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LA EXPERIENCIA DE GRACIA DE MARIA -
UN SERMÓN DE NAVIDAD

por Dr. Robert Hymers

Un sermón predicado en la noche del Día del Señor, 18 de Diciembre de 2005
en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles

“Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre” (Lucas 1:46-49).


Esta noche daré parte de un sermón del Dr. Martyn Lloyd-Jones, titulado: “La Experiencia del Cristiano”. Está abreviado para el oyente moderno.

Veré desde cierto punto de vista la declaración completa que María dio. Veré su experiencia para ver que ella estaba consiente de lo que le estaba sucediendo.

Hago esto la noche del Domingo antes de Navidad. Quizá dirás: “¿Qué tiene que ver esto con la conversión Cristiana?” Yo creo que la experiencia de María tiene mucho qué ver con la conversión. Todos nosotros debemos examinarnos y ver si hemos experimentado la conversión Cristiana verdadera, para ver cómo nos hallamos delante de Dios. Sabemos que debemos examinarnos y probarnos a nosotros mismos para ver si estamos en Cristo, realmente convertidos, pero tantas cosas en la vida sacan de nuestras mentes ese importantísimo tema, especialmente en esta época del año, y a menudo a través de todo el año. Esto y lo otro sucede y sientes que no tienes el tiempo para pensar en serio sobre tu condición espiritual. Esperas algún día ponerte en serio sobre tu salvación, pero demoras, otra cosa sucede y lo dejas y no se hace.

Hay muchos que vienen a nuestra iglesia por habito o costumbre. Tus padres te trajeron aquí de niño, o alguien más te trajo a la iglesia. Pero de algún modo el corazón espiritual del evangelio no te ha tocado ni conmovido. Tú lo sabes bien, si acaso eres sincero contigo mismo.

Supongo que así era el caso con esta chica, María. Sabemos poco de ella antes de este capitulo de la Escritura. Pero podemos calcular que era como los demás jóvenes de su día, y nuestro día. Ella sin duda era muy religiosa, y asistía a los servicios y todo regularmente. Ella oraba cierto tipo de oración. Ella creía en Dios en un sentido general. Pero ahora Dios se moverá en su vida, y ella atravesará por una experiencia profundamente espiritual. ¿Cómo se llevó a cabo este cambio en ella?

I. Primero, ella escuchó la predicación de una nueva manera.

Mi pregunta para ti es esta - ¿qué ha significado para ti escuchar la predicación del Evangelio este año que ha pasado? ¿No es una mala pregunta al final del año, verdad? ¿Cuántas veces has escuchado el Evangelio este año? Bueno, ¿Qué ha hecho la predicación en ti? ¿Ha hecho algo? ¿Ha hecho algún cambio en ti? Está supuesta a hacerlo. El Apóstol Pablo dijo:

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”
     (II Corintios 5:17).

Esa es la Cristiandad verdadera. Cristo nos dijo del nuevo nacimiento, de “nacer de nuevo”. Ese es el supuesto efecto que la predicación del Evangelio deba tener en tí.

¿Te ha afectado así la predicación? ¿Te ha hecho alguna diferencia? Es una cosa muy terrible estar tan frío y sin ser conmovido que la predicación no hace nada en ti, y mejor sería que no la hubieses oído para nada. Es un estado terrible en el cual hallarse. Esa no es mi opinión propia. Es la opinión de Cristo. Él dijo que seremos juzgados por nuestra respuesta y reacción a la predicación del Evangelio. Él dijo:

“El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero” (Juan 12:48).

Tú puedes haber oído el Evangelio muchas veces, pero hasta la fecha no te ha ayudado. Tienes que oírlo con “oídos nuevos”. Cuando el ángel llegó a María, ella escuchó como jamás antes había escuchado.

II. Segundo, ella se turbó.

Mira a Lucas 1:29.

“Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras...”
     (Lucas 1:29).

Cuando una persona oye el Evangelio y empieza a darse cuenta de que se le aplica a ella, siempre hay cierta cantidad de inquietud y preocupación.

Esta perturbación interna viene a personas diferentes en una variedad de maneras, y con diferente intensidad. A veces esta experiencia viene muy de repente, como con María. Pero para otros viene gradualmente. No importa si es de repente o gradual. Lo que importa es que suceda.

John Bunyan atravesó un terrible y largo periodo de agonía. Por dieciocho meses estuvo profundamente consiente de su pecado y su vergüenza. Por otro lado, el carcelero Filipense “y temblando, se postró” después de un corto periodo de convicción (Hechos 16:29). Así que esta experiencia de “perturbación” no se puede generalizar. Lo importante es que tú la experimentes en cierto grado. Tal como el escritor de himnos del siglo 18, Joseph Hart lo puso:

Todo lo que Él te pide
Es ver tu necesidad de Él.
   (traducción de “Come, Ye Sinners” por Joseph Hart, 1712-1768).

