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APRENDIENDO DE CRISTO A PREDICAR
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Un sermón predicado en la Mañana del Día del Señor, 11 de Diciembre de 2005 “Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba. ¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley?”(Juan 7:14, 19). “Jesús entonces, enseñando en el templo alzó la voz...el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis” (Juan 7:28). “En el ultimo y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37). |
Aquí en el ultimo capitulo de Juan vemos un ejemplo notable de la predicación evangelistica de nuestro señor Jesucristo. Para empezar, señalaré varias cosas respecto a la predicación evangelistica de nuestro Señor en esta ocasión que eran muy diferentes de la predicación que oímos el día de hoy. Primero, diré que era “predicación a campo abierto”, al aire libre. Dicha predicación ya no se escucha hoy en día, pero era muy común durante los tres Grandes Despertamientos del siglo dieciocho y de la primera parte del siglo diecinueve. Y la predicación al aire libre ha sido una de las marcas de gran predicación en virtualmente todo tiempo de avivamiento y despertamiento. George Whitefield y Howell Harris de Gales eran maestros de la predicación al aire libre en el Primer Gran Despertamiento. Timothy Dwight, Asahel Nettleton, Christmas Evans, y otros grandes predicadores del Segundo Gran Despertamiento a menudo hablaron al aire libre. Moody y el gran Spurgeon a menudo siguieron el ejemplo de nuestro Señor, predicándole afuera del edificio de la iglesia, al aire libre a grandes multitudes que venían a escucharlos. Yo no sé de muchos avivamientos históricos donde la predicación no ocupose al menos algunas de las reuniones que Dios usara, particularmente en los tres Grandes Despertamientos.
Yo mismo llevé a cabo la mayoría de mi primera predicación al aire libre. Fui inspirado a hacerlo así cuando leí la versión condensada de John Wesley’s Journal [El Diario de John Wesley] (publicado en Inglés por Moody Press), cuando él, con Whitefield, fueron expulsados de las iglesias establecidas y fueron forzados a hablarle a la gente común en los campos, como lo hizo nuestro Señor en los días que acompañaban la Fiesta Judía de los Tabernáculos, que se registra aquí, en Juan capitulo siete.
La segunda cosa que quisiera que notes es que estos sermones de Cristo en Juan capitulo 7, no eran estudios Bíblicos como los que vemos hoy día. Eso es comprobado por el hecho de que la gente no tenía Biblias. Las pocas copias de la Escritura que existían solo se hallaban en las sinagogas, y ciertamente no eran sacadas de la sinagoga para que la gente, a la cual Jesús hablaba, las vieran. Así que Jesús no hablaba con la Biblia a la mano, ni hablaba detrás de los confines de un pulpito de iglesia. No estoy poniendo de menos la predicación de la Biblia impresa detrás de algún púlpito. Simplemente digo que Jesús no lo hizo aquí en su predicación al aire libre, y en casi ningún otro lugar en los cuatro evangelios, excepto una o dos veces, como cuando predicó del libro del profeta Isaías en la sinagoga de Nazaret (Lucas 4:16-30). Cristo, según sé, lo hizo una sola vez en su ministerio terrenal. Su método común era tomar un texto de la Biblia y predicar de allí, de memoria.
Y, luego, mi tercera observación es que estos sermones de Cristo en la Fiesta de los Tabernáculos eran puramente evangelisticos. Aplicaban a las multitudes inconversas que venían muy dispuestas a oír los sermones del Hijo de Dios. Eso es lo que pasó en el séptimo capitulo de Juan, y a través del ministerio terrenal de nuestro Señor. Este fue un tiempo de avivamiento verdadero, y los hombres no necesitaban ser empujados a ir a oírlo, como tampoco fueron empujados a venir, los que vinieron a veces de muchas millas de distancia, y se pararon en la nieve de la mañana a oír a Whitefield y a Wesley, Howell Harris y otros predicadores del Primer Gran Despertamiento.
