligente,” pero significa más que eso. Lleva consigo el significado de “corazón sabio.” Lleva consigo el significado de “que discierne.” Toma un hijo o una hija de “corazón sabio” y “que discierne” para “alegrar” al padre. La palabra “alegrar” en Hebreo significa “regocijar,” “gozoso” aun “feliz” según Strong’s Concordance.
Si eres hijo o hija de padres Cristianos, ¿qué es lo que puedes hacer para que tu padre se “regocije” estando lleno de “gozo”? ¿Qué podrías hacer para que sonría con gran delicia y gozo? Si eres hijo o hija con corazón sabio y que discierne ya sabes la respuesta. La manera más importante para hacer que el corazón de tu padre salte de gozo es venir a Cristo, y que el asunto de tu conversión quede arreglado con Dios.
¿Es eso importante para ti? ¿Te gustaría alegrar a tu padre, tenerlo contento y llenarlo de gozo? Si es Cristiano, la única manera que puedes hacer eso es por venir a Cristo, y arreglar es asunto de tu conversión.
Yo conozco a los hombres de nuestra iglesia. Yo se cuan orgullosos están de sus hijos e hijas. Yo se que ellos te aman profundamente y que están muy orgullosos de tus logros. Pero si fallas en ir a Cristo y ser convertido, tu padre jamás experimentará la alegría completa y el gozo que quiere sentir por ti. Él siempre sentirá que ha fracasado en la cosa más importante de la vida si tiene un hijo o una hija que permanece en un estado inconverso. El Presidente Reagan, cuando estaba en la Casa Blanca, le dijo a Michael, su hijo mayor, “Yo quisiera que [Ron y Patti] aceptara a Cristo” (traducción libre de Paul Kengor, God and Ronald Reagan, Regan Books, 2004, p. 118). Desafortunadamente nunca vio a su hijo menor ni a su hija “aceptar a Cristo.” Nunca se hicieron Cristianos. Y “realmente le molestaba” (ibid.).
“El hijo sabio alegra al padre …” (Proverbios 15:20).
¿Eres sabio, un hijo o una hija que discierne? Si lo eres, sabes que estoy en lo cierto. Mira la reacción de padre tipo, en la historia del Hijo Pródigo. Mira como aquel padre se regocijó cuando su hijo fue salvo. Escucha lo que dijo:
“Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era y ha revivido; se había perdido y es hallado. Y comenzaron a regocijarse” (Lucas 15:23-24).
Sí, “el hijo sabio alegra al padre.” La parábola del Hijo Pródigo muestra eso claramente.
II. Segundo, ¿cómo puede un hijo o una hija
evitar menospreciar a su madre?
“El hijo sabio alegra al padre; Mas el hombre necio menosprecia a su madre” (Proverbios 15:20).
Te estoy dando la ley en este sermón. “Porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado” (Romanos 3:20). ¿Eres tú un joven inconverso esta mañana? El quinto mandamiento te habla claro. Dice: “Honra a tu...madre” (Exodo 20:12). Yo digo que la peor manera de deshonrar a tu madre es rehusar a Cristo. Y la mejor manera de honrarla es venir a Cristo. La segunda línea de nuestro texto dice:
“Mas el hombre necio menosprecia a su madre”
(Proverbios 15:20).
La palabra “menosprecia” es traducida de la Hebrea que significa “no estima,” “mira de menos,” “tiene desdén.” El o la joven que mira así a su madre Cristiana es verdaderamente necio. La palabra Hebrea para “necio” es muy fuerte. Significa “un idiota.”
Me pregunto si no has sido un “idiota” respecto a tu madre Cristiana. Me pregunto si has tan siquiera pensado de como le preocupa, y la avergüenza por dentro, que has pasado tanto tiempo menospreciando su fe en Cristo, teniendo desdén por sus oraciones para tu salvación, mirando de menos su amor por Cristo, sin cumplir el deseo más profundo de su corazón - que vengas a Cristo en fe simple. ¡Oh! “el hombre necio menosprecia a su madre,” y al Salvador que ella ama con todo su corazón.
¿Entonces, qué debes hacer? ¿Cómo puedes hacer feliz y llenarla del gozo que se merece? ¿No estás de acuerdo en que tu madre se merece sentir gozosa, llena de felicidad, cuando piensa sobre ti? ¿No estás de acuerdo en que tu madre merece sabes que estas salvo? ¿No le debes al menos eso, esa felicidad en el afán de la vida? ¿No debería tu madre poder recostar su cabeza en la almohada y dormirse pensando: “Mi hijo es Cristiano, gracias a Dios!”?
Ya sea que le des regales y tarjetas y flores hoy, ¿no hallarás en tu corazón ceder a Cristo por su causa, si acaso no por la tuya propia? Si tu corazón permanece cerrado a Cristo, si rehúsas venir al Salvador de tu madre, me temo que nuestro texto se te aplica a ti:
“el hombre necio menosprecia a su madre” (Proverbios 15:20).
Si sientes que has visto de menos al Salvador de tu madre, y que has tomado su fe en Él como algo sin importancia, ¿vendrás al lado de tu madre esta mañana? ¿Vendrás con ella a Jesús? ¿Vendrás al Salvador que ella ama y por quien trabaja tan fuerte en la iglesia local? ¿Harás al Salvador de tu madre el tuyo propio esta mañana? ¿Vendrás a Jesús ahora y llenarás de gozo el corazón de ella? ¿Dirás en tu corazón el mensaje del Viejo canto que el Sr. Griffith cantó hace un momento:
Dile a Mamá que allí estaré, en respuesta a su oración,
¡Este mensaje, querido Salvador, Llévale!
Dile a Mamá que allí estaré, con ella el gozo del Cielo compartiré;
Sí, dile a mi dulce Madre que allí estaré.
(“Tell Mother I’ll Be There” por Charles M. Fillmore, 1860-1952).
(FIN DEL SERMN)
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El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Tell Mother I’ll Be There” (por Charles M. Fillmore, 1860-1952).
EL BOSQUEJO DE DILE A MAMA QUE ALLI ESTARE -
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“El hijo sabio alegra al padre; Mas el hombre necio menosprecia a su madre” (Proverbios 15:20).
I. ¿Cómo puede un hijo sabio o una hija sabia alegrar a su padre?
II. ¿Cómo puede un hijo o una hija evitar menospreciar a su madre? |