III. Tercero, ella experimentó la gracia de Dios.

El interesarte en la Cristiandad de por sí no te hace Cristiano. Mucha gente ha pasado toda una vida estudiando la Cristiandad sin hacerse Cristiana.

Luego, hay gente que piensa que te haces Cristiano por hacer lo bueno. Ellos piensan que son Cristianos porque hacen cosas buenas. Pero, por supuesto, eso es exactamente lo opuesto de lo que la Biblia enseña.

Otra gente piensa que son Cristianos porque saben ciertas doctrinas Bíblicas. Saben el “plan de salvación”. Saben “cómo ser salvos”. Ellos creen que esto los hace Cristianos, pero no. ¡Los demonios creen estas cosas y ellos no son Cristianos!

Otros piensan que son Cristianos porque han tomado una “decisión”, o han tenido un “sentimiento” de cualquier tipo. Pero es un asumir falso. Nada de lo que sientas o hagas te puede salvar.

Te haces un verdadero Cristiano solamente al experimentar la gracia de Dios en Cristo. María habló de “Dios mi Salvador” (Lucas 1:47). Ella dijo:

“Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso” (Lucas 1:49).

Ella se asombró de lo que Dios había hecho por ella. Siempre hay aquel asombro, aquella sorpresa, cuando una persona es realmente convertida. Esa es la experiencia esencial de la conversión.

Tú has probado esto y lo otro para hallar la paz con Dios. Tú has batallado con tu pecado e incredulidad. Luego, de repente, tú vienes a Cristo y experimentas el perdón y la gracia. ¡Jamás lo olvidarás! ¡Jamás te dejará de sorprender!

Y esa es la experiencia Cristiana esencial. Charles Wesley lo dijo en todos sus himnos famosos,

¡Grandioso amor! ¿cómo es que fue
Que Tú mi Dios murieras por mi?
   (traducción libre de “And Can It Be?”
      por Charles Wesley, 1707-1788).

¿Te ha sucedido esto? ¿Estás asombrado por ello? ¿Puedes tú decir con María,

“Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso” (Lucas 1:49).

¿Estás asombrado por el amor de Cristo? ¿Te sorprende ser salvo de la religión muerta e indiferente? Puedes decir: “no puedo explicar completamente lo que me sucedió. Ni yo mismo lo entiendo. Soy una nueva criatura.” Ningún Cristiano jamás deja de estar sorprendido, ni asombrado.

Déjame decirte que nada me sorprende más que estar aquí predicándote esta noche. ¿Por qué estoy aquí? ¿Porque soy bueno? ¡Seguramente que no! ¿Porque así lo he decidido? ¡Seguramente que no! Estoy aquí por la gracia de Dios en Cristo. Mientras más pienso en ello, más me asombra el hecho de que predico así. Podría haberme ido por otro camino tan fácilmente. Nunca decidí hacerlo. Fue una acción y un llamado de Dios. Él me llamó a predicar. ¡Aún me asombra que lo haya hecho!

Yo oro que Dios te lleve a un estado convicto, humillado, humilde - y que Él te lleve a Cristo, quien te dará la expiación, el perdón, y la reconciliación con Dios. Entonces podrás decir: “Es tan asombrante que son Cristiano por la gracia de Dios en Cristo Jesús”. Entonces sabrás lo que John Newton quiso decir con las palabras:

¡Sublime gracia que salvó
   A un vil ser como yo!
Fui ciego mas hoy miro yo,
   Perdido y Él me halló.

La gracia me enseñó a temer,
   Mis dudas ahuyentó;
Qué preciosa la gracia me pareció,
   Cuando mi alma creyó.
(traducción libre de “Amazing Grace” por John Newton, 1725-1807).

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Dr. Kreighton L. Chan, Antes del Sermón: Lucas 1:39-49.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith, Antes del Sermón:
(“Amazing Grace” por John Newton, 1725-1807).


EL BOSQUEJO DE

LA EXPERIENCIA DE GRACIA DE MARIA -
UN SERMÓN DE NAVIDAD

por Dr. Robert Hymers


“Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre” (Lucas 1:46-49).

I.   Ella escuchó la predicación de una nueva manera,
II Corintios 5:17; Juan 12:48.

II.  Ella se preocupó, Lucas 1:29; Hechos 16:29.

III. Ella experimentó la gracia de Dios, Lucas 1:47, 49.