Mi cuarta observación es que en las reuniones de los grandes avivamientos del siglo dieciocho no hubo “música especial”. La música que cantaban era espontánea, no iba acompañada de instrumentos musicales de ninguna clase. Sino que la gente cantaba del corazón, en voz alta. Se cantaba de memoria, y los que observaron y escribieron de ello después, dijeron que era la clase de canto más conmovedor que exaltaba a Cristo, que ellos jamás habían escuchado. Y quiero decir que cualquier canto que acompañaba la predicación de Cristo era igual - espontáneo, del corazón. Esto siempre es cierto en tiempo de avivamiento - no hay coros, ni “música especial” - solamente los himnos familiares, cantados de una nueva manera, en fervor, de la profundidad del corazón de la gente que iba a escuchar la predicación.
También debo decir que hubo menos canto en el tiempo de Cristo y en los grandes avivamientos del pasado, que hoy. Parece que no hubo canto en la predicación de Cristo en el séptimo capitulo de Juan. Hoy en día el canto y la música en general toman al menos la mitad del tiempo de los servicios modernos de “adoración”. No fue así cuando Wesley y Whitefield predicaron. Sí hubo canto de corazón, pero ni cerca a la cantidad que tenemos hoy. Creo que el dicho: “Un poco de canto de la congregación, centrado en Dios, hace más para preparar a la gente para la predicación, que los ‘servicios de adoración’ largos que nublan la mente antes que el predicador llegue a decir una sola palabra”, es cierto. El Dr. Martyn Lloyd-Jones es considerado un verdadero experto en avivamiento. Él dijo:
Se le da más y más al canto. Tienes “director del canto” como un nuevo ministro en la iglesia, y él dirige el canto y está supuesto a producir cierta atmósfera. ¡Pero toma tanto tiempo produciendo la atmósfera que ya no queda tiempo para predicar en la atmósfera! Esto es parte del menosprecio del mensaje [la predicación]...es hacia lo que la Iglesia se ha volteado desde que le volvió la espalda a la predicación (traducción de p. 17 de Preaching and Preachers, por Martyn Lloyd-Jones, Zondervan Publishing House, reimpresión de 1981).
También quiero señalar que parte de la gran predicación evangelistica en tiempos de avivamiento se ha llevado a cabo sin ningún canto, o muy poco. Así lo dejo, para que pienses. Ciertamente la predicación de Cristo en estos sermones registrados en el capitulo siete de Juan no fueron antecedidos por coros, “números especiales” ni canciones de ningún tipo. Jesús simplemente se puso en pie y predicó. La predicación era el evento principal, de hecho, el único evento cuando Él predicaba poderosamente al aire libre, sin Biblia impresa a mano, sin exposiciones verso-por-verso, al predicar dichos sermones poderosos. ¿Será que hoy en día podríamos tener más bendiciones de Dios en nuestros servicios si siguiéramos el método del Hijo de Dios, y botáramos los coros, la mayoría de números especiales y solos, y simplemente pasáramos una hora oyendo el mensaje de Dios - como Jesús predicó en Juan, capitulo siete?
Pero ahora venimos más cerca a nuestros textos, y hoy tenemos tres. Creo que estos tres textos de la boca de nuestro Señor Jesucristo nos pueden enseñar más respecto a la predicación evangelistica, de lo que podríamos aprender en un seminario. Yo me gradué de varios, y en ellos no aprendí nada de mucho valor sobre la predicación evangelistica. Creo que podremos aprender más de la predicación evangelistica verdadera de Cristo en el capitulo siete de Juan, de lo que podríamos aprender en cualquier otro lugar. Que cada joven que está considerando entrar en el ministerio recuerde que debe predicar como Cristo, ¡su Maestro y Señor! Tal como el Sr. Griffith cantó hace un momento:
¡O, ser como Tú! Redentor Bendito,
Es mi plegaria y constante oración;
Con gusto a los tesoros de la vida renuncio;
Para verme, Jesús, como Tú,
¡O, ser como Tú! O, ser como Tú,
Redentor Bendito, puro como Tú,
Ven en Tu dulzura, en Tu plenitud,
Graba Tu semejanza en mi corazón.
(traducción libre de “O To Be Like Thee”
por Thomas O. Chisholm, 1866-1960).
¿Qué aprendemos de nuestro Señor respecto a la predicación evangelistica en este pasaje? ¿Qué debe aprender cada joven de la predicación de Cristo, para ser como el Salvador? De Cristo aprendemos tres cosas esenciales sobre la verdadera predicación evangelistica.
I. Primero, los sermones evangelisticos deben decirle
a la gente que son pecadores.
Voltea por favor a Juan 7:14-17. Leamos estos cuatro versos de pie y en voz alta.
“Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba. Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado [en seminario de rabinos]? Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta” (Juan 7:14-17).
Se pueden sentar.
De este modo debe comenzar un sermón evangelistico, declarando que el predicador aprendió de Dios sus doctrinas, y no las inventó solo. Debe enseñarle a la gente lo que Dios le ha revelado por medio de las Escrituras, como lo hizo Jesús. Y debe haber cierto filo en su predicación. Mira el verso diecinueve.
“¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley?” (Juan 7:19).
Esta de veras es doctrina cortante, pero es la clase de doctrina cortante que debe comenzar la predicación evangelistica. La predicación evangelistica arroja el guante al principio y le enseña a la gente las grandes doctrinas de la caída del hombre, la reprobación y la condenación eterna.
Jesús dijo: “Ninguno de vosotros cumple la ley” (Juan 7:19). Esta es una reprensión cortante. Como dijo el Apóstol Pablo:
“Que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:9-10).
Nadie es lo suficientemente bueno para ser salvo por sus propias obras o mérito. “Ninguno de vosotros cumple la ley” perfectamente lo suficiente para salvaros. Esa es la primera cosa que la predicación evangelistica nos dice. Te dice que eres un pecador perdido, incapaz de salvarte a ti mismo.
II. Segundo, los sermones evangelisticos deben decirle al
al pecador que no conoce a Dios.
Leamos de pie y en voz alta Juan 7:28.
“Jesús entonces, enseñando en el templo, alzó la voz y dijo: A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mí mismo, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis” (Juan 7:28).
Se pueden sentar.
Nota que Él “clamó”. Esa palabra es muy fuerte en el Griego original. La palabra Griega es krazō. Significa “gritar, clamar en voz alta, dar voces” (Strong #2896). El elemento siempre está presente en la verdadera predicación evangelistica. Nota cuatro otras ocasiones en que esta palabra se usa en el Nuevo Testamento. Se usa respecto a Juan Bautista.
“Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía” (Juan 1:15).
Se usa respecto al Apóstol Pablo:
“Pablo... alzó la voz en el concilio” (Hechos 23:6).
De nuevo, Pablo dijo:
“Entre ellos prorrumpí en alta voz: Acerca de la resurrección” (Hechos 24:21).
Este de “clamar” y aun “gritar” está presente en estos mensajes evangelisticos de Juan Bautista y del Apóstol Pablo. Y Cristo mismo clamó a gran voz hacia Lázaro, llamándolo para que saliera de entre los muertos:
“Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!” (Juan 11:43).
Así que este modo de hablar se ve en un número de lugares donde Cristo, y otros clamaron en voz alta en su predicación evangelistica a aquellos muertos en delitos y pecados.
En Juan 8:28 Jesús “clamó”, diciendo que ellos no conocían a Dios. Y yo creo que esto es importante en la predicación evangelistica hoy. Ese elemento de alzar la voz y decirle a los perdidos que no conocen a Dios debe estar allí. Ellos son pecaminosos. No han cumplido la ley. No conocen a Dios.
Esto es muy negativo, por supuesto. Y sin embargo es cierto, ¿no? ¿No es cierto que has vivido una vida imperfecta? ¿No es cierto que tienes un corazón pecaminoso? ¿No es cierto que tú no conoces a Dios? Se puede llamar “predicación negativa” pero es predicación cierta, ¿no? Entonces si tomamos la predicación de Cristo en el séptimo capitulo de Juan como ejemplo de predicación evangelistica, debemos mostrarte estas cosas negativas pero ciertas.
III. Tercero, los sermones evangelisticos deben decirle
al pecador que venga a Cristo.
Por favor lea el verso 37 de pie y en voz alta.
“En el ultimo y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”
(Juan 7:37).
Se pueden sentar. Nota la palabra “alzó” de nuevo - krazō - “gritar, clamar en voz alta, dar voces” (Strong #2896).
“ Clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!” (Juan 11:43).
“Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37).
Siempre debe estar el elemento de “clamar a gran voz” al pecador perdido - llamándole a salir de la muerte, llamándolo a venir a Cristo.
El Dr. Martyn Lloyd-Jones, en su libro titulado Preaching and Preachers, dijo:
¿Podrá el hombre ver el Infierno sin emoción? ¿Podrá el hombre oír los truenos de la ley sin sentir nada? O ¿Podrá el hombre verdaderamente contemplar el amor de Dios en Cristo Jesús y no sentir emoción? La posición entera es ridícula. Me temo que mucha gente hoy al reaccionar en contra de los excesos y en contra del emocionalismo se colocan en una posición en la cual, al final están negando la Verdad. El evangelio de Cristo cubre al hombre entero, y si lo que pretende ser el evangelio no lo hace, no es el Evangelio. El Evangelio está supuesto a hacerlo, y sí lo hace. El hombre entero está involucrado porque el Evangelio lleva a la regeneración; así que yo digo que este elemento de pathos y emoción, este elemento de ser conmovido, debe siempre ser prominente en la predicación (traducción de p. 95 de Preaching and Preachers, Zondervan Publishing House, por D. Martyn Lloyd-Jones, reimpresión de 1981).
¡Cristo Jesús debe ser nuestro ejemplo de predicación evangelistica!
“Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37).
¿Has visto el hecho de que eres un pecador perdido, arruinado? ¿Te has dado cuenta de que en verdad no conoces a Dios? ¿Te ha molestado de alguna manera? ¿Anhelas ser perdonado? ¿Deseas estar en paz con Dios? ¿Estás sediento de esto? Entonces, ¡ven a Cristo!
“Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37).
¡ Esa es la predicación evangelistica! ¡ Eso es Cristo llamandote por medio del evangelio! Ven a Él. ¡Sé lavado, limpio de tu pecado en Su Sangre! Ten paz con Dios mediante Su sacrificio en la Cruz. Porque esta mañana Cristo todavía clama hacia ti:
“Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37).
“Bueno”, dices tú, “Si clamo y grito así hoy día, nadie me escuchará.” Yo creo que te equivocas, y te diré por qué estás equivocado.
¿Crees tú que todos respondieron positivamente a los sermones de Cristo en este pasaje, en Juan siete? No. Leamos de pie otro pasaje de este capitulo, en Juan 7:40-43.
“Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente éste es el profeta [creían que solamente era profeta]. Otros decían: Este es el Cristo [estos parecían ser salvos]. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo?” (Juan 7:40-41).
Ahora baja al verso 43.
“Hubo entonces disensión entre la gente a causa de él”
(Juan 7:43).
Recuerda esto: la verdadera predicación evangelistica siempre causa “disensión entre la gente a causa de él”. Algunos piensan que Él solamente es un profeta. Otros creerán en Él y serán salvos. Y otros continuarán dudando si Él es en verdad el Salvador. ¿En cual grupo te encuentras esta mañana? Ruego que estés entre aquellos que dirán en su corazón, “Este es el Cristo”. Y ruego que al igual que ellos, tú vengas a Jesús y confíes en Él. Que otros digan lo que les plazca - ¡pero tú ven a Jesús y sé salvo!
(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Dr. Kreighton L. Chan Antes del Sermón:
Juan 7:28-37.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
(“O To Be Like Thee” por Thomas O. Chisholm, 1866-1960).
EL BOSQUEJO DE APRENDIENDO DE CRISTO A PREDICAR
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“Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba. ¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley?”(Juan 7:14, 19). “Jesús entonces, enseñando en el templo alzó la voz...el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis” (Juan 7:28). “En el ultimo y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37).
I. Los sermones evangelisticos deben decirle a la gente
II. Los sermones evangelisticos deben decirle al pecador que no
III. Los sermones evangelisticos deben decirle al pecador |